domingo, 15 de agosto de 2010

Tres canales de TV ucranianos protestan por censura estatal

KIEV.- Tres canales de televisión ucranianos dejaron de emitir una hora la noche del sábado en protesta contra lo que consideran un aumento de la presión política a sus periodistas.

Las emisoras 5 Kanal, TVi y una cadena regional corren el riesgo de perder sus licencias, explicaron hoy medios locales. Las tres acusaron a las autoridades de reimplementar la censura.

También Estados Unidos y la Unión Europea manifestaron recientemente su preocupación sobre la libertad de prensa en Ucrania desde la llegada del prorruso Viktor Yanukovich al poder en febrero.

El Instituto de Prensa Internacional (IPI), un órgano supervisor de la libertad de prensa en el mundo, escribió el martes una carta abierta al mandatario expresando consternación por "un creciente número de ataques a periodistas y por la incapacidad de llevar a los autores ante la justicia".

Incluso el ex presidente polaco y premio Nobel de la Paz Lech Walesa escribió a Yanukovich pidiéndole que no interfiera en los medios.

El precio del trigo da un respiro al campo tras dos años de pérdidas

No es el precio más elevado de los últimos años, porque hace dos el trigo se vendió a 240 euros por tonelada, pero la inesperada subida que ha experimentado este cereal en las últimas semanas (ahora se vende a más de 170 euros por tonelada) ha dado un vuelco a las previsiones económicas de lo que podría ser finalmente la cosecha en Castilla y León.
Es verdad que el mercado del cereal es uno de los que más fluctúa, y es igualmente cierto que por ese motivo los precios pueden volver a cambiar, pero teniendo en cuenta que Rusia ha prohibido las exportaciones hasta diciembre, y que se está empezando a escuchar que Ucrania (primer exportador de cebada y sexto de trigo) podría hacer lo mismo, la tendencia es a mejorar o cuando menos a mantener los precios altos.
Aunque las organizaciones agrarias acuden a la precaución, terminan reconociendo que estos precios son buenos para los agricultores y que salvarán las pérdidas económicas que inicialmente se preveían en Castilla y León al inicio de la recogida.
Con las cosechadoras guardadas en casa y el campo desnudo de cereal, los agricultores asumen que «con los precios que hay en este momento», el resultado de la cosecha en la comunidad «será beneficioso». Ahora bien, insisten, las ganancias servirán para recuperar a un sector que en los últimos dos años «ha venido trabajando a pérdidas» y que tenía una gran necesidad de liquidez. Aun así, «no nos engañemos», advierten, este sector necesita estabilidad, seguridad y un margen económico suficiente durante varios años «porque está endeudado y necesita resolver la situación de crisis».
Sin embargo, hay también quien incide en que a estas alturas, el 60% de la cosecha ya está vendida, con lo cual, el alza de los precios del cereal ha cogido al agricultor con el producto fuera de su alcance y esto, a su juicio, «terminará beneficiando a los almacenistas o los intermediarios, no a los agricultores». Explican además que el precio al alza se está registrando solo en el trigo y que no está siendo un reporte generalizado hacia el resto de los cereales o sectores, con lo cual los beneficios tampoco se podrán generalizar.
Pero además, hay otro aspecto que puntualizan las organizaciones agrarias y es, por un lado, el «temor» que tienen los propios agricultores por este precio del trigo y, por otro, las consecuencias que esto acarreará al sector ganadero. «Vamos de la mano», advierten, y si la subida del cereal no termina repercutiendo en toda la cadena, no se podría entender como algo positivo. Y es que para explicarlo recurren a las fábricas de piensos que, según denuncian, ya están haciendo acopio de la subida vendiendo el producto a un precio más elevado a pesar de que se haya elaborado con materia prima que entonces estuvo más baja. Por eso, están convencidos de que la receta para el mantenimiento son «precios dignos pero estables, que no distorsionen al resto de sectores, especialmente al ganadero».
Ante esta situación, aconsejan a los agricultores que estén bien informados antes de vender pero que tampoco jueguen a la especulación guardándose el trigo para posibles futuras subidas del precio. «Que el último euro lo ganen otros», dicen, parafraseando el refranero español, antes de apuntillar -con ese mismo manual en la mano- que «la avaricia no rompa el saco». ¿La solución? Que se vaya haciendo una venta escalonada.
Regular y desigual
Al margen de los precios a los que se pueda vender el cereal, la otra incógnita sobre la cosecha es la de la cantidad. Las previsiones de los representantes de los agricultores oscilan entre los casi cinco millones de toneladas (4.985.000 toneladas que prevé la Alianza; 5.094.795 de Asaja) y los 5,3 millones (5.356.525 de UCCL), sin embargo, la Consejería de Agricultura, se acerca a los seis millones de toneladas (5.978.041). Aunque la diferencia entre los profesionales y la Administración es bastante considerable, lo cierto es que ambos coinciden en señalar que la presente cosecha recogida ya en Castilla y León está por debajo de la media de los diez últimos años, que se eleva a 6.042.000 toneladas.
En la comunidad se han sembrado, según los datos oficiales, poco más de 1,9 millones de hectáreas (sin tener en cuenta el maíz), una superficie que también se sitúa por debajo de la media de la última década (2.095.000 hectáreas). Los agricultores justifican este descenso en los elevados costes de producción y la escasa rentabilidad de las dos últimas cosechas, con lo cual, parte de la superficie de cereal se ha cedido a otros cultivos, principalmente oleaginosas, o al barbecho.
Tampoco el rendimiento de las parcelas ha sido el esperado, aunque a la hora de contrastar los datos, las organizaciones agrarias hablan de una cifra y la consejería de otra. Los primeros aseguran haber recogido una media de 2.674 kilos por hectárea (no obstante, esta cifra no representa todos los cultivos ni todas las comarcas porque la realidad es diferente en cada uno de ellos), mientras que la consejería no se apea de su previsión inicial de 3.000 kilos por hectárea en cebada y 3.500 kilos en el trigo.
Ahora, superada la última semana de recogida en Castilla y León, cuando los agricultores echan la vista atrás, recuerdan que las dispares condiciones meteorológicas también han afectado muy directamente a los resultados finales de la cosecha. Se produjeron heladas a principios de mayo; lluvias fuertes que impidieron el inicio de la siembra, etcétera. Esto ha conducido a una cosecha «muy desigual», tomando como referencia las provincias, e incluso las comarcas dentro de una misma provincia. Así, y en esto coinciden los agricultores con la Administración, la provincia de Burgos es la que ha recogido una mejor cosecha, y la de Ávila, la que menos. La valoración general es la de una cosecha «regular» y algo más retrasada que la de otras ocasiones.

El desayuno se pone por las nubes

Estos días de verano debería mirar a su desayuno con otros ojos. Intente hacerlo con los especulativos ojos de los mercados financieros. Los precios del zumo de naranja (25%), el cacao (18%), el café arábigo (25%), el maíz (20%) y, muy especialmente, el trigo (44%), ese con el que se elaboran los cereales que se mezclan cada mañana con la leche, llevan un año de fortísimas subidas, según los contratos de futuro de vencimiento en septiembre.


En el desayuno preocupa, y mucho, el trigo. Su precio alcanzaba el pasado 2 de agosto, para sorpresa de muchos analistas, los 211 euros por tonelada, el más alto en dos años. La ola de calor, los incendios y la sequía más extrema que han vivido Rusia, Kazajistán y Ucrania en los últimos cien años han devastado buena parte de la cosecha. Y este trío es vital en el mercado, pues forman parte de los 10 mayores exportadores del mundo. ¿Consecuencia? El precio del trigo ha subido un 50% desde primeros de junio.
China importa maíz estadounidense por primera vez desde 1996

Un solo fondo de alto riesgo controla el cacao que Europa consume en un año

Los fenómenos climáticos están causando caídas en la producción

Ucrania y Kazajistán estudian imitar a Rusia y limitar las ventas de trigo

Rusia ha prohibido hasta el 31 de diciembre próximo las exportaciones ante el riesgo de desabastecimiento. Ucrania anunció el miércoles que está estudiando una medida similar, y preocupa la posibilidad de que Kazajistán decrete una moratoria a sus exportaciones fuera de la antigua Unión Soviética. Si tres de los grandes productores del mundo de trigo (casi 100 millones de toneladas en la pasada cosecha entre Rusia, Ucrania y Kazajistán) cierran las puertas de sus graneros, los precios tienen que subir inevitablemente. A muy corto plazo así debería ocurrir, pero a medio y largo dependerá de la despensa de trigo que guarden los principales operadores.

"Creemos que los relativamente altos niveles de los inventarios americanos y el elevado número de países que son productores y exportadores debería limitar la subida de los precios del trigo más allá del mes de octubre", dice un reciente informe de Deutsche Bank. Al fin y al cabo, las previsiones para la cosecha mundial de la campaña 2009-2010 son bastante buenas, aunque el Departamento de Agricultura de EE UU las rebajó el jueves de 679,8 a 645,7 millones de toneladas.

El Banco Mundial ha pedido a los países exportadores que no restrinjan la venta de trigo para evitar que se repita una crisis alimentaria como la vivida entre los años 2007 y 2008, que provocó revueltas populares en países en desarrollo como Haití y Bangladesh.

Tiene que ser una escena desconcertante ver a los analistas, como si fueran agricultores, más pendientes del cielo que de las pantallas de sus ordenadores. "Los recientes problemas climáticos están causando pérdidas en los volúmenes de las cosechas, estrechando a su vez el volumen de la oferta en el mercado, lo que tiene un claro efecto sobre el precio", reflexiona Jorge Lage, analista de CM Capital Markets Bolsa, quien aplica una sencilla e incuestionable lógica económica.

En el caso del maíz, esta alza se explica por razones tan inusuales como que China empezara a importar (115.000 toneladas) en abril pasado de EE UU este cereal por primera vez desde 1996. Y no ha sido una situación puntual. De hecho, a principios de julio se habían alcanzado casi las 250.000 toneladas en pedidos, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, con lo que para la cosecha de 2009-2010 se esperan unas ventas "asombrosas", en palabras de los expertos de Morgan Stanley.

Y se da una situación singular. "El precio que se paga en los campos de China por el maíz es el doble de lo que cuesta en los campos de EE UU", advierte Daniel Aymerich, analista de fondos de Inversis Banco. Esto refleja que las necesidades de importación del gigante asiático crecen a ritmo maltusiano, al igual que su población. Una situación que se ha complicado tras las severas inundaciones que ha sufrido el país.

Por si el escenario no fuera de por sí complicado, los especuladores han hecho acto de presencia con su habitual voracidad. El fondo de alto riesgo (hedge fund) Armajaro, dirigido por Anthony Ward, bien conocido internacionalmente por sus agresivas y especulativas posiciones en el mercado, se hizo con la mayor cantidad de cacao (240.100 toneladas, o sea, el 7% del mercado mundial) de los últimos 14 años al finalizar los vencimientos de julio, indica Soledad Pellón, analista de IG Markets. Debido a este movimiento, a las malas previsiones en Costa de Marfil (el mayor productor del mundo) y a que los productores están acaparando materia prima para tener el control sobre ella -ahora que cada vez es más cara y escasa-, los precios se han disparado. ¿Resultado? Armajaro tiene ahora mismo en sus manos todo el cacao que se consume en Europa en un año.

Un coetáneo alimenticio del cacao, el café, sufre por "ciertos rumores que recorren el mercado, que aventuran que la variedad arábica [la de mayor consumo] está cerca de agotarse", explica Soledad Pellón, de IG Markets. Y el efecto contagio se ha dejado sentir en la variedad robusta, cuyos contratos de futuro que vencen en septiembre muestran una subida del 16,15%.

Los expertos de Goldman Sachs creen que las fuertes subidas de esta materia prima "no se podrán mantener más en el tiempo" teniendo en cuenta las buenas previsiones que se manejan para la cosecha de 2010-2011. Aun así, el Departamento de Agricultura de EE UU estima que los precios seguirán aumentando al menos un 2% anual por el fuerte crecimiento de los mercados emergentes, especialmente Brasil.