jueves, 18 de febrero de 2010

La culpa la tienen los pobres, también en Ucrania

Una rápida valoración de lo que está ocurriendo en la política ucraniana:

a) La lucha entre las élites políticas ucranianas no acaba en la pugna política y electoral, y probablemente tiene otro campo de lucha abierto en los aparatos del estado. Al respecto, ¿quizás el poder judicial lo controle el sector occidentalista?

b) Pase lo que pase a corto plazo no va haber ningún Cártel político entre la sensibilidad occidentalista y la más próxima a Rusia. La apuesta de Timoshenko es arriesgada, como le salga mal y dependiendo de cuanto suba la temperatura política, puede que el coste político le suponga quedar marginada de la pugna política. En este caso podrían aparecer nuevas alternativas occidentalistas que sepan acaparar está sensibilidad con una nueva imagen menos desgastada que la que representan los líderes de la “revolución naranja”.

c) Lo ocurrido confirma que a los “naranjas” no les importaba la democracia. En el 2004 y 2005 lo que buscaban era la toma del poder, y en está ocasión, Timoshenko al cargar contra el resultado electoral está cargando contra las instituciones y el nuevo orden “creado” por los “naranjas”. Desde este punto de vista, esta semana El País publicaba un artículo de Timothy Garton Ash lleno de prejuicios ideológicos y con una perspectiva normativa que se burlaba explícitamente de Yanukóvich e implícitamente de su electorado. No era menos llamativo leer como sin ambages trataba a Ucrania como poco menos que un país a colonizar. A pesar de todo, intentaba mantener la fachada “democrática” al afirmar que:

No hay duda de que es un vuelco asombroso el hecho de que Víctor Yanukóvich, cuyo fraude en las elecciones presidenciales ucranianas de 2004 desató la revolución naranja, haya sido elegido ahora presidente; pero no es el triunfo de una contrarrevolución azul. En todo caso, confirma que Ucrania está convirtiéndose en una democracia seria, en vez de la democracia virtual de tipo ruso que era antes de la revolución naranja.

A diferencia de muchas supuestas elecciones en regímenes autoritarios, no hemos sido capaces de saber este resultado de antemano. Experimentados observadores internacionales han dicho que han sido unas elecciones libres y limpias. La princesa derrotada, Yulia Timo-shenko, no debe impugnar el resultado; lo que debe hacer es comenzar su campaña para ganar en 2015
”.

Pues no ha sido así Timothy, y si esto nos demuestra algo es que los “naranjitos” tienen una visión de la democracia bastante sui generis como mínimo, y desde luego, bien lejos de la lógica de la competencia y la alternancia entre sensibilidades políticas diferentes.

El problema empieza cuando se da por hecho que algunos son los “buenos” porque quieren ser aliados de Occidente (¿podríamos interpretarlo como que desean ser vasallos o una neo-colonia?), y otros son los “malos” porque quieren mantener una política más soberana en las relaciones internacionales (podríamos decir que quieren jugar a hacer de equilibrista entre Occidente y Rusia). ¿Y dónde queda la praxis de cada uno? “¡Qué más da!” pensarán muchos analistas occidentales de política internacional. Estos realmente no tienen mucho interés en saber que representa cada opción política y que políticas proponen e implementan a nivel interno. Lo único que les preocupa es con quién se alían a nivel internacional, porque saben que si se alían con su opción, con Occidente, acabarán económicamente y militarmente a sus pies. Sólo desde ese punto de vista, como lo hace Timothy Garton Ash, se puede hablar con una connotación negativa respecto a la base militar que tiene la Marina rusa en Sebastopol, y en cambio, ver normal que toda Europa este llena de bases militares norteamericanas. Pero por suerte, siempre hay gente más sincera que todos esos periodistas y analistas que revisten su ideología y objetivos políticos con trajes políticamente correctos.

Hay gente como la periodista Yulia Latynina que no se cortan nada. Dicen lo que piensan, y eso está muy bien porque con gente como ella se sabe a lo que jugamos. Es gente profundamente autoritaria y antidemócrata. Tal y como lo expresa en su artículo Letting Poor People Vote Is Dangerouspublicado en The Moscow Times. Esta mujer le ve un problema a la democracia: los pobres. Y es que según ella, como los pobres pueden votar ocurre que los resultados de las votaciones a menudo no son los que “deberían de ser”. Es decir, los pobres no saben que es lo que “hay que votar”. Esta es la misma idea que destilaba el artículo de Timothy Garton Ash pero con una exposición y visión más radical. Equipara de igual manera a gobiernos democráticos, como el de Salvador Allende, con totalitarios, como el nacionalsocialista alemán. Para ella, todas estas victorias electorales son culpa de los pobres. Se entiende perfectamente que en su opinión sólo hay una opción política admisible: la neoliberal y occidentalista. Es la dictadura del pensamiento único. Sólo le sirve el juego en el que su postulado ideológico gane o gane. A partir de ahí, deja bien claro que no cree ni respeta la lucha entre diferentes intereses e ideologías. Sólo su ideología y su interés político es el legítimo, ¿será que Timoshenko habrá leído a Yulia Latynina?

2ª Guerra Mundial: algunas cosas que Occidente no asume / Majmut Gareev

Como se sabe, los resultados principales de la Segunda guerra mundial fueron definidos en los acuerdos de los países líderes de la coalición anti-hitleriana en las conferencias de Teherán, de Yalta y de Potsdam. En ellos están fijadas la capitulación incondicional de la Alemania fascista y la victoria de los países de la coalición anti-hitleriana. La Alemania hitleriana está reconocida como la instigadora, la agresora, la culpable del desatamiento de la Segunda guerra mundial, y todas las formaciones de las SS y las organizaciones nazis reconocidos criminales. La invariabilidad de los resultados de la Segunda guerra mundial y de las fronteras establecidas entre los estados fue confirmada también por los acuerdos internacionales en Helsinki en 1975.

En los últimos años todo esto se está comenzando a poner en duda. Renacen abiertamente y se glorifican los vlásovets, bandérovets, ex-formaciones de la SS y otras organizaciones nazi, que lucharon durante la guerra de parte de Hitler. Tanto en el exterior, como en Rusia se edita en enormes tiradas y se divulga literatura de todo tipo, que disculpa a los líderes nazis y a los colaboracionistas. Se destruyen de una manera bárbara monumentos a combatientes-liberadores.

En el apogeo de esta nueva guerra informativa, iniciada en el Occidente, la asamblea Parlamentaria de la OSCE aprobó la resolución, en la cual se pone el signo de igualdad entre el fascismo y el estalinismo. El parlamento europeo propuso declarar el 23 de agosto, el día de la firma del pacto Mólotov-Ribbentrop, como el día de la memoria paneuropea de las víctimas del estalinismo y el nazismo. Aunque la delegación rusa en la APCE votó formalmente en contra de esta resolución, los parlamentarios rusos y el MINREX de la FR hicieron poco para prevenir la aprobación del documento profano, un sacrilegio de la gran Victoria.

La agresión informativa respecto al pasado histórico de Rusia no encontró hasta ahora una resistencia debida. Aún más, en la “Rossíyskaya gazeta” (23.07.2009) en el artículo de V.Dimárskiy esta agresión encontró un apoyo total (???). Su óbolo abundante a esta causa lo invierten también los medios liberales de la comunicación masiva.

Estoy profundamente convencido: sobre los acontecimientos en la víspera de la Segunda guerra mundial, incluso el tratado soviético-germano de no agresión, es inadmisible juzgar sin tener en cuenta la complejidad exclusiva de la situación político-militar, que se formó en aquel tiempo en el mundo. Y todo, lo que tuvo lugar en 1939, ocurrió no por sí sólo, como si Stalin decidiera de repente virar hacia Alemania.

La Unión Soviética no tuvo mucho de qué elegir. El primer estado socialista en el mundo colaboraba con aquellos, quienes lo querían. Una amplia colaboración con Alemania se realizaba aún en los años 20. En el año 1934 el gobierno soviético emprendió una serie de pasos diplomáticos para normalizar las relaciones con la nueva dirección alemana, en primer lugar para lograr la seguridad para su país, y en la medida de lo posible de defender los países bálticos y Polonia de una expansión alemana. Sin embargo Berlín no emprendió en aquel tiempo serios pasos recíprocos.

Los alemanes tenían otros planes. Después de la guerra se supieron las palabras de Hitler, pronunciadas al comisario superior de la Liga de las naciones en Danzig, K. Burkhard: “Todo, lo que estoy haciendo, está dirigido en contra de Rusia. Si el Occidente es tan tonto, para no entenderlo, me veré obligado a aceptar el compromiso y asestar primero un golpe contra el Occidente. Después haré caer todas mis fuerzas contra la URSS. Necesito Ucrania, para que nadie nos obligue al hambre, como había sido durante la guerra anterior”.

Pero Hitler enmascaraba por el momento sus planes. Incluso la decisión sobre la guerra con Polonia fue adoptada por él en abril de 1939. Así que el tratado soviético-germano de no agresión, concluido más tarde, no podía influir a esta decisión. Lo que necesitaba Hitler, era precisamente una derrota destructora, sorprendente de Polonia para intimidar a todos los demás. “Lo que ocurrirá en el caso de una guerra con Polonia, superará y opacará a los hunos,- decía él.- Esta impetuosidad en las acciones militares germanas es necesaria, para demostrar a los estados del Oriente y Sud-oriente en el ejemplo de la destrucción de Polonia, lo que significa en las condiciones del día de hoy contradecir al deseo de los alemanes y provocar Alemania a la introducción de las fuerzas armadas”.

Es bien sabido también, cómo transcurrían las negociaciones del gobierno soviético con los representantes de Inglaterra y Francia por los problemas de la prevención de la guerra en el continente Europeo. Las democracias occidentales no se proponían concluir con la Unión Soviética ningún acuerdo serio, dirigido a prevenir la agresión hitleriana. Es más, como confirmó Múnich, ellos hacían prácticamente todo, para “pacificar” al agresor, dirigiendo su golpe al Oriente.

Un hecho importante: los generales germanos L. Bek, E. von Vitzleben y otros con la participación del jefe del estado mayor general de las tropas terrestres F. Galder organizaron a finales de agosto de 1938 un complot con el objetivo de arrestar a Hitler, en cuanto él firme la orden de agresión a Checoslovaquia, por el intento de sumir Alemania en una nueva guerra europea. Ellos informaron de eso a los altos líderes de Inglaterra y Francia, pero los últimos, ciegos en su hostilidad a la Rusia soviética, ignoraron el aviso y prefirieron concluir el acuerdo de Múnich, obligando a Checoslovaquia a someterse a la voluntad de Hitler. Aquella situación hizo a los conspiradores a rechazar su plan.

Digo más: aún en el caso de que la Unión Soviética hubiera concluido algún acuerdo con Inglaterra y Francia, esto difícilmente habría cambiado la situación de los hechos. Porque anteriormente había sido firmado el acuerdo entre la URSS y Francia de ayuda a Checoslovaquia, pero en 1938 París se negó de él, poniendo su firma al pie del acuerdo de Múnich.

Y las democracias occidentales no se proponían a defender a ningunos polacos. El embajador de EEUU en Londres, J. Kennedy, estaba convencido, que a los polacos hacía falta abandonarlos a una arbitrariedad del destino y darles la posibilidad a los nazis a realizar sus objetivos en el Oriente. El conflicto entre la URSS y Alemania, según sus palabras, “traería un gran provecho a todo el mundo occidental”. El embajador de EEUU en Berlín, J. Wilson, también consideraba como la mejor variante la agresión de Alemania a Rusia con el tácito consentimiento de las potencias occidentales “y hasta con su aprobación”.

Y la propia Polonia hizo un aporte a la tarea de suspender los esfuerzos, dirigidos a frenar la agresión fascista.

Aún en 1934 fue concluida la declaración polaco-alemana, que se hizo la primera brecha abierta en la causa de la creación de la seguridad colectiva en Europa. Cuando en 1938 el gobierno soviético declaró su disposición de prestar ayuda a Checoslovaquia en el caso de una agresión alemana, el embajador polaco en París, Y. Lucasevich, declaró el 25 de septiembre de 1938 en una conversación con su colega norteamericano W. Bullit: “Comienza una guerra religiosa entre el fascismo y el bolchevismo, y en el caso de que la Unión Soviética le preste ayuda a Checoslovaquia, Polonia está dispuesta a luchar contra la URSS hombro con hombro con Alemania”.

Una gran cantidad de otros documentos confirman, que Polonia se proponía a intervenir del lado de Alemania tanto en la división de Checoslovaquia, como en la lucha contra la Unión Soviética. El gobierno polaco se negaba a hacer pasar en ningún caso a través de su territorio de las tropas soviéticas en el caso de la agresión de Alemania contra Checoslovaquia. Y sin esta condición cualquier ayuda militar a los aliados potenciales por parte del ejército Rojo era imposible.

Los polacos confiaban completamente a la ayuda inglesa y francesa, pero cuando el 1 de septiembre de 1939 comenzó la agresión alemana, Inglaterra y Francia, al declarar formalmente una guerra a Alemania, se negaron prácticamente a luchar, escondiéndose detrás de la línea de Maginot. Las democracias occidentales liberales entregaron Polonia a Hitler, sin embargo por una razón inexplicable nadie en la APCE levanta un escándalo con ese motivo.

La Unión Soviética no se entrometía en la guerra hasta el 17 de septiembre. Y sólo en el último momento, cuando el gobierno polaco abandonó el territorio de Polonia, abandonando a su pueblo a una arbitrariedad del destino, las tropas soviéticas fueron introducidas al territorio de Bielorrusia Occidental y Ucrania Occidental con el objetivo de no permitir su ocupación por Alemania y liberar las tierras, arrebatadas ilegítimamente por Polonia en 1920.

El ex-premier británico D. Lloyd Jorge escribía en septiembre de 1939 al embajador polaco en Londres: “Los ejércitos rusos entraron a los territorios, que no son polacas, y las que habían sido anexadas por Polonia por fuerza después de la Primera guerra mundial. La diferencia entre los dos acontecimientos se hace más evidente para la opinión pública británica y francesa. Hubiera sido una locura criminal ponerlos sobre una tabla”. Pero hoy esta locura se está realizando.

Hasta en el período de las relaciones soviético-británicas más tirantes, W. Churchill decía en su intervención por la radio el 1 de octubre de 1939: “Aquello, que los ejércitos rusos tenían que encontrarse en esa línea, era completamente necesario para la seguridad de Rusia en contra de la amenaza alemana. En todo caso, las posiciones están ocupadas, y creado el frente Oriental, el cual la Alemania nazi no se atreve a atacar”.

En el plano del derecho internacional estos territorios fueron fijados como parte de la URSS por los acuerdos de 1945-1947. Aún con menos razón puede tratarse de alguna agresión respecto a los países Bálticos y Rumania, ya que a la entrada de los ejércitos soviéticos en sus territorios le habían precedido las negociaciones diplomáticas, que concluyeron con la aprobación por los gobiernos de ambos países de la variante soviética de la solución del problema en las relaciones bilaterales.

Y he aquí algunos ejemplos de la historia de otros países. EEUU en 1942 desembarcó en Marruecos, sin pedir permiso ni al sultán marroquí, ni el gobierno de Vichy, con el cual ellos mantenían relaciones diplomáticas. El comando de EEUU lo explicó por la necesidad de asegurar una imprevisión estratégica.

Cuando en 1941 surgió una amenaza fascista para Irán, Inglaterra y la URSS se pusieron de acuerdo sobre la introducción de sus tropas al territorio iraní.

Últimamente se hizo frecuente la afirmación de que “el complot” de Hitler con Stalin dizque desató las manos al fuhrer, coadyuvó a la agresión contra Polonia, a la derrota de Francia en 1940 y al comienzo en general de la Segunda guerra mundial. El 5 de mayo de 2005 la dieta polaca se dirigió a la dirigencia rusa con la exigencia de condenar a I. Stalin por apoyar en 1939 a Hitler en la guerra contra Polonia. De igual manera pronto a los rusos les ofrecerán pedir perdón por llevar a Hitler al suicidio.

En el II congreso de los diputados populares de la URSS en 1989 se destacó: “El congreso de los diputados populares de la URSS acepta la opinión de la comisión, que el tratado con Alemania de no agresión se concluía en la situación política internacional crítica, en las condiciones del crecimiento del peligro de la agresión del fascismo en Europa y del militarismo japonés en Asia, y tenía como uno de los objetivos el de desviar de la URSS la amenaza de una guerra inminente… El congreso considera, que el contenido de este documento no contradecía a las normas del derecho internacional y de la práctica de los acuerdos de los estados, aceptada para las regulaciones semejantes”. Aunque, simultáneamente aquel congreso condenó el protocolo adicional, en el que se delimitaban las esferas de los intereses de las partes, que se estaban poniendo de acuerdo. Sin embargo estas acusaciones son absolutamente infundadas. Todo el proceso de la creación en Europa de la seguridad colectiva había sido coartado, y el chance decisivo de Hitler para su marcha al Este había sido dado mucho antes – por los acuerdos de Múnich de 1938. Son precisamente ellos, los que obligaron la URSS de aceptar la conclusión del pacto de no agresión con Alemania en aras de su propia seguridad.

Hasta el verano de 1941 una amenaza singular la representaban las negociaciones secretas anglo-germanas. El ministro de exteriores de Inglaterra, E. Halifax, visitó personalmente a A. Hitler y H. Himmler. N. Chamberlain realizó tres viajes a Hitler. Pero los mismos dirigentes británicos no quisieron ir a las negociaciones a Moscú.

Un hecho muy significativo: para el 23 de agosto había sido nombrado el encuentro de Herring con Chamberlain en Londres, – y fue suspendido sólo por la llegada de Ribbentrop a Moscú. Si la Unión Soviética no hubiera concluido el pacto de no agresión con Alemania, se habría encontrado ante la amenaza de una guerra hacia dos frentes con los enemigos más fuertes en el occidente y en el oriente. Porque fue precisamente en el verano de 1939, cuando tenían lugar los combates en Jalkin Gol, donde el ejército Rojo tuvo que rechazar la agresión japonesa.

Resumiendo, para el verano de 1939 el Kremlin fue puesto ante el dilema: O quedarse completamente aislado en las condiciones, cuando Hitler, apoyado directa o indirectamente por los principales países occidentales, se precipitaba al este, O concluir con Berlín un tratado de no agresión, para aplazar el comienzo de la guerra y ganar tiempo para preparar una resistencia a una agresión inminente. La decisión, que Stalin tomó hace 70 años, en agosto de 1939, en el minuto de la dificilísima alternativa para el país, era desde el punto de vista de los intereses nacionales de Rusia diplomática y estratégicamente impecable. Y la conclusión del pacto de no agresión con Alemania ayudó también a concluir el acuerdo de neutralidad con Japón.

Si la URSS no hubiera concluido el tratado de no agresión con Alemania, entonces de toda manera no se habría logrado evitar la guerra con Hitler, pero con esta variante las potencias anglo-sajonas habrían podido realizar su objetivo – lograr el debilitamiento recíproco de Alemania y Rusia, y ocupar gracias a esto la posición dominante en Europa.

Con eso, la Unión Soviética, quedándose dentro de los límites de sus fronteras, se hubiera vista obligada a resignarse a la ocupación por Alemania de Polonia, los países bálticos y otros estados, aledaños a las fronteras soviéticas. El Vermacht hubiera recibido la oportunidad más ventajosa, que en 1941, para crear la situación estratégica para agredir la URSS, y la Unión Soviética hubiera tenido que luchar sola contra la Alemania hitleriana y sus aliados no en el año 1941, sino mucho antes.

Tampoco han sido inusitados los acuerdos secretos sobre la división de las esferas de influencia con Alemania.Las negociaciones secretas con la conclusión de los acuerdos respectivos se estaban llevando a cabo entre Inglaterra y Alemania. El acuerdo polaco-inglés del 25 de agosto de 1939 también tuvo un anexo secreto, en el cual Lituania, en particular, se declaraba perteneciente a la zona de los intereses de Polonia, y Bélgica y Holanda – de Gran Bretaña. Letonia y Estonia firmaron en agosto de 1938 acuerdos secretos sobre las garantías de sus fronteras con Alemania. Los acuerdos de I. Stalin con F. Roosevelt y W. Churchill sobre la división de Europa en Yalta y con G. Truman en Potsdam en 1945 también quedaban siendo secretos durante una serie de años. Hasta ahora son vigentes los anexos secretos al acuerdo norteamericano-japonés de la seguridad del año 1951, etc.

La conclusión: las resoluciones del Consejo Supremo de la URSS del año 1990, dictados por la agrupación de M.Gorbachov – A.Yákovlev, que pusieron en duda el acuerdo soviético-germano del año 1939 y los acuerdos secretos a él, son absolutamente infundadas. Aquellas resoluciones fueron tomadas en la situación de la ofuscación mental general de “la intelectualidad”, de la presión psicológica del Occidente y del desenfreno de “los maestros de obras de la perestroika”

Majmut GAREEV – general del ejército, doctor en ciencias militares y doctor en ciencias históricas, presidente de la Academia de ciencias militares de la Federación Rusa.

Impugnan elecciones en Ucrania

los lujosos grandes almacenes Harrods de Londres no permitió la entrada a los millonarios jugadores de un club de fútbol ucraniano, el Shakhtar Donet

Prohíben la entrada a Harrods a los futbolistas del Shakhtar por ir en chándal
TIMESONLINE.CO.UK
Actualizado Jueves , 18-02-10 a las 12 : 21
El portero de los lujosos grandes almacenes Harrods de Londres no permitió la entrada a los millonarios jugadores de un club de fútbol ucraniano, el Shakhtar Donetsk, por ir vestidos con chándal y zapatillas deportivas.
El equipo se encontraba en la capital británica porque esta noche se enfrentará al Fulham, club inglés que pertenece a Mohamed Al Fayed -también dueño de Harrods-, en un partido de la UEFA, según informa el diario británico «The Times».
Los futbolistas se estaban tomando un descanso después de los entrenamientos y decidieron relajarse haciendo unas compras en esos grandes almacenes, lo que ya se ha convertido en una tradición entre los equipos extranjeros que van a Londres.
Los jugadores trataron de explicar el pasado martes, cuando ocurrió todo, quiénes eran pero sus intentos fueron en vano porque el personal de seguridad de Harrods consideró que se trataba de un grupo "demasiado grande y sospechoso".
"No habíamos traído nuestros esmoquin para ir de compras", ironizó ayer un portavoz del equipo, que espera que después del partido los londinenses les traten "con respeto".
Los grandes almacenes se han disculpado alegando que la tienda estaba abarrotada y que en ocasiones deben tomar la "difícil decisión" de negar el acceso a grandes grupos por cuestiones de seguridad.
Además, Harrods subrayó que los clientes deben cumplir su código de vestimenta, que prohíbe llevar bermudas, bañadores, chanclas, ropa deportiva o ir de manera desarreglada o sucia.
Los jugadores del Shakhtar Donetsk, aunque no sean demasiado conocidos en el Reino Unido, se encuentran entre los deportistas mejor pagados de Ucrania, donde los consideran superestrellas.
Algunos de los jugadores cobran casi 2,3 millones de euros por temporada y la liga ucraniana mueve mucho dinero, lo que ha atraído a algunos de los mejores jugadores de países como Brasil o Croacia.
El dueño del FC Shakhtar Donetsk, Rinat Akhmetournament, tiene una fortuna estimada en 7.300 millones de dólares (5.375 millones de euros), según la revista Forbes, que le situó entre los hombres más ricos el mundo.

El Supremo suspende los resultados electorales en Ucrania

Siguen los temores de inestabilidad en Ucrania después de que ayer el Tribunal Supremo Administrativo suspendiera los resultados de las recientes elecciones presidenciales, que dieron como ganador al jefe de la oposición y líder del Partido de las Regiones Viktor Yanukovich. La decisión del tribunal se produjo un día después de que la derrotada, la primera ministra Yulia Timoshenko, presentara ocho tomos con documentos que pretenden confirmar su denuncia de fraude. Timoshenko ha decidido ir hasta el final y utilizar todos los recursos necesarios y posibles para pelear por el poder. Se ha decidido por la batalla en los tribunales. Lo que no podría hacer, aunque quisiera, es convocar a sus seguidores a la calle como en la revolución naranja del 2004. Entonces la presión popular permitió invalidar los resultados de las elecciones presidenciales de ese año, ganadas en principio por Yanukovich. La repetición de los comicios dio entonces la victoria a Viktor Yuschenko, aliado en aquel tiempo de Timoshenko. ...

Las elecciones de Ucrania no tendrán efecto hasta que se esclarezca si hubo fraude

El Tribunal Supremo de Ucrania ha decidido dejar sin efecto la resolución de la Comisión Electoral Central sobre los resultados de los comicios del pasado día 7, que dan como ganador al prorruso Víctor Yanukóvich. La suspensión será efectiva mientras no se esclarezca si hubo fraude durante el recuento de votos. La medida judicial se produce un día después de que la primera ministra, Julia Timoshenko, perdedora de la segunda vuelta ante Yanukóvich, presentara un recurso impugnando el resultado de las elecciones en la segunda vuelta y pidiendo su repetición.
Timoshenko dice estar segura de que “hubo falsificación sistemática, fundamental y universal” y sostiene que se aplicaron cinco técnicas diferentes de fraude. De todos esos métodos ilícitos, según la jefa del Gobierno, se han presentado pruebas contenidas en un dossier de ocho tomos.
El Tribunal Supremo, sin embargo, rechazó admitir a trámite un segundo recurso de Timoshenko exigiendo que se aplace la toma de posesión de Yanukóvich, prevista para el 25 de febrero. La Comisión Electoral, por su parte, considera que no hay razones para cambiar de fecha la investidura del nuevo jefe del Estado.
Los resultados oficiales conceden la victoria a Yanukóvich con un 48,70% de los sufragios contra un 45,47% a favor de Timoshenko. La diferencia entre ambos, casi un millón de votos, es precisamente lo que los partidarios de la primera ministra creen que les ha sido robado. Sin embargo, los observadores de la OSCE y del Parlamento Europeo dieron por buenas las elecciones e incluso señalaron que fueron un “ejemplo” de democracia.
Distintos analistas estiman poco probable que el recurso de Timoshenko cambie las cosas y menos aún que sus seguidores puedan organizar otra vez una “Revolución Naranja” como la que en 2004 obligó a repetir los comicios en los que resultó vencedor Víctor Yúshenko.

Aumenta hasta los 69 años la esperanza de vida en Rusia

A lo largo ya de unos cuantos años se observa un crecimiento de la esperanza de vida en Rusia. En 2009, el índice aumentó en más de un año (1,2 años) y se situó en una media de más de 69 años para hombres y mujeres", precisó Zhukov, citado por la agencia oficial RIA-Nóvosti.
Asimismo, señaló que según los datos preliminares, el número de habitantes de Rusia gracias al fenómeno de la inmigración aumento por primera vez en 15 años y se situó en 141.927.000 personas.
Agregó que en 2009 nacieron en el país 1.764.000 niños, 50.000 o un 3 por ciento más respecto al año anterior.
Mientras, el número de decesos se redujo en 62.000 personas o un 3 por ciento respecto a 2008.
Según Zhukov, el crecimiento natural negativo de la población se redujo en más del 30 por ciento respecto a 2008.
"Es el indicador más importante de la eficacia de nuestro trabajo", subrayó el viceprimer ministro.
La población rusa no había dejado de decrecer desde la caída de la Unión Soviética en 1991 debido en gran medida a la crisis que afecta al sistema de pensiones y de atención médica primaria.
Rusia siempre fue la república más poblada de la Unión Soviética con unos 150 millones, seguida por Ucrania que rondaba los 50 millones de habitantes.
Hace dos años, la ministra de Sanidad y Desarrollo Social, Tatiana Gólikova, declaró que Rusia debe frenar el descenso de la población para 2011 y conseguir que su número de habitantes se estabilice en los 143 millones.
Entre las tareas de primer orden figura el programa de aumento de la esperanza de vida en Rusia hasta los 75 años para 2020, indicó Gólikova.EFE