martes, 9 de marzo de 2010

Ucrania aprueba ley que facilita formación de coalición

KIEV (Reuters) - El Parlamento de Ucrania aprobó el martes una ley que alivia las reglas para la formación de una coalición, mientras los aliados del presidente electo Viktor Yanukovich presionan por un nuevo Gobierno para afrontar una debilitante crisis económica.

La enmienda, aprobada por 235 votos en la asamblea de 450 escaños, permite a diputados individuales unirse a un grupo de coalición en vez de insistir en que una facción se sume en bloque.

Yanukovich ganó la elección presidencial hace poco más de un mes, derrotando a su rival la ex primera ministra Yulia Tymoshenko, cuyo Gobierno fue expulsado luego por el Parlamento.

Tymoshenko, coautor de la "Revolución Naranja" del 2004 que entonces impidió que Yanukovich asumiera la presidencia, se ha negado a reconocer su victoria como legítima.

La nueva ley permitirá al Partido de las Regiones de Yanukovich conseguir miembros del Partido Nuestra Ucrania del ex presidente Viktor Yushchenko.

Una mayoría de los 72 diputados de Nuestra Ucrania no quiere unirse a los seguidores de Yanukovish, pero cerca de una docena podrían hacerlo, lo que le daría a la coalición una mayoría en el Parlamento.

Cualquier coalición deberá ser apoyada por el Parlamento. En ese momento puede nombrar un nuevo Gobierno, que los analistas dicen que probablemente esté encabezado por el ex ministro de Finanzas y aliado de Yanukovich Mykola Azarov. Eso también deberá ser aprobado por la asamblea.

(Reporte de Sabina Zawadzki; Editado en español por Lucila Sigal)

Conferencia sobre Costumbres y Tradiciones de la mujer ucraniana

Conferencia sobre Costumbres y Tradiciones de la mujer ucraniana

Con una Sala de Conferencias al completo, la Casa de la Cultura de La Roda acogió en la tarde de ayer una de las citas de las Jornadas de la Mujer organizadas por la concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de La Roda y que en esta ocasión contó con la colaboración e iniciativa de la Asociación de “Mujeres en Igualdad” de La Roda, quienes ofrecieron una interesante video-conferencia sobre “Costumbres y Tradiciones de la Mujer Ucraniana”.
El acto fue conducido por la presidenta de esta asociación de féminas rodenses, Elena Catalán, quien presentó a las tres mujeres ucranianas que ofrecieron esta video-conferencia y que están asociadas a “Mujeres en Igualdad”.
La exposición de la charla la compartieron Orsana Olignyk, Natalia Boyro y Marta Semko; quienes además del numeroso público asistente, estuvieron arropadas por asociadas y familiares, incluso algunos de los pequeños lucían los trajes típicos de Ucrania.
Ellas, a través del vídeo que confeccionaron y de sus impresiones y experiencias personales, compartieron con el auditorio las costumbres y tradiciones de su país: celebraciones, costumbres sociales e incluso la cocina, para lo cual elaboraron varios dulces que sirvieron para ofrecer una degustación y que tuvieron una excelente aceptación.
La intención de la asociación local “Mujeres en Igualdad” es el repetir anualmente, en el marco de las Jornadas de la Mujer, este tipo de encuentros, dedicando cada año a una nacionalidad diferente.
La organización se mostró muy satisfecha por el interés suscitado en torno al tema de la conferencia, el numeroso público asistente y la buena acogida.

Ucrania permitirá la participación de parlamentarios en el gobierno

El Parlamento de Ucrania ha aprobado hoy martes la ley que permitirá a los diputados unirse a título individual a un gobierno de coalición. Hasta ahora, sólo se permitía la participación en el Ejecutivo de parlamentarios que contasen con el apoyo de facciones en bloque.

La moción fue aprobada con los votos favorables de 235 parlamentarios, de los 450 de que consta la Cámara. Esta reforma ayudará al recién investido presidente Viktor Yanukovich en la formación de su nuevo gobierno de coalición.

Intenta entrar en el Consulado de Ucrania en Estambul con una bomba

STAMBUL (Reuters) - Un hombre turco armado con una pistola, y que se suponía llevaba también una bomba, fue baleado y herido por un guardia de seguridad cuando intentaba ingresar el martes en el consulado ucraniano en Estambul, dijeron funcionarios turcos.

El gobernador de Estambul, Muammer Guler, dijo que un escuadrón de bombas estaba investigando una bolsa que llevaba el hombre con cables, pero no estaba seguro de que contuviera explosivos.

"No pensamos que sea una bomba, pero la policía está revisándola y probablemente la haga explotar, por las dudas", dijo el gobernador al canal de televisión NTV.

Guler dijo que la esposa del hombre de 29 años estaba viviendo en Ucrania y su motivo parecía ser personal en vez de político.

El hombre intentó ingresar al consulado cerca de las 09:00 de la mañana hora local (0700 GMT) y comenzó a disparar al azar, antes de ser baleado por un guardia.

El gobernador dijo que el hombre fue trasladado a un hospital y no estaba en condición grave. No hubo otras víctimas.

Imágenes de televisión mostraron a la policía acordonando el área en el vecindario de Floyra, cerca del aeropuerto internacional de la ciudad. La policía también evacuó los edificios cercanos.

(Reporte de Ece Toksabay, Escrito por Simon Cameron-Moore; Editado en español por Lucila Sigal)

El reto de Yanukóvich

Con la caída del Gobierno de Yulia Timoshenko en una moción de confianza la semana pasada, el vencedor en febrero de las elecciones presidenciales ucranias, Víktor Yanukóvich, regresado del frío, ha alcanzado una parte de sus objetivos. La abusivamente llamada revolución naranja y su expresión partidista están ahora enterradas, seis años después de que despertaran en Ucrania unas legítimas y desmedidas expectativas de modernización y decencia política.

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      Pero sólo una parte. Si la victoria sin peros en la segunda vuelta de Yanukóvich -una criatura política de Moscú- y la defenestración parlamentaria de su rival confirman que Ucrania se atiene en su funcionamiento básico a las normas democráticas, no han solventado, sin embargo, la inestabilidad institucional ni el control efectivo del poder en la antigua república soviética. La Constitución es un campo minado que reparte el timón entre el presidente y un primer ministro elegido por el Parlamento. La naturaleza fragmentaria de éste y los poderes limitados del jefe del Estado, en un país con el alma dividida entre Rusia y Europa occidental, anticipan más inestabilidad si Yanukóvich no consigue poner en pie en las próximas semanas una coalición solvente que le respalde. Fueron las ambiciones personales y la pugna permanente entre el ex presidente Yúshenko y su primera ministra Timoshenko, además de la corrupción, lo que paralizó primero y destruyó después el renovador y prooccidental proyecto naranja.

      La responsabilidad política de sus dirigentes ha brillado por su ausencia en Ucrania durante los últimos años. El pedigrí de Yanukóvich es cualquier cosa menos alentador, pero si fracasa su toma y daca para conseguir una nueva mayoría parlamentaria, el desenlace serán elecciones anticipadas. Probablemente eso es lo último que necesita este zarandeado país de 46 millones, que bordea los dos bloques más importantes de Europa -con los que el nuevo presidente promete mantener una dudosa equidistancia- y cuyo PIB se ha desplomado un 15% durante el año pasado.

      La crisis de Ucrania, a la que por obvias razones geopolíticas la UE debería prestar especial atención, su parálisis, hace imprescindible un Gobierno fuerte, honesto y creíble. Capaz de adoptar, entre otras decisiones urgentes, la de negociar con el Fondo Monetario Internacional un empantanado y vital plan de rescate de 12.000 millones de euros.

      Tumbas sin nombre

      Estamos siendo testigos de unas tendencias históricas diametralmente opuestas en Europa. Algunos individuos, organizaciones y Estados intentan asumir su pasado y llevan a cabo un proceso histórico de examen de conciencia, mientras otros tratan de reescribir la historia y confían en que los focos no alumbren demasiado su pasado turbio.

      La búsqueda de justicia histórica del juez Garzón tiene una dimensión que va más allá de España


      En 1989 llegué a la Unión Soviética para ejercer de rabino en la Sinagoga Coral de Moscú. Entre todas las tablillas conmemorativas, no había ninguna huella ni mención de uno de mis predecesores, Yehudah Lev Medallie, que fue detenido y asesinado por la policía de seguridad del Estado de Josef Stalin en 1938, después de una década de intentar mantener la vida religiosa en la capital soviética. Su hijo, Hillel Medallie, rabí supremo de Amberes, no descubrió el destino que había sufrido su padre hasta bien entrados los años sesenta. Los lugares en los que están enterrados el rabino Medallie y los demás miles de clérigos oprimidos en la Unión Soviética siguen siendo hoy desconocidos.

      La Iglesia ortodoxa rusa ha construido una capilla conmemorativa en un barrio de las afueras de Moscú, en un lugar en el que se cree que mataron y enterraron a gran parte de los líderes religiosos del Estado soviético.

      En España, el juez Baltasar Garzón declaró públicamente en 2008 que los actos de represión cometidos tras la Guerra Civil española bajo el régimen del dictador Franco, y que desembocaron en la muerte de más de 100.000 personas, eran un crimen contra la humanidad. Asimismo, ordenó la exhumación de ciudadanos asesinados y exigió el acceso a los expedientes que pudieran ayudar a descubrir las tumbas de esos millares de víctimas anónimas. Esta campaña para lograr la verdad y la justicia cuenta con opositores. Hoy, el juez Garzón sufre ataques de quienes preferirían que el pasado permaneciera enterrado e intacto y le están presionando para que abandone su puesto.

      En 2006, la Conferencia de Rabinos Europeos, de la que me honro en ser presidente, creó la organización Lo Tishkach (No debes olvidar) y la Conferencia de Reclamaciones para preservar y documentar el recuerdo de los nada menos que 20.000 cementerios y fosas comunes de judíos que se calcula que hay en Europa, sobre todo en lugares en los que la comunidad judía desapareció tras el Holocausto. Lo Tishkach ofrece esta información en una base de datos a la que es posible acceder por Internet y, al mismo tiempo, trabaja para identificar físicamente cada enterramiento. La identificación, tanto la pública con fines documentales como la física sobre el terreno, es la mejor forma de garantizar que la historia no se niegue y, por tanto, no se repita.

      Aunque está muy documentada la trayectoria de la industria asesina de los campos de concentración nazis, la historia de los 1,5 millones de judíos asesinados en ejecuciones masivas por el ejército invasor alemán (que era la labor esencial de los Einsatzgruppende Himmler), enterrados en las mismas aldeas en las que ellos y sus antepasados habían vivido durante cientos de años, es una historia que hoy está adquiriendo una dimensión cada vez más pública.

      Un sacerdote católico francés, Patrick Desbois, ha viajado por Ucrania y Bielorrusia en busca de información sobre la localización exacta de las fosas comunes de la época del Holocausto. El equipo del padre Desbois entrevista a los escasos testigos de las matanzas que quedan e intenta localizar las fosas comunes que preparaban las propias víctimas poco antes de morir. A diferencia de Europa occidental, donde la colaboración local terminaba en la estación de tren camino de los campos de concentración y la solución final era un secreto, en Europa del Este los asesinatos eran públicos y la policía y las organizaciones paramilitares locales colaboraban con los alemanes hasta el momento de los propios asesinatos.

      Según Lo Tishkach y el padre Desbois, existen al menos 1.500 fosas comunes de la época del Holocausto sólo en Ucrania, y probablemente centenares o incluso miles de fosas más en Bielorrusia, Rusia y los Estados bálticos. Algunos de esos enterramientos se han identificado y protegido, pero muchos siguen sin localizarse.

      La Conferencia de Rabinos Europeos espera ardientemente que el padre Desbois ponga sus hallazgos al alcance del público de la manera más transparente posible y que no oculte la importante información que ha recogido en algún sótano polvoriento. La protección e identificación de estos lugares exige que la información sobre ellos sea pública. Hay que destacar que el Vaticano, que había mostrado siempre una actitud muy defensiva al hablar de su trayectoria durante la II Guerra Mundial, ha empezado ahora a publicar algunos de los documentos secretos de aquel periodo en Internet, una iniciativa que debía haber emprendido hace tiempo y a la que damos la bienvenida.

      No obstante, existen en Europa fuerzas que preferirían mantener el silencio e incluso reescribir la historia para limpiar su conciencia nacional. En su último acto antes de dejar su cargo, Víktor Yúshenko, el presidente saliente de Ucrania, ha concedido la mayor distinción de su país póstumamente a Stepan Bendera. Bendera, un nacionalista ucranio que a veces colaboró con la Alemania nazi contra la Unión Soviética, hizo que miles de sus seguidores se infiltraran en la policía local, con su consiguiente participación en las matanzas de judíos en aldeas ucranias durante la ocupación alemana. En bastantes ciudades de Ucrania pueden verse monumentos a Bendera, al que se considera el padre de la independencia del país. Espero, desde luego, que el presidente recién elegido tenga la valentía moral de abordar esta cuestión con honradez después de tomar posesión.

      En Lituania, donde las milicias antisemitas locales empezaron a matar judíos incluso antes de que llegaran los nazis, les encanta hablar de los pocos lituanos que salvaron unas cuantas vidas judías durante la ocupación del país. Pero Lituania se ha negado siempre a llevar ante la justicia a ninguno de sus criminales de guerra, ni siquiera los extraditados desde Estados Unidos. En Letonia, los veteranos de las Waffen SS siguen desfilando con orgullo e impunidad por las calles de Riga, para horror de lo que queda de una comunidad judía en otro tiempo muy importante.

      El juez Garzón estudió para ser sacerdote, pero decidió dedicar su vida a luchar contra el pecado y el mal de una manera diferente. Lo que para el filósofo es una cuestión moral, para el hombre religioso es una cuestión de pecados y méritos y para el hombre de leyes una cuestión de delito e inocencia.

      La búsqueda de justicia histórica del juez Garzón -por dolorosa que sea para quienes colaboraron con el régimen de Franco y por irritante que pueda ser para los colegas suyos que ponen en duda su competencia en esta materia o están molestos por su extraordinario protagonismo- no sólo es importante para España, sino que tiene ramificaciones para toda Europa. Sólo afrontando valientemente nuestro pasado, con sus luces y sus sombras, podremos vencer verdaderamente a sus fantasmas.

      Aunque sucesivos Gobiernos de Alemania, Rusia y España han denunciado los regímenes represivos de su pasado, la información que hoy tenemos sobre el número de víctimas y su marcha por el valle de la muerte es incompleta. Olvidar el pasado es cometer una injusticia con las víctimas de la opresión. Europa tiene la obligación moral de restaurar la dignidad de las víctimas de su siglo más sanguinario.

      Si cada país europeo tuviera a un juez Garzón, Europa sería un lugar más moral y, como consecuencia, un sitio mejor y más seguro para nosotros y para las futuras generaciones.

      Pinchas Goldschmidt es rabino supremo de Moscú y presidente en funciones de la Conferencia de Rabinos Europeos, una organización que reúne a los líderes religiosos judíos de más de 40 Estados europeos. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.