lunes, 12 de enero de 2009
Aprender de Rusia (o de Ucrania)
De todas maneras, a lo mejor este conflicto entre rusos y ucranianos nos trae alguna enseñanza. Y bueno será si algo aprendemos, ¿no? Vamos a repasar, con su permiso.
Rusia es el primer productor de gas natural del mundo. Sus explotaciones, y gran parte de las instalaciones originales (aunque se han mejorado y ampliado), provienen de cuando en vez de llamarse Rusia, como toda la vida, se llamaba Unión Soviética y era un imperio comunista, o sea, un tirabuzón de la lógica, porque se supone que el comunismo se opone a cualquier imperio.
Ya dijo Helmuth Kohl en su día que Alemania consiguió reconstruir el país en diez años después de la segunda guerra mundial, pero llevaría más de treinta reconstruirlo después del comunismo, así que bien claro queda qué es peor. Y eso les pasa a los rusos, y además, a lo bestia, como pasa todo en Rusia. A los alemanes, que eran un imperio (eso significa Reich), les impusieron por la fuerza convertirse en república federal. Debe de ser bueno eso del federalismo cuando es lo que te impone el enemigo en cuanto consigue que te rindas. Debe de ser maravilloso, vaya.
Los rusos tenían partida la URSS en varias repúblicas (que no estados, como EE UU) para tener más votos en la ONU. Pero la gracia llegó al romperse la URSS. Las distintas repúblicas, que sólo lo eran sobre el papel, pasaron a serlo en la realidad, y aunque dependía de Rusia en suministros e infraestructuras, decidieron agarrarse a la independencia como a un clavo ardiendo. Y ahí empezó el conflicto: Rusia vendía el gas a Ucrania a precio de provincia, pero como Ucrania pasó a ser país independiente, se lo quiere vender a precio de país extranjero, y los ucranianos no están dispuestos a pagar el doble o más de lo que pagaban.
Putin, con su habitual retranca, se pregunta si Ucrania quiere independencia para unas cosas y seguir en casa del padre para otras, y ahí es donde a lo mejor aprendemos algo. Porque también por aquí tenemos a un montón de jetas con la misma idea: cobrar los impuestos de lo que nos venden pero no pagar el uso de lo que nos llevan. Lo suyo es suyo, y lo nuestro a medias.
Aquí tenemos que aprender algo de una vez, o la nueva financiación acabará con nosotros: o aprendemos de los rusos, y el que quiera independencia o autonomía real que la pague de su bolsillo, sabiendo lo que realmente cuesta, o aprendemos de los ucranianos, y el que quiera pasar por aquí que pague o que rodee, ya que otra no nos dejan.
Pero claro: con un gobierno de vendidos y una oposición de meapilas, ni lo uno ni lo otro. Y así nos va.
Rusia y Ucrania pactan finalmente reanudar el suministro de gas a Europa
Rusia y Ucrania llegaron ayer finalmente a un acuerdo sobre la reanudación del suministro de gas ruso hacia la UE, después de una tensa jornada en la que los negociadores ucranianos provocaron una nueva crisis al añadir una nota manuscrita en el texto pactado por ambas delegaciones. Kiev escribió en el acuerdo, junto a la firma del representante del Gobierno ucraniano, las palabras «con declaración adjunta», y añadió al informe un documento con nuevas condiciones. Ante esta situación, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, paralizó la reanudación del suministro.
Después de entrevistarse con el primer ministro ruso Vladimir Putin, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, telefoneó a la primera ministra ucraniana, Yulia Timochenko, y consiguió la retirada de la nota manuscrita y de las condiciones añadidas. El acuerdo deberá volver a firmarse. El inesperado retraso en la reanudación del envío de gas causó una profunda irritación en la Comisión Europea. «Todas las condiciones exigidas por las dos partes se han cumplido y no hay ninguna razón para retrasar por más tiempo el restablecimiento del suministro», señaló el Ejecutivo comunitario a última hora de ayer.
Rusia prolonga la guerra del gas
Putin gana la guerra del frío
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Detrás de los juegos de manos de Rusia con el suministro de gas para Europa se esconden varias advertencias, apenas encubiertas, a los diseñadores de estrategias globales que incluyen el ingreso futuro de Ucrania en la Unión Europea y en la OTAN. La morosidad ucraniana --Kiev debe los recibos del gas de noviembre y diciembre-- y el desacuerdo tarifario no deben inducir a error: el primer ministro ruso, Vladimir Putin, ha utilizado la red que surte Gazprom para comprometer a los europeos en la solución de una crisis que ellos ni desearon ni provocaron. Les ha obligado a meterse en Ucrania y atenerse a sus exigencias --inspeccionar el paso sin fugas del gas siberiano con destino a los países de Occidente--, con el propósito añadido de desautorizar a los gobernantes ucranianos.
Claro que las autoridades de Ucrania y el caos político del país no son ajenos a la crisis. Pero los aires amenazantes del Gobierno ruso, que sigue sin aceptar los términos de un acuerdo internacional para asegurar el suministro a Occidente, evidencian una vez más la debilidad energética de la UE y los errores de cálculo de esta, que hasta la fecha reciente soñó con llevar sus límites y los de la OTAN a las puertas de Rusia, un país que está tan lejos de ser la potencia inexpugnable que fue durante la guerra fría como el títere decadente de los años 90.
Al someter a los europeos a una cura de frío riguroso, Rusia consigue, además, desvanecer cualquier proyecto inmediato de renegociar a la baja los precios del gas después de la caída espectacular de los del petróleo. La fuerza de los hechos ha confirmado algo vaticinado por los expertos en materia energética que justifica los manejos de Putin: que la crisis financiera mundial no afectaría al mercado del gas porque, llegado el invierno, la generación de calor se mantendría dentro de parámetros parecidos a los del ejercicio anterior. Ni siquiera un invierno benigno, lo contrario del que padecemos, hubiese modificado sensiblemente el pronóstico.
Los gobiernos de la UE solo pueden sacar una consecuencia de estos sucesos: es indispensable diversificar las fuentes energéticas para librarse del chantaje. Es ineludible disponer de varios suministradores y de varias modalidades de suministro --en este sentido, la política española en la materia es un buen ejemplo-- para disfrutar de un grado razonable de independencia. No hacerlo significa plegarse, sin defensa posible, a los designios de terceros
Gazprom retrasa la reanudación del suministro de gas a Europa por no tener el compromiso
Bulgaria no puede recibir gas desde Ucrania debido a problemas técnicos
Las autoridades búlgaras anunciaron hoy que por razones técnicas no podrán recibir los 2,5 millones de metros cúbicos de gas diarios prometidos por el presidente ucraniano, Viktor Yushchenko.
Éste ofreció ayer sábado a su colega búlgaro, Georgi Parvanov, esta ayuda para paliar la escasez de gas ruso a raíz del conflicto entre Moscú y Kiev.
El ministro de Economía y Energía de Bulgaria, Petar Dimitrov, informó explicó que no hay suficiente gas en el conducto que estaba previsto utilizar. "Es mejor que esperemos a que se restablezca el suministro ruso", dijo Dimitro
Rusia rechaza aplicar el acuerdo sobre el gas hasta que se retiren nuevas condiciones añadidas por Ucrania
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, afirmó hoy que el acuerdo para el paso de gas a través de Ucrania no se puede aplicar hasta que se aclaren las contradicciones incluidas en el documento a última hora por las autoridades ucranianas.
"Nos vemos obligados a considerar inválido el documento firmado (...) y no será aplicado por nuestra parte hasta que estas estipulaciones sean eliminadas o revocadas de algún modo por la parte ucraniana", afirmó Medvedev.
Ucrania firmó a primera hora de hoy el acuerdo para la reanudación del tráfico de gas, pero incluyó una nota manuscrita en la que se incluían varias cláusulas a la declaración que eran contrarias a la postura rusa.
domingo, 11 de enero de 2009
Ucrania autoriza monitoreo sobre paso de gas a Europa
Kiev, 11 ene (PL) La primera ministra Yulia Timoshenko confirmó hoy aquí la rúbrica de un documento que regula la forma de control de los suministros de gas ruso a la Unión Europea (UE) a través de Ucrania.
Acabamos de suscribir el protocolo, afirmó la jefa de Gobierno ante la prensa tras concluir negociaciones con su par checo y presidente de turno de la UE, Mirek Topolanek.
El mandatario de la República Checa, por su parte, ponderó los avances registrados en las últimas 48 horas en negociaciones con Moscú y Kiev, las cuales culminaron con el compromiso de todas las partes.
Ahora nada impide reanudar los suministros del combustible a los países de la UE a través de Ucrania, dijo.
Topolanek anunció que Europa puede comenzar a recibir el carburante en unas 36 horas, según la agencia ucraniana ProUA.
El presidente temporal de la UE se reunió en Moscú este sábado con el primer ministro, Vladmir Putin, tras lo cual fue firmado un acuerdo similar entre la Federación rusa y el bloque integracionista.
En el texto prevalece el punto de vista del Kremlin de restablecer el flujo del energético por Ucrania, si se establece un monitoreo a cargo de una comisión multilateral.
Este comité debe estar integrado por representantes del consorcio ruso Gazprom, su contraparte ucraniana Naftogaz, funcionarios de los ministerios de Energía de los dos países, expertos de compañías compradoras europeas y auditores independientes.
Moscú insiste en que este equipo debe tener acceso a los gasómetros en la frontera ruso-ucraniana y en los puntos de salida del fluido hacia los países de la UE.
Inicialmente las autoridades de Kiev presionaron para que en el monitoreo participaran solo especialistas de Naftogaz y de la UE.
Pero un crudo invierno que ha causado decenas de muertes, el cierre de aeropuertos en el Viejo Continente y temperaturas de hasta menos 34,6 grados en Alemania por primera vez en 100 años, arreció la presión sobre Kiev desde Occidente.
La empresa húngara importadora de gas EMFESZ demandó ante un tribunal a Naftogaz por incumplir contratos de suministro, según RIA Novosti, y los líderes de Bulgaria y Moldova hicieron reclamos al presidente de Ucrania, Víctor Yuschenko, informó el sitio RBC.ru
En respuesta, el jefe de Estado informó en una carta a los mandatarios de esas naciones que su país les enviaría diariamente a partir del 10 de enero dos millones de metros cúbicos del energético, extraídos de las reservas ucranianas.
El portavoz de Gazprom, Serguei Kuprianov, evaluó como positivo ese gesto, y lo consideró “una compensación por el gas ruso destinado a Europa, sustraído ilegalmente en Ucrania entre el primero y el 7 de enero
La falta de abastecimiento paraliza la industria del Este
Ucrania y Rusia firman acuerdo para reanudar envíos de gas
Moscú exigió control de tráfico del hidrocarburo en los gasoductos
Putin mantiene su tono contra Kiev; le advierte que debe frenar a ladrones
Kiev y Moscú. DPA, Reuters. Después de Rusia, Ucrania también firmó ayer un acuerdo para el despliegue de observadores internacionales que supervisarán el suministro de gas ruso a Europa a través de territorio ucraniano.
Pocas horas después del Gobierno ruso, la primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko, anunció en Kiev que rubricó un documento sobre ese compromiso, informó la agencia de noticias Interfax.
Ucrania cumplió con todas las condiciones, para que Rusia pueda reanudar el suministro de gas, que fue interrumpido por completo el miércoles, indicó el presidente en funciones de la UE, el primer ministro checo, Mirek Topolanek, después de mantener negociaciones con Timoshenko.
“El gas debería fluir de nuevo, cuando todos los observadores estén en su lugar. Esto debería ocurrir en las próximas 36 horas”, dijo Topolanek en Kiev.
De acuerdo con estimaciones que hizo la Comisión Europea en Bruselas, el combustible necesita unos tres días para llegar a los consumidores.
El Gobierno de Ucrania también advirtió que aún quedan por aclarar algunas “cuestiones técnicas” con Rusia.
Condiciones rusas. En negociaciones previas con la delegación de la Unión Europea (UE) encabezada por Topolanek, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, mencionó como condición para la reanudación del suministro que el tránsito de gas debe ser controlado en todas las bifurcaciones de los gasoductos que vayan desde Ucrania al resto de los países miembro de la UE.
La frontera ruso-ucraniana también deberá estar bajo supervisión desde ambos países, agregó el Jefe de Gobierno de Rusia.
El primer grupo de observadores comenzó de inmediato las tareas de control en cinco posiciones de Ucrania.
La disputa entre Rusia y Ucrania por el suministro de gas se había agudizado a fines de 2008 a raíz de que Gazprom exige de la debilitada economía ucraniana el pago de tarifas similares a las abonadas por el resto de los países de la UE.
El miércoles, la controversia por el precio del gas y por el arancel que Rusia debería pagar por el traslado de gas a Europa Occidental mediante gasoductos que atraviesan suelo ucraniano había culminado con una interrupción total del suministro por parte de los rusos.
Putin agresivo. A pesar de la firma del acuerdo el sábado, Putin no ablandó su retórica con Ucrania.
Manifestó: “Nuestras acciones no buscan empeorar sino mejorar la situación en Ucrania, para ayudar a Ucrania a deshacerse de ladrones y estafadores y purificar su economía”.
Putin también informó de que aparte de los observadores de Rusia, Ucrania y la UE, especialistas de firmas de gas europeo se sumarían al equipo que supervisará los envíos a través de Ucrania. El Jefe de Gobierno aseveró que Topolanek también había pedido la inclusión de expertos de Noruega.
Europa, un gigante con los pies fríos y la cabeza caliente
Ucrania dice se tomarán medidas para asegurar gas a Europa
KIEV (Reuters) - Ucrania está lista para tomar todos los pasos necesarios para asegurar el suministro de gas a Europa, dijo el sábado la primera ministra del país, Yulia Tymoshenko, en declaraciones en el inicio de una reunión con una delegación de la Unión Europea.
"Estamos listos, mientras vamos a esta reunión, para tomar todos los pasos políticos y técnicos para que Europa reciba gas", señaló Tymoshenko.
El primer ministro checo, Mirek Topolanek, se encontraba en Kiev buscando un acuerdo para permitir un grupo de inspección que monitoree el flujo de gas ruso a través de Ucrania.
El acuerdo mitigaría los temores rusos de que Ucrania desvía gas para su propio uso. Ucrania niega esa acusación.
La disputa sobre el gas, que comenzó cuando Moscú y Kiev no lograron ponerse de acuerdo por el precio del gas para este año, condujo al peor corte de los suministros de gas a Europa.
La Unión Europea recibe un cuarto de su suministro de gas desde Rusia, del cual un 80 por ciento pasa a través de Ucrania.
Europa Oriental y Central han sufrido la peor parte de la crisis, que provocó el cierre de algunas fábricas en el este del bloque y dejó a decenas de miles de casas sin calefacción con temperaturas bajo cero. Hasta el momento, se ha interrumpido el envío a 18 países debido a la disputa.
"Todo era oscuridad y frío"
Volver a casa la noche del martes le resultó traumático a Vladislav Velev, un joven profesional en torno a la treintena que reside en una barriada popular de Sofía, la capital del país europeo más afectado por la crisis del gas. "No había calefacción; la radio hacía llamamientos a ahorrar energía; la gran tienda de juguetes que ve desde el balcón, siempre llena de colorido, estaba a oscuras; la gasolinera de al lado estaba apagada, no había luz por ningún lado. Era desesperante. ¡Toda esa oscuridad y ese frío!", recuerda ahora, todavía cargado de frustración y pese a que un pequeño calentador eléctrico templa agradablemente el escueto cuarto de estar de este piso minúsculo del complejo Goce Delchev de la capital. "Bulgaria es parte de la UE y no esperaba vivir como en un país del Tercer Mundo". Recapacita y precisa: "Aunque Bulgaria..."
La noticia en otros webs
Bulgaria es el único país sin alternativas al suministro desde Ucrania
En buena parte de los bloques de viviendas no hay agua caliente
La escasez de combustible ha paralizado colegios, fábricas y viviendas
"Es la primera vez que ocurre algo así", dice la directora de un colegio
Bulgaria no es envidiable y las estadísticas lo dejan meridianamente claro. Con un Producto Interior Bruto de 8.600 euros per cápita, apenas la tercera parte del promedio de los Veintisiete, es el país más pobre de la Unión, justo por debajo de Rumania. Y a perro flaco todo son pulgas: aunque al igual que otros socios comunitarios, el 100% del gas que consume procede de Rusia, Bulgaria es el único país de la UE que no tiene vías alternativas al suministro desde Ucrania.
Velev echa pestes de la situación e ironiza sobre el Gobierno. "Se le llenaba la boca diciendo que Bulgaria iba a ser el gran centro distribuidor de energía de los Balcanes, que exportamos electricidad a la región, que íbamos a tener más gasoductos alternativos... y resulta que estamos sin gas", suelta en retahíla. "Ya vivimos la crisis de 2006, que no se notó, pero algo debería haber hecho el Gobierno. No ha hecho nada. Incluso la única reserva que bombea gas funciona a medias, porque la máquina no tiene potencia para más".
Más allá de las grandes ambiciones energéticas del Ejecutivo, la realidad es que en su casa estos días no hay agua caliente. Es una de las consecuencias del peculiar sistema de calefacción de Bulgaria, donde centrales térmicas alimentadas con gas sirven directamente el agua caliente a los hogares. Cuatro proveen las necesidades de la capital, lo que supone largos kilómetros de recorrido -e ineficiencia energética- hasta los bloques de pisos. Y como el de Velev tiene más de 40 años y adolece de todos los defectos estructurales que imaginarse pueda, no recibe agua caliente. Y no sólo él. "Como éste es el tipo de vivienda mayoritario del país", dice Velev, en referencia a estos edificios tipo caja de cerillas, propios del socialismo real. "Tengo amigos que estos días se van a duchar a casa de sus padres y de sus suegros".
Ayer trascendió que Ucrania está dispuesta a subvenir de sus propias reservas las necesidades de Bulgaria, pero Velev era escéptico. En ese caso, según sus cálculos, la normalidad no retornaría hasta mediados de semana.
La crisis del gas ha cerrado algunas industrias, reducido la actividad en otras y enviado a los escolares a casa. Aunque en pequeño número, dado que sólo 84 de los casi 2.800 colegios del país han cerrado sus aulas. Uno de ellos, el Zar Iván Assen II, que toma su nombre de un gran rey medieval y acoge a 800 estudiantes, desde primaria hasta los 18 años. Los colegiales pasan cada día ante el mural de una docena de metros grafiteado en la fachada, uno de cuyos extremos cierra un retrato de Osama Bin Laden. En el otro, dos niños juegan con sonajeros y trenes. Entre uno y otro polo, imágenes de caos y destrucción.
"No hubo clase el jueves y el viernes, porque la ley establece que en las aulas la temperatura no debe bajar de los 18 grados centígrados. Y el jueves estuvimos a 11 grados", explica la subdirectora, Evelina Stancheva, quien mañana recibirá de nuevo a los inspectores con sus termómetros, convertidos por mor del frío en el interior de las viviendas en objeto inencontrable en Sofía.
"Es la primera vez que ocurre algo semejante, hasta en los peores momentos de 1996-1997, cuando la grave crisis financiera y cuando no se podía pagar, hubo normalidad en el suministro", recuerda Stancheva. Por aquel entonces, el sistema bancario búlgaro quebró; el lev, la moneda nacional, se fue a pique; los alimentos desaparecieron de las tiendas, y un profesor llegó a ganar, al cambio, el equivalente a tres euros. "Ahora con la UE, los salarios están subiendo poco a poco, aunque el sueldo medio de un profesor ronda los 300 euros, que sólo sirve como complemento a otro salario", reconoce. Calentar un piso pequeño cuesta 50 euros mensuales.
Esos sueldos disuasoriamente bajos que ofrece Bulgaria a sus profesionales preocupan más que la crisis del gas al doctor Nikolay Doganov, director de Maichin Dom (Casa para las Madres), hospital universitario y principal maternidad del país, donde cada año nacen 3.200 búlgaros. "La rutina de estos días es la misma. Normalidad absoluta. No ha habido que cancelar operaciones. En las plantas superiores, donde están las madres y los recién nacidos, la temperatura es de entre 21 y 24 grados". Como los radiadores están apenas tibios, la calefacción se ha reforzado con calentadores eléctricos. "Realmente tendremos problemas si los hay con la electricidad", augura. Ya a mediados de semana hubo un apagón de cinco minutos en el centro de la ciudad porque la red no pudo soportar la demanda.
Lo del gas es un problema pasajero para Doganov, angustiado por la huida de sus profesionales, atraídos por mejores salarios y el confort de la otra Europa. Dice que en el hospital han subido los sueldos un 20%, hasta los casi 600 euros de una comadrona, pero la fuga es imparable. "Debería haber tres enfermeras por cada médico y sólo tenemos la mitad", se lamenta.
Con esos salarios escasos que suben lentamente, los habitantes de Sofía llenaban ayer los centros comerciales. En uno de ellos, la cadena de electrodomésticos y electrónica de consumo Techno Markt tenía decenas de calentadores eléctricos a la venta. "El miércoles se los llevaron todos", explicaba un dependiente. "Los hemos repuesto, pero hoy la gente ya ha vuelto a prestar más atención a los televisores y a las lavadoras".
Y también a la leña. Junto al centro comercial, un hombre descargaba un coche cargado hasta los topes, maleteros y asientos posteriores, de troncos y ramas cortadas. Era una imagen urbana, pero habitual fuera de las ciudades y entre quienes ocupan viviendas individuales.
Claves del conflicto
- El precio del gas. El conflicto se desencadenó el 1 de enero, cuando Rusia decidió cortar el suministro de gas a Ucrania después de que no se pusieran de acuerdo sobre el precio del gas que la rusa Gazprom iba a vender a la ucraniana Naftogaz este año. La primera quería aumentar el precio de 179,50 dólares por cada mil metros cúbicos a 250 dólares. La segunda respondió que no pagaría más de 200 dólares. Gazprom vende el gas a Alemania, por ejemplo, a 500 dólares. Otra razón de la disputa es el supuesto impago de una deuda.
- El robo de combustible. El conflicto se agravó a principios de esta semana, cuando Gazprom acusó a Ucrania de robar el gas que envía a la UE a través de su territorio. La UE cubre casi un tercio de su consumo con gas procedente de Rusia y el 80% del total llega por territorio ucraniano (el resto, a través de Bielorrusia).
- Países afectados. Al menos 18 países europeos se están viendo afectados por la guerra del gas. Entre los más perjudicados, Bulgaria, Serbia, Bosnia, Eslovaquia, Hungría, Austria, República Checa, Croacia, Moldavia, Eslovenia, Macedonia y Grecia. Aunque en menor medida, porque son menos dependientes del gas ruso a través de Ucrania, están Alemania, Francia, Italia y Polonia.
- Reservas. La mayoría de los países afectados disponen de reservas de gas para varias semanas.
- ¿Guerra política? Los rusos alegan que la disputa tiene carácter comercial, y los ucranios, que Moscú actúa por razones políticas para subyugarles mediante el dominio económico. La realidad tiene componentes comerciales y políticos. Moscú y Kiev muestran una sensibilidad exacerbada en sus relaciones. A los dirigentes rusos les saca de quicio, entre otras cosas, la política atlantista del presidente Víktor Yúshenko. Mientras, las rivalidades entre los dirigentes ucranios dificultan el acuerdo con el Kremlin.