miércoles, 1 de abril de 2009

Rusia y Ucrania se enzarzan por el legado de Nikolái Gógol

En un clima de distanciamiento cultural y lingüístico, Rusia y Ucrania festejan hoy el 200 aniversario del nacimiento del gran escritor Nikolái Gógol (Soróchintsi, 1809-Moscú, 1848), considerado como una de las cumbres de la literatura rusa. Gógol nació en el imperio ruso, en territorio que ahora es ucranio. En plena búsqueda de una identidad propia al margen del gigante eslavo vecino, Ucrania trata de apoderarse de la figura del autor de Las almas muertas, El inspector y Tarás Bulba y de agregarla a su galería de iconos nacionales. Mientras, Moscú se esfuerza por mantener el monopolio sobre el escritor.

En las escuelas ucranias se estudia a Gógol como un autor extranjero

Gógol es tema de artículos, series de televisión, películas y espectáculos teatrales. En Moscú se ha inaugurado el primer museo dedicado al autor y también una exposición sobre su persona y su época en el Museo Histórico. En Kiev se han presentado las obras completas, en ruso y en su traducción al ucranio y precisamente la traducción de la novela Tarás Bulba ha irritado a comentaristas y políticos rusos, que ven en el texto ucranio un intento consciente de deformar la obra de Gógol para adaptarla a las realidades geo-políticas actuales.

La acción de Tarás Bulba, cuyo protagonista es un cosaco del mismo nombre, ocurre en el siglo XVI en tierras ucranias entonces rusas y que estaban parcialmente ocupadas por los polacos. La traducción al ucranio de aquella novela elimina de forma sistemática las alusiones a "Rusia" y a la "patria rusa" y las sustituye por términos como "nuestra tierra", "la tierra de los cosacos" o "Ucrania". El malestar por estas licencias se ha reflejado incluso en la Duma Estatal de Rusia, donde el pasado viernes el diputado Konstantín Zatúlin, vicejefe del comité dedicado a los Estados pos-soviéticos, habló incluso de "actividades subversivas" contra Gógol y su obra.

Por unanimidad, la Duma adoptó una disposición en la que subraya el carácter ruso de Gógol y, recurriendo a la cita de un contemporáneo del escritor, afirmó que para los autores rusos, checos, ucranios y serbios, la "lengua de Pushkin" (el ruso) debe ser "como el Evangelio para todos los cristianos". En Ucrania, el ministro del Interior, Yuri Lutsenko, ha dicho que considera a Gógol como un "gran escritor", pero no como un "gran ucranio" porque representaba a los ucranios como provincianos interesados sólo por "comer tocino y el compadreo". Por su parte, el vicejefe del Parlamento, Nikolái Tomenko, calificó de "banal" el programa de acontecimientos oficiales dedicado al nacimiento del escritor y subraya que Gógol contribuyó a formar una imagen romántica de Ucrania.

El debate sobre Gógol refleja el problema de las relaciones entre Ucrania y Rusia tras la desintegración de la URSS. En Ucrania el idioma oficial es el ucranio y Nikolái Gógol está actualmente incluido en la asignatura de literatura extranjera en el programa escolar.

Miroslav Popóvich, director del Instituto de Filosofía de Kiev, califica de "idiotez" la discusión sobre si Gógol era ucranio o ruso, que, en su opinión, "transfiere elementos del debate político al campo literario". "Gógol es uno de los fundadores de la literatura rusa, posiblemente uno de los más grandes escritores en ruso, pero conserva las raíces nacionales ucranias y contempla San Petersburgo con ojos de un hombre meridional. Al traducir Tarás Bulba se pierde el aroma de la estepa, el aroma ucranio, que existe en el original ruso", señala Popóvich. "En Ucrania tenemos nuestros necios radicales y en Rusia también, y ambos son desagradables", afirma.

En el marco del aniversario se estrena la carísima producción rusa Tarás Bulba (remake de la película de J. Lee Thompson protagonizada por Yul Brinner y Tony Curtis). El director, Vladímir Bortkó, es ucranio aunque está afincado en San Petersburgo, y el protagonista es su compatriota Bogdán Stupka. Bortkó considera a Tarás Bulba como un héroe común a los rusos, los ucranios y los bielorrusos. Para el diario Kommersant, el filme ha resultado "equilibrado" desde el punto de vista histórico y "no tiene sentido que los ucranios, los hebreos o los rusos se irriten por la película".

Obama y Medvédev tratarán de hacer tabla rasa y «reiniciar» las relaciones

La “cooperación técnica” de Rusia con Irán, que se sustenta sobre aspectos tan sensibles como la energía nuclear y la venta de armas, está en el origen del paulatino deterioro que han sufrido las relaciones entre Moscú y Washington en los últimos años. Tal desencuentro sirvió de justificación para que la anterior administración estadounidense decidiera desplegar elementos de su escudo antimisiles en Polonia y la República Checa, a fin de hacer frente a un hipotético ataque con cohetes desde Irán.
El Kremlin no dio su brazo a torcer por que considera que sus acuerdos con Teherán no violan ningún tratado internacional. Cree además que el escudo está dirigido contra el dispositivo atómico de Rusia y no contra Irán. Así las cosas, el Ejército ruso invadió Georgia el pasado mes de agosto. La anexión “de facto” de los enclaves georgianos de Osetia del Sur y Abjasia y el reconocimiento de su independencia por parte de Moscú hicieron que empeoraran todavía más las relaciones con EE.UU. Georgia es un fiel aliado de Washington y candidato a ingresar en la OTAN.
Georgia y UcraniaLa ampliación de la Alianza a Georgia y Ucrania es precisamente una de las cosas de las que en el Kremlin no quieren ni oír hablar. Esta es la situación de partida del primer encuentro que mantendrán en Londres los presidentes de Rusia y EE.UU., Dmitri Medvédev y Barack Obama. Pese a las discrepancias, los últimos días han sido pródigos en gestos conciliatorios tanto de Moscú como de Washington.
El vicepresidente norteamericano, Joe Biden, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que se reunieron hace poco con el viceprimer ministro, Serguéi Ivanov, y el titular de Exteriores, Serguéi Lavrov, señalan la necesidad de “reiniciar” una nueva etapa y hacer tabla rasa. Admiten, no obstante, que se tardará tiempo en encarrilar las relaciones.
Otro tema que estará sobre la mesa es la renegociación de un nuevo acuerdo de limitación de arsenales nucleares. El actual, el START-1, expira en diciembre. Obama y Medvédev hablarán también de la situación en Afganistán y de lo que Rusia puede hacer para ayudar a la coalición internacional. Cuestión muy de actualidad después de que Kirguistán decidiera clausurar la base americana de Manás.

Obama y Medvédev tratarán de hacer tabla rasa y «reiniciar» las relaciones

La “cooperación técnica” de Rusia con Irán, que se sustenta sobre aspectos tan sensibles como la energía nuclear y la venta de armas, está en el origen del paulatino deterioro que han sufrido las relaciones entre Moscú y Washington en los últimos años. Tal desencuentro sirvió de justificación para que la anterior administración estadounidense decidiera desplegar elementos de su escudo antimisiles en Polonia y la República Checa, a fin de hacer frente a un hipotético ataque con cohetes desde Irán.
El Kremlin no dio su brazo a torcer por que considera que sus acuerdos con Teherán no violan ningún tratado internacional. Cree además que el escudo está dirigido contra el dispositivo atómico de Rusia y no contra Irán. Así las cosas, el Ejército ruso invadió Georgia el pasado mes de agosto. La anexión “de facto” de los enclaves georgianos de Osetia del Sur y Abjasia y el reconocimiento de su independencia por parte de Moscú hicieron que empeoraran todavía más las relaciones con EE.UU. Georgia es un fiel aliado de Washington y candidato a ingresar en la OTAN.
Georgia y UcraniaLa ampliación de la Alianza a Georgia y Ucrania es precisamente una de las cosas de las que en el Kremlin no quieren ni oír hablar. Esta es la situación de partida del primer encuentro que mantendrán en Londres los presidentes de Rusia y EE.UU., Dmitri Medvédev y Barack Obama. Pese a las discrepancias, los últimos días han sido pródigos en gestos conciliatorios tanto de Moscú como de Washington.
El vicepresidente norteamericano, Joe Biden, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que se reunieron hace poco con el viceprimer ministro, Serguéi Ivanov, y el titular de Exteriores, Serguéi Lavrov, señalan la necesidad de “reiniciar” una nueva etapa y hacer tabla rasa. Admiten, no obstante, que se tardará tiempo en encarrilar las relaciones.
Otro tema que estará sobre la mesa es la renegociación de un nuevo acuerdo de limitación de arsenales nucleares. El actual, el START-1, expira en diciembre. Obama y Medvédev hablarán también de la situación en Afganistán y de lo que Rusia puede hacer para ayudar a la coalición internacional. Cuestión muy de actualidad después de que Kirguistán decidiera clausurar la base americana de Manás.

Rusia y Ucrania se enzarzan por el legado de Nikolái Gógol

En un clima de distanciamiento cultural y lingüístico, Rusia y Ucrania festejan hoy el 200 aniversario del nacimiento del gran escritor Nikolái Gógol (Soróchintsi, 1809-Moscú, 1848), considerado como una de las cumbres de la literatura rusa. Gógol nació en el imperio ruso, en territorio que ahora es ucranio. En plena búsqueda de una identidad propia al margen del gigante eslavo vecino, Ucrania trata de apoderarse de la figura del autor de Las almas muertas, El inspector y Tarás Bulba y de agregarla a su galería de iconos nacionales. Mientras, Moscú se esfuerza por mantener el monopolio sobre el escritor.

En las escuelas ucranias se estudia a Gógol como un autor extranjero

Gógol es tema de artículos, series de televisión, películas y espectáculos teatrales. En Moscú se ha inaugurado el primer museo dedicado al autor y también una exposición sobre su persona y su época en el Museo Histórico. En Kiev se han presentado las obras completas, en ruso y en su traducción al ucranio y precisamente la traducción de la novela Tarás Bulba ha irritado a comentaristas y políticos rusos, que ven en el texto ucranio un intento consciente de deformar la obra de Gógol para adaptarla a las realidades geo-políticas actuales.

La acción de Tarás Bulba, cuyo protagonista es un cosaco del mismo nombre, ocurre en el siglo XVI en tierras ucranias entonces rusas y que estaban parcialmente ocupadas por los polacos. La traducción al ucranio de aquella novela elimina de forma sistemática las alusiones a "Rusia" y a la "patria rusa" y las sustituye por términos como "nuestra tierra", "la tierra de los cosacos" o "Ucrania". El malestar por estas licencias se ha reflejado incluso en la Duma Estatal de Rusia, donde el pasado viernes el diputado Konstantín Zatúlin, vicejefe del comité dedicado a los Estados pos-soviéticos, habló incluso de "actividades subversivas" contra Gógol y su obra.

Por unanimidad, la Duma adoptó una disposición en la que subraya el carácter ruso de Gógol y, recurriendo a la cita de un contemporáneo del escritor, afirmó que para los autores rusos, checos, ucranios y serbios, la "lengua de Pushkin" (el ruso) debe ser "como el Evangelio para todos los cristianos". En Ucrania, el ministro del Interior, Yuri Lutsenko, ha dicho que considera a Gógol como un "gran escritor", pero no como un "gran ucranio" porque representaba a los ucranios como provincianos interesados sólo por "comer tocino y el compadreo". Por su parte, el vicejefe del Parlamento, Nikolái Tomenko, calificó de "banal" el programa de acontecimientos oficiales dedicado al nacimiento del escritor y subraya que Gógol contribuyó a formar una imagen romántica de Ucrania.

El debate sobre Gógol refleja el problema de las relaciones entre Ucrania y Rusia tras la desintegración de la URSS. En Ucrania el idioma oficial es el ucranio y Nikolái Gógol está actualmente incluido en la asignatura de literatura extranjera en el programa escolar.

Miroslav Popóvich, director del Instituto de Filosofía de Kiev, califica de "idiotez" la discusión sobre si Gógol era ucranio o ruso, que, en su opinión, "transfiere elementos del debate político al campo literario". "Gógol es uno de los fundadores de la literatura rusa, posiblemente uno de los más grandes escritores en ruso, pero conserva las raíces nacionales ucranias y contempla San Petersburgo con ojos de un hombre meridional. Al traducir Tarás Bulba se pierde el aroma de la estepa, el aroma ucranio, que existe en el original ruso", señala Popóvich. "En Ucrania tenemos nuestros necios radicales y en Rusia también, y ambos son desagradables", afirma.

En el marco del aniversario se estrena la carísima producción rusa Tarás Bulba (remake de la película de J. Lee Thompson protagonizada por Yul Brinner y Tony Curtis). El director, Vladímir Bortkó, es ucranio aunque está afincado en San Petersburgo, y el protagonista es su compatriota Bogdán Stupka. Bortkó considera a Tarás Bulba como un héroe común a los rusos, los ucranios y los bielorrusos. Para el diario Kommersant, el filme ha resultado "equilibrado" desde el punto de vista histórico y "no tiene sentido que los ucranios, los hebreos o los rusos se irriten por la película".

El Parlamento ucraniano convoca las presidenciales para el 25 de octubre

Kiev, 1 abr (EFE).- La Rada Suprema, parlamento unicameral de Ucrania, decidió hoy convocar las próximas elecciones presidenciales para el 25 de octubre de este año.

La decisión fue aprobada con los votos de 401 de los 450 diputados que componen el Legislativo.

La inclusión de este asunto en la agenda del día fue iniciativa del Bloque de Yulia Timoshenko, la actual primera ministra.

El presidente de Ucrania, Víctor Yúschenko, había propuesto a la Rada celebrar las elecciones del nuevo jefe del Estado el 17 de enero de 2010.

Yúschenko fue elegido el 26 de diciembre de 2004, en una tercera ronda electoral convocada de después de que el Tribunal Supremo constatara fraude en la segunda, y tomó posesión del cargo el 23 de enero de 2005. EFE bk-bsi/jac