jueves, 12 de febrero de 2009

Llega a Mombasa carguero ucraniano liberado por piratas cargado de armamento

El carguero ucraniano "Faina", cargado de armamento y liberado el pasado 6 de febrero por piratas somalís que lo tuvieron secuestrado más de cuatro meses, llegó hoy al puerto de Mombasa, en Kenia.

El barco atracó en el muelle número 5 del puerto de Mombasa, donde le esperaba una delegación oficial keniana, compuesta por representantes del Gobierno y mandos militares, y otra ucraniana, también formada por jefes del Ejército y diplomáticos.

Previamente, en el edificio de la Autoridad Portuaria de Mombasa, el portavoz del Gobierno keniano, Alfred Mutua, explicó a los periodistas que los retrasos en la llegada del "Faina", al que se esperaba en principio para hace dos días, se debieron a "problemas técnicos, pues el barco navega con un solo motor".

El gobierno de Kenia y el de Ucrania han enviaron personal técnico y médico para que repare las averías del buque y atienda a la tripulación, integrada por 17 ucranianos, tres rusos y un letón, y sobre cuyo estado de salud Mutua dijo: "no podemos aclarar en qué condiciones está".

"Tenemos dispuesto el personal necesario para que se haga cargo de ellos, así como del cuerpo del capitán", el ruso Vladímir Kolobkov, quien falleció a bordo a causa de un ataque al corazón y cuyo cadáver está en la cámara frigorífica del barco, pues no ha sido todavía repatriado.

Tras el atraque del barco, debe comenzar la descarga de los 33 carros de combate T-72 y otros vehículos militares, cuyo destino causó, desde el comienzo su secuestro el pasado 25 de septiembre, una gran controversia.

Kenia ha mantenido que son para su Ejército, aunque otras fuentes, entre ellas funcionarios de organizaciones internacionales y diplomáticos, han apuntado que su destino final era el sur de Sudán.

"Es extraño que Kenia decidiera comprar tantas armas a Ucrania, cuando siempre se ha abastecido de Estados Unidos, China o el Reino Unido", dijo a Efe un comentarista local que pidió que no se revelara su identidad.

"Además -comentó-, el rescate, de 3,2 millones de dólares, se envió desde el aeropuerto 'Wilson' de Nairobi y todavía no está claro quién lo pagó", añadió.

En los primeros días del secuestro, Andrew Mwangura, director del Programa de Asistencia Marítima (PAM), con sede en Mombasa, afirmó que el armamento tenía como destino Sudán, lo que le valió ser detenido por realizar "declaraciones alarmantes e infundadas".

Mwangura sigue procesado y "teme realizar más declaraciones que puedan enviarle de nuevo a prisión", comentó a Efe un portavoz de Ecoterra, organización no gubernamental (ONG) que colabora con el PAM, quien añadió que las autoridades kenianas "le tienen silenciado".

La posibilidad de que Kenia hubiese tratado de suministrar armas a cualquiera de las partes en Sudán habría violado su neutralidad y su papel de mediador en el acuerdo de paz de 2005, que puso fin a la guerra entre el Gobierno de Jartum y los rebeldes del sur, que ahora gobiernan esa región autónoma.

Mutua aseguró hoy a los periodistas que "Kenia no tiene nada que esconder" y, tras la legada del barco, él mismo ofrecerá una rueda de prensa, en la que también intervendrá, al menos, un portavoz de la tripulación, para aclarar cualquier duda.


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