domingo, 10 de julio de 2011

Vitali y Wladimir Klitschko: Puñetazos con cabeza

Vitali Klitschko (Belovodosk, 1971) estaba en el cuadrilátero. Se había retirado cuatro años atrás, cuando se le ocurrió fundar un partido político para presentarse a las elecciones municipales de su país, Ucrania. Pero había decidido volver. Echaba de menos calzarse los guantes, escuchar las ovaciones de los espectadores, mirar a los ojos de su rival, juguetear un rato con él y acabar soltándole un directo fulminante a la mandíbula. Vitali habla con soltura cuatro idiomas (ucraniano, ruso, alemán e inglés), es doctor en Ciencias del Deporte por la Universidad de Kiev, maneja una empresa que da beneficios millonarios, mata las horas jugando al ajedrez y ocupa un escaño en el Parlamento. Pero, por encima de todo, es boxeador.
Así que Vitali Klitschko estaba de nuevo ahí, en el ring. Y su rival, Samuel Peter, alias 'la pesadilla nigeriana', se las traía. No era el típico sparring debilucho y voluntarioso, sino un morlaco de 1,90 metros y casi 120 kilos, con la cara ancha y los ojillos esquinados, campeón del mundo de los pesos pesados según el Consejo Mundial de Boxeo.
Vitali y Samuel se enfrentaron en Berlín, el 10 de octubre de 2008. Cuatro años después de su último combate, Klitschko salió como una furia, martirizó a su oponente desde el principio y lo derribó en el octavo asalto. La 'pesadilla nigeriana' se derrumbó frente a su banquillo. Sus auxiliares trataban de recuperarle, le daban consejos, le animaban... Pero él solo acertaba a suplicarles: «Parad esto, parad esto».
Vitali, un gigantón de dos metros, rugió. Había vuelto. Y parecía indestructible. Todo el mundo enloqueció. En ese momento, su hermano, el también boxeador Wladimir Klitschko (Semipalatinsk, 1976), se apartó de la multitud enfebrecida, cogió su teléfono móvil y marcó el número de la señora Nadezhda Ulyanovna. «Mamá, soy yo -le dijo-. Vitali está bien. Todo ha salido genial». Colgó. Diez segundos después, volvió a marcar ese mismo número: «Mamá. Se me había olvidado decirte que te queremos mucho».
La misma escena se repitió el 2 de julio, aunque a la inversa. Wladimir se enfrentaba en Hamburgo al británico David Haye, un púgil lenguaraz y retador. El combate llegaba después de dos años de negociaciones, con una bolsa suculenta (25 millones de euros para cada boxeador) y en un escenario imponente: el Imtech Arena, con 55.000 espectadores en las gradas. Pronto se vio que Haye había gastado toda su energía en salvas: sus insultos, sus provocaciones y sus malos modos acabaron estrellándose frente al coloso ucraniano. A la hora de la verdad, Haye se esfumó como un castillo de fuegos artificiales y Wladimir venció a los puntos. Sin discusión. Ese día, fue su hermano Vitali quien cogió el teléfono móvil y llamó a la señora Ulyanovna. Doña Nadezhda puede estar orgullosa: sus hijos reúnen ya todos los títulos mundiales de los pesos pesados. El boxeo profesional no está unificado y hasta cinco instituciones conceden el cinturón que consagra a los campeones del mundo. Ahora mismo, y tras su victoria frente a Haye, Wladimir es el rey para la WBO, la IBF, la WBA y la revista 'The ring'. Su hermano Vitali posee el del Consejo. Nadie tose a los Klitschko.
Hijos de Chernobil
Vitali recuerda bien la primera vez que probó la CocaCola. Tenía más de quince años. «Me pareció increíble. Hubiera podido beberme un garrafón entero», confiesa. Hasta entonces, la educación soviética le había llenado el cerebro de eslóganes: «Pensaba que Occidente era el demonio, que los hombres se esclavizaban unos a otros, que todo era triste y mísero». Cuando, siendo adolescente, viajó por primera vez a Estados Unidos, no salía de su asombro: «Fui a un centro comercial. Era todo tan... ¡Había miles de zapatos! ¡Y cien tipos diferentes de queso! Yo solo conocía 'el' queso y tenía un par de zapatos. A lo sumo dos», enfatiza.
Pero Vitali comprobó luego que la propaganda soviética no se detenía en minucias como el queso unificado o los zapatos estándar. Su padre, coronel del ejército rojo, fue obligado a participar en las tareas de limpieza de la central nuclear de Chernobil. La familia Klitschko vivía al sur de Kiev, a cien kilómetros del reactor accidentado. Vitali recuerda cómo regresaban los camiones de Chernobil, cómo los lavaban con agua y jabón, cómo su padre volvía todas la noches derrengado, cómo él se entretenía jugando con barquitos de papel en los charcos radiactivos... «Nos estaban ocultando la gravedad de la tragedia». Ni Vitali ni Wladimir han sufrido secuelas, pero sí su padre, el coronel Wladimir Rodionovich Klitschko. Le diagnosticaron cáncer. Por eso decidieron marcharse a Hamburgo, en Alemania, donde el coronel Klitschko pudo recibir tratamiento médico avanzado. Otros compañeros no tuvieron tanta suerte.
Con todos estos antecedentes, sorprende visitar el despacho de Vitali en Kiev. Cientos de libros se abarrotan en las estanterías, entre bustos de Lenin y de Stalin. «Yo no soy comunista ni socialista -explica-. Pero ambos son personajes históricos, de indudable importancia, que debemos conocer. Por ahí creo que tengo las obras completas de Lenin. ¡Me las he leído todas!», sonríe.
En el instituto, Vitali era un chavalillo espigado y estudioso, pero fuerte y con mala leche. Quizá por eso le vinieron a buscar para que probara suerte con los deportes de contacto. Primero se hizo karateka, luego se convirtió en campeón del mundo de kick-boxing y le acabó cogiendo gusto al boxeo. Accedió al profesionalismo en 1996. Desde entonces, ha ganado 42 combates y ha perdido dos. Sus detractores le critican por torpe y marrullero, pero tiene hierro en su puño derecho. Y es muy inteligente. Para Vitali, el boxeo es una especie de ajedrez físico: hay que saber cuándo moverse y en qué momento golpear.
Un día, Vitali vio a su hermano Wladimir regresar magullado del colegio. Tenía la cara hecha un cromo. A Vitali le salió la vena de primogénito protector y quiso saber quién le había hecho eso. Clamaba venganza. Su hermano Vitali, con una dolorida sonrisa, le frenó. «Tenías que ver cómo han quedado ellos», le dijo. Entonces, Vitali decidió enseñarle boxeo a su hermano menor. «La primera vez que me golpeó me hizo ver las estrellas. Eso no era para mí», confiesa Wladimir. Se equivocaba. El joven Klitschko ya es cuatro veces campeón del mundo.
El casado y el playboy
«Wladimir no es solo mi hermano. Es mi mejor amigo», suele proclamar Vitali. Cuando uno de los dos está en el cuadrilátero, el otro le aconseja desde la esquina. «Creo que eso tiene algo de intimidatorio -asegura Wladimir-. El rival mira hacia nuestro lado y ve cuatro ojos, cuatro puños, cuatro piernas». En un deporte tan ferozmente individualista, funcionan como un equipo. Fuera del ring, los dos comparten aficiones: juegan muy bien al ajedrez y dirigen al alimón una exitosa empresa de dirección de eventos deportivos. Solo les separa su vida amorosa. Vitali lleva quince años casado con la modelo ucraniana Natalia Egorova y tiene tres hijos. A Wladimir le gusta más picar de flor en flor: tiene dinero, una planta imponente, mucha labia y unos modales de caballero antiguo que ya han seducido, por ejemplo, a la modelo checa Carolina Kurkova y a la actriz americana Hayden Panettiere.
Ahora los dos viven a caballo entre Kiev, Hamburgo y Los Ángeles. De vez en cuando viajan a África, como embajadores de la Unesco, para vigilar la marcha de sus proyectos solidarios. El partido de Vitali consiguió 15 diputados en el Parlamento de Kiev y él pasa cada vez más tiempo en su despacho. Su hermano Wladimir, entre tanto, disfruta haciendo cameos: apareció en la película 'Ocean's eleven' y movió su enorme esqueleto en un videoclip de Chris Chornell. Son ídolos absolutos en su país y en Alemania, donde acaba de estrenarse una película documental ('Klitschko', de Sebastian Dehnhardt) que cuenta toda su historia.
Pero los aficionados al boxeo se hacen la gran pregunta: ¿pelearán alguna vez el uno contra el otro? Ahora es la ocasión. El ganador lograría unificar todos los títulos mundiales. «Ni por todo el oro del mundo -responden-. Hace muchos años que se lo prometimos a mi madre». Y ambos sienten devoción por la señora Ulyanovna.

Ereintza y el grupo ucranio Chervona Kalya abren hoy el Errenteria Dantzan

Hoy sábado se celebra la primera jornada de la XXIV edición del Errenteria Dantzan, que organizado por Ereintza Dantza Taldea se va a celebrar el sábado y domingo con presencia como entidad invitada de un grupo procedente de Ucrania, que mostrará las vistosas danzas de su país, que destacan por la espectacularidad de los saltos de los bailarines y unas coreografías con una gran vivacidad. El programa previsto para hoy sábado comenzará a partir de las 20 horas en la Alameda de Gamon con un festival folclórico en el que participarán Ereintza Dantza Taldea con su repertorio de danzas del folclore vasco y el grupo ucraniano Chervona Kalyna, que se fundó en el año 1978 en la localidad ucraniana de Ternopil, ubicada en el oeste del país y que ha realizado en los últimos años varias giras por Europa con el fin de dar a conocer el folclore ucraniano.
De hecho, su llegada a Errenteria obedece a la gira que están realizando, con comienzo en Polonia y que les trasladará posteriormente hasta Portugal. Son un grupo de gran calidad como lo demuestran los premios obtenidos tanto en el ámbito nacional como internacionales. Ambos grupos ofrecerán una actuación de unos 20 minutos de duración cada uno.
Mañana, domingo, finalizará el Errenteria Dantzan con una actuación de música y baile protagonizada por Chervona Kalyna, a las 13 horas, en la Plaza Xabier Olaskoahama junto con la Banda Municipal de Txistularis de Errenteria

La comunidad greco católica recibe la visita del Obispo Lachovicz

Se calcula que unos 10.000 ucranianos participan activamente en la decena de comunidades greco-católicas que conviven en la Diócesis de Orihuela-Alicante, en plena comunión eclesial con el resto de confesiones cristianas. Precisamente esta semana estas comunidades han recibido a uno de sus más destacados miembros, Monseñor Dionisio Lachovicz, nombrado por el Papa Benedicto XVI, en enero de 2009, obispo visitador apostólico para los fieles ucranianos de rito bizantino residentes en Italia y España. El obispo, Lachovicz ,ha visitado al obispo de Orihuela-Alicante, Rafael Palmero, en la sede del Obispado en Alicante, coincidiendo con la celebración de los diez años de la creación de la comunidad ucraniana de Torrevieja, que es una de las más activas y numerosas no solamente de la diócesis, sino de todas las implantadas en España.
En la actualidad este colectivo cuenta con más de 3.000 fieles, según explica Oleksandr, el sacerdote ucraniano incardinado en la Diócesis de Orihuela-Alicante. El obispo Dionisio Lachovicz permanece en la Diócesis hasta hoy domingo, cuando está previsto que culmine su visita celebrando una misa, a las 12:00 horas, en la parroquia de San Pedro y San Pablo de Torrevieja. Una parroquia de reciente creación en la ciudad, en la zona de las urbanizaciones Torretas. El prelado participará en una comida con los fieles y después asistirá a un concierto de niños ucranianos residentes en Torrevieja y su zona de influencia. Hace ahora un poco más de un año el obispo Lachovicz también asistió a la consagración de esta parroquia torrevejense, en la que conviven ejemplarmente tanto la comunidad católica, con la ucraniana, en la que se integra también un numeroso grupo de fieles polacos residentes en la ciudad. La apertura de esta nueva parroquia, supuso un gran paso sobre todo para estas comunidades que hasta ese momento compartían sus liturgias y ritos en la Iglesia Arciprestal de la Inmaculada Concepción. fue creada en el ala derecha del nuevo templo, una capilla destinada expresamente a la comunidad greco católica, aunque cuando sus celebraciones su más numerosas, utilizan completamente el templo.
En estos momentos las principales comunidades de cristianos ucranianos greco católicos que conviven en la Diócesis de Orihuela-Alicante se distribuyen por las ciudades de Alicante, Torrevieja, Orihuela, Elche, Elda, Novelda y Benidorm.
La Iglesia ucraniana de rito bizantino es una de las iglesias orientales que están en comunión con Roma. Además de Ucrania, sus miembros se hallan esparcidos por todo el mundo, en países como Polonia, Inglaterra, Alemania, Francia, Canadá, Estados Unidos, Brasil, Argentina y Australia.
Se llama católicos bizantinos a los ucranianos que en 1595 volvieron a la comunión plena con Roma manteniendo su liturgia bizantina y su estructura canónica y jerárquica propia

Incendio en un asilo ucraniano deja al menos 16 muertos

Las primeras investigaciones apuntan a que el fuego pudo haber sido causado por imprudencia o descuido de las personas que se hallaban en la institución.

Kiev • Al menos 16 personas murieron hoy y otras once resultaron heridas en un incendio en un asilo de ancianos en la localidad de Béloye, en el noroeste de Ucrania, informó el Ministerio de Emergencias ucraniano.

Según el parte oficial, el incendio se declaró pasada la medianoche y arrasó 800 metros cuadrados de la única planta del inmueble.

Los bomberos consiguieron sofocar el fuego hacia las 05.30 hora local.

Once personas, tres de ellas en estado de gravedad, fueron ingresadas en el hospital de Dubrovitski, la cabecera regional.

Dos de los tres heridos graves eran miembros del personal del asilo de ancianos.

Las primeras investigaciones apuntan a que el fuego pudo haber sido causado por imprudencia o descuido de las personas que se hallaban en la institución.