lunes, 4 de octubre de 2010

Detenidos cinco ucranianos por un supuesto 'ciber robo' a bancos de EEUU

Las autoridades de Ucrania han arrestado a cinco individuos sospechosos de ser parte de una red 'cibercriminal' destapada esta semana y que se habría servido de un virus troyanopara robar 70 millones de dólares (unos 50,7 millones de euros) de cuentas de bancos de Estados Unidos, según informó este viernes el FBI.

Varios representantes del FBI explicaron en rueda de prensa este operativo, iniciado esta semana y que ha implicado también registros. Aparentemente, el objetivo de los ataques serían pequeñas y medianas empresas estadounidenses de cuyas cuentas la red habría obtenido números secretos y otros datos clave para entrar y manipular los fondos.

El FBI, sin embargo, rehusó identificar el nombre o cantidad de los bancos atacados. Se limitaron a confirmar que las investigaciones se iniciaron en mayo del año pasado tras una denuncia de una empresa de Omaha, en Nebraska, a la que siguieron varias quejas más en Nueva York o Nueva Jersey.

Ucrania vive sumida en una grave epidemia de VIH

Esta ex república soviética es el país europeo más castigado por el VIH, con unas 360.000 personas enfermas desida o portadores del virus. En 2005 ya se hablaba de epidemia del VIH en Ucrania, pero la situación puede ir a peor. Los expertos aseguran que han detectado una alarmante tendencia en los últimos años: el VIH se está transmitiendo cada vez más entre la población general, y no entre grupos aislados o determinados.


(Kiev, Ucrania). Tanto las autoridades sanitarias de Ucrania como las ONG coinciden en que la respuesta de Ucrania a la ya calificada como "pandemia" de VIH carece de financiación adecuada.

Hace pocos días un pequeño autobús amarillo entraba en un aparcamiento entre los decrépitos edificios de viviendas de la ciudad dormitorio de Obolon, en Kiev, y se paraba frente a una tienda. Esa es la primera línea de batalla contra el sida/VIH en Ucrania. A los pocos minutos comenzaron a llegar gradualmente los clientes: ocho hombres de unos veintitantos años, vestidos todos de la misma manera, con vaqueros y chubasqueros, con el pelo muy corto.

El autobús pertenece a la organización de lucha contra el sida ENEY, y los hombres jóvenes acuden a hacerse la prueba del VIH. Todos ellos son consumidores de drogas, el sector de la población, junto con las trabajadoras del sexo, que está siendo más golpeado por la enfermedad en Ucrania. Según los trabajadores de ENEY, un 40 por ciento de los adictos del país podrían ser seropositivos.

Dentro del autobús, Anton, un enfermero con tatuajes escritos en latín en ambos brazos, extrajo sangre a cada uno de los hombres y después de 10 minutos les anunció el veredicto: siete de ellos estaban sanos, pero uno es portador del virus del VIH.

“Hoy ha sido un día relativamente bueno, tranquilo. Sin peleas y sin la policía molestándonos”, aseguraba Anton mientras ponía de nuevo en marcha el autobús.

Se cree que en torno al 1,3 por ciento de la población adulta de Ucrania padece VIH/sida. Oficialmente, tan solo 100.000 personas están infectadas, pero las autoridades confiesan que el número podría ser mucho mayor. Unas 19.000 personas han muerto a causa de la enfermedad desde 1987.

Según Unicef, las regiones del mundo donde el VIH se está expandiendo más rápidamente son el este de Europa y Asia central. La respuesta del Gobierno ucraniano a la enfermedad, pese a estar enfocada en las áreas adecuadas y con los métodos correctos, es insuficiente. “Ucrania está preparada, pero tiene que hacer mucho más”, asegura Anna Shakarishvili, directora del programa del VIH/sida de las Naciones Unidas en Ucrania.

Según Shakarishvili, menos de la mitad de los infectados de VIH reciben el tratamiento adecuado, y tan sólo un tercio de los consumidores de drogas tienen acceso a medidas de prevención, como jeringuillas limpias.

El problema se agrava aún más por el hecho de que Ucrania depende enormemente de donantes internacionales para lograr fondos y herramientas para luchar contra la enfermedad, y la crisis económica mundial ha hecho que muchos de esos recursos se hayan visto recortados.

Las autoridades sanitarias de Ucrania reconocen que la reacción del gobierno ha sido escasa, pero dicen que es todo lo que pueden hacer con el dinero que les adjudica el gobierno central. Svitlana Cherenko, jefa de la unidad de VIH/sida del Ministerio de Salud, asegura que necesitan multiplicar por cinco los 40 millones de dólares asignados actualmente para poder combatir la enfermedad de manera adecuada. De esta cantidad, no obstante, en el ministerio sólo han recibido hasta ahora 24 millones.

No obstante, hay una señal positiva en todo esto, asegura Cherenko: la tasa de infecciones se ha reducido de manera considerable. “Si al principio de la década teníamos un aumento del 40 por ciento de año a año, ahora se ha reducido a cerca del 5 o 7 por ciento”, explica.

Pero si se extiende el contagio a todos los niveles de la sociedad, se podría producir una situación difícil de asimilar por el sistema médico anticuado, sin financiación y corrupto de Ucrania, que ha empeorado con la crisis.

“Ya hay algunas proyecciones hechas, y a no ser que los esfuerzos de Ucrania aumenten, acabaremos teniendo unas 25.000 infecciones nuevas cada año”, afirma Shakarishvili.

ENEY es una de las pocas ONG que luchan contra la epidemia de sida. Su nombre es un juego con las siglas NA (Narcóticos Anónimos), un guiño a los comienzos de la organización, hace una década, como una versión para drogadictos de Alcohólicos Anónimos.

En poco tiempo, sin embargo, el objetivo del grupo se expandió hacia la prevención del sida. Su laboratorio móvil hace también análisis de sífilis y hepatitis, y cuenta con una pequeña salita trasera para hacer consultas ginecológicas.

Los trabajadores de ENEY reparten preservativos gratuitos y jeringuillas esterilizadas en cajas de 100 unidades, y viajan semanalmente a las zonas claves de Kiev en donde hay más drogodependientes. La organización ayuda a unas 9.000 personas regularmente.

Todos los empleados de ENEY son ex drogadictos, y en su mayoría son seropositivos. Entre sus miembros trabaja la nieta de un antiguo viceministro de Salud. La organización recibe todo su dinero del Fondo Global para Luchar contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis. No reciben nada del gobierno de Ucrania, aseguran.

“Cada vez vemos a más y más gente que se ha contagiado del VIH a través de relaciones sexuales”, afirma Vladimir Moiseev, uno de los líderes de ENEY, que trabajó como bajo y productor musical antes de sumarse al grupo. Según Moiseev, anteriormente lo común era encontrarse a gente que se había contagiado a través de jeringuillas contaminadas. Uno de los mayores problemas en cuanto a la prevención de la enfermedad es la costumbre arraigada de no hablar del sida o de no reconocer que supone una amenaza para toda la población ucraniana. Aunque en Kiev hay carteles que promueven el uso de preservativos y del sexo seguro, los expertos como Shakarishvili dicen que la mayor parte de la juventud ucraniana todavía está mal informada sobre el sida. Además, continúan los prejuicios. Pese a que hay legislación que lo prohíbe, quienes son seropositivos pueden ser rechazados en hospitales u obligados a abandonarlos de manera apresurada.

También reina la apatía. Moiseev, que no está infectado, dice que tiene que insistirles a sus amigos para que se tomen regularmente los antirretrovirales, una medicación que se dispensa de manera gratuita en Ucrania. En ENEY es frecuente que acaben persiguiendo a los enfermos con los que trabajan para que se tomen el tratamiento, una vez diagnosticada la enfermedad.

“Nuestra gente no está habituada a ir al hospital”, explica Moiseev, un imponente y delicado gigantón con la cabeza rapada. “Tengo que insistir con mis compañeros, para que ellos hagan lo mismo con los enfermos, porque quiero que vivan más años”.

Comisión de Venecia manifiesta asombro ante veredicto de Tribunal Constitucional de Ucrania

Kiev, 2 de octubre, RIA Novosti. La Comisión de Venecia, órgano consultivo del Consejo de Europa en el ámbito constitucional, manifestó hoy su desconcierto ante el reciente veredicto del Tribunal Constitucional (TC) de Ucrania que invalidó varias las aprobadas en 2004 para reducir las atribuciones del jefe del Estado y propiciar la transición hacia una república del modelo parlamentario.

"Fue sorprendente conocer que la Constitución se proclama inválida la Carta Magna tras mantenerse en vigor durante seis años (y tras ser aplicada por el propio Tribunal Constitucional. Es inusual", comentó el secretario de la Comisión de Venecia, Thomas Markert, en declaraciones al periódico Kyiv Post.

Agregó que la Comisión de Venecia nunca cuestionó el carácter democrático de la Constitución ucraniana de 2004 y que planea debatir el asunto en su sesión plenaria prevista para mediados de octubre.

La decisión del TC, anunciada ayer, marcó el momento culminante en la consolidación de poderes en manos del presidente Víctor Yanukóvich, elegido en febrero pasado.

La Comisión de Venecia, cuyo nombre oficial es Comisión Europea para la Democracia por el Derecho, fue establecida en 1990 y está integrada por expertos independientes que asesoran al Consejo de Europa en la confección de leyes y enmiendas constitucionales, electorales y de minorías.