miércoles, 5 de agosto de 2009

Patricio recobra la esperanza

La luz al final del túnel puede que no esté tan lejos, ni tan al Este. La extraña ceguera de Patricio García, un murciano aficionado a las motos que perdió la visión repentinamente hace tres años, puede tener más tratamiento que el de la enigmática clínica ucraniana del doctor Filatov. Única y arriesgada esperanza que aún albergaban Patricio y su familia.
Tras la publicación en La Verdad de la historia de este vecino de Barriomar, el jefe del Servicio de Oftalmología del hospital Morales Meseguer, Jerónimo Lajara, y varios especialistas más de la Sociedad Murciana de Oftalmólogos se interesaron por el caso y le ofrecieron hacer pruebas gratuitas con hasta tres médicos distintos antes de ir a tratarse a Ucrania, una alternativa que, temen, puede derivar en fraude. De momento, Patricio se ha puesto en manos de Lajara y con él ha recobrado la esperanza.
Tras recorrer clínicas y hospitales, donde media docena de especialistas le realizaron hasta 116 pruebas, este apasionado por las dos ruedas y su familia habían perdido la fe en la sanidad española. Antonio, el hermano de Patricio que encabeza su causa, denuncia incluso que «la dejadez de la Seguridad Social» ocasionó la pérdida de visión en un ojo que «se cargaron a base de pruebas» cuando dejó de ver por el otro. Ahora, Lajara, «le ha prestado un poco de atención, que es lo que necesita porque su enfermedad no es común», cuenta su hermano. Quien resalta que el doctor -que les atendió la misma semana en que se casaba y estando de vacaciones- consiguió reducir la presión ocular de Patricio en sólo tres días a casi la mitad tras cambiarle la medicación. «Destila confianza», resume agradecido Antonio.
Mientras esperan progresos en manos de Lajara, «de golpe no va a conseguir todo lo que no se ha hecho en tres años», Antonio sigue aferrado a la idea ucraniana y se da de plazo «hasta que consiga el dinero» para llevar a su hermano hasta el doctor Filatov. «Esa esperanza no la voy a perder nunca. Todo el mundo necesita agarrarse a una ilusión», argumenta negando que «por estar en Ucrania no vaya a haber una persona que ha reparado en algo que los médicos de aquí no».
La operación, las pruebas, la estancia y el viaje costaría a la familia en torno a los 20.000 euros, suma que han comenzado a recaudar después de que la enfermedad de Patricio esquilmara sus ahorros. El pasado día 12, una concentración motera en el bar de su hermano recaudó más de 4.000 euros y pequeños contribuyentes ya han depositado cerca de 300 euros en la cuenta solidaria que ha abierto la familia. Y para continuar la colecta esperan que se organicen cenas solidarias en su pedanía a la vuelta de vacaciones.

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