martes, 26 de abril de 2011

Cosme, pincel mayor de la pintura holguinera

Parte de la obra que, bajo la influencia de cinco siglos de pintura europea, ha creado durante cuarenta años el holguinero Cosme Proenza, será expuesta a partir del 28 de abril, en el Centro Provincial de las Artes Plásticas, de la Ciudad cubana de los Parques.

Luego de tres años de trabajo entre el artista y su curador, Ángel San Juan, está lista la muestra Paralelos. Historia y tradición del arte occidental. Más de cien piezas que forman “el esqueleto de mi obra, no el conjunto. Algo que nadie ha visto antes, porque mis anteriores exposiciones son solo fragmentos”, dijo el autor en conferencia de prensa.

“No son las más conocidas o preferidas por el público. Están las necesarias, cada uno de los eslabones de esta cadena, que marca mis cuarenta años de trabajo. Aunque no son cuarenta años lineales, sino analizados. Y esto se puede hacer porque las conservo todas, y las instituciones de la ciudad también. Por suerte, estas obras, que aparentemente son muy modestas, constituyen esa armazón”.

El más importante artista de la plástica holguinera, graduado en 1973 en la Escuela Nacional de Arte y, desde 1985, master of Fine Arts en Pintura Monumental, por el Instituto de Bellas Artes de Kiev, Ucrania, afirma no ser “un académico ni un retrógrado, sino un contemporáneo”.

Conocedor profundo de la mayoría de los museos y colecciones de Europa, Cosme Proenza nunca ha abandonado “la aldea”, y desde aquí ha dado al mundo su visión de la pintura tradicional del viejo continente. “He permanecido aquí, porque es el lugar desde donde se puede producir y justificar todo esto que ustedes van a ver”.

Desde el jueves 28 de abril hasta el 27 de junio, las tres salas del Centro de Arte exhibirán esta demostración de la pintura como expresión cultural, que termina en la sala principal con una especie de capilla que recoge su historia, a través de la obra de este holguinero universal.

Cosme Proenza Almaguer (Holguín, 1948) es miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Asociación Internacional de Artes Plásticas (AIAP). Desde 1973 ha participado en incontables exposiciones personales y colectivas en Ucrania, México, España, Venezuela, Estados Unidos, Luxemburgo, Canadá y Cuba.

http://www.baibrama.cult.cu/pages/noticia.php?id=1874

Ucrania se prepara para el compromiso de la zona de comercio libre con la UE

KIEV, Ucrania, April 22, 2011 /PRNewswire/ -- Ucrania ha expresado su preparación para el compromiso de cara a la Unión Europea sobre la zona de comercio libre - el problema principal de las negociaciones en marcha con la asociación, según el Primer Ministro de Ucrania, Mykola Azarov, como resultado de sus reuniones con el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso.


El progreso en las negociaciones de la asociación en los últimos meses ya se ha notado. Según el Primer Ministro de Ucrania, el 90% de las posiciones dentro del acuerdo de comercio libre ya se han acordado. Los principales problemas de prioridad para Ucrania dentro de la zona de comercio libre son la producción agrícola y el transporte de automoción.

Tal y como ambas partes concluyeron, la finalización del acuerdo de la asociación sigue siendo realista en relación a su finalización, prevista para finales de 2011.

"Estamos cerca de terminar las negociaciones con la asociación. Creo que la firma del Acuerdo de Asociación, que incluye la zona de comercio libre, será beneficioso de forma mutua y supondrá un enorme paso adelante para Ucrania. Este servirá para conseguir un acceso libre al mercado para 500 millones de personas, abriendo muchas nuevas oportunidades a Ucrania. En cabeza de todo ello, la integración europea del país contribuirá de cara a la modernización. También aumentará el atractivo del país para las inversiones extranjeras", comentó Jose Manuel Barroso.

Además, Ucrania podría necesitar un periodo de transición y mecanismos de compensación para los productores locales en los sectores prioritarios. Estas provisiones ya se han integrado por parte de la UE dentro de la Euro-Mediterranean Partnership existente, que está compuesta de Acuerdos de Asociación entre la Unión Europea y nueve países del Mar Mediterráneo (Siria, Túnez, Israel, Marruecos, Jordania, Egipto, Argelia, Líbano y la Autoridad Palestina). Las provisiones de estos acuerdos incluyen el periodo de transición compatible WTO de hasta 12 años, variando dependiendo de los países y del sector.

La última ronda de las negociaciones entre Ucrania y la UE sobre el Acuerdo de Asociación se celebró entre el 4 y el 8 de abril de 2011. En términos generales, Ucrania y la UE han celebrado 18 rondas de negociaciones desde el 5 de marzo de 2007. El núcleo del acuerdo es una introducción de una zona de comercio libre entre Ucrania y la UE. El acuerdo estipulará los diferentes aspectos de la cooperación económica y científica entre la UE y Ucrania, además de promocionar y mejorar su colaboración política de cara al futuro.

CONTACTO: Si desea más información contacte con Maryna Khorunzha+380443324784 news@wnu-ukraine.com, responsable de proyecto de WorldwideNews Ukraine

Una vida de aventura sin medir los riesgos

AP
Karol Wojtyla, que eligió el nombre de Juan Pablo II, saluda desde el balcón del Vaticano después de su elección
ABC
1921. Su madre falleció cuando tenía nueve años
1930. Retrato de la infancia
AFP
1981. El 13 de mayo sufre un atentado en la Plaza de San Pedro
AP
1983. El Papa acudió a ver a Alí Agca a la cárcel y le otorgó el perdón
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«Yo también soy de Galicia», bromeó Juan Pablo II en su primer viaje de 1982 a Santiago de Compostela, donde invitó a la «vieja Europa» a redescubrir su grandeza. Muy pocos sabían que había nacido en la Galicia o Galitzia que ocupa el extremo oriental de Polonia y el occidental de Ucrania. Las fronteras han cambiado muchas veces, y el joven Karol Wojtyla hizo parte de su servicio militar en un lugar que entonces era Polonia y hoy es Ucrania.

Wadowice, el pueblecito donde Karol Wojtyla vino al mundo el 18 de mayo de 1920, se encuentra a medio camino entre Cracovia —la antigua capital polaca, cargada de belleza, cultura e historia—, y una localidad, Oswiecim, desconocida por su nombre polaco pero conocida mundialmente por el nombre alemán: Auschwitz. Karol Wojtyla nació en un lugar difícil y tuvo una vida arriesgada desde los 19 años, cuando los alemanes invadieron Polonia y cerraron la Universidad Jagelónica de Cracovia. El joven estudiante de filología polaca empezó a trabajar en una cantera —como ayudante del dinamitero— para evitar el traslado forzoso a Alemania como obrero en la industria de guerra. Así pudo seguir cuidando a su padre, el capitán Karol Wojtyla, jubilado del ejército austro-húngaro, que estaba ya enfermo y fallecería en 1941. A partir de aquel momento, «Lolek» se quedó solo en la vida. Su madre, Emilia, había muerto en 1929, cuando él tenía sólo 9 años, mientras que su hermano mayor Edmund, «Mundek», médico, falleció en el hospital de Bielsko Biala en 1932 cuidando a los enfermos de una grave epidemia de escarlatina.

En sus ratos libres, Karol Wojtyla participa en la resistencia cultural a la ocupación nazi como miembro del «Teatro de la Palabra». Interpretaban piezas polacas de casa en casa sin ropajes ni escenarios: simplemente recitando unos textos muy amados, que aprendía de memoria con gran facilidad. El joven obrero pasó de la cantera a la fábrica de sosa cáustica de Solvay, donde manejaba una caldera durante el turno de noche. Era un trabajo que le permitía estudiar y leer libros de espiritualidad, pues estaba madurando una vocación al sacerdocio. Poco después empezaría otra etapa de su vida como seminarista clandestino hasta que la Unión Soviética expulsó de Polonia a los alemanes.

Pero las aventuras no terminaban ahí. El dominio soviético fue casi tan duro como el alemán, y el joven sacerdote Wojtyla realizaba parte de su trabajo en la clandestinidad. Era un intelectual, y muy pronto fue nombrado capellán universitario. Para poder hablar tranquilamente con los estudiantes organizaba excursiones de varios días en kayak, con tiendas de campaña. Utilizaba como altar una piragua volcada, y como cruz un par de remos cruzados. A los sacerdotes se les prohibía realizar ese tipo de actividades con estudiantes. Por eso no llevaba sotana ni era tampoco el «padre Karol». Los chicos y chicas le llamaban «tío», un «nombre de guerra» que siguieron usando el resto de su vida.

Persecución religiosa

Como sacerdote y obispo joven, Wojtyla siguió ayudando a los hermanos en el sacerdocio de la vecina Ucrania, una de las repúblicas de la Unión Soviética, donde la persecución religiosa era mucho más fuerte. Curiosamente, el obispo Wojtyla vivía dentro del Telón de Acero pero estaba muy al tanto de lo que sucedía fuera. Conocía perfectamente el mundo occidental —con sus virtudes y sus defectos— y estaba convencido de que toda la Europa del Este debía recuperar la libertad.

Su lectura del Evangelio le llevó a promover la reconciliación formal entre los obispos de Polonia y los de Alemania, para dejar atrás el odio generado durante la Segunda Guerra Mundial. Fue uno de los participantes más jóvenes en el concilio Vaticano II, que aplicó con pasión en su diócesis de Cracovia. En 1967, cuando Pablo VI le nombró cardenal era todavía muy joven, pero había acumulado una riquísima experiencia humana: estudiante, actor, poeta, obrero, seminarista clandestino, profesor universitario en Cracovia y Lublin, filósofo, teólogo… y sobre todo místico. Había aprendido a rezar de la mano de su padre el capitán Wojtyla y, ya en Cracovia, en el círculo de amigos del sastre Jan Tyranowski, organizador del «Rosario Viviente», quien enseñó a muchos jóvenes a hacer oración personal y a adentrarse en el trato con Dios según la espiritualidad carmelitana.

Aquel joven poeta —que había explorado temas sociales durante su trabajo en la cantera y participaba como actor clandestino en la resistencia cultural al nazismo— se convirtió, como obispo, en pieza clave de la resistencia espiritual al comunismo. Su batalla por construir una iglesia en el nuevo barrio obrero de Nowa Huta terminó en triunfo gracias a una tenacidad de hierro y a la valentía de acudir a celebrar la misa en el descampado la noche de Navidad a muchos grados bajo cero.

Los años del Concilio Vaticano II (1962-1965) permitieron a muchos obispos descubrir la talla intelectual de su colega de Cracovia, candidato evidente a responsabilidades más altas. Pablo VI le nombró cardenal en 1967, y ya en el primer cónclave al que acudió en agosto del 1978 recibió la confianza y el voto de algunos padres conciliares. La repentina muerte de Juan Pablo I a los treinta días de su elección fue la señal de que había llegado el turno de Wojtyla, quien viajó a Roma en octubre con el presentimiento de no regresar a Polonia.

«Dejadme ir»

Aquel 16 de octubre de 1978 en la Capilla Sixtina, el cardenal Wojtyla tomaba notas mientras se leían los nombres de las papeletas. En un momento determinado, los votos a su favor llegaron a los dos tercios del total. En ese momento escribió: «A las 17.50, Juan Pablo II». Comenzaba así un pontificado de 26 años —el tercero más largo de la historia— que batiría prácticamente todos los récords hasta terminar el 2 de abril del 2005 con un debilísimo susurro a sor Tobiana, su fiel asistenta y enfermera durante media vida: «Dejadme ir a la casa del Padre».

Si su biografía en Polonia era una novela de aventuras, el traslado a Roma como sucesor de Pedro aumentó el ritmo y la envergadura épica. Comenzaron enseguida los largos viajes para llevar la alegría del Evangelio hasta los confines de la tierra. El «atleta de Dios» recorría el planeta como un torbellino, levantando el fervor de los cristianos en los lugares más alejados de Roma, por distancia, como en Australia, o por cultura como la India o el Burkina Faso. Arriesgó su vida en Sarajevo, en Damasco, en Filipinas y en tantos otros lugares.

Su largo pulso con el sistema comunista de Polonia terminó con el triunfo del sindicato libre «Solidarnosc» y, poco después, la caída del Telón de Acero y el desplome del comunismo en aquellos increíbles meses a caballo de 1989 y 1990. Fue quizá su mayor alegría, mientras que las amarguras incluyen la primera guerra del Golfo, la guerra de los Balcanes y, sobre todo, la invasión de Irak como respuesta equivocada al atentado contra las Torres Gemelas en el que Irak no había tenido arte ni parte.

La cercanía de la muerte en el atentado de 1981, el descubrimiento del mensaje de Fátima y el comienzo de las enfermedades aportaron una profundidad y una riqueza impensables a un pontificado que asombraba ya al mundo entero. El primer eslavo que sucedió al Pescador de Galilea se convirtió en punto de referencia moral para la humanidad. Fue el primer «Papa del mundo», escuchado por mandatarios de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur como se vio el día de sus funerales. Fue Juan Pablo II «el Grande». Benedicto XVI y todos los cardenales presidirán el próximo domingo 1 de mayo la ceremonia de su beatificación, que toda la Iglesia espera con gran emoción.

Hecatombe hasta la eternidad

Veinticinco años después de la catástrofe nuclear de Chernóbil, los ucranianos aún mantienen frescos los recuerdos de ese siniestro apocalíptico que marcó un punto y aparte en el desarrollo de la energía nuclear. Poco después del accidente de Fukushima, los dosímetros (aparatos que miden la radiación) se agotaron en las tiendas ucranianas y la demanda sigue creciendo. Los empresarios ya han vaciado antiguos depósitos de municiones con obsoletos aparatos soviéticos, así como almacenes de escasas fábricas ucranianas. Para comprar un dosímetro hay que esperar semanas. Y eso que los precios se han triplicado y los más baratos cuestan unos 300 euros.

Esa radiofobia poco explicable desde un punto de vista razonable (dada la distancia que separa Japón de Ucrania) es comprensible en un país que ha sufrido tanto por un accidente nuclear. El secretismo y la falta de información fidedigna en 1986 les costó la salud e incluso la vida a muchos ucranianos y ahora quieren medir el posible peligro con sus propias manos.

No existe una cifra definitiva de víctimas de la catástrofe de Chernóbil. Más de 350.000 personas fueron evacuadas de un área de 160.000 kilómetros cuadrados. A ellos hay que añadir unos 600.000 liquidadores que vinieron de toda la extinta URSS para limpiar la zona contaminada y construir la capa de hormigón sobre el reactor accidentado. Además, unos 500.000 niños ucranianos afectados por la radiactividad en 1986 todavía están pagando la negligencia de las autoridades soviéticas que no avisaron a tiempo a la población de las zonas más contaminadas con isotopos de iodo radioactivo. El Instituto de la Endocrinología de Kiev ha registrado en el último decenio un crecimiento del 500% en el número de casos de cáncer de tiroides en las personas menores de 40 años.

La explosión del reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil se debió a un experimento llevado a cabo en la noche del 25 al 26 de abril para investigar, en tiempo real, la capacidad del reactor de suministrar energía eléctrica en una situación de parada urgente (por ejemplo, en caso de un ataque nuclear). Al menos cinco comisiones especiales han investigado las circunstancias de esa catástrofe. Sus conclusiones y alegaciones pueden parecerle a uno totalmente contrarias. Mientras los constructores del reactor acusaban de lo ocurrido al personal del cuarto bloque, los responsables de su explotación insistían en que el reactor "iba a explotar tarde o temprano" debido a sus particularidades de construcción. Pese a que el juicio, en 1986, declaró culpables a varios altos cargos de la dirección de la central nuclear, los debates continúan.

Sea cual sea la verdad, lo cierto es que la causa principal del siniestro fue la mentalidad soviética de los responsables del experimento que pretendían llevar a cabo, a pesar del riesgo, para evitar problemas con sus superiores. Esa alegación se basa en las conclusiones de una investigación secreta que llevaron a cabo los agentes del KGB de Ucrania (los servicios secretos soviéticos) por las huellas frescas. "La razón general de la catástrofe ha sido la baja cultura de trabajo, la falta de disciplina y la irresponsabilidad del personal de la central", reza uno de los documentos del KGB que recientemente dejaron de ser secretos. "La explosión se produjo a causa de serias infracciones del reglamento, de la tecnología y de las normas de seguridad", escribió uno de los agentes que había interrogado a cientos de testigos.

Pese a que la Unión Soviética dejó de existir hace casi 20 años y Ucrania es hoy un estado independiente, la mentalidad, al parecer, ha cambiado poco. Aún hay una zona de exclusión alrededor de la instalación en la que la vida humana es imposible. El área está protegida por dos cercos de férreo control policial, a 30 y a 10 kilómetros del reactor destruido.

En el círculo de 10 kilómetros, el más sucio, está prohibido fumar, beber y comer a cielo abierto. Pero incluso algunos guías de la agencia pública Chernobilinterinform que acompañan a los turistas, ecologistas y periodistas que vienen a la zona no respetan esas reglas. Cada año la zona de exclusión oficialmente recibe a unos 1.500 visitantes, la mayoría ecologistas y periodistas. Pero también hay los que cruzan el control para hacer turismo salvaje. Llegan a rincones más ocultos buscando focos de radiación anómala y objetos que pueden vender a coleccionistas.

La zona de excepción es un verdadero campo minado. Hay áreas inmensas con niveles de radiactividad mortales que esperan su desactivación. Actualmente solo existen caminos limpios que permiten moverse por la zona. También han sido limpiadas todas las zonas donde trabaja el personal. Pero pocos se atreven a abandonar el asfalto nuevo que cubre los restos radiactivos.

En la ciudad abandonada de Pripiat, donde vivían 49.000 personas el tiempo se paró para siempre el 27 de abril de 1986 cuando evacuaron a la población.

El centro neurálgico del recinto cerrado es el sarcófago que cubre la planta 4 de la central. La tapa de hormigón fue construida en 1986 para aguantar al menos 30 años, pero a causa de la radiación sufrió un deterioro precoz. Rusia había ofrecido llenar con hormigón el espacio bajo la tapa actual, sepultando así para siempre los restos del combustible nuclear. Ucrania rechazó este plan, cuyo coste se estimaba en 250 millones de euros, a favor de la construcción de un nuevo sarcófago, que costará 870 millones. Los trabajos empezaron el año pasado con la colocación de los primeros 12 pilares del futuro sarcófago. Se prevé que las obras acaben en el 2015. Pero construir la nueva capa solo es la primera etapa, la que se presenta más o menos clara. "En realidad nadie sabe cómo desmantelar luego el sarcófago antiguo y sacar el combustible nuclear", dice uno de los liquidadores del Instituto Kurchatov de Moscú que trabajó varios años en el proyecto del segundo sarcófago.

La falta de financiación es el principal problema de Chernóbil. "La dirección de la zona de excepción está despidiendo a la gente. No hay dinero para investigación", explica Yevgueni Goncharenko, exguía de Chernobilinterinform. Tras el cierre de la central en el 2000, en la ciudad de Chernóbil, a 20 kilómetros de la planta, quedan solo unos 3.000 especialistas que se dedican a trabajos de mantenimiento y control del estado de sarcófago.

Feria de Sorochyntsy. Ucrania


En la villa de Velyki Sorochyntsy en la region ucraniana de Poltava se celebra desde hace más de 300 años laferia de Sorochyntsy, la más grande de Ucrania este año entre el 16 y el 21 de agosto.

Mercados de comida, productos e instrumentos artesanales y tradicionales así como mucha diversión.

Uno de los grandes escritores ruso-ucranianos Nickolay Gogol la inmortalizó en sus obras y su casa natal en la villa es lugar de visita de ucranianos y rusos.

La feria revive el espíritu de Gogol en estética y vestimentas de la gente del siglo XIX y actores encarnan sus personajes y al propio escritor rememorando sus historias de una forma natural y nada teatralizada. En el siglo XX otro escritor Ostap Vyshnya escribió una ópera humorística dedicada también a esta feria.

Es el mejor acontecimiento artístico y cultural popular en Ucrania. Se puede comprar y digustar toda clase de comida y bebida, diferentes clases de pyrizhkys (pequeñas tortas rellenas) y toda clase de comida que harán tu boca agua. Productos agrícolas, ropas, etc. Incluso si no piensas comprar nada es un paseo muy entretenido con músicos por aquí y por allá tocando tunas folk, country, baladas lentas.

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La gente va a pasar un buen rato dándose una vuelta ver hermosas vistas, comida deliciosa, disfrutar una bebida y hacer amigos, puesto que es mucho más que una feria es un fenómeno cultural que forma parte de la vida local, una tradición que mantiene el pasado vivo en el presente y es una de las fiestas más coloridas del verano con la gente vestida de época, un festival de cinco días para vender, comprar, cantar, beber, comer y socializar. Además en Velyky hay una magnífica iglesia del siglo XVIII.

Patriarca Kirill viaja a Chernobyl

© RIA Novosti
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El Patriarca de Moscú y Toda Rusia visitará en el vigésimo quinto aniversario de la avería en la central nuclear de Chernobyl, el lugar de la tragedia y rezará por todas sus víctimas. Su visita a Ucrania, del 25 al 27 de abril, será además el símbolo del restablecimiento de los lazos fraternales y de la unidad espiritual de los pueblos de Rusia y de Ucrania.

Las actividades conmemoratorias dedicadas al 25 aniversario de la catástrofe en la central nuclear de Chernobyl comenzarán con el tañido de campanas a la 1 de la noche y 23 minutos del 26 de abril, hora exacta de la explosión del reactor en 1986. Todos los años se reúnen en las actividades fúnebres los denominados liquidadores, los parientes de los muertos y los afectados. Es muy simbólico que el Primado de la Iglesia rusa esté junto al pueblo en los días de recordación de la tragedia de Chernobyl, expresa el portavoz de la Iglesia Ortodoxa Rusa del Patriarcado de Moscú, Vasili Anisimov.

-Esta es la primera visita de un patriarca a la zona de Chernobyl. Y para nosotros es un momento importante, pues han transcurrido 25 años, dice el portavoz. Todos los años, tanto para la zona como para Ucrania fue muy duro. Y es un hecho señero que la Iglesia Ortodoxa va a estar junto con los de Chernobyl en este día. Y es que nuestra unidad consiste no solo en los festejos de las victorias comunes, sino también en el dolor compartido. Esta tragedia unió a Rusia, Bielorrusia y Ucrania. Y es que, si miramos el mapa, la zona de la central atómica de Chernobyl se encuentra allí donde confluyen nuestras tres repúblicas eslavas.

Inmediatamente después de la catástrofe, en Chernobyl fue erigido el primero, y hasta ahora el único templo en la ciudad, a San Ilin. Dentro de esta visita a Ucrania, el Patriarca oficiará allí una ceremonia religiosa. El templo es muy preciado para los habitantes de Chernobyl. Y no solo porque allí se encuentra un símbolo de la tragedia, la imagen de Nuestra Señora de Oranta en de una campana destrozada. El templo ha ayudado a muchos a saber enfrentar el miedo, el dolor y lo desconocido. Por lo demás, los habitantes de Chernobyl están seguros hasta ahora de que, desde el momento mismo de la catástrofe estuvo con ellos Dios, afirma Yuri Andreiev, presidente de la organización denominada “Unión, Chernobyl, Ucrania”.

-Prácticamente todos los que trabajaban en la Central Atómica de Chernobyl eran ateos. La iluminación llegó hasta ellos cuando vimos fenómenos que era imposible explicar salvo como la fuerza del Altísimo. En los primeros segundos después de la explosión en el cuarto bloque de la central de Chernobyl, una nube con partículas de combustible de uranio se desplazó hasta la ciudad de Pripiat. La distancia desde el reactor hasta las primeras calles era de 1800 metros. En el camino de la nube había un pino, el que se reproduce en el icono del “Salvador de Chernobyl”. La nube radiactiva, sin alcanzar a llegar al pino se dividió en dos brazos. Gracias a ello la nube no cubrió la ciudad y pasó en torno a ella literalmente a unos cuantos metros de las viviendas. Hasta el día de hoy no podemos de manera alguna explicar este fenómeno, señala Yuri Andreiev.

El programa de la visita del Patriarca Kirill comprende un homenaje ante el monumento de los liquidadores de la avería, una visita a los pacientes del Instituto nacional del Cáncer, a los voluntarios y clérigos que brindan ayuda humanitaria y espiritual a las víctimas de la radiación. El Patriarca Kiril abrirá la conferencia internacional sobre el tema: “Después de Chernobyl: dolor, preocupación y esperanzas comunes. Reflexiones de las consecuencias y lecciones de la catástrofe”.

Bienvenidos a Chernóbil

Borís Klimenko Kiev, 25 abr (EFE).- El lugar más inhóspito de la Tierra, la zona de exclusión que rodea la accidentada central nuclear de Chernóbil, ha abierto sus puertas a los turistas, que ahora pueden ver con sus propios ojos un paisaje apocalíptico.

"Todos los interesados son bienvenidos a visitar la zona de Chernóbil. Queremos mostrar al mundo que Ucrania ya no es una amenaza nuclear", asegura Oxana Nor, directora de la agencia estatal Interinform, que organiza los viajes al corazón de la tragedia.

Los ucranianos quieren aprovechar el interés por todo lo nuclear que ha despertado tanto el 25 aniversario de la mayor catástrofe de la historia del átomo ocurrida en Chernóbil el 26 de abril de 1986 como la reciente avería en la planta japonesa de Fukushima.

"Muchos extranjeros ya han mostrado un gran interés en viajar a Chernóbil. Debemos satisfacer la demanda", añadió Nor, quien insiste en que una estancia de varias horas en la zona es "absolutamente inofensiva para la salud".

No obstante, antes de obtener el permiso para viajar a la zona, los visitantes deben firmar un contrato por el que la administración se exime de toda responsabilidad por cualquier perjuicio a la salud del visitante.

Además, los menores de edad, al igual que las mujeres embarazadas y en período lactante tienen expresamente prohibido viajar a Chernóbil, planta que fue clausurada en 2000, pero que aún alberga combustible nuclear.

El turista, al que se entrega un traje especial contra la radiación si así lo desea, puede viajar en grupo, previo pago de 100 dólares, o en solitario acompañado de un guía, lo que le costará unos 500 dólares.

La estancia en la zona no supera las 6 horas, período durante el que no se puede fumar, salirse del itinerario oficial, beber alcohol, encender una hoguera y, por supuesto, tocar o llevarse ningún objeto, sean trozos de chatarra, plantas o simples pedruscos.

"En las rutas que hemos elegido las dosis de radiación son mínimas. Esas sendas son seguras", explica Piotr Valianski, director del departamento de sanidad del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Ucrania.

Durante la visita, el turista puede utilizar un contador Geiger, que, en las zonas supuestamente desactivadas de Chernóbil, muestra unos niveles de radiactividad varias veces superiores a la norma.

Los ecologistas y antiguos "likvidátor" (liquidadores) se oponen al turismo, al considerar que la amenaza radiactiva está muy presente, pero los expertos consideran que una estancia de varias horas en la zona es como hacerse una radiografía.

Las autoridades niegan que hayan abierto Chernóbil al turismo masivo, ya que el objetivo es concienciar a los visitantes sobre las graves consecuencias para el hombre y la naturaleza de la irresponsabilidad en el uso de la energía atómica.

Sólo hay un tour a la semana con grupos de no más de 17 personas, viaje que incluye el trayecto en autobús, un almuerzo en la cafetería de la planta, donde trabajan cientos de personas para garantizar su seguridad, y una visita guiada.

"Este es un territorio que seguirá siendo radiactivo durante largo tiempo. Nadie ha modificado las leyes de la física. Algunos elementos radiactivos no desaparecerán ni en mil años", apunta Marina Poliákova, una de las organizadoras de las visitas.

Por ello, añade, los viajes a Chernóbil "no son visitas turísticas. Turismo es descanso, diversión y alegría. En la zona de Chernóbil no hay nada de eso. Aquí no hay turismo. Se trata de viajes para conocer la zona de exclusión de Chernóbil. ¿Entiende la diferencia?".

Con todo, el tirón de Chernóbil se ha disparado desde que a principios de marzo se averiara la planta de Fukushima y, según la prensa local, se espera que decenas de miles de personas visiten la zona cuando Ucrania acoja la Eurocopa de fútbol en junio de 2012.

Un portavoz de Interinform comenta que muchos extranjeros sienten una irrefrenable curiosidad por ver lo que ha quedado de la localidad de Prípiat, que se encuentra a unos 4 kilómetros de la accidenta planta y es popularmente conocida como "ciudad fantasma".

En Prípiat los turistas pueden entrar en el edificio desconchado de la escuela, en el que aún permanecen sobre los pupitres las libretas y lapiceros de los estudiantes, y admirar la oxidada montaña rusa, que debía ser inaugurada un semana después de la tragedia.

El asombro de los turistas se transforma en inquietud cuando son conducidos hasta la verja que impide el acceso al recinto que acoge el legendario sarcófago construido en apenas seis meses para cubrir el averiado cuarto reactor.

También viajan a la zona muchos científicos y médicos, quienes están interesados en estudiar el impacto de la radiación en la vida animal y vegetal de los bosques, ríos, lagos y aldeas desperdigadas por la zona. EFE bk-io/bsi/ih

Ex director de Chernobyl fue encarcelado tras el accidente

En varias ocasiones los medios dieron al enfermo Briuchanov por muerto. "Voy a ir a la cárcel por eso", dijo el director cuando en la mañana del 26 de abril de 1986 vio el destruido reactor 4. Así lo cuenta su mujer Valentina.

EL UNIVERSAL
lunes 25 de abril de 2011 08:31 AM

Kiev/Moscú.- El fatídico accidente nuclear en la planta de Chernobyl construida por la Unión Soviética en Ucrania fue para el entonces director de la central, Viktor Briuchanov, el comienzo de una tragedia personal, después de que la URSS presentara al padre de familia como el principal culpable y le encarcelara durante años.

Después de dos infartos al corazón, el hombre de casi 80 años apenas puede ya hablar. En su nombre habla su esposa Valentina, con la que vive en una localidad periférica de Kiev. Allí contactó con él el diario ruso "Moskovski Komsomolets", reseñó DPA.

En varias ocasiones los medios dieron al enfermo Briuchanov por muerto. "Voy a ir a la cárcel por eso", dijo el director cuando en la mañana del 26 de abril de 1986 vio el destruido reactor 4. Así lo cuenta su mujer Valentina.

Unas semanas después el director fue de hecho detenido. Para su madre la consternación fue tan grande que murió. A Briuchanov así como algunos otros ingenieros que ocupaban altos puestos en la planta se les acusó de causar daños por valor de 2.000 millones de rublos, entonces una colosal suma de dinero, así como de la muerte de 30 trabajadores que perdieron la vida por la explosión.

Chernobyl fue también el lugar donde se llevaron en secreto los procesos. Briuchanov fue condenado por Moscú a diez años de prisión sin derecho a una revisión de la pena.

El politburó le expulsó del Partido Comunista, su cuenta bancaria fue embargada. En julio de 1987 permitieron por primera vez que su familia le visitara.

Un investigador dijo inmediatemente después del juicio a Valentina Bryuchanova que podía disolver cuando quisiera su matrimonio con el condenado.

En septiembre de 1991, poco después de la independencia de Ucrania de la Unión Soviética, Briuchanov fue liberado antes de tiempo de prisión. Estuvo unas años vendiendo contratos para suministros eléctricos.

Presentan documental sobre violencia en la sociedad ucraniana

México, DF.- Mi felicidad (Alemania-Ucrania-Países Bajos, 2010) de Sergei Loznitsa, en el género de ficción, es una crónica oscura y sórdida sobre la violencia en la sociedad ucraniana.

Mediante su mirada crítica, el cineasta planteó un panorama tétrico sobre la corrupción social con policías abusivos, gente sin escrúpulos y ladrones en busca de sobrevivir que deambulan en el país dejando a su paso una huella imborrable.

Loznitsa, considerado un gran autor de documentales, mostrará una serie de encuentros insólitos a lo largo de dos horas y siete minutos, teniendo como personaje principal a “Georgi” un camionero que se extraviará en su camino y será partícipe de una serie de desencuentros, uno de ellos que definirá su destino.

Mi felicidad, basada en un guión del propio director formará parte del 31 Foro Internacional de la Cineteca Nacional y concluirá el próximo 9 de mayo en diversos espacios de la Ciudad de México, para luego proseguir por otros foros de la República Mexicana.

Sergei Loznitsa es un estudioso de las matemáticas y de la ingeniera nacido en Kiev, además ha colaborado como traductor del japonés al ruso en el Instituto Ruso de Cinematografía desde 1991, en donde se especializó en la producción y dirección de cine, graduándose en 1997.

Cabe señalar, que realizó tres filmes antes de emigrar a Alemania, país en el cual ha desarrollado gran parte de su carrera y reconocido como un documentalista, cuya obra ha sido galardonada en todo el mundo.

Loznitsa presenta a “Georgi” como un simple camionero cuyo trabajo será llevar un transporte por una zona rural de la ex Unión Soviética. Durante su camino se encontrará a diversos personajes que le contarán secretos muy íntimos de su vida, entre ellos un viejo soldado que no alcanzó la gracia a su regreso de la guerra de casarse con su prometida.

Otro de los personajes disímbolos que encontrará en su sendero serán una niña-prostituta que se gana la vida ofreciendo su cuerpo a los camioneros, así como unos vagabundos hambrientos y haraposos que con engaños se ganarán su confianza cuando el camionero no sabe a dónde dirigirse y se queda atorado en un camino sin retorno en el bosque.

El transportista será víctima de un ataque brutal que lo dejará prácticamente como un vegetal, sin memoria y al paso del tiempo aparecerá en el lugar de una mujer, sin marido, que imaginará a ese príncipe azul que siempre ha esperado.

Lamentablemente, también se aprovechará de él dejándolo en el desamparo y a la merced de su suerte.

Cabe señalar, que el cineasta logra manejar adecuadamente a su elenco integrado por actores no profesionales y a través de quienes muestran la desesperación más absoluta, la miseria y la etapa de violencia surgida tras la desintegración de la Unión Soviética.

De pronto, el filme con tantos personajes en la pantalla se torna confuso, pero sin duda atrapa al espectador con un panorama desolador y en el que los sentimientos son lo de menos y solo el más fuerte sobrevivirá.

En Mi felicidad participa Viktor Nemets, Vladimir Golovin, Olga Shuvalova, María Varsami, Boris Kamorzin, entre otros.

Medvedev destaca hazaña de "liquidadores" del desastre de Chernobil


Moscú, 25 abr (PL) El presidente ruso, Dmitri Medvedev, confirmó hoy su participación en la reunión de mañana en Kiev con sus colegas de Ucrania, Viktor Yanukovich, y de Belarús, Alexander Lukashenko, para analizar la catástrofe de Chernobil.

Ante una ceremonia de condecoración de los "liquidadores" del desastre, del cual mañana se conmemora un cuarto de siglo, Medvedev destacó la heroicidad de quienes participaron en la construcción del sarcófago en torno al cuarto reactor de la central de Chernobil.

Sin el trabajo de ustedes, las pérdidas humanas hubieran sido mucho mayores, dijo el presidente, quien señaló que en su momento todos trabajaron solo con la mente puesta en la eliminación de la avería.

Rusia propuso una ayuda millonaria para la construcción del proyecto Cobertura, el cual debe sustituir al sarcófago confeccionado por unos meses de trabajo de unos 600 mil soldados, bomberos y otros especialistas, conocidos como los "liquidadores".

La obra ingeniera puede llegar a costar unos mil 200 millones de euros, incluidos los trabajos de infraestructura, pero el nuevo protector en si costaría más de 700 millones de euros, de los cuales Kiev recogió 570 millones en una reciente conferencia de donantes.

El encuentro de los donantes en Kiev se realiza en medio del desastre ocurrido en la planta nuclear de Fukushima-1, en Japón, donde tres de los seis reactores atómicos de esa instalación registraron explosiones, lo cual llevó a un escape de radiactividad.