domingo, 17 de agosto de 2008

La sudcoreana Jang Miran ganó oro y marcó tres récords mundiales en pesas

Pekín, 16 de agosto. La levantadora de pesas sudcoreana Jang Miran se colgó la medalla de oro en la categoría de más de 75 kilogramos de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, tras levantar 326 kilos, e impuso nuevo récord mundial.
Jang marcó además otros dos récords mundiales con los 140 kilos que alzó en el arranque y los 106 kilos del envión.
La medalla de plata fue para la ucraniana Olha Korovka, que con 160.92 kilos es la mujer más pesada de los Juegos. Korovka levantó 277 kilos, y superó a Maria Grabovetskaya, de Kazajtán, quien alzó 270 kilos para quedarse con el bronce.
GB domina el ciclismo
Bradley Wiggins y Chris Hoy conquistaron las pruebas de persecución individual y keirin, respectivamente, con lo que Gran Bretaña se apuntó tres de los cuatro títulos hasta ahora disputados en el ciclismo de pista en el velódromo de Laoshan.
Wiggins revalidó su título de persecución al superar al neozelandés Hayden Roulston y al también británico Steven Burke. A su vez, Hoy venció en el keirin dejando en segundo a su compatriota Ross Edgard y en tercero al japonés Kiyofumi Nagai.
El veterano español Joan Llanera se proclamó campeón de la prueba por puntos, al superar con 60 unidades al alemán Roger Kluge (58) y al británico Chris Newton, (56).
Andrunache, leyenda viviente
La rumana Georgeta Andrunache, quíntuple campeona mundial, asociada a Viorica Susanu en dos sin timonel, entró a la leyenda del remo con una quinta medalla de oro olímpica, igualando el récord mítico de su compatriota Elisabeta Lipa y de la británica Steve Redgrave. Andrunache y Susanu conquistaron la presea áurea con 7.20.60 minutos, dejando la plata para la dupla de China (7.22.28) y el bronce para el par de Bielorrusia (7.22.91).
Estadunidense ganó en skeet
El tirador estadunidense Vincent Hancock ganó la medalla de oro en la modalidad de skeet venciendo en desempate al noruego Tere Brovold y al francés Anthony Torres, mientras el ucraniano Oleksandr Petriv conquistó la final de pistola tiro rápido a 25 metros. La plata fue para el alemán Ralf Schumann y el bronce para su compatriota Christian Reitz.
El florete femenil, para Rusia
Rusia se adjudicó el título del florete femenil por equipos al derrotar en la final a Estados Unidos 28-11, mientras que la medalla de bronce correspondió a Italia, que se impuso 32-23 a Hungría en la lucha por el tercer lugar.
Bronce para Colombia en lucha
La canadiense Carol Hunt ganó la medalla de oro en la categoría de 48 kilos en lucha libre y la de plata correspondió a la japonesa Chicharu Icho, en tanto que se quedaron con el bronce Irini Mareni, de Ucrania, y Mariya Stadnik, de Azerbayán.
Mientras, en 55 kilos, la campeona fue la japonesa Saori Yoshida quien ganó en la final a la china Li Xu. Con el bronce se quedaron Tonya Verbeek, de Canadá, y Jackeline Rentería, de Colombia.
La china Ning repitió en bádminton
La campeona olímpica china Zhang Ning defendió con éxito su título en singles del bádminton al derrotar en la final a su compatriota Xingfang 21-12, 10-21 y 21-18. Con el bronce se quedó María Kristin Yulianti, de Indonesia, quien venció a Lan Lu, de China.
A su vez, los indonesios Markis Kids y Hendra Setiawan ganaron la medalla de oro en dobles, tras superar al binomio chino de Cai Yun y Fu Haiafen, por 12-21, 21-11 y 21-18. El bronce lo ganó Corea del Sur al derrotar a Dinamarca 13-21, 21-18 y 21-17.

Tensiones en el Cáucaso, tierra de eternas conquistas y rebeldías

Su lugar estratégico entre Oriente y Occidente y su geografía montañosa, que lo hace inexpugnable, lo pusieron siempre en la mira de los imperios. Hoy, cuando se vislumbran cambios en el balance del poder mundial, vuelve a ser el centro.
En una novela corta de gran belleza literaria, León Tolstoi canta al espíritu irredento de "los montañeses que vivían en las tierras inhóspitas" ubicadas entre dos mares, el Negro y el Caspio. Se refería al Cáucaso, una zona de tanta importancia estratégica que ningún imperio dejó de conquistarla si quería verdaderamente controlar Oriente.Así se fueron superponiendo capas geológicas de sumisiones y rebeldías: quisieron conquistarlos los mongoles, los musulmanes de Tamerlán y los cosacos. Cuando en el siglo XIX el zar de todas las Rusias los invadió, las tribus de daguestanes y chechenos le declararon la "yihad" y utilizaron su formidable fuerza de combate.Joseph Stalin, que había nacido en la región (Georgia), para dominarlos, los fragmentó y deportó.Esta ingeniería geográfica explotó en 1990, en los umbrales de la desintegración de la URSS. El resultado fue un entramado de territorios y rencores siempre a punto de estallar entre las tres ex repúblicas soviéticas de Georgia, Azerbaiján y Armenia (que quedaron como naciones independientes) y los enclaves de Abjazia y Osetia del Sur (que son de Georgia pero quieren ser rusas); los enclaves de Daguestán, Chechenia e Ingushetia (musulmanes de Rusia que quieren ser independientes) y Nagorno Karabaj, disputado por azeríes y armenios. Por eso es de una obviedad tragicómica que la frase "integridad territorial" sea el latiguillo que usan George Bush, Vladimir Putin y Angela Merkel para dirimir su pelea en el Cáucaso.Para Rusia, no se trata de la lucha por la hegemonía como durante la Guerra Fría. Simplemente es marcar las fronteras más allá de las cuales no quiere permitir el avance de ninguna potencia. En la visión del Kremlin, el cerco que ha ido tendiendo Washington ya lo ahoga al límite de lo tolerable. Basta mirar un mapa. Bases antimisiles de EE.UU. en Polonia y República Checa. Ucrania, abierta a la presencia norteamericana. El enclave de Kosovo, primero internacionalizado con tropas de la OTAN y ahora independiente. Bases militares en 3 de las 5 ex repúblicas soviéticas de Asia Central. Georgia, aliada estrecha de EE.UU. La aventura georgiana de avanzar sobre Osetia del Sur, y la drástica respuesta rusa, finalmente, no hacen más que indicar que nuevas tensiones y fuerzas están operando en la tablero internacional.El operativo "Osetia" (promovido o tolerado por el Pentágono) dio buenos resultados para el diseño militar de EE.UU. El proyecto estancado de una base en Polonia se resolvió de inmediato. Alemania y Francia, que se habían opuesto en abril al ingreso de Georgia y Ucrania a la OTAN, ahora dieron luz verde. Algo más: si tropas internacionales se instalan en Georgia estarán a un paso de Irán y del escenario bélico de Oriente Medio.Rusia, que tiene aún 5.200 cabezas nucleares y un stock de 8.800 de reserva esperando ser demanteladas (Bulletin Atomic Scientist 2008), fortalecida económica y moralmente de su derrota soviética, salió, por su parte, nuevamente al ruedo global, dispuesta a jugar fuerte en territorio que considera de su exclusiva influencia.Hoy, en los 300.000 km cuadrados de la región conviven musulmanes shiítas y sunnitas, judíos, cristianos ortodoxos y monofisitas de 36 etnias diferentes, cada una con su idioma. Su estructura social está basada en clanes. Sobre las antiguas pasiones territoriales y religiosas se suman las más modernas ambiciones geopolíticas y económicas. Para Europa es crucial: por allí pasan los ductos que le traen el gas de Rusia. Y el mar Caspio, famoso porque sus esturiones producen el mejor caviar, es rico en recursos naturales que escasearán: los cálculos hablan de más de 100 mil millones de barriles. En palabras de Tolstoi, la violencia se aferra al Cáucaso.

El Ejército ruso afirma que incautó más de 100 blindados a georgianos

El ejército ruso afirmó este sábado que había capturado más de cien blindados georgianos, entre ellos 65 tanques y cinco vehículos armados de misiles tierra-aire, en la zona de conflicto entre Georgia y la región separatista pro rusa de Osetia del Sur, según las agencias rusas. Entre esos equipos figuran igualmente 15 blindados ligeros, precisó el coronel Igor Konachenkov, de la comandancia de la infantería rusa. "Los blindados incautados por el ejército ruso han sido diseñados y fabricados esencialmente en Ucrania", añadió el oficial, quien dijo además que entre ese arsenal había un número no precisado de vehículos para transporte de tropas de fabricación estadounidense. Cañones D-30, así como sistemas de artillería de fabricación checa, figuran también en la lista de materiales que el ejército ruso dijo haberle incautado a los georgianos.

Europa y la mala estrella de la guerra de Crimea

Una de las guerras más crueles y absurdas del siglo XIX tuvo lugar en Crimea. La chispa que la desencadenó fue el más nimio de los incidentes imaginables: la desaparición de una estrella de plata que adorna el Portal de Belén, en Palestina. Monjes católicos y ortodoxos se acusaron mutuamente de haberla robado. Unos lograron el apoyo de Francia y los otros de Rusia; la tensión diplomática fue creciendo y (sumada a una situación ya volátil) todo terminó en una feroz contienda a miles de kilómetros.
Lo excepcional, por definición, es improbable, pero la onda expansiva de Georgia ha acercado más que nunca la posibilidad de otro conflicto por Crimea, esta vez en el siglo XXI. La península pertenece a Ucrania, pero Rusia mantiene sus bases navales en ella. En realidad, Crimea (como Osetia del Sur y Abjasia) es un regalo soviético reciente y discutible. El irredentismo está aún más justificado porque (a diferencia de Osetia y Abjasia) la población es allí completamente rusa, no solo pro rusa. El presidente ucraniano, Víktor Yúshchenko, que tiene que ser consciente de este paralelismo, ha decidido jugar con fuego al amenazar con bloquear la flota rusa de Crimea. En derecho internacional el bloqueo de un puerto es considerado casus belli , un motivo justificado de guerra?
Paralelismos
No es el único paralelismo entre Yúshchenko y su homólogo georgiano, Mijaíl Saakashvili, quien, por cierto, estudió la carrera en Ucrania. Ambos llegaron al poder en sendas revoluciones de colores (golpes de Estado blandos, pero más o menos populares). De sus promesas de lucha contra la corrupción, mejoras económicas y alineamiento pro occidental, ninguno de los dos pasó de cumplir la última, y aun esta ha resultado ser únicamente una alianza con Washington, no con Europa. En lo demás, ambos líderes se han revelado como demagogos autoritarios, sostenidos en el poder por medio de la corrupción y el fraude electoral. Rusia, con sus pulsiones imperialistas y autoritarias no es ningún ejemplo; pero, paradójicamente, parece el ejemplo en el que se han inspirado sus rivales.
El problema que esto plantea a Europa puede entreverse en la cauta diplomacia desarrollada por Francia y Alemania en Georgia. Con la excepción de Gran Bretaña (cuyas inversiones en los oleoductos georgianos la ponen en una posición diferente), la vieja Europa tiene la convicción de que, por condenable que sea la desmesura rusa, Georgia se lo ha buscado y, sobre todo, no merece una guerra mundial, ni siquiera una fractura diplomática grave.
La crucial energía rusa
Estados Unidos dispone de su propio petróleo y controla el de Oriente Medio, pero la UE depende de manera crucial de la energía rusa. Alemania, en particular, se ha preocupado de construir una relación sólida con Moscú después de que los impagos de Ucrania estuviesen a punto de provocar varias veces un corte del suministro de gas que nos habría afectado a todos. Una Ucrania en conflicto con Rusia es lo último que desea ver Europa. Por eso le negó, igual que a Georgia, la entrada en la OTAN. Quién sabe. En cualquier momento desaparece una simple estrella de plata y nos encontramos con una guerra en Crimea.

Rusia Ucrania y Occidente

Las relaciones de Rusia con Occidente han estado regidas, a lo largo de los siglos, por una curiosa ley de atracción y repulsión.El zar Pedro I protagonizó uno de los periodos de máxima atracción de Rusia por Occidente desde que abandonó el Kremlin por su nueva capital, San Petersburgo, abierta por mar a la Europa Occidental. Viajó de incógnito a varios países europeos y su admiración por la civilización occidental le llevó, entre otras cosas, a prohibir el uso de las largas barbas tradicionales entre los nobles cortesanos. También modificó el calendario ruso, en el que los años comenzaban en septiembre y su cómputo se originaba en lo que la Iglesia Ortodoxa había establecido como año de creación del mundo. Consciente del atraso ruso respecto a la Europa del Renacimiento, se esforzó porque en Rusia penetrase algo del pensamiento occidental y su manera de vivir. Si Pedro I representó un máximo en el ciclo de atracción, es indudable que Stalin lo hizo en el de la repulsión. Rusia (entonces URSS) se cerró a un mundo que tenía por hostil.Poco tuvo que opinar el pueblo ruso, pues los ciclos de atracción y repulsión fueron producto exclusivo de la voluntad o los caprichos de los dirigentes políticos del momento. Cabe constatar que muchos de estos ciclos se sucedieron casi automáticamente, por pura necesidad, y que a un periodo de repulsión y cierre sucedía otro de atracción, para compensar los inconvenientes percibidos en el ciclo anterior. Algunos analistas rusos consideran que Ucrania es una amenaza para Rusia, no para su seguridad sino para su instrumento propagandístico. El Kremlin desea el fracaso del modelo de desarrollo ucraniano para que el pueblo ruso lo rechace. Desde Moscú se observa con recelo el desarrollo político de la Ucrania postsoviética.Los futurólogos suelen exagerar las situaciones que anticipan en sus especulaciones, pero ciertos argumentos poseen peso suficiente para ser considerados. Si Ucrania tiene éxito en su aproximación a Europa, como se piensa en algunos círculos de Kiev, esto será la condena del "capitalismo de KGB" instaurado por Putin en Moscú. Resolverá, de una vez para siempre, el viejo dilema entre europeístas y eslavófilos en amplios sectores de la opinión rusa. Un analista ruso escribe: "Si prosigue la paranoia antioccidental del Kremlin y persiste la idea de una alianza euroasiática con China, veremos a este país dominar Siberia y nuestro Lejano Este. Y, aún peor, esa Rusia debilitada, legado del erróneo rumbo impuesto por Putin, acabará perdiendo el favor de los pueblos del Volga y del norte del Cáucaso, dominados por un islamismo en auge que no hace diferencias entre Rusia y EEUU al definir al satán occidental". La predicción sigue: "El resto de Rusia acabará uniéndose a Ucrania, que entonces ya será miembro de la Unión Europea". Los que así opinan, en Moscú o en Kiev, prevén que, en unos pocos decenios, de seguir la política preconizada por el tándem Putin-Medvedev, se cerrará sobre sí misma y volverá a sus orígenes la Historia de Rusia, que nació a finales del siglo IX en torno a Kiev, capital de la vieja Rus. Tras haber sido dominada por los mongoles, los lituanos y polacos, los zares de Moscovia, el régimen soviético y el putinismo final, sueñan con que Kiev recobre la hegemonía política en la Rusia del futuro. Los sueños, sueños son, pero a veces hunden sus raíces en la Historia. Aunque el sueño de los ucranianos en Kiev y de los visionarios de Moscú esté hoy ensombrecido por el poder de las mafias corruptas que dominan la política en ambos Estados, siempre quedan quienes se esfuerzan por alcanzar un futuro más atractivo.

Georgia y repercusiones: Ucrania y Polonia

Esta semana ha concluido el conflicto surgido cuando Georgia, país de la región del Cáucaso, intentó imponer su autoridad en las separatistas Osetia del Sur y Abjazia1. Todo terminó cuando intervino contundentemente la fuerza armada rusa, al ver la gran destrucción causada por la ofensiva georgiana en las zonas separatistas, que son prorrusas. El presidente de Georgia, Mikhail Saakashvili, tiene como máximo anhelo incorporar su país a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); para hacer méritos incluso había enviado para apoyar la invasión estadounidense de Iraq 2000 soldados, a los cuales llamó de regreso ante la gravedad de los acontecimientos; pero esta fuerza fogueada en Iraq nada ha podido hacer para evitar la imparable ofensiva de centenares de tanques rusos y la selectiva destrucción de la infraestructura militar georgiana.
Aspectos políticosLos EE. UU. han expresado su protesta por la reacción militar rusa (pero, por supuesto, nada han dicho de la destrucción causada por los georgianos en Osetia del Sur), pero han dejado en claro que no entrarán en guerra contra Rusia por defender a Georgia. Por otro lado, los presidentes de Ucrania, Polonia y Lituania, ex integrantes del bloque soviético y hoy opositores de los rusos, viajaron a Georgia a expresar su solidaridad y respaldo a Georgia. El presidente de Ucrania Viktor Yushenko, no se ha conformado con eso: está exigiendo a los rusos que cuando sus barcos de guerra salgan de la base naval de Sebastopol, que tienen arrendada en Ucrania hasta 2017, avisen al gobierno de Ucrania con 72 horas de anticipación (algo que no está previsto en el tratado de arriendo); además, el presidente ucraniano ha pedido que su país se integre la red antimisiles que los EE. UU. están por instalar en Polonia y en la República Checa.Red o escudo antimisilesPoniendo como justificación la necesidad de proteger a Europa de un ataque con cohetes por parte de países imprevisibles como Irán, los EE. UU. han fomentado la idea de instalar en Polonia y República Checa radares y cohetes antiaéreos con la capacidad de derribar los proyectiles de un posible ataque de Irán a Europa Central y Occidental. Pero los estadounidenses no quieren tomar en cuenta que en la práctica esos radares serían poco efectivos ante un ataque iraní, puesto que por la distancia y la curvatura de la Tierra, los cohetes agresores serían detectados cuando ya estén cerca de su blanco. El sentido común indica que si se quiere detener un ataque iraní de esa naturaleza, lo correcto es poner radares en países vecinos de Irán, como Turquía o Azerbaiyán, que son amigos de los EE. UU. y limitan con Irán, circunstancia que permitiría detectar al cohete iraní desde su despegue, y no cuando ya está cerca del blanco.¿Por qué entonces en Polonia y en la República Checa?Por una sencilla razón: dadas las ubicaciones que van a tener (Polonia y República Checa), la finalidad de los radares y cohetes antiaéreos no es en realidad proteger a Europa de un ataque iraní, sino la de neutralizar la capacidad de los cohetes rusos y obtener una ventaja estratégica, puesto que Rusia no tiene cerca de los EE. UU. radares que cumplan función semejante respecto de los EE. UU. Éste es el motivo por el que los rusos se oponen enérgicamente a la instalación de dichos radares y cohetes. Por el momento, Rusia ha advertido que desde el instante en que se instale ese material, las ciudades de Polonia y República Checa se convierten automáticamente en legítimos blancos de ataque con bombas atómicas.Las nuevas democraciasCuando se disolvieron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y su bloque militar llamado Pacto de Varsovia, una mayoría de los países que formaban parte del bloque socialista proclamaron su independencia y se plantearon tres objetivos: a) formar gobiernos democráticos, con separación de poderes; b) unirse a la Unión Europea (UE); c) unirse a la OTAN. Ninguno de estos países ex socialistas se ha declarado neutral o ha firmado un tratado bilateral con los EE. UU., que con su arsenal atómico garantizaría la seguridad de sus aliados; en vez de eso, estos países han optado por reavivar una tensión política y militar semejante a la Guerra Fría que durante 25 años tuvieron los EE. UU. y la URSS. Al tomar los gobiernos de países pequeños como Polonia o la República Checa una actitud no de neutralidad sino de alineación militar, obviamente se ponen en la línea de fuego; ellos recibirían un ataque nuclear mucho antes que los EE. UU. El caso de Polonia es dramático: como los irritados rusos instalarían sus cohetes nucleares muy cerca de Polonia, esto es, en Kaliningrado (región rusa limítrofe con Polonia) y en Bielorrusia, el tiempo de llegada de los proyectiles rusos a las ciudades polacas ya no se mediría en minutos sino prácticamente en segundos. Siendo países democráticos, ¿Polonia y la República Checa han consultado este asunto tan grave a sus ciudadanos? ¿Qué hacen metiendo a sus pequeños países en líos de grandes? No han consultado esto al pueblo; los presidentes lo han hecho por su cuenta. ¿Qué clase de democracia es ésa? MotivacionesLa principal es el dinero. Los fabricantes estadounidenses de armamento y de sistemas de defensa todo el tiempo obtienen de su gobierno contratos por miles de millones de dólares; sus ganancias son enormes y siempre disponen de dinero para corromper a gobernantes de otras naciones, que con tal de conseguir algo en el reparto de la torta ponen en gravísimo peligro a los países que gobiernan. En cuanto a los estadounidenses, podría decirse que casi han enloquecido: como si no fuese grave la situación del gigantesco gasto de guerra en Iraq y Afganistán, como si no fuese suficiente ver la permanente pérdida del valor del dólar frente a otras monedas, como si no les preocupara la extendida bancarrota generada por impagables préstamos hipotecarios, van a dar a Polonia ayuda militar por 20 mil millones de dólares, que es lo que piden los polacos para permitir instalar los radares y cohetes antiaéreos. Una suma mucho menor que ésa permitiría erigir buenos diques para proteger al pueblo estadounidense de las periódicas inundaciones que lo castigan.El peligroAunque los EE. UU. tienen una economía mucho más fuerte que la de Rusia, este país —con los cuantiosos ingresos que obtiene vendiendo gas, petróleo y equipo militar— ha salido de la crisis que lo aquejó la década pasada y está fortaleciendo su poderío militar. Cada vez más muestra su disposición de frenar, como lo ha hecho en Georgia, cualquier intento yanqui de apretar más el cerco militar que le tiende con repúblicas y republiquetas que, envalentonadas por el dinero y las armas de los estadounidenses, se sienten dispuestas a provocar y desafiar a Rusia. La situación puede agravarse, porque la posibilidad de entrar en guerra nuclear es algo concebible para los rusos, que desde los tiempos del régimen soviético ven como ganable una guerra nuclear y han desarrollado complejos de refugios y ciudades subterráneas2 de tal profundidad, que prácticamente son inmunes a impactos directos de bombas atómicas._____________________________1 Ver: Georgia y Osetia del Sur: los rusos en acción.

Ucrania, líder temporal en atletismo olímpico

Beijing, 17 ago (PL) Con una medalla de oro y otra de plata, Ucrania ostenta hoy temporalmente el liderazgo del torneo de atletismo de los XXIX Juegos Olímpicos Beijing-2008, que reúne a concursantes de 202 países.
Las dos preseas de los ucranianos las consiguieron anoche Natalia Dobrynska y Lyudmila Blonska en la prueba más completa para mujeres en las lides atléticas, el heptatlón.
Dobrynska, de 26 años de edad y que en la anterior cita estival terminó en el octavo lugar con seis mil 255 puntos, aumentó aquí su puntuación hasta 6733, su mejor marca de por vida.
Por su parte, la subcampeona mundial Blonska se quedó en 6700, pero relegó con facilidad a la estadounidense Hyleas Fountain (6619), consiguió la presea de bronce. En la lid del orbe de Osaka-2007 la heptatlonista ucraniana totalizó 6832 unidades.
Además de Ucrania, hasta hoy conquistaron lo más alto del podio representantes de Etiopía, Jamaica, Nueva Zelanda, Polonia, Rumanía y Rusia.
La etíope Tirunesh Dibaba ganó con récord olímpico de 29:54.66 minutos la prueba de 10 mil metros, mientras la neozelandesa Valerie Vili dominó sin mayores dificultades en la impulsión de la bala (20.56 metros).
En esta misma modalidad, pero en la porfía masculina, el triunfo fue para el polaco Tomasz Majewski, quien logró en esta Olimpiada su mejor marca personal (21.51).
Para Rusia la medalla de oro la obtuvo Valery Borchin, vencedor en los 20 kilómetros de marcha (1:19.01 horas), mientras Rumanía la ganó en el maratón (F) con Constantina Tomescu (2:26:44 horas).
Jamaica, además de conseguir su primer título de Beijing-2008, aportó al hombre grande del torneo, el velocista Usain Bolt, quien anoche estremeció el Nido de Pájaros con récord mundial y olímpico de 9.69 segundos en el hectómetro.
En el medallero figuran también Ecuador, Belarús, Kenya, Estados Unidos, Trinidad y Tobago, Turquía, Australia y China, todos con preseas de color plateado o bronceado.
La lid atlética de los XXIX Juegos Olímpicos proseguirá esta noche con la discusión de medallas en el lanzamiento del martillo y los 10 mil metros (M), los tres mil con obstáculos, triple salto y 100 metros lisos para damas

Se desmembra Georgia, Rusia amenaza a Polonia, Ucrania tercia

Varsovia firmó un acuerdo con Washington para instalar un escudo antiproyectiles demasiado cerca de Moscú. Esto produjo una dura reacción rusa contra Polonia y Estados Unidos, amén de alarma en la UE. Ucrania ofrece radaresa la Otan.Esta vez, tocó al general Alyexandr Nogovitsin, jefe del ejército, advertir que “Polonia será blanco de nuestros propios proyectiles en caso de represalias”. Una mirada al mapa, además, revela que el escudo puede ser poco util. Rusia retiene un fragmento de la ex Prusia oriental con dos bases militares.
Enclavado entre Polonia y Lituania, el territorio está bien al oeste del eventual escudo pretendido por la Organización del Tratado Noratlántico. Más interesante para la Otan es la oferta ucraniana: radares sobre el flanco sur de Rusia y su satélite, Byelorrusia.
Por otra parte, Nogovitsin observó que la doctrina estratégica moscovita permite emplear armas nucleares contra quienes también las tengan, propias o ajenas. A su vez, el presidente Dmitri Miedvyédiev señaló que el escudo está dirigido a su país, no contra Irán, como pretende George W.Bush. En otro frente, la UE, temen que alguna imprudencia polaca o norteamericana lleva al corte de gas ruso al oeste. Este fin de semana, el bloque escandinavo pidió prudencia, recordando que –vía el territorio de Kaliningrado (Königsberg)- Rusia da al Báltico, lejos de la órbita militar estadounidense.
En el Cáucaso, entretanto, las presiones diplomáticas de EE.UU. y Ucrania no hacen mella en Rusia. Moscu está dispuesto a reabsorber Osetia sur y escindir Abjazia, que equivale a la mitad de la actual costa georgiana sobre el mar Negro.
Días atrás, Nicolas Sarkozy había abierto negociaciones vía una propuesta unánime de la Unión Europea, que incluía la integridad territorial de Gerogia. Moscú dispuso cesar una sangrienta ofensiva que dejó 3.000 muertos y 100.000 desplazados. Pero no se va e, inclusive, apuesta a un cambio de gobierno.
Por otra parte, sus objetivos son claros: secesión de Abjazia, reunión de ambas Osetias y congelamiento “sine die” de la expansión intentada por la Otan (Ucrania, Georgia, Moldavia). También se esfuma el escudo de proyectiles soñado por Bush y sus aliados sobre las fronteras occidentales de Rusia.
Sarkozy visitó Tiflis a tres días de rechazar Moscú la tregua pedida por Georgia, Rusia invadió y bombardea objetivos civiles. Uno fue Gori, pueblo natal de Stalin. Hasta el cese del fuego el escenario recordaba la Chechenia de los 90. Por cierto, los ataques rusos restaron un cuarto de territorio georgiano. A partir de esta tregua, es sólo cuestión de tiempo que se reduzca Georgia a estado títere, como Armenia oriental. Para ello Moscú especula con sacar a Saakashvili –hoy impopular- y poner un gobierno más maleable, que podrían encabezar la opositora Nino Burchadze o Edvard Shevarnadze. Washington y Bruselas creen que todo eso deteriora la imagen rusa, pero esto no parece preocupar a Moscú.
En realidad, Osetia sur estaba en manos rusas desde hacía quince años y el poco sagaz Mijail Saakashvili intentó revertir eso sitiando Tsjinvali, su minúscula capital. Al parecer, Tiflis confiaba en la alianza casi personal con Bush y los dos mil soldados georgianos destacados en Bagdad.
Obviamente, EE.UU. no estaba en posición de intervenir. Ya ha salido malparado de demasiadas guerras lejos de sus fronteras y, en el Pentágono, crece la renuencia a meterse en conflictos donde juegan otras potencias. Por lo mismo, la extensión de la Otan al sur y el sudeste de Moscú se diluye junto con el poder político de Bush.
Al respecto, un analista alemán recordaba que, cuando China invadió Tibet, EE.UU. no intervino. Cuarenta y siete años antes, en 1912, la cosa era distinta: Lhasa se separó de Beijing -su señora feudal desde el siglo XIV- con apoyo del imperio británico. En 1959 ya no existía ese imperio. Ahora, tampoco hay un imperio norteamericano capaz de sofrenar a Rusia en el Cáucaso o a China en Tibet y Xinjiang.
La compleja marquetería regional de países, etnias, lenguas y religiones tampoco es fácil para Moscú, que trata de manejarla sin refinamientos desde tiempos de Catalina II. Como ella, Yíósif V.Dyugashvili (a) Stalin necesitaba recrear un equilibrio, roto al desplomarse el imperio otomano. El ex monje georgiano reabsorbió su patria chica durante los años 20, junto con Armenia nororiental y Adzerbaiyán.
Licuada la Unión Soviética, armenios, adzeríes y georgianos recobraron la independencia. Tiflis la había perdido en 1801, cuando Tibet seguía tan en poder chino como el Turquestán oriental (Xinjiang), hoy reducto de terroristas uigur con instructores chechenos de Al-Qa’eda. El resto de Caucasia dista de ser tranquilizador. Ambas Osetias, Abjazia, Daghestán, Kabardino-Balkaria, Ingushetia y... Chechenia son polvorines en potencia. La mano dura de Putin –como las de Stalin o Hu Jintao- no es una opción sino un imperativo, pero los norteamericanos (a diferencia de los ingleses) nunca fueron buenos en Realpolitik.
Sin duda, Bush queda en postura desairada. Aunque Rusia no esté a su nivel en poder militar, la proximidad al escenario bélico y la renuencia de la UE a nuevas balcanizaciones son decisivas. Máxime si Putin en realidad va ahora por Georgia entera. Le sería fácil satelizarla, como a Armenia. Si Adzerbaiyán se salva, será porque lo respalda una alianza de habla turca, liderada por Angora e integrada por Kazajstán, Türkmenistán y Uzbekistán, claves petroleras del Asia central. Volviendo a la UE, su dependencia de hidrocarburos que pasan por Caucasia explica que, desde iniciada la guerra el euro haya caído de US$ 1,55 a 1,49 (casi 4%).