sábado, 6 de septiembre de 2008

Analizan cancilleres la adhesión de Ucrania y Georgia a la OTAN

A invitación del gobierno de Francia, los cancilleres de los 27 países que forman la Unión Europea viajaron en un moderno tren de alta velocidad desde Paris a la ciudad de Avignon para analizar, entre otros temas, la adhesión de Ucrania y Georgia a la OTAN. Javier Solana, comisario europeo de Política Exterior, dijo: “no es una reunión para tomar decisiones, es para reflexionar, para analizar la situación actual”. Pero no todos pensaron lo mismo. “Creo que todos buscamos compromisos serios en asuntos como Georgia, de Medio Oriente, las relaciones transatlánticas”, expresó David Miliband, canciller de Gran Bretaña. Al terminar este encuentro durante el sábado, el canciller francés viajará a Rusia y a Georgia para plantear a sus gobiernos las conclusiones de la reunión. “Tenemos una cita en Moscú y en Tibilisi el lunes después de los dos días de trabajo”, indicó Bernard Kouchner, canciller de Francia. A la cita en Moscú también irán el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy y el Comisario Europeo José Manuel Durao Barroso, quienes negociarán con el presidente Dimitri Medvedev ajustes al Plan de Paz de 6 puntos para Georgia. Al mismo tiempo que se realizaba la reunión de Avignon, un tercer barco de la Armada de Estados Unidos llegó al Puerto de Poti en Georgia con ayuda humanitaria. John J. Millar, almirante de la Armada de Estados Unidos, declaró: “esto simboliza la amistad entre dos democracias, el pueblo de Georgia y su liderazgo y el pueblo de Estados Unidos y sus líderes”. El gobierno ruso denunció que los tres barcos portan armas además de la ayuda destinada a los miles de desplazados por la guerra en el Cáucaso.

UE.- Los 27 piden reforzar las relaciones transatlánticas y analizar los nuevos retos para la seguridad europea

Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea mantuvieron hoy un debate "franco y abierto", en palabras del jefe de la diplomacia gala, Bernard Kouchner, sobre la necesidad de reforzar las relaciones trasatlánticas con el nuevo inquilino que llegue a la Casa Blanca en enero de 2009.
Además de las relaciones transatlánticas, el otro gran asunto que ocupó a los jefes de la diplomacia europea en su primera jornada de trabajo en Aviñón fue la revisión de la estrategia de seguridad europea, impulsada en 2003, para atajar desafíos como la dependencia energética y la seguridad de abastecimiento energético en la Unión Europea, así como, por ejemplo, los efectos del cambio climático en la seguridad, la inmigración o la pobreza.
Al término de la primera sesión del Consejo informal de ministros de Exteriores de la UE, reunido hoy y mañana en la localidad francesa de la que es originaria Kouchner, el presidente de turno del Consejo aludió a varios desafíos a los que se enfrenta la comunidad internacional tales como las aspiraciones nucleares de Irán, la situación en Afganistán, Pakistán y en Oriente Próximo, además de otros desafíos como la lucha contra el cambio climático, la seguridad energética o la consolidación de los Estados de Derecho.
Kouchner, quien citó como ejemplo de cooperación clara entre Bruselas y Washington la respuesta a la crisis en Georgia, lamentó que aunque Estados Unidos y la Unión Europea compartan "valores comunes" ello no se traduzca siempre en actitudes similares. Sin embargo, reclamó no valorar la cooperación bilateral por "análisis pasados". "Hablamos de futuro (...) La vuelta de los micronacionalismos nos impone una vía común", agregó.
"Entre nosotros hay un verdadero acuerdo para trabajar con nuestros amigos americanos" para abordar problemas como la proliferación nuclear o el cambio climático. El jefe de la diplomacia gala explicó que la presidencia francesa de la Unión Europea ha preparado "un documento base" para impulsar la agenda trasatlántica.
No obstante, Kouchner añadió que ultimará este documento antes de remitírselo a Washington y a los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos --el senador demócrata por Illinois Barak Obama y el senador republicano por Arizona John McCain-- en el próximo Consejo informal de ministros de Exteriores de la UE que tendrá lugar en París, si bien no adelantó la fecha de la cita.
Hasta ahora, los jefes de la diplomacia europea venían celebrando dos reuniones informales al año, la tradicional 'Gymnich', nombre con el que se conocen estas reuniones informales en honor al castillo alemán que acogió la primera de estas citas en 1974. Sin embargo, Kouchner anunció hoy que los jefes de la diplomacia europea comenzarán a reunirse de manera informal dos veces por presidencia de turno de la Unión Europea, es decir, cuatro veces al año. La próxima cita tendrá lugar en París aunque no adelantó fechas.
LA UE NO REVELA SUS PREFERENCIAS POR UN CANDIDATO U OTRO
El jefe de la diplomacia gala no quiso responder a la pregunta de qué candidato estadounidense conviene más a la acción exterior europea. Kouchner se acaloró ante la evidente pregunta incómoda y, tras recapacitar, explicó que responderla sería "inmiscuirse de forma grosera en los asuntos de otros". Los ministros de Asuntos Exteriores sueco y británico, Carl Bildt y David Miliband, respectivamente, tampoco quisieron responder a la misma pregunta a su llegada al Consejo de ministros por la mañana.
Por su parte, el Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana, subrayó que a pesar de que la estrategia de seguridad europea que aprobaron los Veintisiete en 2003 ha resultado ser "muy útil" hasta ahora, desafíos como la seguridad energética hacen necesario revisarla.
El jefe de la diplomacia europea explicó que presentará a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea en el Consejo Europeo de diciembre "un documento corto y útil para implementar la acción exterior" europea, recogiendo los nuevos desafíos.
Por otra parte, Kouchner subrayó que el impulso a la Europa de la defensa debe ser "complementaria" a la acción de la OTAN y recordó que entre las prioridades de la Unión Europea está "intervenir para proteger". "La defensa de Europa y la OTAN son un complemento necesario", reconoció.
Preguntado cómo puede ayudar la Unión Europea para proteger a países como Ucrania frente a agresiones como la que experimentó Georgia, después de que las tropas rusas invadieran parte de su territorio, Kouchner reconoció que "hace falta hablar no sólo de Georgia, sino también de Ucrania, de Crimea", si bien no explicó los pasos que podría dar la UE en este sentido.
CUMBRE UE Y UCRANIA
Por su parte, la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, reconoció que los Veintisiete y el Ejecutivo comunitario ofrecerán a Ucrania, país con el que la Unión Europea celebrará una cumbre bilateral el próximo martes en Evián, reforzar sus relaciones con "un nuevo partenariado" aunque todavía están trabajando en cómo denominar esa relación de cooperación reforzada. "Hay que intentar acercar a Ucrania a la Unión Europea", subrayó.
Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn, dejó claro esta mañana, a su llegada al Consejo informal de ministros, que la crisis en Georgia no va a acelerar las discusiones sobre el ingreso de Georgia y Ucrania ni en la OTAN ni en la UE. "No podemos ni frenar ni acelerar" su ingreso en la Alianza Atlántica por la crisis en Georgia, admitió.
"La UE no va a hacer ni durante la presidencia francesa ni durante las siguientes presidencias una declaración concreta sobre la adhesión de Ucrania a la UE. Incluso los polacos dicen que, hablando de forma realista, antes de 2020 no podemos considerar que Ucrania pueda convertirse en miembro de la UE. No estamos ahí todavía", subrayó.

Rusia obtiene el apoyo de seis países de la ex URSS y critica a EEUU

Rusia obtuvo el apoyo de seis ex repúblicas soviéticas para su intervención militar en Georgia y denunció la llegada de un buque de guerra estadounidense a un puerto georgiano mientras, por su parte, el vicepresidente norteamericano Dick Cheney criticó a Moscú en Ucrania.
"Los socios de la Organización (del Tratado de Seguridad Colectiva, CSTO: Armenia, Belarus, Kirguistán, Kazajistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán) juzgaron negativamente la actuación de Georgia, la agresión de Georgia a Osetia del Sur" y expresaron su "solidaridad" con Rusia, informó el presidente ruso, Dimitri Medvedev, tras una cumbre de la CSTO en Moscú.
Este apoyo renovado que los países del ex bloque soviético dan a Rusia llegó mientras Cheney finalizaba una gira por los países de la región aliados a Washington en los que reiteró el respaldo de Estados Unidos.
En Kiev, el número dos norteamericano estimó que Ucrania tiene que vivir sin miedo a "una invasión o una intimidación militar", en alusión a la operación militar rusa en Georgia.


"Creemos en el derecho de los hombres y las mujeres a vivir sin la amenaza de la tiranía, del chantaje económico, de la invasión o de la intimidación militar", declaró Cheney tras la reunión con el presidente pro occidental ucraniano, Viktor Yushenko.
El número dos estadounidense también mostró el apoyo de su país a las ambiciones de Ucrania de entrar en la OTAN. "Ningún país externo tiene derecho de veto", dijo en alusión a la oposición de Rusia a que Kiev y Tiflis formen parte de la Alianza Atlántica.
La previa llegada de un buque de guerra norteamericano al puerto georgiano de Poti provocó una nueva oleada de críticas de Rusia contra Estados Unidos.
El "USS Mount Whitney" llegó para entregar ayuda humanitaria a las víctimas del conflicto ruso-georgiano, afirmó un responsable de la marina norteamericana, mientras que el portavoz del ministerio ruso de Relaciones Exteriores estimó que este tipo de embarcación podría ser utilizado con fines militares.
El "USS Mount Whitney" es el último de los tres navíos desplegados por Washington para entregar principalmente mantas, productos de higiene y comida para los niños de Georgia, según el ejército estadounidense.
Rusia ha criticado en repetidas ocasiones el envío de navíos estadounidenses a Georgia, en particular desde el inicio del conflicto con Tiflis, el 7 de agosto, y ha acusado a Washington de utilizar la entrega de ayuda humanitaria para rearmar de forma encubierta al ejército georgiano.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, incluso amenazó con una reacción.
Washington por su parte siempre ha negado esas acusaciones.
El viernes, por primera vez los diplomáticos europeos recibieron la autorización para entrar en una zona de Georgia controlada por las tropas rusas, mientras que su acceso siempre se había limitado a un solo pueblo, constató una periodista de la AFP.
Numerosos países occidentales han pedido a Rusia que retire sus tropas a las posiciones que ocupaban antes del 7 de agosto y han condenado a Moscú por su decisión de reconocer la independencia de los territorios separatistas georgianos de Osetia del Sur y Abjasia.
Los seis socios de Rusia en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva no se pronunciaron el viernes sobre el reconocimiento de la independencia de los dos territorios.
De visita en Lisboa, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, se declaró el viernes "muy satisfecha por los resultados obtenidos" por la Unión Europea (UE) en la cumbre extraordinaria sobre el conflicto ruso-georgiano celebrada el 1 de septiembre.
Los dirigentes de los 27 países de la UE decidieron paralizar las negociaciones para reforzar lazos con Moscú mientras las tropas rusas desplegadas en Georgia no vuelvan a las posiciones en las que se encontraban antes del conflicto.

Cheney proclama el derecho de Ucrania a entrar en la OTAN

Occidente quiere a Ucrania en su órbita y ayer lo dejó claro por partida doble. El vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, proclamó en Kiev el derecho de este país a incorporarse a la OTAN, lo quiera o no Moscú.
Cárcel de la CIA en Polonia

Y el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, consciente de que no todos los frenos proceden de Moscú, exhortó a los ucranios a acercarse a la UE como la mejor forma de garantizar su seguridad.
Tras llevar su apoyo político y económico a Georgia, Cheney viajó a Ucrania, país clave en el pulso entre Occidente y Moscú. El Kremlin ve su acercamiento a Occidente como un desafío que no puede quedar sin respuesta. Y el movimiento genera fisuras en Ucrania, donde la opinión pública es contraria a la OTAN. La coalición gubernamental está fracturada y la situación es tan inestable que nada puede descartarse: ni siquiera la formación de un Gobierno prorruso a corto plazo.
Cheney retó a Moscú desde Kiev: "Creemos en el derecho de hombres y mujeres a vivir sin la amenaza de la tiranía, del chantaje económico, la invasión o la intimidación", declaró, en referencia a las acciones de las tropas del Kremlin en Georgia. Y repitió que Rusia había "invadido" ese país en un "intento ilegítimo y unilateral de desmembrar su territorio".
El vicepresidente de EE UU reafirmó su apoyo al ingreso de Ucrania en la OTAN y advirtió a Moscú que "ningún país" fuera de la Alianza puede vetar la membresía de Kiev. Cheney se reunió con la primera ministra, Yulia Timoshenko, y después con el presidente, Víctor Yúshenko. Ambos dirigentes ucranios están enfrentados en estos momentos y el partido de Yúshenko ha abandonado la coalición que sostiene al Gobierno de la dama de la revolución naranja.
Los ministros de Exteriores de la UE debatirán hoy con detalle el conflicto del Cáucaso en la reunión informal que mantienen en Aviñón (Francia). Pero ayer el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, ya exhortó a Ucrania a que comprenda que, por su propia seguridad, debe estar más cerca de la UE, y añadió que Bruselas está dispuesta a contribuir a ello. Sin embargo, la Unión va despacio en su estrategia de acercamiento y no ha ofrecido ni a Ucrania ni a Georgia lo que en la jerga comunitaria se llama "una perspectiva europea", la promesa de una futura integración. No hay consenso sobre el grado de relación con ambos países.
Los europeos están muy satisfechos de su intervención mediadora en la guerra de agosto entre Rusia y Georgia, que presentan como un ejemplo de cómo la UE va convirtiéndose en actor decisivo en la escena internacional. Al menos en su vecindad. Prefieren pasar por encima de las ambigüedades que permitieron el alto el fuego, que esperan clarificar el próximo lunes con la visita de Nicolas Sarkozy, José Manuel Durão Barroso y Javier Solana a Moscú y Tbilisi.
Mientras tanto, en Georgia, el Mount Whitney, buque insignia de la Sexta Flota de EE UU, echó anclas en el puerto de Poti, lo que aumentó el malestar de Rusia por la presencia de naves de guerra norteamericanas en el mar Negro. Oficialmente, el Mount Whitney llevó ayuda humanitaria para los georgianos, pero el Kremlin sospecha que los buques están suministrando armas a Tbilisi.
En Moscú, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, integrada por siete repúblicas ex soviéticas, aprobó una declaración en la que expresa "su profunda preocupación por el intento de Georgia de solucionar por la fuerza el conflicto en Osetia del Sur". Sin embargo, Rusia no logró que ninguno de sus aliados reconociera la independencia de surosetios y abjazos.

La UE asume que debe hablar con Moscú del futuro de Ucrania

Europa hablará con Rusia del futuro de Ucrania, según reconoció ayer el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kuchner, durante una reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores que se celebra en el Palacio de los Papas de Avignon. La UE afronta una semana crucial que empieza el lunes con el viaje de la «troika» (el presidente en ejercicio Nicolás Sarkozy, el de la Comisión, José Manuel Barroso y el Alto Representante Javier Solana) a Moscú y a Tiflis y que continúa el martes con la cumbre UE-Ucrania que tendrá lugar en el balneario francés de Evian.
Las cosas serían más simples si la UE tuviese más claro qué quiere ofrecerle a Ucrania como símbolo de garantía de seguridad y si en Ucrania hubiera un Gobierno con un respaldo unitario para tomar una dirección en su política exterior. Para hacerse una idea de la situación interna en el país, baste decir que mientras que Bruselas había invitado al presidente Víctor Yúshenko y a la jefa del Gobierno Yulia Timoshenko, el primero se ha opuesto y ha invocado sus prerrogativas para viajar solo. Según fuentes diplomáticas europeas, este gesto ha sido recibido con «cierta decepción».
En todo caso, como dijo Kuchner, invocando el principio de «prevención, no sólo protección» en la UE «somos conscientes de que debemos hablar con Moscú no sólo de Georgia, sino de Ucrania y Crimea».
Una parte de lo que la «trioka» hablará con Moscú es el despliegue de una misión de observación. Puesto que se da por hecho que se cuenta con la autorización de Georgia, los Veintisiete se preparan para enviar unos doscientos funcionarios civiles, entre los que habrá españoles, según confirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Pero Rusia prefiere que este papel siga encomendado a la OSCE, organización de la que forma parte. En cuanto a Ucrania, todavía no se sabe ni el nombre que tendrá el acuerdo que se le ofrecerá, para que no prejuzgue sus futuras relaciones con la UE.