jueves, 10 de junio de 2010

Últimas noticias La OTAN deja sus puertas abiertas a Ucrania aunque ahora apuesta por cooperación

Bruselas, 10 de junio, RIA Novosti. La OTAN deja abiertas sus puertas a Ucrania, pero respeta su decisión de renunciar el ingreso en la alianza y apuesta por las relaciones de cooperación, declaró hoy el secretario general de la organización, Anders Fogh Rasmussen.

"Nuestras puertas quedan abiertas, pero ahora apostamos por cooperación", dijo Rasmussen en una reunión de la Comisión Ucrania-OTAN a nivel de ministros de Defensa en Bruselas, que según el secretario, resaltará la tesis de que "Ucrania es un país independiente" y la alianza respeta su opción.

El pasado 3 de junio en su mensaje al pueblo el presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, reiteró que Ucrania no integrará ningunos bloques y continuará su cooperación con la OTAN dentro del formato actual

Religiosas españolas recogen a los niños de la calle en Ucrania

Por Ágata Carreras

(2º Comunicación Audiovisual)

La Hermana Antonia es una de las monjas dominicas fundadoras del Centro Juvenil “La Casa de los Niños”, en Kiev, donde se recogen y educan a “los niños de la calle”. Con 73 años ha vivido en países de Sudamérica y África y lleva ya 13 en la capital ucraniana.

¿Cuál es el objetivo de este Centro?

Cuando vinimos a Kiev vimos que hacía falta ayudar a los niños de la calle. Niños que están en una situación familiar de desamparo. Se pasan la tarde vagando por las calles y con el tiempo acaban en la droga y el pillaje. Pensamos que lo mejor era ocuparlos en algo después de la escuela. Por eso nació este Centro de prevención.

¿Cómo os organizáis para que tengan ganas de venir?

Con ayuda de algunos monitores, preparamos actividades recreativas que les gustan mucho: baile, teatro, informática, deporte, clases de español. Y en medio de todo este programa está la catequesis.

¿Cuántos niños vienen aquí?

En total hay cerca de 200 registrados. Entre semana vienen unos 30 por día, entre los 2 y los 18 años. Tienen actividades de 4 a 6 de la tarde. Y los sábados son casi 70 niños.

¿Cuáles crees que eran los principales problemas de Ucrania cuando viniste?

El país estaba en una situación muy precaria. Acababa de salir del comunismo, y la gente no hablaba, tenían miedo… después de 20 años, ya no tratan a los extranjeros con desprecio.

Además, había una enorme pobreza oculta, disfrazada de belleza. Desde fuera se veían cosas que a mí me impresionaban, como mujeres bonitas vestidas con pieles. Era un contraste el mundo de riqueza que aparentaban y la pobreza interna que no te dejaban ver.

Sin embargo, esto no es lo que más te llamó la atención…

No, yo creía que el principal problema era la cantidad de niños abandonados en la calle, en los internados… eso sí me impresionó y me pregunté por qué ocurría. Le pregunté a la directora de un orfanato por qué había tantos niños internos y me respondió: “Es muy fácil: el problema reside en la familia.” La familia está mal constituida. Nadie apoya a la familia. Y si los padres son pobres y no pueden sacar adelante a su hijo…

¿Cómo crees que ha evolucionado esto con los años?

Lo cierto es que no ha evolucionado mucho. Un día, hablando con la presidenta de la Asociación de Familias Numerosas de aquí, me dijo que de las 400 familias que tiene registradas casi todas tienen padre y madre. Y eso es lo que hay que potenciar: que las familias estén bien constituidas. Pero el padre, en la familia ucraniana, no tiene un puesto, es un extraño. Esta es una sociedad totalmente matriarcal, la mujer lo gobierna todo. Algunos niños que vienen a este Centro tienen solamente madre y cuando les preguntas por su padre te dicen “¡eso no es importante!”. Y lo dicen así como si su padre fuera algo inútil. Este es un gran problema.

Entonces, cuando llegasteis, vuestro objetivo no era crear este Centro…

No. Nuestra idea inicial era buscar los medios para arreglar un edificio y poder fundar la escuela. Resultó imposible, por el tipo de leyes que hay en este país. Lo único que se podía hacer era fundar una escuela privada, pero era muy costoso.

¿Cómo llegaste a Ucrania?

Es un historia un poco complicada… tuve que dejar África (donde llevaba 30 años) porque me puse muy enferma. Entonces la Congregación decidió abrir una Misión en los países del Este o en Asia y me encargaron a mí ese asunto. Yo no había pensado jamás venir a los países del Este, prefería Asia porque en los países del Este hace mucho frío. Pero entonces el Vicario de los Dominicos en Ucrania fue a Madrid y pidió que fuéramos a abrir una escuela católica. Vinimos aquí el año 1997.

¿Tuvisteis muchas dificultades para empezar?

¡Muchísimas! El gran problema era la lengua: nadie nos entendía. ¡Al principio nos tomaron por espías!
Además, al llegar, los niños eran crueles con nosotras: nos tiraban piedras, tomates, nos quitaban la luz… ¡tuvo que intervenir la policía! Luego mejoró la situación.

¿Por qué decidiste dedicarte a los niños?

Porque como misionera dominica mi obligación, allá donde vamos, es la educación. Quien educa bien a un niño prepara el futuro de un país.

Mi deseo es que, por lo menos, los niños que formamos aquí fueran unos hombres responsables, felices, que construyeran su familia y aportaran bien al país y al lugar donde viven. Sin embargo, la pobreza es tan grande… la solución va a ser difícil.


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Ucrania se compromete con la UE a profundizar en la lucha contra la corrupción y el tráfico de personas

El Gobierno de Ucrania se comprometió este mièrcoles con la Presidencia española de la Unión Europea a profundizar en la lucha contra la corrupción, el tráfico de personas y estupefacientes y el control de fronteras, una serie de pasos que facilitarán la eliminación de visados a los ciudadanos ucranianos.

Los secretarios de Estado españoles de Seguridad, Antonio Camacho, y Justicia, Juan Carlos Campo, junto al director general del Departamento de Justicia, Seguridad y Libertades de la Comisión Europea, Jonathan Faull, participaron en nombre de la UE en el Diálogo Político con Ucrania, representada por su ministro de Justicia, Olexander Lavrynovych.

Antonio Camacho recalcó que la buena gestión de las fronteras para evitar la inmigración ilegal es uno de los “grandes retos comunes”, y valoró los avances ucranianos en cuestiones como la homologación de la documentación y los pasaportes biométricos con la UE.

La lucha contra la corrupción es otra de las condiciones necesarias para lograr un mayor acercamiento social, político y económico, continuó Camacho, que también felicitó a la parte ucraniana por las novedades introducidas en la lucha contra el crimen organizado.

Por su parte, el secretario de Estado espsañol de Justicia recalcó la necesidad de que Ucrania se convierta en un “estado de derecho consolidado” con un poder judicial “independiente”.

“Una fiscalía fuerte es clave para erradicar manifestaciones delictivas”, aseguró Campo.

Por todo ello recordó al gobierno de Kiev que “invertir en la modernización de la Justicia es invertir en un valor superlativo”, y resulta esencial para la salida de la crisis económica.

El ministro ucraniano afirmó a su vez que su Gobierno ha demostrado que los planes puestos en marcha por recomendación de la Comisión Europea para reformar el sistema judicial “van en la buena dirección”, y por ello confía en que la exención de visados pueda ser una realidad antes de fin de año.

Jonathan Faull, de la Comisión Europea, recalcó que por parte comunitaria se desea facilitar la libertad de movimientos, pero siempre que se garantice una gestión adecuada de fronteras por ambas partes.

Desde 2008 los ciudadanos ucranianos disfrutan de un acuerdo sobre visados para entrar en la UE, pero Kiev aspira a la eliminación total de esos documentos. Ucrania ya exime a los ciudadanos de la Unión de presentar un visado cuando viajan a ese país.