jueves, 12 de febrero de 2009

Ucrania conquista un torneo en Chipre

Ucrania venció a Serbia por 1-0 este miércoles para conquistar su 17º torneo internacional de la Federación de Fútbol de Chipre. Jason Demetriou, por su parte, ayudó al combinado local para lograr la tercera plaza en detrimento de Eslovaquia.

Gol de Nazarenko
Serhiy Nazarenko anotó el único tanto de la final que vale la victoria global para Ucrania, aunque Nenad Milijaš y Miralem Sulejmani tuvieron ocasiones para empatar para Serbia. Demetriou, que jugó con el Leyton Orient FC, brilló en el otro encuentro dando las tres asistencias en los goles de Chipre, que venció a Eslovaquia por 3-2. Su libre directo propició el penalti con el que Christakis Maragkos abrió el marcador, y participó en los tantos de Marios Nicolaou y de Ioannis Okkas antes de que Robert Jež y Erik Jendrišek recortasen diferencias para Eslovaquia.

La estrella es Demetriou
"Estamos muy contentos con Jason Demetriou. Ha demostrado una gran habilidad. Es disciplinado, tiene un buen carácter, y lo más importante es que quiere jugar con nosotros. Todos hemos visto lo que puede ofrecer”, dijo el entrenador de Chipre Angelos Anastasiadis. Luego el propio Demetriou añadió: “He sido recibido muy bien por todo el mundo desde que llegué a Chipre. Claro que las cosas son un poco diferentes aquí, pero estoy contento de haber elegido Chipre. Todos los colegas que he dejado en el Leyton Orient, están contentos por mí”.

Eslovaquia con las manos vacías Demetriou fue suplente en el partido de Chipre del martes ante Serbia pero no dejó excesiva huella ya que su equipo acabó perdiendo por 2-0 con goles de Milan Jovanović y Darko Lazović. El mismo día perdió Eslovaquia ante Ucrania por 3-2. Un penalti a Artem Vilevskiy a falta de siete minutos para el final puso a los ucranianos por delante. Eslovaquia se fue con las manos vacías del torneo, sobre lo que su entrenador Vladimír Weiss comentó: “Estoy decepcionado, ante Chipre sólo jugamos bien cinco minutos, quizás fui muy optimista sobre algunos jugadores”.

Al menos 7 muertos y 16 heridos en un incendio en un autocar en Ucrania

Al menos siete personas murieron hoy al desatarse un incendio en un autocar en marcha en el este de Ucrania, informó el Ministerio de Situaciones de Emergencia.

Otras dieciséis del total de treinta personas que viajaban en el autocar sufrieron quemaduras y diversas heridas, mientras se desconoce el destino de los siete restantes, dijo un portavoz ministerial a la agencia Unian.

El autobús, que cubría la ruta entre la ciudad de Kramatorsk y el centro regional de Lugansk se incendió por causas desconocidas poco después del mediodía en plena carretera, entre los pueblos de Raygorod y Brusino.

Dos equipos de bomberos que atendieron el aviso de incendio tardaron unos veinte minutos en extinguir el fuego en el autocar, que resultó calcinado

Llega a Mombasa carguero ucraniano liberado por piratas cargado de armamento

El carguero ucraniano "Faina", cargado de armamento y liberado el pasado 6 de febrero por piratas somalís que lo tuvieron secuestrado más de cuatro meses, llegó hoy al puerto de Mombasa, en Kenia.

El barco atracó en el muelle número 5 del puerto de Mombasa, donde le esperaba una delegación oficial keniana, compuesta por representantes del Gobierno y mandos militares, y otra ucraniana, también formada por jefes del Ejército y diplomáticos.

Previamente, en el edificio de la Autoridad Portuaria de Mombasa, el portavoz del Gobierno keniano, Alfred Mutua, explicó a los periodistas que los retrasos en la llegada del "Faina", al que se esperaba en principio para hace dos días, se debieron a "problemas técnicos, pues el barco navega con un solo motor".

El gobierno de Kenia y el de Ucrania han enviaron personal técnico y médico para que repare las averías del buque y atienda a la tripulación, integrada por 17 ucranianos, tres rusos y un letón, y sobre cuyo estado de salud Mutua dijo: "no podemos aclarar en qué condiciones está".

"Tenemos dispuesto el personal necesario para que se haga cargo de ellos, así como del cuerpo del capitán", el ruso Vladímir Kolobkov, quien falleció a bordo a causa de un ataque al corazón y cuyo cadáver está en la cámara frigorífica del barco, pues no ha sido todavía repatriado.

Tras el atraque del barco, debe comenzar la descarga de los 33 carros de combate T-72 y otros vehículos militares, cuyo destino causó, desde el comienzo su secuestro el pasado 25 de septiembre, una gran controversia.

Kenia ha mantenido que son para su Ejército, aunque otras fuentes, entre ellas funcionarios de organizaciones internacionales y diplomáticos, han apuntado que su destino final era el sur de Sudán.

"Es extraño que Kenia decidiera comprar tantas armas a Ucrania, cuando siempre se ha abastecido de Estados Unidos, China o el Reino Unido", dijo a Efe un comentarista local que pidió que no se revelara su identidad.

"Además -comentó-, el rescate, de 3,2 millones de dólares, se envió desde el aeropuerto 'Wilson' de Nairobi y todavía no está claro quién lo pagó", añadió.

En los primeros días del secuestro, Andrew Mwangura, director del Programa de Asistencia Marítima (PAM), con sede en Mombasa, afirmó que el armamento tenía como destino Sudán, lo que le valió ser detenido por realizar "declaraciones alarmantes e infundadas".

Mwangura sigue procesado y "teme realizar más declaraciones que puedan enviarle de nuevo a prisión", comentó a Efe un portavoz de Ecoterra, organización no gubernamental (ONG) que colabora con el PAM, quien añadió que las autoridades kenianas "le tienen silenciado".

La posibilidad de que Kenia hubiese tratado de suministrar armas a cualquiera de las partes en Sudán habría violado su neutralidad y su papel de mediador en el acuerdo de paz de 2005, que puso fin a la guerra entre el Gobierno de Jartum y los rebeldes del sur, que ahora gobiernan esa región autónoma.

Mutua aseguró hoy a los periodistas que "Kenia no tiene nada que esconder" y, tras la legada del barco, él mismo ofrecerá una rueda de prensa, en la que también intervendrá, al menos, un portavoz de la tripulación, para aclarar cualquier duda.


Jan Fabel, alter ego del escritor Craig Russell, busca un caníbal en Carnaval

En su cuarta aventura, el comisario hamburgués Jan Fabel sigue profundizando en la investigación y en la naturaleza humana con el que pretende sea su último caso: "El Señor del Carnaval", canibalismo enmascarado guiado por las obsesiones personales del escritor escocés Craig Russell.

El escritor escocés Craig Russell posa durante la presentación, en Madrid, de su novela, "Resurrección", en junio de 2007. EFE/Archivo

"Yo no escribo sobre crímenes. Trato de poner un espejo a lo que está pasando en la sociedad contemporánea", asegura en una entrevista con Efe Craig Russell, escritor meticuloso que hila lecciones de historia y antropología bajo la excusa de la captura de un asesino en serie.

Tras presentar a Jan Fabel en "Muerte en Hamburgo", el escritor y ex policía, que se declara "germanófilo", tiene ya en las librerías españolas y latinoamericanas "El Señor del Carnaval" (Roca Editorial), un nuevo rompecabezas para el hamburgués en el que se demuestra "cómo, siendo individuos muy complejos y altamente civilizados, seguimos siendo prácticamente iguales que hace 10.000 años".

Jan Fabel viste como el autor, siente sus mismas obsesiones y ambos se embarcan en similares estados de ánimo mientras la novela se está escribiendo. "Me gusta pensar que, si hubiera seguido mi carrera en la policía, habría sido como él", confiesa.

Con su estilo directo, a veces excesivo y escatológico, a veces moderado y discursivo, Russell elige esta vez como escenario principal Colonia, donde un asesino en serie amenaza con repetir, como en los dos años anteriores, un crimen de tintes antropófagos en pleno Carnaval.

Además, el mafioso ucraniano Vitrenko, villano de la primera aventura de Fabel, resurge ahora en un juego del gato y el ratón en el que intervendrá la antigua policía Maria Klee, que ha dejado de lado la estrategia legal para ceñirse a la venganza sanguinaria, así como Taras Buslenko, comandante de las fuerzas especiales de Ucrania.

Un puzzle en el que Russell va dibujando poco a poco la contradicción: los efectos de una sociedad de avance frenético que globaliza también en el crimen -para cuyo reflejo Alemania es "perfecta"- y el retrato del miedo "como la manera que nos retrotrae a nuestros comportamientos más atávicos", asegura.

Así, como a él le gusta explicar, la investigación avanza en horizontal y en vertical. Por un lado, hacia la resolución del crimen en sí mismo. Pero por otro, hacia las profundidades esenciales del hombre.

"El Señor del Carnaval" encuentra, entonces, su mayor interés en los asuntos colaterales que emergen en la trama policiaca. Destapa el tabú del canibalismo -con escalofriantes digresiones a el episodio de Holodomor en Ucrania- o reflexiona sobre las identidades poliédricas.

"Yo he cambiado dramáticamente en mi vida, me he reinventado tres veces", reconoce el escritor, ex policía y ex creativo publicitario, que apunta "reencarnaciones" sorprendentes como las de "algunos terroristas que acaban perteneciendo al sistema de poder".

Russell vive con entusiasmo el proceso de investigación de sus novelas. "Conforme investigo, el libro cambia de rumbo e incluso los personajes a veces no reaccionan como yo quisiera. De alguna manera se independizan de mí".

Pero, "al contrario que Fabel, en mi caso la investigación me llevó a partes tan oscuras, a un nivel de miseria en el que tuve que obligarme a parar allí, a decirme que ya era suficiente", afirma.

Ilustra esto asegurando que, durante la preparación de la novela -en la que carga también con el efecto normalizador que internet tiene sobre determinadas patologías- se escandalizó al encontrar en el portal de subastas online eBay un guante degollador usado en un campo de concentración croata durante la Segunda Guerra Mundial.

"Cuento de muerte" y "Resurrección" completan esta saga -de la que Russell promete dos entregas más y una adaptación televisiva en Alemania- que disfruta de gran éxito en Europa y que en el mercado en español espera, con su cuarta entrega, entrar en el imaginario del lector como ya lo han hecho los libros de Henning Mankell, Stieg Larsson o Michael Connelly.

Mateo Sancho Cardiel

Dimite el ministro ucraniano de Finanzas por luchas intestinas en el Gobierno

Kiev, 12 feb (EFE).- El titular de Finanzas de Ucrania, Víctor Pinzenik, presentó hoy su dimisión en medio de la profunda crisis económica que afecta al país y las luchas intestinas en el seno del Gobierno de la primera ministra, Yulia Timoshenko.

"En las actuales circunstancias, la postura profesional del ministro de Finanzas se ha convertido en rehén de la política", señala la nota de dimisión de Pinzenik, según la agencia digital UNIAN.

Pinzenik asegura que no se siente capaz de "cambiar esta situación" y tampoco está dispuesto a "renunciar a sus enfoques".

"Dada la situación, mi continuidad en el puesto de ministro de Finanzas no tiene sentido. Por ello, presenté mi dimisión a la Rada Suprema (Legislativo)", precisa.

Pinzenik, titular de Finanzas desde diciembre de 2007, ejerció ese cargo en otras dos ocasiones entre 2005-2006 y 1992-1993 y fue también viceprimer ministro para reformas económicas entre 1994-1997.

Pese a formar parte de la fracción parlamentaria del Bloque Yulia Timoshenko, Pinzenik ha tenido en los últimos meses enfrentamientos con la primera ministra sobre el proyecto de presupuesto para 2009.

El ministro expuso la difícil situación económica del país y la necesidad de medidas urgentes, en una carta publicada en la prensa en enero pasado.

Ucrania es el país del espacio postsoviético con el índice de crecimiento más bajo (un 2,1 por ciento en 2008), a lo que se suma que este año la economía, según todos las previsiones, se contraerá.

Por esta razón, Timoshenko se ha dirigido a Rusia y los miembros del G7 para pedirles un préstamo de 5.000 millones de dólares, a fin de equilibrar su deficitario presupuesto.

El Ejecutivo de Timoshenko superó el 5 de febrero una moción de censura presentada por la formación opositora, el Partido de las Regiones (PR), liderado por el ex jefe de Gobierno Víctor Yanukóvich.

Timoshenko, primera ministra desde finales de 2007, ha acusado a la oposición de intentar desestabilizar la labor del Gobierno. EFE bk-io/si/acm