domingo, 26 de abril de 2009

Realizan en Bulgaria reunión sobre energía

Sofía, 24 abr (PL) Representantes de 28 países, incluido Rusia y Estados Unidos, realizan hoy una conferencia sobre seguridad energética en esta capital, tras la crisis de corte de suministros de gas a Europa a principios de este año. Al menos 10 jefes de Estado o de Gobierno participan en el encuentro, en cuya inauguración el ministro búlgaro del Exterior, Ivailo Kalfin, expresó su esperanza de llegar a un acuerdo para eliminar a mediadores entre los países productores, de tránsito del gas y los consumidores.

Kalfin se refería así a la crisis de enero pasado derivada de los impagos de Ucrania por el gas entregado por Rusia y que obligó a ésta última a suspender los suministros, tras lo cual Kiev obstruyó el paso por sus gasoductos del combustible ruso hacia Europa.

El encuentro buscará conciliar una declaración conjunta sobre el respeto a las políticas y principios basados en la transparencia de las cantidades suministradas y los precios, afirmó el presidente búlgaro, Guergui Parvanov.

Bulgaria, que debió clausurar varias de sus centrales nucleares y, con ello, perder su estatus de exportador de electricidad regional, estuvo entre los estados más afectados por la suspensión de las entregas del gas ruso.

Este país figura a la vez en dos proyectos de grandes gasoductos para transportar combustible del mar Caspio y Asia Central al Viejo Continente.

El proyecto conjunto South Stream, de las compañías rusa Gazprom e italiana ENT, está valorado en unos 10 mil millones de euros y debe desembocar en este país y en otros de Europa como Austria.

Su rival, el Nabucco, respaldado por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, pretende tender una red también desde el mar Caspio y Asia Central, a través de Turquía, Bulgaria, Rumania, Hungría y Austria, pero sin tocar el territorio ruso.

La UE intenta reducir la dependencia energética de Rusia con el gasoducto Nabucco, pero especialistas locales consideran que éste último presenta dificultades en cuanto a la suficiencia de fuentes de administración se refiere, a diferencia del defendido por Moscú.

Argentina pierde ante Ucrania por 2 a 0 en la Fed Cup

Se disputó la primera jornada de la serie del play-off del Grupo Mundial por la Fed Cup por BNP Paribas que se juega hasta este domingo en el Club Náutico Mar del Plata entre la Argentina y Ucrania.

Ucrania se quedó con los dos singles, y la serie está 2 a 0 para los visitantes, que están a un paso de ascender al Grupo Mundial para el 2010, mientras que Argentina, de perder este domingo, el año próximo jugará el Grupo Mundial II.

Resultados de los partidos de este sabado:

Mariya Koryttseva (UKR) a Jorgelina Cravero (ARG) por 4-6, 7-5 y 6-2

Alona Bondarenko (UKR) a María Irigoyen (ARG) por 6-3 y 6-3



Programación del domingo, a las 10 horas


Jorgelina Cravero (ARG) v Alona Bondarenko (UKR)

María Irigoyen (ARG) v Mariya Koryttseva(UKR)

Paula Ormaechea/Aranza Salut (ARG) v Alona Bondarenko/Olga Savchuk (UKR
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Jabón solidario contra la radioactividad

Nueve kilos de grasa, otros tantos litros de agua, 1,5 kilos de sosa, cinco horas removiendo pacientemente y toda una noche solidificando. Es el laborioso proceso gracias al que el salmantino Alberto Merino logra fabricar un jabón muy especial. Una de sus peculiaridades reside en el origen de la grasa que utiliza para crear su jabón casero. Procede de una de las especialidades del bar que regenta junto a la catedral de Salamanca, las ‘patatas meneas’.

Durante los meses de invierno almacena las sobras de ese plato típico y, ya en su casa, se pone manos a la obra para elaborar una producción que supera los 200 kilos anuales. La otra particularidad de la labor que realiza este hostelero charro es el destino de los beneficios obtenidos con el jabón. Todo lo recaudado, a lo que se suma el dinero por venta de lotería y los donativos de particulares, va a parar a Bielorrusia. Allí, el dinero sirve para ‘descontaminar’ a más de 600 niños cada año, víctimas inocentes de la tragedia que el 26 de abril de 1986 –este domingo se cumplen 23 años- se llevó por delante en Chernobil y en un enorme área de influencia las vidas de miles de personas, y marcó para siempre el futuro de varias generaciones tras el accidente nuclear más desastroso de la historia moderna.

La vida de Alberto cambió ese día. Comenzó a recopilar información "porque estaba seguro de la gravedad del suceso" pero tardó más de una década en dar el paso de comprometerse. Tras leer en 2003 ‘Carta a la tierra’, el libro en el que el ex presidente Gorbachov hace un alegato en favor del respeto a la naturaleza, descubre a Vasily Nesterenko, uno de los cerebros del programa nuclear ruso que, tras dedicar 30 años de su vida a Chernobil, funda, junto al ajedrecista Anatoli Karpov y el premio Nobel Alexander Sakharov, el instituto BELRAD, una institución basada en un proyecto científico-humanitario en la que se fabrica Vitapec, el único fármaco capaz de eliminar el cesio y los metales pesados acumulados en los niños afectados por la catástrofe.

También, difunden consejos preventivos ante la radioactividad "ya que los vegetales y animales del bosque son los más asequibles cuando no hay dinero ni alimentos pero también los más contaminados", explica Alberto.

La implicación fue a más al conocer obras como ‘Voces de Chernobil’, la publicación de testimonios donde el propio Nesterenko, que había sido uno de los cerebros del programa nuclear soviético, narra su experiencia tras la explosión del reactor de la central. Alberto Merino supo entonces que, sin la intervención del científico, la catástrofe podría haber tomado unas dimensiones inimaginables ya que "se dio cuenta de que el núcleo fundido de la central estaba perforando el suelo y pronto contactaría con el agua subterránea".

En muy pocos días Nesterenko reclutó a un ejército de 750.000 ‘liquidadores’ que excavaron un túnel bajo la central para impedir ese contacto y la gigantesca explosión que hubiera provocado. "Muchos de aquellos voluntarios fallecieron y otros viven afectados por graves enfermedades fruto de la radiación", detalla Alberto que a lo largo de estos años ha dedicado muchas horas de su vida personal a recabar información acerca de BELRAD, "ya que no había nada en castellano" y ha tenido que traducirla del inglés y del francés.

Merino muestra una pastilla de jabón.| Ical.

Merino muestra una pastilla de jabón.| Ical.

Su intención es lograr la información necesaria para poder justificar mediante la elaboración de informes por qué pide ayudas. Ha viajado a la sede de la propia institución y a Ucrania y recuerda cómo, para quienes le acompañaron, "sobran los informes" después de ver aquello.

En 2004, Merino conoce ‘Ven con nosotros’, la ONG que se encarga de traer cada verano a niños ucranianos a Castilla y León, y a partir de ese año comienzan a llegar a Salamanca, donde varias familias se ofrecen a pasar junto a ellos unas vacaciones diferentes.

El tesón de este salmantino ha propiciado la llegada de casi 30 jóvenes ucranianos que pasan "de estar en un orfanato sin saber por qué están allí, a integrarse en familias que les cuidan y con los que aprenden a conocer un poco más de mundo". Asegura que se siente bastante más ‘lleno’ desde que colabora con el problema de los afectados por Chernobil y que su vida ha dado un giro sobre todo por conocer in situ el problema "y haber aprendido ciertas cosas de los genios del laboratorio". Afirma que todo lo que hace es "en honor a la justicia y al derecho a la vida de tantas familias y miles de niños".

Alberto recuerda cómo, en un primer momento, la ayuda procedente de Salamanca fue la primera que llegó desde España. Hoy, "por suerte", son ya varias las instituciones y ayuntamientos comprometidos con el sufrimiento de los afectados por la ingente liberación de multitud de isótopos aquel trágico sábado de abril.

A través de la ‘Asociación benéfica de ayuda a enfermos de Chernobil’ fundada por él, Alberto canaliza el apoyo prestado a Ucrania y Bielorrusia y agradece el apoyo de los clientes de su bar, donde su idea de fabricar el jabón solidario "ha tenido una gran aceptación". Precisa, además, que "es una buena forma de reaprovechar grasa animal de primera calidad".

Como buen fabricante, Merino destaca las virtudes de su producto al señalar que "es bastante bueno y no produce alergias" y muestra su satisfacción por los buenos resultados de una idea pensada "para no arriesgar invirtiendo en objetos que después podrían no venderse".

Mejoría rápida Los resultados de las mediciones de cada niño antes y después de tomar el producto que fabrica el instituto BELRAD son incontestables. La mejoría inicial es la cardiovascular "pero da espanto ver los miles de becquerelios (la unidad que mide la actividad radioactiva) que tienen los niños de ciertas aldeas y otros muchos con más de 300", precisa Alberto Merino que matiza que "con 25Bq de cesio ya empiezan a tener problemas cardiovasculares ya que ese isótopo radioactivo se adhiere especialmente al músculo cardíaco, páncreas, riñones…". De hecho se han dado casos de niños incapacitados para viajar porque a muy corta edad han sufrido fuertes anginas de pecho e, incluso, infartos.

Revela Alberto que BELRAD desplaza por Bielorrusia de forma gratuita ambulancias con sillones detectores de radiactividad y estaciones medidoras para que la población analice los alimentos que quiera y averigüen qué zonas tienen más contaminación. Los niños son su principal objetivo, "ya que aún tomando la misma comida que sus padres, al tener menos peso, los becquerelios que ingieren les supone una mayor concentración". "Esto hace que la mortalidad infantil sea aún mayor", lamenta.

La financiación impulsada por las ventas del jabón que Alberto fabrica permite que los niños reciban formación para reducir la radiactividad de los alimentos antes de ingerirlos. "Se les enseñan ciertos trucos que los especialistas ya tienen archidemostrados como, por ejemplo, que nunca deben tomar la nata de la leche porque acumula mucho más cesio que la parte líquida". Una labor preventiva y una ayuda que este hostelero comprometido considera "un honor". La colaboración se complementa con los viajes a España de los chicos, donde "sanean su organismo".

Mientras sigue recogiendo cada semana los residuos para mantener viva la "magia" de una tradición familiar capaz de convertir los deshechos en jabón, Alberto sueña con una mayor implicación de los gobiernos y organismos internacionales "que no deben abandonar a las poblaciones de las catástrofes cuando dejan de ser noticia", y suspira por que algún día las Universidades de Minsk y Salamanca puedan firmar un convenio de colaboración que multiplique tanto la ayuda como su repercusión. Hasta que ese día llegue, este modesto salmantino poco amigo de figurar y amante del trabajo en silencio, seguirá removiendo semana tras semana su caldero de ilusiones para ver cada verano cómo sus sueños de un mundo mejor crecen al ritmo de los chicos que a orillas del Tormes van recuperando la sonrisa gracias al tesón de gente como él.

Ucrania conmemora 23º aniversario de catástrofe de Chernobil

 Ucrania rendía homenaje la noche del sábado al domingo a las víctimas de la catástrofe nuclear de Chernobil, 23 años después del peor incidente nuclear civil de la Historia.

"Conmemoramos hoy con profunda tristeza a estos héroes que lucharon contra el elemento nuclear que se sacrificaron por nosotros y por nuestros hijos", declaró el presidente Viktor Yushenko en una declaración difundida por su servicio de prensa.

Un centenar de ucranianos, incluido el jefe del Estado y otros altos responsables nacionales depositaron coronas de flores por la noche delante de un monumento a las víctimas de Chernobil en Kiev y prendieron velas durante un oficio religioso consagrado a esta tragedia, constató un fotógrafo de la AFP.

Varios "liquidadores" -hombres que participaron en la limpieza del lugar de la catástrofe- colocaron una larga guirnalda a base de ramas de pino alrededor del monumento. Muchos lloraban.

En Slavutich, pequeña localidad a 50 km del lugar del accidente, donde reside buena parte del personal de la central, conmemoraciones nocturnas reunieron a varios centenares de ucranianos, que depositaban ramos de flores, coronas y velas delante de un monumento en memoria de las víctimas de Chernobil.

El 26 de abril de 1986, a las 01H23 locales, el reactor número 4 de la central de Chernobil situado en el norte de Ucrania, cerca de la frontera rusa y bielorrusa, hizo explosión y contaminó buena parte de Europa, sobre todo esos tres países, entonces repúblicas soviéticas.

Más de 25.000 "liquidadores" de la catástrofe, esencialmente rusos, ucranianos y bielorrusos que efectuaron varias labores, entre ellas la construcción de un sarcófago para cubrir el reactor accidentado, perdieron la vida, según estimaciones oficiosas.

Oficialmente, sólo en Ucrania 2,3 millones de personas, incluidos 220.000 liquidadores, se considera que "han sufrido las consecuencias de la catástrofe".

Un total de 4.822 ucranianos, niños o adolescentes en el momento de la catástrofe, fueron operados entre 1986 y 2007 de cáncer de tiroides, la consecuencia más evidente de la radiación, según un último balance del Ministerio de Sanidad.

La central de Chernobil, que seguía produciendo electricidad con un último reactor, fue cerrada en diciembre del 2000. Pero con su sarcófago agrietado que cubre unas 200 toneladas de magma radioactivo compuesto por combustible nuclear, sigue representando una amenaza constante.

Las autoridades han reforzado esta vieja capa de hormigón, realizada rápidamente después de la catástrofe.

Financiada con donaciones internacionales, la construcción de un nuevo sarcófago de acero para recubrir la vieja instalación empezará a finales del 2009 o principios de 2010 para concluir en 2012, por el consorcio Novarka que reúne a los grupos franceses Bouygues y Vinci.

Dos complejos de procesado de residuos radioactivos sólidos y líquidos y un depósito destinado al almacenamiento de combustible nuclear usado deben construirse en la zona contaminada alrededor de Chernobil en los próximos años.