lunes, 9 de agosto de 2010

Cataclismo global

Rusia está sufriendo este verano una de las peores estaciones de incendios de su historia. La mayor sequía de los últimos 50 años y las más altas temperaturas registradas en los últimos 130 años están en el origen de más de 800 incendios forestales, que han devastado numerosos pueblos y aldeas y producido más de medio centenar de víctimas mortales. El humo contaminante que cubre una amplia región rusa, en la que se incluye la propia capital, ha obligado a suspender vuelos, cerrar aeropuertos e incluso suspender la actividad de empresas. Algunas embajadas han empezado a retirar parte de su personal ante las pocas expectativas de que la catástrofe amaine.

Instalaciones militares, depósitos de materiales nucleares y bases de lanzamiento de misiles se hallan en el radio de riesgo de los incendios, algo que multiplica su potencial destructivo y pone a prueba, de momento con resultados adversos, la capacidad de las autoridades rusas para enfrentarse a situaciones tan extremas. La región de Bryansk, fronteriza con Ucrania y contaminada por la catástrofe de Chernóbil, corre peligro si se reactivan por el calor los restos nucleares dispersos en la superficie.

Los efectos de este calor tan intenso se han hecho notar ya en el mercado mundial de los cereales. El primer ministro Vladímir Putin, en previsión de la caída de la producción causada por la sequía y los incendios, ha prohibido la exportación de cereales en 2010, desencadenando una subida de los precios que puede repercutir en el precio mundial de los alimentos.

No son únicamente factores naturales los que explican la intensidad de estos incendios. Con independencia de lo que pueda haber influido el calentamiento global, no parece ofrecer dudas de que la disminución drástica de los cuerpos de guardabosques y bomberos rurales, las políticas forestales privatizadoras y las reformas administrativas aplicadas por Putin explican las dificultades para prever y luego apagar los incendios. El devastador efecto de los incendios se ha hecho notar en la propia administración de un Estado incapaz de gestionar con eficacia y buena coordinación una emergencia de esta envergadura. Han empezado algunas destituciones en las escalas inferiores, pero en el actual sistema nadie puede esperar que las consecuencias de la catástrofe se extiendan hacia más arriba y lleguen a afectar a quienes son los máximos y más efectivos responsables de tan mala gestión.

IAAF recorta gastos por crisis económica

La Federación Internacional de Atletismo resolvió disminuir su presupuesto de gastos para evitar problemas financieros como resultado de la crisis económica mundial.

El presidente de la IAAF, Lamine Diack, dijo el domingo que la asociación decidió reducir su presupuesto tras una reunión en Doha el pasado marzo, cuando el tesorero Jean Poczubut presentó una un panorama sombrío de sus finanzas.

Pese a la decisión, Diack declaró que "estamos muy lejos de encontrarnos en una situación económica difícil".

El déficit del presupuesto de 2010, que se calculó en 16 millones de dólares, ahora es de 9 millones tras los recortes y un contrato sellado en junio con el gigante electrónico Samsung para patrocinar las justas de la Liga de Diamantes. El acuerdo alcanza los 6 millones de dólares por dos años, con una opción de renovarlo para un tercer año.