jueves, 11 de septiembre de 2008

Solbes resta importancia a la entrada de España en recesión si sirve para "limpiar la economía"

El vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, ha intentado hoy restar dramatismo al informe de la Comisión Europea que prevé que España entrará en recesión en el segundo semestre de este año. "Si entrar en recesión sirve para limpiar la economía, probablemente la situación no tendrá más importancia".
El presidente anuncia medidas financieras para dar oxígeno a las inmobiliarias
Zapatero: "Serán trimestres duros", Rajoy: "Algo tendrá usted que ver"
Medidas para evitar suspensiones de pagos
La Comisión Europea vaticina que España entrará en recesión este año
La crisis económica en España

El pronóstico de la Comisión es que vendrán dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, y un crecimiento del 1,4% en el conjunto 2008. El ministro ha asegurado, en declaraciones a TVE, que hay "un pequeño matiz" en esta cuestión, lo que hace "difícil distinguir si uno u otro tendrá razón". Solbes prevé un crecimiento "más cerca de cero". "Pensamos que en el tercer trimestre no deberíamos entrar en situación negativa todavía", ha añadido. Posteriormente, en el Congreso de los Diputados, Solbes ha cuestionado las previsiones de la Comisión, que ha calificado como una "hipótesis" a tener en cuenta. "Yo no lo sé -si España entrará en recesión-, y no sé si la Comisión lo sabe", ha dicho Solbes.
Bajada de la inflación
El titular de Economía ha asegurado que España saldrá de esta situación, pero la cuestión es "cuándo, cómo y en qué condiciones" "Un periodo como el vivido desde 1994 es difícil que se repita", según Solbes, porque no habrá los mismos precios del crudo, ni España volverá a entrar en el euro ni a recibir fondos europeos, ni los sectores de la construcción e inmobiliario serán lo motores de la economía, ha explicado el ministro.
Solbes ha asegurado que si el petróleo se mantiene a precios "razonables", la inflación podría situarse a final de año por debajo del 4%, pero ha advertido de que esto son "hipótesis de trabajo y deseos". La Comisión Europea fijó ayer la inflación media en el 4,5%. Solbes ha señaldo que la previsión del Gobierno "puede ser más o menos compatible" con las estimaciones de la UE
Medidas que alivian
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en lo que podría ser la prórroga del pleno del Congreso celebrado ayer en torno a la crisis, ha reconocido que las medidas de su Ejecutivo para paliar el frenazo económico "alivian pero no solucionan". El propio Zapatero anunció ayer desde el hemiciclo de la Cámara baja sus dos últimas propuestas contra la crisis: la creación de dos sociedades cotizadas de inversión en el sector inmobiliario; y la aprobación de una línea de crédito (3.000 millones de euros) para ampliar el préstamo a las constructoras con el objeto de que destinen sus obras a vivienda en alquiler.
A preguntas del líder del PP, Mariano Rajoy, durante la primera sesión de control al Gobierno del actual curso político y la primera que se celebra durante la mañana, el presidente del Gobierno se ha remitido a lo expuesto ayer durante su comparecencia a petición propia ante los diputados y ha reiterado los tres pilares de la política de su Ejecutivo frente a la crisis: apoyo a las familias con políticas sociales como la de la devolución de los 400 euros; ayudas a las empresas con nuevas líneas de crédito ICO (Instituto de Crédito Oficial); incentivos a las inmobiliarias para levantar el sector con medidas como las anunciadas ayer.
"No diga que no puede"
Rajoy ha increpado al jefe del Ejecutivo que "esto [la crisis] no se arregla con medidas cosméticas o leyendo los reales decretos". El presidente del PP ha manifestado que "cada vez que [Zapatero] habla genera más preocupación" entre los ciudadanos". "Sea humilde -ha exigido el líder de la oposición-, no soberbio y haga caso a los que fueron capaces de hacer frente a una crisis económica y superarla", en relación a su partido. Rajoy ha exigido a Zapatero que "gobierne" y ponga en marcha "medidas eficaces". "Y no diga que no puede, porque entonces usted sobra", le ha replicado en línea con los reproches lanzados ayer desde la bancada popular.
La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha dicho que los españoles "viven hoy mejor que hace 30 años" y que su Ejecutivo está afrontando las "dificultades" económicas, en respuesta al PP que ha acusado a los socialistas de no tener ni ganas ni energía para resolver la crisis. Así se ha expresado Fernández de la Vega en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, al contestar a la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, quien le ha preguntado si comparte la visión del vicesecretario general del PSOE, José Blanco, de que "los españoles "viven mejor que nunca".
Fernández de la Vega ha señalado que los españoles "viven hoy mejor que hace treinta años y mejor que hace diez" y que aspira y trabaja para que vivan aún mejor. "José Luis Rodríguez Zapatero ha propuesto muchas soluciones, estamos gestionando la situación y la vamos a solucionar. Ustedes proponen una cosa y la contraria, no parece que quieran que las cosas se arreglen", ha añadido la vicepresidenta

Ucrania armó a Georgia para una guerra contra Rusia. Izvestia

Ucrania armó a Georgia y adiestró a su Ejército para una guerra contra Rusia. Hacia 2007, Ucrania pasó a ser el principal suministrador de armas y material bélico a Georgia. Según datos contenidos en el informe de la ONU sobre el comercio internacional de artículos de uso militar, en 2007 Georgia incorporó en sus arsenales 74 carros blindados adaptados T-72 a los estándares de la OTAN.
En total, entre 1997 y 2008 Ucrania suministró a Georgia 114 carros blindados de este modelo, así como 20 transportes blindados, 40 vehículos blindados de infantería, 12 piezas de artillería autopropulsadas (de 152 mm), 24 aviones, 13 helicópteros, 17 sistemas de defensa antiaérea, más de 41 mil fusiles de asalto Kalashnikov. Estos son datos oficiales. Pero en realidad, el volumen de suministros pudo haber sido mayor, ya que algunos armamentos Ucrania pudo haberlos suministrado por canales no oficiales.
El análisis de la cooperación técnica militar entre Ucrania y Georgia evidencia que a Georgia la armaban para guerrear no sólo contra Abjasia y Osetia del Sur, sino, fundamentalmente, contra Rusia. Y el promotor de esta política fue el presidente Víctor Yúschenko quien obedecía dócilmente las instrucciones de Washington.
En particular, Ucrania modernizó a fondo la defensa antiaérea de Georgia. EEUU asignó a Georgia la función de plaza de armas, desde la cual se asestarían golpes aéreos contra Irán. Para protegerse contra el golpe de represalia, Georgia, con ayuda de Ucrania, reforzó la defensa antiaérea.
Hacia el momento de la agresión contra Osetia del Sur (8 de agosto pasado), el sistema de defensa antiaérea ya estaba articulado y adaptado a las peculiaridades geográficas del área. Era operado por dotaciones ucranianas.

Europa, Georgia y los anhelos de Rusia

La UE no puede permitir que los rusos se beneficien de sus relaciones comerciales mientras sus carros de combate ocupan las carreteras de Georgia. O una economía moderna o una política del siglo XIX
Como pasó con las guerras de los Balcanes, el conflicto en Georgia es una amenaza directa contra un proyecto europeo que intenta sustituir viejos paradigmas como el equilibrio de poder, las esferas de influencia y la conquista militar por otros medios como la integración, la negociación y el imperio de la ley. La mezcla europea de multilateralismo pacífico se ha visto cuestionada por el impetuoso primer paso de Georgia y por la desproporcionada reacción de Rusia. Ahora, la Unión Europea tiene un interés colectivo en conservar lo que pueda de esos valores. España puede desempeñar un papel fundamental a la hora de ayudar a la UE a aunar sus diferentes intereses y desarrollar una nueva estrategia respecto a los vecinos de Europa y una política respecto a Rusia que tenga como objetivo la defensa de las leyes internacionales.

Moscú ha elaborado el mito de que el orden internacional es una amenaza a sus intereses
El mayor reto de Bruselas es resistir el intento de Medvédev de crear una Europa bipolar
El punto de partida es que los europeos entiendan la perspectiva de Rusia. Al lanzar su ataque contra Georgia, Rusia intentaba reclamar toda la región postsoviética como esfera de influencia. No es sólo una "doctrina Monroe" local ni el deseo de evitar que haya Estados hostiles agrupados en torno a sus fronteras. Rusia sigue pensando que lo que llama el "extranjero próximo" no es realmente extranjero. Éste no es un fenómeno nuevo. Durante los ocho años de presidencia de Putin, Rusia ha elaborado el mito de que el orden internacional posterior a la guerra fría es una amenaza para sus intereses. Ahora se siente lo bastante fuerte como para desafiar abiertamente sus principios básicos y la estrategia de leyes internacionales de soberanía compartida de la UE. "Democracia soberana", la ideología oficial de la era de Putin, significa cerrar Rusia -y, a ser posible, toda la región- a la influencia occidental. Significa también que la soberanía está reservada a los fuertes. De acuerdo con este sistema, las leyes no se conciben como una limitación del poder sino como una expresión del poder. Rusia tiene cada vez más poder, por lo que debe revisar los acuerdos y disposiciones elaborados cuando era un país débil.
La Revolución Rosa de 2003 en Georgia y la Revolución Naranja de 2004 en Ucrania interrumpieron bruscamente este proceso, pero, después de esos problemas iniciales, Rusia ha revisado de forma metódica sus métodos para desplegar su poder en la región; sobre todo, emuló lo que consideraba una ofensiva de poder blando contra su hegemonía y la modificó para que encajara en su propia imagen. Hoy, Rusia controla sus propias ONG y la sociedad civil en los países vecinos, pero ni las instituciones son civiles ni las organizaciones son no gubernamentales. Rusia ejerce influencia económica, pero gracias a la otkat ekonomiia ("economía del soborno"), no al comercio y las inversiones libres.
En la práctica, eso significa que el ataque contra Georgia forma parte de un proceso más amplio. Todos los países de la región se han puesto nerviosos ante la demostración de poder de Rusia, hasta supuestos amigos como Bielorrusia y Armenia. La guerra sumó su primera víctima colateral cuando cayó el Gobierno ucranio, el 2 de septiembre. Menos conocido fue el acuerdo del 3 de septiembre entre Medvédev e Igor Smirnov, líder de la no reconocida "República del Transniéster", en Moldavia oriental, de presionar para que se celebren unas negociaciones en un formato a tres bandas -Rusia, Transnistria y Moldavia- con el que la república rebelde tendría clara ventaja (el formato anterior incluía a la UE, la OSCE y Ucrania).
La Unión Europea debe afrontar la realidad de la competencia desigual en la región. A los líderes europeos les gusta hablar de poder blando y los atractivos de la "política europea de vecindad". Pero la verdad es que los funcionarios europeos pasan mucho tiempo diciendo a nuestros vecinos que la ampliación es imposible, y nuestros intentos de integrar Estados vecinos se deben a razones más relacionadas con el comercio y las inversiones que con la libre circulación de personas. Cuando la UE quiere mostrarse dura, envía expertos técnicos que elaboran informes sobre la lentitud de los progresos. Por el contrario, Rusia tiene una política de vecindad mucho más amplia. Entre sus herramientas de poder blando se incluyen viajes sin necesidad de visado, energía barata, grupos juveniles, canales de televisión e incluso pasaportes y pensiones para los habitantes de las regiones separatistas. Y, cuando Rusia quiere emplear el poder duro, envía tropas, lleva a cabo ataques informáticos y corta el suministro de gas.
La UE no puede ponerse a su altura sin perder su esencia como organización liberal basada en el imperio de la ley. Pero tiene que reconocer que Rusia está desafiando de manera fundamental el modelo de los años noventa, de círculos concéntricos europeos a partir del acervo comunitario. El mayor reto de la UE es resistir el intento de Rusia de crear una Europa bipolar. Para ello, necesita mostrar su solidaridad con los nerviosos vecinos de Georgia, como Ucrania y Moldavia. La política europea de vecindad ha sido demasiado técnica y ha estado planteada demasiado a largo plazo para surtir verdadero efecto en un entorno geopolítico que cambia a toda velocidad. Los políticos europeos han empezado por el Estado más importante, Ucrania, con la cumbre UE-Ucrania del 9 de septiembre, donde Bruselas ha ofrecido a Kiev un acuerdo de asociación que se firmará en 2009. En aspectos prácticos, hay que ofrecer a Ucrania un calendario previsto para los viajes sin necesidad de visado. El nuevo acuerdo entre la UE y Ucrania podría incluir asimismo una cláusula de solidaridad reforzada que ofrezca garantías de seguridad y ayude a presionar a Rusia para que respete su acuerdo de retirar su flota del mar Negro de aquí a 2017.
La UE debe también hacer algo más complicado, encontrar formas de influir en Rusia para que cambie su comportamiento. En España hay muchas voces preocupadas por la posibilidad de que se desate una nueva guerra fría. Tienen razón. Pero también es evidente que el cuidado que ha tenido Europa de tratar a Rusia con delicadeza no ha hecho que Moscú se contenga, sino que ha animado a Putin y Medvédev a ir más allá y reconocer a Abjazia y Osetia del Sur. A la hora de pensar en una nueva estrategia, la UE no debe castigar a Rusia porque sí. Tampoco debe congelar las relaciones UE-Rusia indefinidamente. Pero no puede permitir que los rusos se beneficien de sus relaciones comerciales con Europa mientras sus carros de combate ocupan las principales carreteras de Georgia. La UE debe dejar claro que Rusia tiene que escoger entre una economía modernizada y preparada para el siglo XXI y una política de poder propia del siglo XIX. En el primer caso, la UE debe ser un socio entusiasta, pero, si Rusia escoge el segundo camino, no podrá trabajar en estrecha relación con ella. Los líderes de la Unión deben explicar a Moscú que una política de distanciamiento estratégico perjudicará a Rusia a largo plazo. La clave para una nueva estrategia europea debe ser una defensa más rigurosa del imperio de la ley. Si Rusia no ha respetado el acuerdo de alto el fuego en Georgia es por la misma razón fundamental por la que ataca compañías occidentales como TNK-BP y trata de restar autoridad al Consejo de Europa y la OSCE. Por consiguiente, la UE no puede sacrificar un aspecto por otro; tiene que permanecer firme en todo.
España es un país clave para negociar una respuesta eficaz. No es un antagonista natural de Rusia como Lituania y Estonia. Tampoco es un caballo de Troya ruso -como calificó a Bulgaria el embajador ruso ante la UE-, tan dependiente de la energía que le proporciona Rusia que mide su reacción para evitar represalias de Moscú. España entiende la importancia de una política de vecindad en el sur; por tanto, debería apoyar una política paralela en el este, del mismo modo que los Estados miembros del este deberían apoyar a España en el norte de África. En las próximas semanas, España debe trabajar en colaboración con otros Estados miembros de la UE para fomentar una política de intereses colectivos. La UE ha perdido quizá la primera batalla de la guerra en Georgia, pero todavía puede "ganar la paz" si se une en defensa de sus valores.
Andrew Wilson y Mark Leonard trabajan en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores y son autores, junto con Nicu Popescu, del estudio Can the EU win the peace in Georgia? (¿Puede la UE ganar la paz en Georgia?). Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Moscú critica la política "inamistosa" de Ucrania

Moscú acusó el jueves a Ucrania de llevar a cabo una política "inamistosa" hacia Rusia en el marco del conflicto ruso-georgiano, que incluye los esfuerzos de Kiev para restringir la actividad de la flota rusa en el Mar Negro.
"En los últimos tiempos las autoridades ucranianas llevan a cabo una política hacia Rusia que sólo podemos calificar de inamistosa", declaró el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado.
"Estamos seriamente preocupados por el hecho de que los responsables ucranianos pongan constantemente de manifiesto la cuestión de la duración de la presencia de la Flota del Mar Negro de la Federación de Rusia en territorio ucraniano", agregó el ministerio, denunciando "intentos de complicar la actividad".