domingo, 6 de abril de 2008

Alejandro Toledo afirma que a la democracia hay que 'ponerle carne y hueso'

El sistema democrático debe ser capaz de entregar resultados concretos a los pobres, declaró en Ucrania el ex mandatario
Kiev (EFE).- El ex presidente de Perú Alejandro Toledo afirmó hoy que a la democracia hay que "ponerle carne y hueso" y exigirle que sea capaz de dar frutos, para que la gente pueda creer en ella.
"Si la democracia no es capaz de entregar resultados concretos, no es capaz de entregar una remuneración y un trabajo dignos, no es capaz de reducir la pobreza, la desigualdad y la exclusión, entonces aquellos que creen en la democracia comienzan a perder fe", dijo Toledo.
El ex jefe de Estado peruano participa en la V Asamblea del Movimiento Global por el Desarrollo y la Democracia, que se inauguró hoy en la capital ucraniana y que se prolongará hasta el miércoles próximo.
"Nunca pudo ser más propicio que este encuentro sobre el movimiento global por la democracia se realice en Ucrania", dijo Toledo, al destacar que se trata de un país cuya democracia está en transición.
Señaló que el proceso de desarrollo democrático que tiene lugar en el Este de Europa "no debe ser entendido como un trasplante de la democracia norteamericana", pues "cada uno construye su democracia".
"He venido a esta conferencia a decir que si creemos en la democracia tenemos que ser capaces de entregar resultados concretos a los pobres, a los excluidos", dijo.
Toledo regresará a Perú a fines de mes para participar, junto a otros doce ex presidentes, empresarios y representantes de la sociedad civil en una conferencia que intentará elaborar una agenda de democracia en América Latina para los próximos veinte años.
"De la euforia de la recuperación de la democracia en América Latina, excepto en un solo país, nos estamos yendo al otro extremo, al de la apatía, del desencanto con la democracia, porque no hemos sabido entregar resultados concretos", constató.
Explicó que los altos ritmos de crecimiento económico en los países latinoamericanos no tienen ningún correlato con la situación de amplios sectores de la población, excluidos de los beneficios de la expansión de la economía.
"No hay que descansar sólo en el crecimiento económico, porque tenemos un país impaciente y molesto", dijo Toledo, al destacar que la economía peruana crece el 8,5 por ciento anual.
Añadió que los indicadores macroeconómicos son muy importantes, pero advirtió de que "cuando el crecimiento queda en las manos de pocos, emerge el desencanto y sobre todo el populismo barato, que trata de resolver el problema de la pobreza regalando pescado".
Toledo rechazó de manera contundente que la conferencia que se celebrará a fines de mes en Perú guarde relación con la política peruana y, en particular, con las próximas elecciones presidenciales.
"La conferencia no tiene nada qué ver con el tema electoral. Yo ya tuve el privilegio de conducir los destinos de mi país y me parece muy prematuro pensar en cualquier tema electoral, a tres años o cuatro años de los comicios", sentenció.rio

Costes del populismo

En los últimos meses hemos sido testigos de nuevas formas de proteccionismo que, para variar, recaen sobre los mercados agrícolas. Tradicionalmente los agricultores han hecho pesar su voz, restringiendo las importaciones de granos, carne, leche, frutas y otros productos. Esta protección tenía su origen en países ricos, con una agricultura de altos costes, e iba en desmedro de los consumidores de esos países y de los productores agrícolas en el mundo en desarrollo. Las tensiones han sido suficientes como para dejar en el congelador la agenda de la Ronda de Doha.

Gobiernos proteccionistas condenan al mundo a alimentos más caros al reemplazar cooperación y comercio, por temor y arbitrariedad
El nuevo proteccionismo tiene el signo opuesto: son los gobiernos de países pobres que exportan alimentos con un peso muy fuerte en la canasta de los consumidores locales, los que restringen exportaciones para asegurar abastecimiento amplio y barato.
Frente a la fuerte alza de los precios del trigo, hemos visto como Ucrania, Rusia y otros productores han limitado exportaciones. En las últimas semanas ha tocado el turno al arroz: Vietnam, Egipto e India están intentando frenar exportaciones para mantener los precios internos bajo control, en medio de fuertes alzas en el precio de este cereal en los mercados internacionales.
Estas medidas distorsionan seriamente el comercio internacional y siembran el miedo al desabastecimiento, impulsando compras preventivas por otros países. Con ello prácticamente aseguran que en el futuro los consumidores vamos a tener que pagar más caro por los alimentos y, de paso, condenan al hambre a los más pobres y a quienes dependen de la ayuda internacional para alimentarse.
Al bloquear las alzas de precios en el mercado local, los gobiernos están indicando a los agricultores que se deben dedicar a otros cultivos, no los más escasos. Es cierto, otros productores, en otros países, van a reaccionar cultivando el trigo y arroz que faltará, pero a costes más altos, ya que no son tan eficientes ni productivos como los agricultores del Cáucaso o del valle del Nilo. Al final todos perderemos en este proceso de destrucción de comercio, en que la cooperación inducida por la mano invisible de los mercados libres y el comercio internacional, es reemplazada por el temor y la desconfianza ante la arbitrariedad.
Joaquín Vial es miembro del Servicio de Estudios de BBVA.

El pintor de dólares

EL PERSONAJE- SALOMON SMOLIANOFF

APUNTE BIOGRÁFICO
Nace el 26 de marzo de 1887 en la ciudad rusa de Poltava (hoy Ucrania). Las fechas exactas no se conocen con certeza, pero alrededor de 1915, en todo caso antes de la Revolución Soviética, Smolianoff estudiaba en la Academia de Arte de Petrogrado. En 1924 es detenido por primera vez. Ya entonces sus falsificaciones eran tan buenas que sólo fueron detectadas por el Banco de Inglaterra. Fue arrestado otra vez en 1939, y condenado a cinco años de cárcel por falsificar papel moneda. En el 44 fue trasladado a Sachsenhausen.El 5 de mayo de 1945 fue liberado por tropas estadounidenses del campo de concentración de Ebensee.Se le pierde la pista durante unos años. Reaparece en Argentina a principios de los 60, donde muere poco después.

En pleno auge del revisionismo histórico, la segunda Guerra Mundial ha alcanzado la categoría de género narrativo. Salomon Smolianoff fue, a su pesar, protagonista de uno de los episodios más desconocidos y extravagantes de esa guerra, la 'Operación Bernhard', un plan secreto de los nazis para producir millones de libras y dólares falsos con los que hundir las economías de los países aliados. Smolianoff era un judío de aspecto insignificante, vulgar, gris. Y también el mejor falsificador del mundo. Perfeccionista obsesivo, era capaz de reproducir con exactitud casi cualquier cosa en la que fijara su atención. Comenzó como copista de obras de arte, pero para 'clavar' un Rembrandt hay que estar inspirado, y nuestro hombre acabó por cansarse de esperar a las musas. Decidió usar un único color, el verde dólar, y en vez de retratos y paisajes, comenzó a falsificar billetes de diez. Frívolo, mujeriego, amoral y divertido, su chiste preferido era: «¿Por qué ganar dinero haciendo obras de arte si puedo ganar más dinero haciendo dinero?». Smolianoff abandonó Rusia (con pasaporte falso, claro) cuando las cosas empezaron a torcerse para los judíos. Se sabe que pasó por Estocolmo, Amsterdam y Montecarlo, gastando con ligereza importantes sumas de dinero y exhibiendo un tren de vida que no casaba con su imagen de aburrido contable. Vivía peligrosamente. Se alojaba en hoteles de lujo y apostaba fuerte en los casinos mientras la policía de varios países europeos le pisaba los talones. Lo arrestaron varias veces, siempre por falsificación de moneda. La última de ellas, en Berlín, en 1939. Teniendo en cuenta su condición de judío, la policía tardó poco en sentenciar el caso: Mauthausen. Trabajos forzados. Y aquí es donde las cosas empiezan a ponerse interesantes. Top secretDespués de cinco años picando piedra, Smolianoff fue trasladado a Sachsenhausen con otros veinte prisioneros. Meticulosos impresores, tipógrafos, linotipistas, grafistas... un equipo de artistas obligados a trabajar como falsificadores para la citada operación de alto secreto. Uno de sus compañeros en Sachsenhausen, Adolf Burger, impresor eslovaco arrestado por 'motivos políticos' en 1942, concibió la romántica idea de que se podía combatir al ejército nazi incluso desde dentro de un campo de concentración. Fue Burger quien convenció al resto del equipo para sabotear la producción de billetes, estropeando deliberadamente la gelatina necesaria para la impresión. Después de que asesinaran a su mujer, su propia vida le importaba más bien poco, y si saboteó el proceso fue para salvar su conciencia. Aún hoy continúa dando conferencias en las que relata lo que realmente ocurrió. Smolianoff, en cambio, no participó en las acciones de sabotaje. Trabajó duro, demostrando sus habilidades. Pragmático, no paraba de repetirse que lo suyo era mucho mejor a ser un preso normal. Iba lo más limpio posible, no tanto por mantener la dignidad como por agradar a los kapos, que se mostraban menos salvajes ante un prisionero aseado. Mientras tanto, el ejército aliado ganaba terreno.En la película sobre su vida, Smolianoff y sus compañeros son liberados de Sachsenhausen. En realidad, los talleres de falsificación fueron desmantelados cuando el frente oriental cayó a principios de 1945 y los rusos cruzaron el Oder en su camino hacia Berlín. Los prisioneros y su taller fueron trasladados a los Alpes y finalmente realojados en el campo de concentración de Ebensee, en Austria, de donde fueron liberados por el Ejército estadounidense. Dedos de pianista'Los falsificadores', que ha ganado el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, recrea su historia con libertad y atrevimiento. El papel de Smolianoff lo interpreta, de manera brillante, el actor Karl Markovics. Aunque también es bajito y tiene orejas de soplillo, hay algo en él que no acaba de encajar con la imagen que uno tiene de un falsificador. Markovics es un tipo de aspecto patibulario, dedos deformes y nariz de boxeador. Smolianoff fue un delincuente, pero no un maleante. Un artista de la falsificación pero artista al fin y al cabo, con los dedos largos y fuertes, como los de un pianista.

Problemas con ultra-ortodoxos en un vuelo de El Al

Los pasajeros ultra-ortodoxos del vuelo de El Al a Kiev causaron una grave conmoción después que se proyectó una película a bordo del avión.Los hombres, en ruta a Uman, Ucrania, para visitar la tumba del rabino Najman de Bratslav, dijeron que la compañía había prometido no mostrar una película durante el vuelo. Según testigos, los hombres comenzaron a gritar y tratar de impedir físicamente el despliegue de las pantallas de cine.Esta no es la primera vez que la empresa de aviación se enfrenta a problemas con pasajeros ultra-ortodoxos en vuelos a lugares religiosos. En 2002, una tripulación de vuelo tuvo que impedir que un pasajero ultra-ortodoxo, que volaba de Israel a Gran Bretaña, se envolviera en bolsas de plástico. El piloto se vio obligado a regresar al aeropuerto internacional Ben Gurion, a fin de desalojar al pasajero de la cabina del avión. El pasajero, un Cohen, se envolvió a sí mismo en bolsas de plástico por temor a convertirse en impuro ya que el avión pasó por encima del cementerio de Holón y él, en consecuencia, podía convertirse en impuro.El rabino Yosef Shalom Eliashiv, el líder de la comunidad lituana en Israel, publicó una ley de halajá en que se estipula que no deben volar en esa trayectoria ya que tienen prohibido volar sobre un cementerio. Más tarde, el rabino Eliashiv encontró una solución a esta cuestión. Determinó que el envolverse con gruesas bolsas de plástico mientras el avión cruza el cementerio es aceptable.

"La globalización es la edad de oro de la mafia"

Diversificado y adaptado a los nuevos tiempos, el crimen organizado vive momentos de gloria. Así lo cuenta este periodista, que ha investigado sus tentáculos durante años.

Tras dedicarse durante casi veinte años a recorrer Europa del Este y los Balcanes como periodista de la BBC, las transformaciones en el paisaje que le rodeaba obligaron a Misha Glenny a cambiar de especialidad: de las revoluciones políticas pasó a investigar otro tipo de movimientos telúricos, más profundos y peligrosos: el poder creciente de las mafias. Pero su nuevo trabajo le llevó por escenarios muy distintos e insospechados: desde la frontera noroeste de Estados Unidos, inundada de marihuana, hasta tugurios de Nigeria donde se planifican y ejecutan timos por Internet que ni el David Mamet de Casa de juegos sería capaz de imaginar. Glenny, un británico de 49 años de origen ruso, ha recogido estos años de investigación en McMafia, un libro de 500 páginas que aparece a la vez en numerosos idiomas este mes de abril (en España lo edita Destino). Es un viaje al reverso tenebroso de la globalización, a los rincones oscuros de un mundo en cuyos pasillos abiertos se mueve cada vez con mayor agilidad la gigantesca hidra del crimen organizado. Los protagonistas de McMafia ya no son sólo los tipos de la coppola (la tradicional gorra siciliana) que controlan miles de millones de euros en armas y drogas desde la silla de paja de un chamizo, ni los macarras búlgaros que llevan collares de oro que servirían para sujetar el ancla de un transatlántico: son personajes mucho más sofisticados y hábiles que saben aprovechar los puntos flacos del sistema en el que viven. Y en un mundo global, eso quiere decir todo el planeta. La entrevista tiene lugar en Bruselas, donde Misha Glenny ha acudido a un congreso internacional como experto en crimen organizado.
Su libro acaba diciendo que estamos en la edad de oro de la mafia. ¿No cree que es una afirmación demasiado pesimista? Porque parece que la mafia siempre ha vivido en una permanente edad dorada? La extensión de lo que llamo la economía en la sombra, en la que las organizaciones criminales de todo el mundo tienen un papel esencial, es mucho más grande que nunca, sobre todo después de la caída del comunismo y como consecuencia de la globalización, que es la edad de oro de la mafia. Aunque el capital fluye de una forma espectacular, siguen existiendo frenos importantes, como la Política Agrícola Común, que ofrecen oportunidades para que el crimen organizado logre fabulosos beneficios. Eso coincide además con la caída del comunismo y con una gigantesca transición que no sólo afectó al este de Europa y a Asia central, sino a lugares como Suráfrica. Y también está la emergencia de China. No siempre es posible satisfacer las aspiraciones materiales de la gente, sobre todo en los países en vías de desarrollo, a través de los métodos que legalmente permite la globalización. Un ejemplo: Albania se hundió a la vez que se hundieron los mercados del este de Europa en los que tenía algunas exportaciones cruciales, como los cítricos. Trató entonces de vender sus naranjas y limones a Europa occidental, pero no pudo porque la Política Común protege a los cultivadores de Portugal, España, Italia y Grecia. No logró competir con estos subsidios. ¿Qué ocurrió? Que muchos de estos campesinos destruyeron sus cultivos de cítricos y plantaron cannabis a cambio, y lo venden en cantidades industriales. Y estos ejemplos se multiplican en todo el mundo. Mientras se produjo la transición, el crimen organizado trabajó rápido y con inteligencia y desarrolló un sistema global, que representa una economía alternativa.
Uno de los aspectos más terroríficos de su libro es que, cuando se habla de mafia, uno espera encontrarse con Nápoles, Palermo, tal vez Sofía o incluso Moscú, pero no con lugares como Vancouver, Nigeria, Suráfrica, Israel o Bombay. ¿Tanto ha cambiado el panorama? Israel es un ejemplo fascinante de esto. Cuando vas allí, la única cosa de la que la gente quiere hablar es del conflicto con los palestinos. Cuando expliqué que quería investigar el crimen organizado, la gente me preguntaba: ¿por qué? Es una sociedad que en los últimos diez o doce años ha sufrido una liberalización dramática, y algo tenía que estar ocurriendo. Pero cuando fui a ver a la responsable de la lucha contra el crimen organizado, fue muy franca: Israel se gasta muchísimo dinero en la seguridad, pero todo se dedica al asunto palestino. Y lo que ocurre con el crimen organizado es que tiene una capacidad enorme para detectar los sitios en los que se producen las mejores oportunidades. En los años noventa, en Israel se produjo una inmigración enorme de judíos rusos, el 15% de la población, que hablan otra lengua, con valores culturales muy diferentes y con un sentido de la identidad muy superior al de los otros inmigrantes que crearon ese país. Eso produjo muchos cambios y trajo nuevos hábitos de consumo, entre otros un flujo muy importante de narcóticos. Y también el tráfico de mujeres, que es una industria horrible, pero enorme.
Pero eso no es algo nuevo. El gran periodista francés de principios del siglo pasado Albert Londres relató en uno de sus libros más conocidos, ?El camino de Buenos Aires?, la trata de blancas de Polonia a Argentina? Pero se está expandiendo cada vez más. Por ejemplo, si se mira a Londres. En el Reino Unido existe esa legislación peculiar que hace que la prostitución como tal no sea ilegal, pero sí los anuncios, al igual que tratar de captar clientes. La prostitución estaba durante largo tiempo restringida a mujeres británicas que operaban en lugares muy definidos, y no era un gran problema. Pero a principios de los noventa comenzaron a aparecer anuncios con postales en las cabinas, y, de repente, estaban en todas partes, en todas las pequeñas ciudades. Fue una invasión enorme que se produjo en todo el mundo. El uso de prostitutas por parte de los hombres en todos los países occidentales se incrementó de forma dramática. Cuando era estudiante en la universidad no podía imaginar que ninguno de nosotros fuese con prostitutas. Y ahora hay muchísimos jóvenes que se van de fin de semana sólo para hombres a un país báltico, y en el paquete está incluido la visita a un burdel. Es un fenómeno que está fuera de control.
¿Nosotros como consumidores podemos hacer algo para luchar contra el crimen organizado, como lo que logró la campaña contra los ?diamantes de sangre?? Sin duda, y esto está cambiando gracias al trabajo de organizaciones tanto gubernamentales como no gubernamentales. El papel de Global Witness fue fundamental en la lucha contra los diamantes de sangre: es una pequeña ONG, con sede en Londres, cuyos representantes fueron a Angola y dijeron que estaban haciendo una investigación para un documental. Demostraron los lazos entre la guerrilla de UNITA y los diamantes en una investigación realmente peligrosa. Pero sabían que si conseguían que en Estados Unidos unos pocos senadores o congresistas se interesasen por el tema podrían lograr mucha publicidad. Eso se convirtió en los Protocolos de Kimberly, contra los diamantes de sangre. Incluí esta historia en el libro para demostrar que tenemos poder para hacer cosas: identificar la naturaleza precisa de los problemas que afectan a la economía en la sombra e identificar el lugar donde las economías lícita e ilícita se encuentran. Demasiadas veces en Occidente, los Gobiernos definen el crimen organizado como un cuerpo ajeno, exterior: los bárbaros a las puertas, que están esperando para destruir nuestra civilización e infectarnos con su maldad. Y no es así.
Sin embargo, es cierto que, en un mundo globalizado, las mafias de Europa del Este, sobre todo búlgaras y kosovares, se han hecho muy poderosas, por ejemplo, en España? Esta idea de que, si mantienes a un país fuera de la UE, sus redes de crimen organizado no pueden entrar es falsa. Si perteneces al crimen organizado, siempre puedes cruzar una frontera; es la gente normal, los fontaneros, los camareros, los que son discriminados si se mantienen cerradas las fronteras. Con la caída del comunismo y el aumento de la inmigración, esto se convirtió en un claro problema. Pero no olvidemos que España ha sido un lugar de asentamiento para las mafias sobre todo por una industria determinada: la cocaína. Este desembarco se ha visto también propiciado por una de las operaciones más claras de la mafia: el chantaje a cambio de la protección, que crece al abrigo de la construcción.
En Bulgaria o Rumania hay muchos policías españoles, británicos o alemanes que trabajan sobre el terreno, y su teoría es que, desde dentro de la UE, es mucho más fácil luchar contra la criminalidad organizada. ¿Está usted de acuerdo? Tienen toda la razón. La gente que en la UE quiere mantener a esos países fuera hace un regalo espectacular al crimen organizado. Tenemos que hacer que estos países entren lo antes posible. El paro es también un caldo de cultivo terrible para el crimen organizado, porque dispone de recursos humanos gigantescos para reclutar.
¿Es ése el motivo por el que Kosovo, que cuenta con un 50% de desempleo, es considerado por algunos como una pequeña Colombia en Europa? No es una Colombia porque no produce cocaína, pero es un gran punto de distribución de heroína y de trata de blancas en Europa. También es un ejemplo de manual de cómo un lugar de actuación tradicional de las mafias se expande a causa de un conflicto. Hay una ciudad en el sur de Serbia, de mayoría albanesa, que es el centro de distribución de la heroína que viene desde Bulgaria, donde es introducida por mafias turcas. Y allí es vendida tanto a grupos albaneses como serbios. Una ruta pasa por Kosovo, Macedonia y entra en la UE a través de Italia, y otros cargamentos van hacia el norte, a través de Belgrado, luego Austria y Alemania. Desde 1999, con el protectorado de Naciones Unidas, el producto interior bruto de Kosovo ha ido decayendo. Además, una vez que terminó la guerra, los países de la UE devolvieron a muchos albaneses que estaban refugiados, y eso redujo el importe de las remesas. La combinación de una economía que decrece y de un paro galopante, más las mujeres y la heroína, sólo puede convertir a Kosovo en un Estado mafioso. Se ha trabajado muy poco en un asunto esencial: cómo funciona este Estado. Ahora mismo hay cinco autoridades a la vez, y ninguna sabe lo que hace la otra. Lo único que funciona en medio de estas situaciones caóticas es la mafia.
El juez italiano Giovanni Falcone, antes de ser asesinado cerca de Palermo en 1992, escribió que había contraído una deuda con la Mafia que sólo se pagaría con su muerte. ¿Ha conocido, a lo largo de sus investigaciones, a mucha gente con ese tipo de deudas? Sí, mucha gente. Uno de los personajes más extraordinarios que he conocido es Walter Maierovitch, el magistrado brasileño que trabajó con Falcone, y que fundó en São Paulo un instituto dedicado al juez italiano que investiga el crimen organizado. Son personas con las que estableces lazos muy profundos, y eso es lo que me ocurrió con Maierovitch. Trabajó con Falcone en el caso Buscetta [un mafioso que en los años ochenta rompió la ley del silencio y se convirtió en un pentito, en un arrepentido], un momento clave en la lucha contra la Mafia. Era fascinante hablar con él sobre Falcone y su determinación. Todos los que se dedican a esto son plenamente conscientes de que están arriesgando la vida, de que pueden ser asesinados en cualquier momento; pero han tomado la decisión moral de que tienen que seguir adelante. También quise hablar con los propios mafiosos, y lo conseguí en algunas áreas. Y no siempre representan el mal absoluto, porque proporcionan empleos en zonas donde nadie más está presente y dan servicios a la comunidad. Y creo que están haciendo un buen trabajo.
¿Es su teoría del buen gánster? Sí, son personas que en tiempos de cambios revolucionarios proveen empleos y consiguen que los servicios funcionen. Aunque está integrada por tipos bastante siniestros, la mafia rusa entró, en sus orígenes, en esta categoría. Fueron las personas que manejaron la transición al capitalismo, porque el Estado era sencillamente incapaz de hacerlo. Y eso ocurrió en muchos otros lugares de Europa del Este. La ausencia del Estado permitió en Rusia el robo masivo de los inmensos recursos naturales del país. El problema que se produce cuando la mafia se convierte en reguladora del mercado es que no hay ningún tipo de responsabilidad democrática, ni de transparencia. El dinero se queda en la parte alta de la organización, aunque hay gente que les respeta porque consiguen empleo.
Siempre se ha dicho que la principal diferencia entre la Mafia y la Camorra es que la organización siciliana, al tener una cúpula estructurada, es mucho más discreta en los últimos años que la organización napolitana, que vive en medio del caos con familias enfrentadas? ¿Las cosas son mucho más peligrosas cuando no hay un jefe claro? Lo que ocurrió al principio de los noventa es que se produjo un cambio en la forma en que el crimen organizado se entendía a sí mismo y sus negocios. Las estructuras tradicionales de la mafia de Nueva York y de Sicilia eran antiguas y muy poco eficientes. Lo que la gente comenzó a entender es que conceptos como la familia o la lealtad son valiosos hasta cierto punto, pero los intereses económicos son más importantes. Estados Unidos introdujo una legislación en los setenta, aunque no se comenzó a aplicar hasta los ochenta, que ha sido el arma más eficaz contra el crimen organizado: RICO. A causa de las estructuras familiares es mucho más fácil utilizar RICO porque es una ley que permite procesar a alguien sólo por pertenecer a un grupo criminal, sin necesidad de haber cometido ningún delito concreto. Otras estructuras mafiosas se mostraron mucho más descentralizadas, como la Camorra o la ?Ndrangheta. Y es un fenómeno más acentuado en las mafias colombianas o rusas, que están preparadas para que les corten la cabeza, para que el capo sea detenido, y que el cuerpo pueda seguir funcionando. Cuando el cartel de Cali fue descabezado en los años noventa no pasó nada con el precio de la coca en Nueva York. Aplicar la ley es muy difícil porque las estructuras mafiosas han aprendido de sus debilidades del pasado.
¿Cuál fue el momento en que pasó más miedo investigando el libro? Fue antes de ir a Colombia, que era un país que no conocía. Tanto en Bogotá como en el norte o el sur, todo el mundo que conoces ha sufrido algún tipo de tragedia personal. Pero luego no ocurrió nada concreto. Ir a Odesa, en Ucrania, a entrevistar a un gánster también fue bastante aterrador, y en general en Rusia, donde el Estado está volviendo con fuerza. Sientes, como en la época de la URSS, que sólo eres un ser humano y que el Estado ruso no se lo piensa dos veces si te interpones en su camino. Visité también áreas con índices altísimos de criminalidad; pero si tienes cuidado, y si cuando te encuentras con gánsteres lo has organizado bien y siempre eres claro, es relativamente seguro. Pasé por situaciones mucho más peligrosas durante las guerras en la antigua Yugoslavia o en Sarajevo, donde te disparaban y bombardeaban constantemente. El único lugar donde me sentí totalmente seguro es en Japón con los yakuza, porque sientes que todo está muy estructurado.
La impresión que uno saca de su libro es que la mafia es menos salvaje de lo que pensamos, que en general sólo recurre al asesinato como última instancia. ¿Es eso cierto? Para tratar de entender el crimen organizado hay que analizar cuáles son sus negocios, en qué están metidos. Los yakuza lo entendieron perfectamente porque para ellos la guerra de principios de los años noventa fue un desastre: no sólo porque perdieron su personal, sino porque se arruinaron en muchos negocios. En Los Soprano, el personaje de Tony contiene mucha sabiduría sobre el crimen organizado, y él siempre comprende esto. Los tipos que le rodean o la panda de Brooklyn, no; pero él, sí: ?Evita meterte en una guerra porque tu gente morirá y es tu recurso más importante?. Si empiezas una guerra, te atraerás la atención de los medios de comunicación y de la policía, que se verá obligada a actuar para parar la violencia. Desde los noventa, los yakuza siempre han tratado de evitar la violencia, pero sí han proyectado una imagen creíble de que serían capaces de utilizarla. Tienen que dejar claro que, si cruzas una línea, te aniquilarán.
¿Y qué dijo su familia cuando les anunció que, una vez que las guerras balcánicas habían terminado, iba a dedicarse ahora a la mafia? La verdad es que no les hizo mucha gracia? No les gusta que viaje tanto, pero sí les interesan los libros. Mi hija de 13 años, que acababa de hacer un proyecto sobre Afganistán en la escuela, me pidió que no fuese, estaba aterrorizada. Trato de tranquilizarles lo más posible. Pero el libro todavía no ha sido publicado, no sé cómo reaccionará la gente que aparece en él.
La guerra contra los narcóticos en Afganistán parece casi imposible de ganar. ¿Representaría la legalización de las drogas un gran golpe para las mafias? Los talibanes van a ganar esa guerra, estoy seguro. La guerra contra las drogas es lo que llamo ?el traje nuevo del emperador?. El emperador está desnudo, pero nadie se atreve a decirlo, es una lucha que empezó en los años veinte o, en su forma moderna, con la presidencia de Reagan. La guerra contra las drogas garantiza al crimen organizado unos recursos económicos gigantescos en todo el mundo. Hablé con varios grandes exportadores de marihuana en Canadá y todos estaban contra la legalización porque viven muy bien gracias a la prohibición. Los criminales están totalmente de acuerdo con los tipos en Washington que quieren mantener las políticas actuales. En Afganistán y en Colombia significa los talibanes y la guerrilla de las FARC, que no serían capaces de mantenerse sin la industria del opio y la cocaína. Y estamos perdiendo la guerra en Afganistán a causa de esa inútil guerra contra la droga. Hay que elegir: ¿queremos vencer a Al Qaeda o no? Si queremos derrotar a esa organización, tenemos que redefinir la política sobre las drogas. No significa una legalización total inmediata, se pueden dar pasos intermedios, pero a largo plazo es una locura. Cuando hablo con políticos sobre esto, lo fascinante es que, en privado, te dicen que tienen que dar este paso: y me refiero a policías, políticos y altos funcionarios con mucha experiencia. Todos confiesan en privado que hay que hacer algo, pero en público todo el mundo tiene demasiado miedo para reconocerlo.
¿La guerra contra el terrorismo de Bush ha sido buena, mala o indiferente en la lucha contra el crimen organizado global? En 1995, el presidente Bill Clinton dio un discurso en Naciones Unidas en el que trazó una equivalencia entre la lucha contra la mafia y contra el terrorismo. Fue él quien acuñó la frase del ?lado oscuro de la globalización?. Cuando llegó Bush al poder desmanteló las estructuras de lucha contra el lavado de dinero que Clinton había organizado porque estaba convencido de que dañaban la competitividad de los bancos estadounidenses. Ésa es una de las claves, porque si llegas a su dinero es cuando realmente les haces daño. El crimen organizado comenzó a hacer más dinero que nunca. Después del 11-S, los servicios de seguridad de Estados Unidos no sabían dónde encontrar el dinero precisamente porque esas estructuras habían sido desmanteladas. La gran diferencia no está en los métodos, sino en que organizaciones como Al Qaeda tienen objetivos mucho más políticos, como acabar con la civilización occidental, y el crimen organizado no: quieren el dinero, la diversión, los Ferrari, las cosas materiales.
Supongo que habrá grandes zonas de sombra en las que Al Qaeda y el crimen organizado coinciden para financiarse. Sí. En la triple frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina sabemos que Al Qaeda está presente, al igual que en el negocio de los diamantes de sangre. Lo que les conecta es la economía en la sombra. Puedes perseguir a Osama Bin Laden en las montañas entre Pakistán y Afganistán, pero mientras no combatas sus medios de financiación, no vas a acabar con Al Qaeda. Tienes que ir a las fuentes del problema, que están en la economía en la sombra y no en esa estrategia ridícula de Bush y Blair, basada en grandes medios militares preparados para invadir países.
Ha citado a ?Los Soprano?. ¿No cree que series como ésta pueden haber trivializado la imagen que tenemos de la mafia? En absoluto. Hay dos series alucinantes que creo que retratan la mafia de forma totalmente realista: Los Soprano y The Wire. Son retratos maravillosos y han hecho más para comprender el crimen organizado que cualquier otra cosa, ya sea en televisión, en libros, en campañas policiales? Olvídate de todo: si quieres entender cuáles son los motivos del crimen organizado, sus formas de actuación, tienes que ver estas series, porque te muestran cómo actúan, cómo buscan sus oportunidades de negocio, y muestran a los mafiosos como actores racionales.

Despedida agridulce

En su última cumbre de la Otan, el Presidente norteamericano no consiguió dejar un legado con el ingreso a esa organización de Ucrania y Georgia, dos países de la entraña de Rusia.
Unas de cal, otras de arena. A esa conclusión debe haber llegado el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, tras su participación en la cumbre de la Otan que tuvo lugar en Bucarest la semana pasada. Del encuentro con los líderes de los otros 25 países miembros de la organización, Bush se llevó en el bolsillo dos cosas por las que había venido luchando desde hacía meses: la aprobación del escudo antimisiles que se instalará en Europa oriental, y el envío de más tropas europeas a Afganistán, donde Washington combate a los talibanes. Pero también sufrió un duro revés porque la mayoría de sus aliados se negaron a darle el sí al ingreso de Ucrania y de Georgia en la Otan, por el que tanto había presionado la Casa Blanca.En la que fue su última cumbre de la Otan, Bush se despidió contento en lo que se refiere al "sí" que la Alianza Atlántica le dio al escudo antimisiles. Esa determinación permitirá que Washington instale en Polonia varias plataformas para lanzar cohetes nucleares que apuntarán directamente al Oriente y para que ponga radares de gran alcance en la República Checa. La idea, según indicó el viernes The New York Times, es "responder a las amenazas de Irán", cuyo presidente, Mahmoud Ajmadineyad, se ha manifestado varias veces en contra de las políticas de Washington y ha aludido a Estados Unidos con expresiones hostiles.A Bush le costó trabajo sacar adelante la aprobación del escudo antimisiles. En primer lugar, sorprendió a sus aliados con el anuncio de que había llegado a un acuerdo con la República Checa para emplazar los radares en ese país de Europa oriental. Eso enfureció a la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, y a otros dirigentes europeos que se sintieron agarrados con los pantalones abajo. Pero no sólo eso. También le cayó mal al presidente ruso, Vladimir Putin, que ha declarado reiteradamente que esta acción equivale a revivir los tiempos de la Guerra Fría. Algunos dirán que la furia de Putin no importa porque será reemplazado el 7 de mayo por Dimitri Medvédev. Están equivocados. Medvédev es una ficha de Putin, y éste ocupará de ahora en adelante el cargo de primer ministro.


En Kiev, un manifestante sostiene carteles que dicen: “Bush, no metas las narices”, y “El desayuno de la Otan”. Arriba, Bush en sesión con su secretaria de Estado, Condoleeza Rice. Su expresión lo dice todo



Otro asunto por el que Bush les había pedido ayuda a sus socios era el ingreso a la Otan de Ucrania y Georgia, dos antiguas repúblicas de la desparecida Unión Soviética. Su objetivo, según explica en el diario madrileño El País el periodista Luis Bassets, uno de los analistas más atinados de los temas europeos, era "convertirse en el Presidente estadounidense que dio mayor impulso a la Alianza Atlántica hasta cercar a Rusia y dejarla como único país no atlantista en el mar Negro". Al fin y al cabo, sólo tres antiguos satélites de la Unión Soviética entraron a la Otan, mientras que otros siete lo han hecho desde cuando Bush despacha en la Oficina Oval de la Casa Blanca.Pero esto no le salió al Presidente como esperaba. Ni Angela Merkel, ni el presidente francés Nicolas Sarkozy, ni el jefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, ni la mayor parte de sus colegas le jalaron al asunto. Prefirieron darles palmaditas en la espalda a Ucrania y Georgia y decirles que deben hacer cola y sentarse a esperar. Si mejoran la calidad de sus democracias, y si Georgia resuelve los líos que tiene con las provincias independentistas de Adzharia y Osetia del Sur, tal vez obtengan una respuesta más favorable en la cumbre de ministros de Relaciones Exteriores de la Otan prevista para diciembre. Como dijo el ex canciller ucranio Boris Tarasyuk, "Moscú debe estar feliz con esta determinación. Pero este no es el fin de la historia. Sucederá tarde o temprano". Otra que salió aporreada de la cumbre que terminó la semana pasada fue Macedonia. Todo se debe a su nombre. Grecia exige que en vez de solicitar su ingreso a la Otan llamándose 'República de Macedonia' o simplemente 'Macedonia', al igual que una provincia griega, debería dejar claro que se trata de una República de la antigua Yugoslavia. Por contraste, lo que sí hicieron los jefes de Estado y de gobierno en Bucarest fue abrirles la puerta a otros dos países balcánicos, Croacia y Albania, que accederán al llamado Plan de Acción para la Membresía (MAP, por su sigla en inglés), una etapa previa a la de transformarse en miembro al ciento por ciento de la Otan. La entrada de Croacia y Albania a la Alianza Atlántica no es de poca monta. La última ampliación de la Otan se produjo hace seis años.La cumbre de Bucarest fue clave, por otra parte, por la actitud de Francia. Todo porque el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció el retorno de su país a la estructura militar de la Otan. Francia se había retirado de esa estructura en 1966 cuando el general Charles de Gaulle, en una decisión motivada por su desconfianza ante la supremacía y el liderazgo que en esas materias ejercía Estados Unidos, ordenó el aislamiento. Pero Sarkozy, que como conservador francés es 'gaullista', dio un giro de 180 grados y pronunció un discurso clarísimo. En referencia al semestre en el que su país presidirá la Unión Europea y que finaliza en diciembre de este año, dijo: "Cuando concluya la presidencia francesa, Francia ocupará su sitio en las estructuras de la Otan".La declaración de Sarkozy va de la mano con su forma de pensar. A diferencia de De Gaulle, el actual presidente francés se ha mostrado muy partidario de Washington y Londres. Ha descrito a Estados Unidos como "la más grande democracia del mundo", y al Parlamento británico como "la madre de todos los Parlamentos". Sus palabras y su decisión en Bucarest, que implica el envío de casi 1.000 soldados para engrosar las tropas de la Otan en Afganistán, han molestado a muchos franceses, el 65 por ciento de los cuales se opone a que sus tropas sean desplazadas a territorio afgano a luchar a favor de una causa gringa, a la que miran con recelo.Sea como fuere, Bush se despidió de forma agridulce en Bucarest ante sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, un ente creado en 1949 para defenderse de los países del lado este de la Cortina de Hierro y cuya esencia se encuentra en el artículo 5 del texto, según el cual un ataque contra cualquiera de los miembros será considerado de la misma forma por todos los demás. Bush deja el poder el 20 de enero de 2009 y, a pesar de los gestos que ha tenido últimamente con sus socios de la Otan, no ha logrado que la gran mayoría olvide que se los pasó por la faja cuando decidió, sin la aquiescencia de los organismos multilaterales, invadir a Irak y meter a Occidente en un problema del que, cinco años y miles de muertos después, no sabe muy bien cómo salir

Europa, en deuda con George Bush


Su diplomacia habilidosa y paciente ayudó a reunificar Europa. Ahora, en cambio, mientras la OTAN se reúne en Bucarest, su hijo llega al fin de su mandato con un fracaso generalizado

Los futuros historiadores escribirán que Europa tiene una gran deuda con el presidente George Bush. Contarán cómo, con una labor paciente y digna de estadista, ayudó a alumbrar la histórica unificación del este y el oeste de Europa. Su forma de tratar con Rusia fue prácticamente una obra maestra. Y al mismo tiempo construyó una impresionante coalición internacional para derrotar a Sadam Husein.
Creo que la guerra contra Al Qaeda y los talibanes en Afganistán está completamente justificada
No seamos demasiado negativos. Esta cumbre de la OTAN ha servido para traer al redil a Croacia y Albania
Estoy hablando, por supuesto, de Bush, padre, George H. W. Bush. Qué lástima lo del hijo. Ahora que el presidente George W. Bush acaba de hacer la que seguramente será su última visita oficial a Europa, con la asistencia a una hostil cumbre de la OTAN en el megalomaniaco "palacio del pueblo" de Nicolae Ceausescu en Bucarest, resulta doloroso pensar en cuánto hizo el padre por Europa en cuatro años y qué poco (por decirlo suavemente) ha hecho el hijo en ocho.
En Bucarest han salido a relucir, de manera formal o informal, muchos de los puntos cardinales de su política europea. La defensa antimisiles, por ejemplo. Bush hizo su primera visita oficial al Viejo Continente en el verano de 2001, decidido a convencer a los europeos de la importancia de la defensa antimisiles; él, por lo que parece, sigue convencido todavía. Por eso sigue empujando este proyecto futurista -hijo, o ya, a estas alturas, nieto de la "guerra de las galaxias" de Ronald Reagan- con la ayuda de unos polacos y unos checos cada vez más reacios. Lo malo es que, para hacer frente a los principales problemas de seguridad en el mundo posterior al 11-S, es un instrumento irrelevante. Bush hace la profunda observación de que "un misil puede volar hacia el norte igual que puede volar hacia el oeste", con lo que está señalando a Irán al mismo tiempo que a Rusia. Pero la idea de que la mejor forma de defenderse a sí mismo y a sus aliados contra un posible Irán nuclearizado y otros Estados sin escrúpulos, o contra terroristas internacionales dotados de bombas sucias, es crear una versión actualizada de lo que imaginó hace 20 años Ronald Reagan como defensa contra la vieja Unión Soviética y sus armas nucleares, da tanta prueba de inteligencia como sujetar un paraguas sobre la cabeza en una inundación, mientras las aguas te llegan a la altura del muslo y las pirañas te mordisquean los talones. Son otros tiempos y se necesitan otras respuestas.
Está también Afganistán, donde las democracias occidentales corren peligro de perder una guerra que, en un momento dado, creíamos haber ganado. A diferencia de algunos representantes de la izquierda europea, yo creo que la guerra contra Al Qaeda y los talibanes en Afganistán está completamente justificada. Pero se trata de uno de los lugares más inhóspitos de la Tierra, y la batalla tenía forzosamente que ser implacable, por lo que necesitaba gran atención, capacidad de resistencia y una coalición multilateral dirigida con talento y habilidad. Eso es lo que Bush, hijo, no ha sabido hacer.
Recordemos que, después de los atentados del 11-S, la OTAN invocó por primera vez en la historia su famoso artículo 5 -uno para todos y todos para uno- y ofreció sus servicios en Afganistán. El entonces secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, despreció aquella oferta de solidaridad de los aliados europeos y canadienses. El cronista de corte de Washington, Bob Woodward, resume la reacción de Rumsfeld durante una reunión de altos responsables en la Casa Blanca: "La coalición tenía que adaptarse al conflicto, y no a la inversa... A lo mejor no necesitaban ninguna fragata francesa". Siete años después, Washington se deshace en ruegos para lograr un millar de soldados franceses que apoyen la valiente lucha de los canadienses contra los talibanes en pleno resurgimiento.
La razón más importante por la que estamos en esta situación desesperada es que, antes de que se secara la sangre en las montañas de Afganistán, el Gobierno de Bush emprendió una aventura injustificada, mal calculada y, al final, desastrosa, en los desiertos de Irak. Cinco años más tarde, incluso quienes sostienen que la guerra de Irak estaba justificada, se muestran de acuerdo en que su ejecución fue de una incompetencia monstruosa. Un jefe militar retirado estadounidense y un antiguo alto funcionario del Consejo Nacional de Seguridad me han explicado con detalle cómo este rey George (II) no fue capaz de escoger entre las estrategias alternativas que le proponían sus poderosísimos barones del Pentágono, el Departamento de Estado y la oficina del vicepresidente (el barón Dick). EE UU siempre contó con dos o tres estrategias distintas para Irak y, por tanto, con ninguna.
En pocas palabras, la W de George W. Bush quiere decir weak (débil). A pesar de toda la chulería tejana demostrada -"vuestro hombre [Blair] tiene cojones", y ese tipo de cosas-, este Bush ha sido, en todas las cuestiones que importan al mundo, un presidente débil. Mientras que George Bush, padre, con su aspecto educado y modoso, fue, en las cuestiones que importan al mundo, un presidente fuerte; es decir, ejerció en la práctica el papel de hombre de Estado internacional. Según dicen, Bush, hijo, tiene una relación complicada con su padre, algunos incluso dirían que tiene algún complejo paterno. Se puede hablar de Edipo o de lo que se quiera; el caso es que el padre fue mejor.
No es que lo hiciera todo bien. Las virtudes de la realpolitik de Bush, padre, llena de paciencia y voluntad de consenso, fueron también sus defectos. Al no llegar hasta Bagdad, para mantener intacta la coalición, dejó que se creara un hervidero de problemas para sus sucesores, igual que con su alianza, demasiado "realista", con la Casa de Saúd, mientras sus clérigos wahabíes predicaban el odio en las mezquitas ante nuestras narices y financiados con petrodólares. Y su visita a Ucrania en 1991, con su tristemente famoso discurso del "pollo de Kiev", en el que pidió a los ucranianos que no buscaran la independencia -algo que tenían perfecto derecho a hacer y seguramente iban a hacer de todos modos-, fue un momento poco afortunado.
A pesar de lo que dicen muchos en Europa e incluso, últimamente, en Washington, estoy de acuerdo con Bush, hijo, en su crítica implícita (¿podríamos decir que edípico-kantiana?) de la poca visión que mostró su padre con su supuesto realismo en lugares como Arabia Saudí y Ucrania; en su afirmación -como seguidor improbable de los pasos del filósofo Emmanuel Kant- de que, al final, la expansión de la democracia liberal es la mejor garantía de paz, y en su insistencia en que ni Vladímir Putin ni su sucesor tienen derecho alguno a dictar a los vecinos de Rusia a qué alianzas deben incorporarse. Lo que es desastroso es la ejecución, lo que falta por completo es la capacidad de actuar como un estadista.
Comparemos la Alemania de 1990 y la Ucrania de 2008. Se puede leer, en un excelente relato histórico de dos jóvenes miembros del Gobierno de George Bush, padre, Philip Zelikow y Condoleezza Rice (la misma), con qué habilidad logró aquél que varios aliados reacios, como Gran Bretaña y Francia, aceptaran la unificación alemana y con qué brillantez convenció a Mijaíl Gorbachov de que aceptara la presencia de la Alemania unida en la OTAN.
Hoy, Bush, hijo, se enfrenta a una rebelión pública de la Alemania unida y Francia por su propuesta de abrir el camino a Ucrania para que acabe entrando en la OTAN, con el llamado Plan de Acción hacia el Ingreso. No hay duda de que Vladímir Putin es más difícil de persuadir que Gorbachov, de cuyas generosas concesiones está aún resintiéndose Rusia; pero no hay que perder de vista tampoco que el momento escogido por Bush para esta campaña es especialmente torpe: justo antes de que Putin entregue el poder a su sucesor. Y la mayoría de los ucranianos ni siquiera quiere que su país entre en la OTAN. Si Bush hubiera aprendido algo de su padre, o al menos de lo que escribió Condi; si hubiera llevado a cabo una labor diplomática intensa y privada con sus aliados y con Moscú, además de la labor diplomática pública en Ucrania; si se hubiera cobrado favores que le debían; si hubiera escogido mejor el momento; si se hubiera preocupado menos por la forma que por el contenido, entonces es posible que Estados Unidos, de aquí a unos años, hubiera logrado el resultado deseado, en colaboración con los aliados europeos. Lo que ha conseguido, por el contrario, ha sido volver a crear un lío unilateral.
Pero no seamos demasiado negativos. Al fin y al cabo, esta cumbre ha servido para traer al redil a Croacia y Albania. Puede que no sea equiparable a lo que consiguió el padre con Alemania, pero es algo que figurará en los libros de historia, ¿verdad? Que digan lo que quieran sobre George W.; a él siempre le quedará Albania. -
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

El jefe de la OTAN califica de inquebrantable la cooperación con Ucrania

Bucarest, 4 de abril, RIA Novosti. La cooperación entre la OTAN y Ucrania es "inquebrantable", manifestó el viernes el secretario general de la Alianza, Jaap de Hoop Scheffer, al reunirse con el presidente ucraniano Víctor Yúschenko, uno de los líderes invitados a la cumbre que la OTAN celebra estos días en la capital rumana.
Yúschenko, a su vez, calificó de "histórica" la decisión de mantener las puertas de la OTAN abiertas para Ucrania.
"En la cumbre se dijo claramente que Ucrania pasará a integrarse en la OTAN", subrayó él Los ministros de Exteriores de los países miembros, según él, van a reconsiderar en diciembre próximo la incorporación de Ucrania al Plan de Acción para el Ingreso en la OTAN.
Hoy en día, Ucrania es el único país no miembro que participa en todas las operaciones de la Alianza, recordó.
El mandatario ucraniano reiteró también que su país no piensa acoger en el territorio nacional las bases militares de otros Estados, ya que la Constitución lo prohíbe expresamente.