miércoles, 5 de agosto de 2009

'El salto de Nijinsky', obsesiones de Ucrania en Barcelona


La coreógrafa del espectáculo, María Rovira, posa junto al cartel en el Teatro Romea. | Efe

La coreógrafa del espectáculo, María Rovira, posa junto al cartel en el Teatro Romea. | Efe


La coreógrafa Maria Rovira da forma a las obsesiones del bailarín ucraniano Vaslav Nijinsky, a quien la esquizofrenia obligó a abandonar la carrera artística, en "El salto de Nijinsky", un espectáculo que estará en la cartelera barcelonesa a partir de hoy, para salir de gira por Argentina en septiembre.

Hasta el 23 de agosto, el espectáculo de la compañía de danza Trànsit, ideado y dirigido por la coreógrafa Maria Rovira, se representará en elTeatro Romea de la capital catalana y en septiembre se verá en las ciudades argentinas de Córdoba, Rosario, Santiago del Estero, Tucumán, Jujuy, Mar del Plata y Buenos Aires.

Siete bailarines de la compañía representan algunas de lasobsesiones del bailarín, como la religión, el sexo o los ojos.

Los bailarines evolucionan en un escenario cuyo suelo está cubierto por un linóleo que reproduce uno de los ojos dibujado por el bailarín, fallecido en una clínica londinense en 1950.

Cada bailarín va adoptando en clave interna esas obsesiones en un espectáculo de danza contemporánea pura en el que se investiga el movimiento, ha señalado hoy Rovira, que también llevará su montaje el año próximo al estadounidense American Dance Festival.

La inspiración inicial del espectáculo reside en una foto de Nijinsky que Rovira vio hace dos años en una exposición en el parisino Quai d'Orsay, una instantánea "que me conmueve mucho", ha confesado, tanto que la coreógrafa catalana empezó a indagar sobre los misterios de la memoria y el significado metafórico del salto.

La foto recrea al bailarín, cuya carrera artística duró tan solo diez años y que permaneció treinta recluido en un sanatorio, vestido con un traje y saltando.

Fue tomada dos años antes de la muerte del bailarín de Kiev, cuando durante una visita que le hizo el también bailarín Serge Lifar y para refrescarle la memoria le pusieron una barra de ballet y, tras una hora de hacer en ella movimientos, Nijinsky se levantó y saltó.

La música original del espectáculo corre a cargo de Javier Gamazo y Marc Álvarez, quienes han recuperado expresamente las cuerdas y los vientos de la música clásica para mezclarlos con música más moderna y contemporánea.

Los bailarines de la compañía Trànsit de Maria Rovira provienen de disciplinas tan diversas como el clásico, el contact, el jazz moderno, la gimnasia deportiva o el atletismo, entre otros.

Con el "El salto de Nijinsky" Rovira presenta un espectáculo "de danza pura", que arranca con la interpretación de una bailarina sola en el escenario, seguida de todos los bailarines en línea desdoblando los movimientos.

"El salto de Nijinsky" ganó el Premio Butaca en 2008 al mejor espectáculo de danza y la coreógrafa Maria Rovira, fundadora de la compañía Trànsit, fue Premio Nacional de Danza de la Generalitat de Cataluña en 1998.

Con este espectáculo, en cartel durante tres semanas, el Teatro Romea se suma a la celebración del centenario de los ballets rusos.

"El salto de Nijinsky" se había podido ver en Barcelona en el marco del festival Grec 2007 y poco después ocupó durante seis días el escenario de la Sala Muntaner.

Ha vuelto a la escena barcelonesa después de una gira española y de viajar a Uruguay y a Croacia.

Patricio recobra la esperanza

La luz al final del túnel puede que no esté tan lejos, ni tan al Este. La extraña ceguera de Patricio García, un murciano aficionado a las motos que perdió la visión repentinamente hace tres años, puede tener más tratamiento que el de la enigmática clínica ucraniana del doctor Filatov. Única y arriesgada esperanza que aún albergaban Patricio y su familia.
Tras la publicación en La Verdad de la historia de este vecino de Barriomar, el jefe del Servicio de Oftalmología del hospital Morales Meseguer, Jerónimo Lajara, y varios especialistas más de la Sociedad Murciana de Oftalmólogos se interesaron por el caso y le ofrecieron hacer pruebas gratuitas con hasta tres médicos distintos antes de ir a tratarse a Ucrania, una alternativa que, temen, puede derivar en fraude. De momento, Patricio se ha puesto en manos de Lajara y con él ha recobrado la esperanza.
Tras recorrer clínicas y hospitales, donde media docena de especialistas le realizaron hasta 116 pruebas, este apasionado por las dos ruedas y su familia habían perdido la fe en la sanidad española. Antonio, el hermano de Patricio que encabeza su causa, denuncia incluso que «la dejadez de la Seguridad Social» ocasionó la pérdida de visión en un ojo que «se cargaron a base de pruebas» cuando dejó de ver por el otro. Ahora, Lajara, «le ha prestado un poco de atención, que es lo que necesita porque su enfermedad no es común», cuenta su hermano. Quien resalta que el doctor -que les atendió la misma semana en que se casaba y estando de vacaciones- consiguió reducir la presión ocular de Patricio en sólo tres días a casi la mitad tras cambiarle la medicación. «Destila confianza», resume agradecido Antonio.
Mientras esperan progresos en manos de Lajara, «de golpe no va a conseguir todo lo que no se ha hecho en tres años», Antonio sigue aferrado a la idea ucraniana y se da de plazo «hasta que consiga el dinero» para llevar a su hermano hasta el doctor Filatov. «Esa esperanza no la voy a perder nunca. Todo el mundo necesita agarrarse a una ilusión», argumenta negando que «por estar en Ucrania no vaya a haber una persona que ha reparado en algo que los médicos de aquí no».
La operación, las pruebas, la estancia y el viaje costaría a la familia en torno a los 20.000 euros, suma que han comenzado a recaudar después de que la enfermedad de Patricio esquilmara sus ahorros. El pasado día 12, una concentración motera en el bar de su hermano recaudó más de 4.000 euros y pequeños contribuyentes ya han depositado cerca de 300 euros en la cuenta solidaria que ha abierto la familia. Y para continuar la colecta esperan que se organicen cenas solidarias en su pedanía a la vuelta de vacaciones.

EDF y Enel devuelven las esperanzas nucleares a Italia

La reactivación de la industria de la energía nuclear en Italia después de más de 20 años dio un gran paso ayer después de que Enel, la mayor energética del país, y la francesa EDF lanzaran una empresa conjunta para estudiar la construcción de nuevas centrales nucleares en el país.

Los italianos rechazaron la energía nuclear mediante un referéndum en 1987, un año después de que el accidente en la central nuclear de Chernobyl en Ucrania conmocionase a todo el mundo y volviera a la opinión pública contra la energía atómica. En esa época, Italia contaba con cuatro centrales nucleares operativas y había una quinta en construcción. Todas fueron cerradas después de referéndum.

Pero ante la creciente preocupación en Europa por el peligro que supone depender en exceso del suministro de gas ruso, la industria nuclear vuelve a salir a escena, y no sólo en Italia. Francia y Finlandia están construyendo reactores, Reino Unido planea lanzar un gran programa nuclear y España ha retrasado el cierre de su central más antigua, abriendo la puerta a la prolongación de la vida útil del resto de complejos. La energía nuclear ha ido ganando apoyos a medida que la independencia energética cobra importancia política.

Europa dispone de cerca de 200 reactores nucleares que producen 170.000 MW de electricidad, cerca del 31% de las necesidades del continente. Cuatro países –Francia, Bélgica, Eslovaquia y Lituania– usan energía nuclear para producir más de la mitad de la electricidad que necesitan.

Pese a que el consumo eléctrico ha caído en Italia y el resto de Europa como consecuencia de la recesión global, se espera que la demanda repunte a medida que se recupere la economía. La construcción de nuevos reactores no comenzaría como mínimo hasta 2013, y estarían operativos durante varias décadas.

Enel y EDF anunciaron ayer que habían creado una empresa conjunta para explorar la viabilidad de construir al menos cuatro centrales nucleares en Italia con el tipo de reactor presurizado europeo (EPR) del que es partidaria la empresa francesa. EDF ya ha iniciado la construcción de un EPR en Flamanville, al norte de Francia.

La elección de ese tipo de reactor confirma el dominio de Areva, diseñadora del EPR, en el área de la tecnología nuclear en Europa.

Dependiendo de cuáles sean los planes del gobierno italiano con respecto a su nuevo programa de energía nuclear, cabe la posibilidad de que se invite a empresas que usen otra tecnología a construir centrales.

La nueva empresa franco-italiana, conocida como Sviluppo Nucleare Italia, tendrá su sede en Roma, y será propiedad en similar porcentaje de ambas compañías, que nombrarán cada una a cuatro directivos. Enel designará al consejero delegado, mientras que EDF escogerá al presidente y al vicepresidente.

Una vez que se hayan concluido los estudios, se concederán los contratos de construcción, propiedad y explotación de cada central a distintas empresas.

Fulvio Conti, el consejero delegado de Enel, señaló que la empresa “preparaba el terreno para el regreso de la [industria] nuclear a Italia”. Aseguró que, en los últimos años, Enel había recuperado la experiencia energética que disfrutó Italia en los años 70 y principios de los 80. Enel estaba “preparada para asumir el liderazgo del programa nuclear italiano” junto con EDF.

El Parlamento italiano aprobó el mes pasado una ley que abría la puerta al relanzamiento de la industria nuclear nacional. Este movimiento seguía a la firma de un acuerdo en febrero entre Silvio Berlusconi, el Primer Ministro italiano, y Nicolas Sarkozy, el Presidente de Francia, bajo el que Enel y EDF unirían fuerzas para el renacimiento de la industria nuclear italiana.

La ley permite la creación de una agencia italiana de seguridad nuclear que, entre otras funciones, escoja los emplazamientos para las nuevas centrales. Algunas regiones y provincias italianas, incluidas Véneto al noreste y Sicilia, ya han expresado su interés. Pero, según advirtieron ayer varios expertos, la oposición de políticos y defensores del medio ambiente a la construcción de complejos nucleares podría provocar largos retrasos.

Aún existen algunos problemas del obsoleto programa nuclear de Italia que se extienden por todo el país, como la gestión de los residuos nucleares. Según 'El precio a pagar', un libro sobre la industria nuclear publicado en Italia el año pasado, el país cuenta con cerca de 90.000 metros cúbicos de residuos nucleares almacenados en centros provisionales.

Aún no se ha clarificado cómo se financiará la construcción de las centrales, que se sacará a concurso. Según Enel, la construcción de un complejo nuclear EPR con una potencia instalada de 1.600 MW cuesta cerca de 4.000 millones de euros.

La empresa de servicios públicos italiana cuenta con operaciones nucleares en otras regiones de Europa, con una capacidad operativa de 5.700 MW, y otros 1.080 MW en construcción en Francia, España, Rumanía y Eslovaquia. También ha firmado acuerdos con operadores rusos para el desarrollo conjunto de complejos nucleares en ese país.