domingo, 31 de enero de 2010

Timoshenko advierte que no dimitirá si pierde las elecciones

Respondiendo a las preguntas de los ciudadanos en una entrevista en directo en el canal de televisión "Inter", Timoshenko recordó que, según la Constitución de Ucrania, el Gobierno no puede presentar su dimisión ni ser destituido por el presidente del país.

"Y si el Parlamento obliga a dimitir al Gobierno, nos quedaremos en funciones en nuestros cargos hasta que en el Legislativo se forme una nueva coalición mayoritaria que presente al presidente las candidaturas del primer ministro y los ministros", enfatizó.

Pero al ser preguntada si admitiría su eventual derrota en las urnas por el líder opositor prorruso Víctor Yanukóvich, Timoshenko replicó que "no se debe formular el problema de esta forma e influir así en la visión de la gente".

"Solo las elecciones dejarán claro quién ganará y quién acabará derrotado", manifestó la primera ministra, convencida de que "el pueblo hará una digna elección".

La primera ministra ucraniana ha ofrecido la futura jefatura de Gobierno al magnate bancario Serguéi Tiguipko, el tercer candidato más votado en la primera vuelta electoral del pasado día 17, a cambio de su apoyo en la segunda cita con las urnas.

En la primera vuelta electoral Yanukóvich obtuvo un 35,32 por ciento de los votos, mientras que Timoshenko sumó un 24,36 por ciento y Tiguipko, ex presidente del Banco Central, recibió un 13,05 por ciento de los votos.

Aunque Tiguipko fue jefe de campaña de Yanukóvich en los comicios presidenciales de 2004 que desembocaron en la Revolución Naranja, su retorno a la política se lo debe a Timoshenko, quien lo nombró en 2009 jefe del Consejo de inversiones adjunto al Gobierno.

El político se ha negado de momento a apoyar a ninguno de los dos candidatos, pero reconoció que las ofertas de Timoshenko son más generosas y concretas que las de Yanukóvich.

Según algunos sondeos de cara a la segunda vuelta, Yanukóvich, apoyado por la población rusa del Este de Ucrania, tendría unos diez puntos de ventaja sobre Timoshenko, que a su vez espera aglutinar el apoyo de las fuerzas liberales y pro-occidentales.

De momento, Yanukóvich ya se ha ganado el respaldo de la numerosa comunidad rusa de la península de Crimea y de los pequeños partidos Comunista y Socialista Progresivo.

Timoshenko, por su parte, cosechó el apoyo de los tártaros de Crimea y de los gobernadores de varias regiones, como la de Járkov, hasta ahora fiel granero de votos de su rival, aunque todavía no obtuvo el firme respaldo de sus antiguos aliados naranjas.

La primera ministra mantiene que las fuerzas liberales ucranianas lograron un 60 por ciento de los votos en la primera vuelta, por lo que ha instado a la unidad de los demócratas. EFE

«Cuando llegué sólo sabía decir en español hola, casa y gracias

AElena Petrova no le gusta hablar de la situación política que atraviesa su país y que la hizo abandonarlo a finales de los años 90. Ni tan siquiera explica muchos detalles de su partida, sólo que no le gustaba el Gobierno y la forma de vida que imponían las mafias en su ciudad, Lugansk. Prefiere hablar de música, de medicina o de lo acogedores que son sus compatriotas. Es pianista y toda su persona es armonía: dedos delgados y largos, voz melodiosa con un cálido acento eslavo... Hasta su risa es cantarina. En Ucrania llegó a dar conciertos en grandes auditorios. Aquí, ha dado alguno de vez en cuando. Actualmente, imparte clases de piano en el Colegio María Inmaculada de Santander y prepara oposiciones para el conservatorio Ataúlfo Argenta.
Eligió Santander para iniciar su nueva vida porque tenía amigos en la ciudad que la proporcionaron su primer trabajo como guardesa en una casa. Sus propietarios pasaban aquí temporadas cortas pero querían tenerla cuidada y a punto para cuando llegaran. «Por entonces sólo sabía tres palabras en español: hola, casa y gracias», recuerda. Después de doce años aquí, dice que se siente «casi cántabra».
El empleo de guardesa, además de proporcionarle un hogar donde vivir los primeros años, le permitió pasar muchas horas practicando con el piano, pues los dueños tenían un Steinway, «uno de los mejores del mundo», explica. Pero Elena, que estudió mucho en su país para convertirse en pianista -sacó matrícula de honor en el conservatorio- y además tiene el título de enfermera y fisioterapeuta, no se conformó con este trabajo y luchó por conseguir algo mejor que un empleo doméstico.
Se apuntó a todos los cursos de español que pudo y comenzó a impartir clases particulares de piano. «Recuerdo mucho a mis primeros alumnos. Tenían cinco y seis años y, aunque yo les hablaba en español, entre lo poco que sabía y mi acento pensaban que les hablaba en inglés», explica.
Los cántabros, cuenta, le han acogido bien. «Me habían advertido que eran cerrados, pero la verdad es que yo no he tenido problemas para hacer amigos aquí. Me gusta mucho su sentido del humor», indica.
Y eso que, según señala, los primeros años le costó hacerles entender que no era rusa. «Ahora todo el mundo conoce Ucrania, pero cuando llegué era un país desconocido para muchos cántabros. Pensaban que era una provincia de Rusia», dice.
Poco a poco fue abriéndose un hueco en el mundo musical de la ciudad. Como tiene una buena voz, formó parte del coro Camerata Coral de la Universidad de Cantabria. Por entonces lo dirigía la soprano María del Mar Doval, que la dio a conocer el conservatorio municipal Ataúlfo Argenta. «Empecé a acompañar con el piano a los alumnos en algunas clases en el conservatorio. Me gusta mucho el ambiente de ese centro y estoy preparando oposiciones para poder ingresar como profesora».
Pero no sólo ha vivido del piano, también ha sido teclista de varias orquestas musicales, lo que le ha permitido conocer casi todos los pueblos de la región. Y el País Vasco, Asturias, Galicia, Madrid, Teruel... «Fueron años muy divertidos. Duros, porque se duerme poco, pero buenos tiempos. Hay días en los que echo de menos a los compañeros. Si se hace un buen grupo, te lo pasas muy bien».
Otra de sus pasiones es la medicina. Le interesa mucho y aquí ha seguido algún curso para completar su formación de enfermera y fisioterapeuta. «A veces me llaman para dar algún masaje, pero, al final me gano la vida como pianista».
Los veranos vuelve a Ucrania para ver a su familia que, como casi todos los inmigrantes, es lo que más añora. Pero no tiene intención de regresar para quedarse. «Ucrania ha tenido años muy buenos. La he ido viendo mejorar en cada viaje. Había prosperado estos últimos años, pero con la crisis ha vuelto a caer. Es curioso como la ha afectado», lamenta.
En Ucrania nota el frío mucho más que antes y explica que cuando llegó a España le pareció que el clima era el mismo todo el año. «Pensaba que no había estaciones, no notaba diferencias entre el invierno y el verano. Comencé a sentirme un poco cántabra cuando empecé a distinguirlo. Estos días, estoy helada», se queja, con una gran sonrisa.

La Superliga ucraniana ‘acoge’ a dos ex-ACB y dice adiós al Donetsk

La necesidad de jugadores nacionales, turcos, por parte de Bornova para cumplir los cupos hizo que el base ex-Bilbao Ivan Koljevic (1,84; 1986) tuviera que abandonar la disciplina del Club. El montenegrino promediaba 7,5 puntos, 2 rebotes y 1,6 asistencias en 17,3 minutos de juego en el país otomano. Ahora vuelve a Ucrania, a la UBL, competición en la que ya destacó la pasada campaña en las filas de SK Cherkasy Monkeys (16,1+2,1+3,5), incorporándose hasta final de temporada a Khimik.

El otro ex-ACB en llegar a Ucrania esta misma semana ha sido Steve Burtt, reforzando al segundo clasificado Ferro-ZNTU que acumula un balance de 11 victorias y 2 derrotas. El escolta de 1,85 metros de altura y 25 años llegó la pasada temporada a ViveMenorca para completar su juego exterior procedente de la liga israelita donde lideraba la clasificación de anotadores. Con el conjunto isleño jugó un total de siete partidos promediando 13 puntos, siendo sustituido a dos partidos para terminar la temporada por Istvan Nemeth tras valorar negativo cuatro jornadas consecutivas.

Khalid el Amin es un jugador clave (Foto: Budivelnyk Kyiv)
Si hay un jugador que sigue siendo el auténtico líder y centro del baloncesto de este país es Khalid El-Amin. El jugador de 1,78 metros de altura y 30 años de edad ha hecho carrera en Europa a caballo de Turquía (Besiktas y Turk Telekom Ankara) y Ucrania en las filas de Azovmash Mariupol. Su polémica salida del Club en el que había militado tres temporadas (llegó a denunciar el contrato de la temporada 2007-08 ante el Tribunal de Arbitraje de la FIBA, siendo desestimada su pretensión) le ha hecho cambiar de aires, llevando a Budivelnyk Kyiv que dirige el ex Zalgiris Rimantas Grigas al liderato gracias a sus 23,2 puntos por noche con unos porcentajes de escándalo (68,3 % en tiros de dos puntos, 49,1 % en triples y 87,5 % en tiros libres) a los que añade 5,5 asistencias.

Fred House con la elástica del Azovmash (Foto: Budivelnyk Kyiv)
Otro de los equipos clásicos es Azovmash Mariupol, un habitual de las competiciones europeas que cuenta con seis ligas y cuatro copas y por el que han pasado jugadores como Kenan Bajramovic, Panagiotis Liadelis, Serhiy Lishchuk (Power Electronics Valencia) o Robert Gulyas. Como ya anunciamos, Demetrius Alexanderera el último en llegar a un vestuario en el que ya se encontraban un Fred House que tras su paso por España (Vitoria y Valencia) militó en Lokomotiv Rostov y el ex-Girona Erik Daniels que la pasada campaña disputó la D-League con buenos números.

Chris Owens está actualmente en el \'paro\'
Por otra parte, el pasado 21 de enero, BC Donetsk cesó en su actividad. El conjunto marchaba quinto en la clasificación de la competición doméstica con un balance de 9-3 y había participado en EuroCup y VTB United League esta misma temporada. De él procede uno de los últimos fichajes del C.B. Murcia, Josh Asselin, y su punto y final ha dejado en el mercado a jugadores como Marque Perry, Ognjen Askrabic, PJ Tucker, Artur Drozdov o el ex del C.B. Granada Chris Owens.