domingo, 5 de julio de 2009

«Es bueno que Obama y Medvédev hablen, pero no creo que se acuerde nada especial»

Este hombre fue, ni más ni menos, el que pasó a Rusia de la economía central soviética a la de mercado, al lado del ya fallecido presidente Yeltsin š Le molesta el curso nacionalista e imperialista actual
«Es bueno que Obama y Medvédev hablen, pero no creo que se acuerde nada especial»
AFP Grigori Yavlinski, que ha sido candidato fallido a las presidenciales, durante un mitin en Moscú
Grigori Yavlinski, de 57 años, es economista y miembro de la ejecutiva del partido liberal Yábloko (Manzana). Participó en 1990 en la elaboración del «Programa de los 500 días», con el que se pretendía convertir el sistema de planificación soviético en una economía de mercado. Formó parte del primer gobierno de la era Yeltsin y ha sido candidato a las presidenciales en 1996 y 2000.
-Usted y otros líderes de fuerzas extraparlamentarias mantuvieron hace poco un encuentro con Medvédev. ¿Qué les dijo?
-Nos convocó para que habláramos nosotros. Le presentamos nuestras propuestas y se limitó a prometer que las estudiaría.
-¿A qué se debe el empeoramiento de la situación en el Cáucaso Norte cuando parecía estabilizada?
-La violencia en esa parte de Rusia incluye elementos de terrorismo, separatismo e injerencia exterior, pero su principal componente es la protesta por la violación sistemática de derechos, por la ausencia de democracia, por la imposibilidad de influir en el estado de cosas y por la impotencia ante la corrupción. Es la respuesta cuando no hay mecanismos para cambiar las cosas por los cauces que funcionan en los países civilizados.
-Allí está Georgia y la situación en la frontera también es tensa. ¿Pueden reanudarse las hostilidades?
-El afán anexionista de Rusia ha hecho que ahora tenga mil kilómetros de frontera hostil en el sur, pero no sé si terminará habiendo una nueva guerra, sería una locura. Me preocupan también Ucrania, Moldavia y Bielorrusia.
-¿También en esos países hay peligro de guerra?
-Hay peligro de injerencia de Rusia en sus asuntos. El Kremlin podría verse tentado a aprovechar, por ejemplo, la actual inestabilidad política en Ucrania para atizar conflictos en Crimea y en otras regiones del sur y este del país. Sería muy grave, por que se volvería contra Rusia en forma de más aislamiento, como ya sucedió tras el conflicto georgiano.
-Moscú dice que intenta poner así freno al avance de la OTAN.
-La mejor forma de hacer frente a la ampliación de la OTAN es posicionándose como garante de la integridad territorial y soberanía de esos estados, desarrollando con ellos buenas relaciones en todos los terrenos. Así nadie necesitaría ir a otro sitio a buscar protección. Moscú formula sus prioridades en política exterior tratando de establecer zonas de influencia allí donde no la quieren ni ver y en donde, a excepción de gas y petróleo, no hay otra cosa que ofrecer.
-¿Qué espera de esta cumbre Rusia-EE.UU. de mañana?
-Es bueno que Obama y Medvédev hablen, pero no creo que se acuerde nada especial durante la cumbre. Seguramente pactarán los principios básicos para que se alcance un nuevo tratado de desarme, y poco más.
-¿Tan distantes ve las posturas?
-Rusia ocupa una posición indeterminada en su relación con el resto del mundo. Sus ambiciones no se corresponden con su potencial económico y tecnológico, ni con su nivel de desarrollo socio-político. Esa indeterminación está marcada por el eterno debate interno del «autoritarismo frente a la democracia» y de la «exportación de materias primas frente a la economía diversificada y moderna».
-¿Qué debe hacer entonces?
-Alinearse con los países democráticos del mundo, compartir sus valores, rechazar la ideología nacional-imperialista que promueve entre la población y dejar de apoyar regímenes totalitarios. La tendencia que se observa en Rusia de aumento del totalitarismo, el neoimperialismo, la corrupción, la rehabilitación de la figura de Stalin y la inacabable propaganda antioccidental en los medios de comunicación, impiden que podamos diseñar una adecuada política exterior y de defensa. Nos lleva a dibujar peligrosas fantasías geoestratégicas.
-Pero Rusia busca su propio modelo, ser un polo mundial de poder.
-La tercera vía no existe, lo que hay es el camino que conduce al tercer mundo. Rusia debería atemperar su retórica belicista. El papel hipertrófico de las armas nucleares en la doctrina de defensa de Rusia no son más que un reflejo del fracaso de los intentos de modernizar su Ejército. En lugar de tanto ensayo de misiles o demostraciones de músculo en los desfiles de la Plaza Roja, sería más útil acabar con la corrupción y la criminalidad dentro de las Fuerzas Armadas, dotar de viviendas a sus oficiales y mejorar su preparación y equipamiento.
-¿Cuál es la estrategia de Vladímir Putin para superar la crisis?
-Consiste en esperar a que la situación en EE.UU. se solucione. Se insulta a los americanos, se les critica, se les convierte otra vez en el enemigo número uno, les damos lecciones de economía, de moral y de cómo hay que vivir, pero nosotros mismos esperamos a que su economía se reactive, a que suceda lo mismo en Europa y vuelva todo de nuevo a la normalidad.
-¿Medvédev ha logrado ya emanciparse de Putin?
-No.
-Sobre el papel, sin embargo, el que manda es Medvédev.
-Sí, pero si tratase de imponer su propia política, ¿quién le iba a obedecer?

Otra ONU en Fresnedillas de la Oliva

Otra ONU en Fresnedillas de la Oliva
De izquierda a derecha, Kenza (Marruecos), Ulyana (Ucrania), Gerardo (Ecuador), Leny (Rumanía) y Ana María (Ecuador) | ÁNGEL DE ANTONIO
Domingo, 05-07-09
Hay 1.449 habitantes censados. De ellos, el 61% (881) son españoles; el 39% restante (568 personas) son extranjeros. Y de 27 nacionalidades distintas, incluida la española. ¿De qué lugar hablamos? ¿Dónde está esa «otra» ONU? Es Fresnedillas de la Oliva, un pueblecito de la Sierra Oeste madrileña, a unos 60 kilómetros de la capital.
Lo primero que una se pregunta: ¿Hay buena armonía o eso es como una Torre de Babel? Respuesta unánime: «Estamos felices aquí. Nos respetamos y nos ayudamos».
Gerardo, Kenza. Leny, Ulyana y Ana María tienen algo en común: una querencia apabullante hacia Fresnedillas. Todos tienen su historia, sus aventuras y, por qué no admitirlo, nostalgia de sus países. Pero no se sienten desarraigados. Al revés, las 27 nacionalidades se han integrado de una forma excepcional. No hay grandes problemas de convivencia. Sólo los habituales de cualquier localidad. Los niños enseguida hablan español. Todos participan en los festejos y actividades de un pueblo serrano como este, donde los más ancianos del lugar se muestran encantados porque los extranjeros, jóvenes en su mayoría, están empleados en el hogar, en ayuda domiciliaria a la tercera edad.
Antonio Regullón es el alcalde. Del PP. Nacido en Madrid hace 44 años pero criado en Fresnedillas. «Yo soy uno de los ejemplos de integración. Mi mujer es norteamericana; la de mi hijo, polaca. El marido de mi hermana es inglés ...¡Ya me dirás!». Desde que llegó a la Alcaldía, hace dos años, Regullón se ha trazado la meta de que la integración vaya a más, de que no haya ningún roce. Que no los hay. Cuentan algunos vecinos que, hace no mucho tiempo, hubo algunos problemas con la droga. Hoy parecen estar resueltos. También dicen que se producen, de vez en cuando, algunos robos en viviendas «pero eso es común en casi todos los pueblos», decía una vecina.
Ni hablar de otro partido
Ahora mismo, la corporación está formada por 5 ediles del PP, 3 del PSOE y 1 de IU. Los populares desbancaron a los socialistas en las últimas elecciones. De momento, no parece que ninguna de las 26 comunidades extranjeras quiera formar partido propio.
Tras los españoles (881), las poblaciones más numerosas son la marroquí y la rumana. Hay gentes de Bulgaria, Italia, Polonia, Portugal, Reino Unido, Alemania, Ucrania, Georgia, Armenia, Níger, EE.UU., México, Cuba, República Dominicana, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela y China.
«El deporte tiene el poder de transformar el mundo. De derribar barreras raciales». Esta frase de Nelson Mandela es una de las favoritas del alcalde. Por eso, Regullón, apuesta por tres pilares en su política: la escuela de deportes, la mancomunidad de servicios sociales y la construcción de un nuevo colegio público. «Hay mucho respeto. Los marroquiés tienen su mezquita y su imán pero luego, en sus casas, cada uno hace lo que cree conveniente».
En la plaza nos esperan cinco vecinos de Fresnedillas. De esa ONU madrileña. Gerardo Marocho es ecuatoriano. «Nací en Cuenca, de Ecuador, pero moriré en Fresnedillas», dice.Tiene 51 años y trabaja en el Ayuntamiento. Nueve hijos «de allá y un nieto español. El destino me trajo acá. Es el mejor sitio para vivir».
Con un humor envidiable, Kenza Boucchaaba, marroquí, presume de haberse casado «con uno de Fresnedillas». Ella llegó de turista desde Madrid, donde trabajaba. «Yo no me voy de aquí. La gente es buena, «muy de verdad»».
Por su gesto, Ulyana Kolach, de Ucrania, parece decir lo mismo que Kenza. «Soy maestra. Tengo 37 años y llevo siete en Fresnedillas. Primero vinieron mis padres. Después yo ... de visita. Y aquí me quedé. Yo ya traje a mi marido y a mi hijo, y tengo una niña, Sofía, nacida aquí. Ahora, todos somos de aquí».
De excursión, como ella dice, también llegó Leny Besa. Nació en Rumanía hace 25 años. «Vine a visitar a mi prima, con visado de tres meses. Ya llevó siete años». Leny se ha echado novio en el pueblo.
La de Ana María Reyes es otra historia de amor. Nació en Cotopaxi (Ecuador), pero la vida la trajo a España. «Conocí a uno de Moratalaz que tenía casa en Fresnedillas. Nos casamos aquí y tenemos un hijo de dos años».
«Aquí me quedo»
Nos despedimos de todos ellos. ¿Cómo se dice «aquí me quedo» en vuestros idiomas?, les preguntamos. Leny nos escribe: «Aici raman». Gerardo y Ana María sueltan un «¡qué chévere!». Lo de Ulyana se complica: «Zammyar ncumu mym». Y Kenza nos lo escribe en caracteres árabes. Imposible. «Se pronunciaría así: «Huna af ka»», dice partida de la risa. Queda claro.

«La estrategia de Putin para la crisis es esperar a que se solucione en EE UU»

Grigori Yavlinski, de 57 años, es economista y miembro de la ejecutiva del partido liberal Yábloko (manzana), formación extraparlamentaria desde 2003. Participó en 1990 en la elaboración del Programa de los 500 días, con el que se pretendía convertir el sistema de planificación soviético en una economía de mercado. Formó parte del primer Gobierno de la era Yeltsin y ha sido candidato a las presidenciales en 1996 y 2000. Dejó el liderazgo del partido hace un año.
-¿A qué se debe el actual empeoramiento de la situación en el Cáucaso Norte? Parecía estabilizado.
-Lleva camino de explotar porque los problemas existentes no se han resuelto. La violencia incluye elementos de terrorismo, separatismo e injerencia exterior, pero su principal componente es la protesta por la violación sistemática de derechos, por la ausencia de democracia, por la imposibilidad de influir en el estado de cosas y por la impotencia ante la corrupción.
-Allí está Georgia y la situación en la frontera también es tensa, ¿pueden reanudarse las hostilidades?
-El afán anexionista de Rusia ha hecho que ahora tenga mil kilómetros de frontera hostil en el sur, pero no sé si terminará habiendo una nueva guerra, sería una locura. Me preocupan también Ucrania, Moldavia e incluso Bielorrusia.
-¿También en esos países hay peligro de guerra?
-Hay peligro de injerencia de Rusia. El Kremlin podría verse tentado de aprovechar, por ejemplo, la actual inestabilidad en Ucrania para atizar conflictos en Crimea y en otras regiones del sur y este. Sería muy grave porque se volvería contra Rusia en forma de aislamiento.
-Moscú dice intentar así poner freno al avance de la OTAN.
-La mejor forma de hacer frente a la ampliación de la OTAN es posicionándose como garante de la integridad territorial y soberanía de esos estados, desarrollando con ellos buenas relaciones en todos los terrenos. Moscú formula sus prioridades en política exterior tratando de establecer zonas de influencia allí donde no le quieren ni ver.
-¿Qué espera de la cumbre Rusia-Estados Unidos de mañana?
-Es bueno que Obama y Medvédev hablen, pero no creo que se acuerde nada especial. Seguramente pactarán los principios para que se alcance en el futuro un nuevo tratado de desarme.
-¿Tan distantes ve las posturas?
-Rusia ocupa una posición indeterminada en su relación con el resto del mundo.
-Sus ambiciones no se corresponden con su potencial económico y tecnológico ni con su nivel de desarrollo sociopolítico. ¿Qué debe hacer entonces?
-Alinearse con los países democráticos, rechazar la ideología nacional-imperialista y dejar de apoyar regímenes totalitarios. La tendencia que se observa de neoimperialismo, la corrupción, la rehabilitación de Stalin, la inacabable propaganda antioccidental en los medios de comunicación impiden que podamos diseñar una adecuada política exterior y de defensa.
Hacia el Tercer Mundo
-Pero Rusia busca su modelo, ser un polo mundial de poder.
-La tercera vía no existe, lo que hay es el camino que conduce al Tercer Mundo. Rusia debería atemperar su retórica belicista. En lugar de tanto ensayo de misiles o demostraciones de músculo en los desfiles de la Plaza Roja sería más útil acabar con la corrupción y la criminalidad dentro de las Fuerzas Armadas, dotar de viviendas a sus oficiales y mejorar su preparación y equipamiento.
-¿Cuál es la estrategia de Vladímir Putin para superar la crisis?
-Consiste en esperar a que la situación en EE UU se solucione. Se insulta a los americanos, se les critica, se les convierte otra vez en el enemigo número uno, les damos lecciones de economía, de moral y de cómo hay que vivir, pero nosotros mismos esperamos a que su economía se reactive, a que suceda lo mismo en Europa y vuelva todo de nuevo a la normalidad.
-¿Medvédev ha logrado ya emanciparse de Putin?
-No.

La UE construirá un gasoducto que evitará pasar por Rusia

La Comisión Europea anunció hoy un acuerdo entre Turquía, Bulgaria, Rumania, Hungría y Austria. Apuntan a que Rusia ya no pueda dejar a Europa sin gas.

Por: Idafe Martín. Bruselas

La Comisión Europea anunció hoy un acuerdo entre Turquía, Bulgaria, Rumanía, Hungría y Austria para la construcción de Nabucco, el gasoducto que conectará al Caspio con Europa, evitando pasar por el territorio ruso y el de sus vecinos georgianos, ucranianos, bielorrusos, etc. Con Nabucco funcionando, Rusia ya no podrá dejar a Europa sin gas. El acuerdo, anunciado esta mañana por la Comisión Europea, está previsto que se firme el próximo 13 de julio.

El gasoducto, bautizado Nabucco, llevará a Europa occidental el gas del centro de Asia, dotando a los europeos de una vía de suministro alternativa al gas ruso, del que dependen al 80% actualmente y que les ha hecho pasar por varias crisis debido a las tempestuosas relaciones entre Rusia y Ucrania, país de tránsito del gas ruso destinado a Europa.

El pasado invierno europeo, Rusia cortó el gas -alegando una falta de pago de Ucrania- y millones de europeos, principalmente en el este y el centro del continente, sufrieron restricciones de suministros durante semanas en las que las temperaturas alcanzaron los -20º.

El acuerdo se logró entre la Comisión Europea y los países por los que pasará Nabucco: Turquía, Bulgaria, Rumanía, Hungría y Austria. El gasoducto, que si todo va según lo previsto, debería entrar en funcionamiento en 2014, cuenta también con participación alemana.

Rusia también trabaja en un nuevo gasoducto que evita el territorio ucraniano y que se cruzará con Nabucco en los Balcanes y tendrá su terminal final en Serbia, tradicional aliado ruso. Ambos proyectos competirán por comprar el gas en origen, porque los principales suministradores de ambas deberían ser Azerbayán, Kazajstán y Turkmenistán. A largo plazo podrían incorporarse al proyecto Irán e Irak.

En el proyecto Nabucco, que medirá 3.300 kilómetros, también participan Azerbayán, Georgia y Egipto, que ya firmaron un acuerdo con la Unión Europea a principios de junio en Praga. Turquía bloqueó durante años la firma del acuerdo con vistas a utilizarlo como condición para que aceptara una aceleración de sus negociaciones de adhesión al bloque europeo.

Si el acuerdo final, todavía no desvelado, recoge las exigencias de Turquía, Ankara tendría derecho al 15% del gas en tránsito de un total de 30 mil millones de metros cúbicos anuales. La Comisión Europea tiene presupuestados 200 millones de euros para su construcción, una pequeña parte de los 5.000 millones estimados en 2009 y 2010.

El coste total del gasoducto podría alcanzar los 7.900 millones de euros, que serán aportados principalmente por las compañías, públicas y privadas, de los países participantes en el proyecto.