viernes, 30 de abril de 2010

Rusia asume la salvación económica de Ucrania

El acuerdo sobre la Flota del Mar Negro, firmado por Rusia y Ucrania, ha suscitado toda una oleada de acaloradas discusiones.

La opinión pública y la oposición de los dos países están conmocionadas por razones diferentes: en Ucrania, los contrarios al acuerdo se preguntan si su país habrá perdido parte de su independencia, permitiendo la permanencia en su territorio de una base militar extranjera. Mientras algunos de nuestros compatriotas les preocupa si no se habrá pagado por el mencionado acuerdo un precio excesivamente alto.

Según lo acordado por los Presidentes Medvédev y Yanukóvich, Moscú le concederá a Kiev un descuento del 30 % sobre el precio del gas ruso, contándose dicho descuento como parte del pago por el arrendamiento del puerto de Sebastópol. La cantidad parece bastante grande.

El Primer Ministro ruso, Vladimir Putin, lo comentó de manera bastante emocional en el transcurso de una rueda de prensa en Kiev: "La factura que nos han presentado me parece desorbitada. Yo, con ese dinero me podría comer con patatas a Yanukóvich junto con su Primer Ministro; no hay base naval que valga esa cantidad. Es que no la hay. Diez años de este contrato sumarían entre 40 y 45 mil millones de dólares, suficientes para construir varias bases como la de Sebastópol", dijo Putin

Dmitri Medvédev se expresó de otra forma: "El precio que pagaremos por la presencia de nuestra Flota es alto, pero asumible. Y lo es porque con Ucrania nos une una relación estratégica que tiene siglos de duración y contamos con que así siga siendo siempre. Por consiguiente, esta amistad tiene que ir acompañada de ayuda mutua".

Sin embargo, las aparentes discrepancias entre estos dos políticos rusos son meramente estilísticas. En la misma alocución, el Primer Ministro Putin explicó la postura de su Gobierno: "Para nosotros no se trata sólo de dinero: se trata ante todo de la cooperación con Ucrania; colaboración en la esfera militar que, sin lugar a dudas, lleva a un mayor nivel de confianza entre los países. Dicha confianza extenderá también nuestra interacción tanto en la esfera económica, como en lo social y la política. En realidad, eso es lo que importa".

En otras palabras, esos miles de millones de dólares no se pagarán por la permanencia de la Flota ni por el arrendamiento de la base militar, sino por la estabilidad y una duradera y provechosa cooperación con Ucrania, por unas relaciones de buena vecindad.

Recordemos que, con el anterior Presidente de Ucrania, Víctor Yúschenko, las relaciones bilaterales distaron de ser normales. Se podía hablar incluso de la posibilidad de que los acontecimientos siguieran el guión georgiano, y que el papel que le correspondió desempeñar Abjasia y Osetia del Sur en el conflicto ruso-georgiano en agosto de 2008, en el caso ucraniano le correspondería precisamente a la base naval en Sebastópol.

Hasta el final de su mandato, el Gobierno ucraniano de Yúschenko se mantuvo firme en su determinación de expulsar de Crimea la Flota rusa del Mar Negro. La mayor parte de la población de la península estaba en contra, mientras los ultra-nacionalistas ucranianos difundían rumores sobre la concesión masiva de la nacionalidad rusa a los habitantes de Crimea.

Así, parecía avecinarse un conflicto en toda regla, capaz de minar la situación en la frontera Sur de Rusia. Había quienes vaticinaban incluso una guerra fratricida. No estaban en juego sólo cuestiones geopolíticas, sino una perspectiva de abandono y miseria para la ciudad de Sebastópol.

Y esa perspectiva había que evitarse a toda costa y, a día de hoy, el problema parece solucionado. La Flota permanecerá en la base, y tanto la ciudad como toda la península de Crimea pueden vivir y desarrollarse en paz. Las pasiones se han calmado.

No obstante, los actores de la gran política internacional nunca se dejan llevar por las pasiones, sino que se guían por argumentos racionales. En opinión de algunos políticos rusos, Ucrania se halla al borde de un colapso económico, al que podría seguir la suspensión de pagos y la bancarrota del Estado.

Esto se debe a las secuelas de la crisis global y a la política económica irresponsable y populista del Gobierno de Yulia Timoshenko, que generosamente repartió el dinero estatal con tal de asegurarse el apoyo de los electores en las próximas elecciones.

Dicha amenaza entraña más peligro que la hipotética "batalla por Sebastópol". Estaríamos ante un verdadero "Chernobil político". Ucrania será todo lo independiente que quiera, pero en el mundo actual casi no quedan países aislados, por lo que el colapso ucraniano le costaría caro a la vecina Rusia.

De esta manera, esos miles de millones se le entregarán a Yanukóvich para que salve la economía nacional. Sobre todo cuando ni el FMI ni la Unión Europea parecen estar dispuestos a prestarle a Ucrania una ayuda financiera igual de significativa.

No obstante, quedan en el aire toda una serie de preguntas, una de las cuales fue formulada durante los debates en la Duma por el líder del Partido Liberal Democrático de Rusia (LDPR), Vladimir Zhirinovski.

¿Y qué pasa, si dentro de cinco años al poder en Ucrania llega otro Presidente y otro Gobierno, que renuncien a los compromisos alcanzados ahora?

El recelo de Zhirinovski y otros representantes de la oposición carecen de fundamento. El dinero no se pagará a Kiev a modo de préstamo ni por adelantado, sino tras el cumplimiento de las correspondientes cláusulas del acuerdo.

Si los futuros gobernantes de Ucrania optan por rescindir el acuerdo, será cosa suya, ya que se les dejará de pagar. Los precios del gas retornarán a su nivel de antaño y el dinero se asignará al acondicionamiento de una nueva base para la Flota del Mar Negro.

Dicho desarrollo de los acontecimientos sería, sin embargo, poco deseable. Mientras, Yanukóvich y su Gobierno tienen cinco años para emplear bien el dinero, salvar la economía y evitar que los electores sientan la tentación de cambiar a los líderes.

Otra pregunta es: ¿podrá Rusia con un gasto tan grande? Putin ya ha declarado al respecto: "Para el presupuesto de Rusia es una cantidad significativa. En este momento estamos empezando a preparar el presupuesto para el año 2011 y se prevé una disminución de ingresos de 4 mil millones de dólares". A continuación, el Jefe del Gobierno ruso añadió: "Son cantidades muy considerables, pero podremos con ellas".

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

Esta semana en Informe Semanal de Política Exterior

El mar Negro, un lago ruso

El 21 de abril los presidentes ruso y ucraniano, Dmitri Medvedev y Víktor Yanukovich, firmaron en la ciudad ucraniana de Jarkov un acuerdo crucial por un doble motivo. Por un lado, Kiev consiguió una rebaja considerable –del 30%– en el precio del gas ruso, lo que le permitirá superar las condiciones desventajosas del acuerdo alcanzado el año pasado para el periodo 2009-19, por la entonces primera ministra Yulia Timoshenko, derrotada por Yanukovich en febrero y destituida en marzo.
Por otro, Moscú asegura su presencia naval en la base de Sebastopol, que existe desde los tiempos zaristas, hasta al menos 2042. Aunque ambas partes salen ganando, indudablemente es Rusia la que se beneficia más, al consolidar sus posiciones en la antigua esfera de influencia soviética. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, incluso ha ofrecido a Kiev la integración de sus respectivas industrias nucleares para exportar electricidad a sus vecinos.
El acuerdo gasístico pondría fin a las crisis cíclicas de suministro gasístico que en lo más crudo del invierno pagaban muchos países europeos. Ucrania se asegura, desde este mismo mes, el normal funcionamiento de su industria y ahorrará hasta 30.000 millones de euros en una década. Kiev logra ventajas también respecto a la forma de pago y no será sancionada si no consume todo el gas contratado aunque, en contrapartida, aumentará su dependencia energética de su gigantesco vecino.
Con la continuidad en Sebastopol de los 50 buques de la V Flota rusa, Moscú despeja la amenaza de tener que desalojarla en 2017, como determinaba el acuerdo firmado en 1997. Aunque el valor militar de esa base situada en la península de Crimea es reducido, lo cierto es que la permanencia naval rusa plantea un problema a la OTAN, que tiene tres países miembros en la cuenca del mar Negro: Rumania, Bulgaria y Turquía.
Georgia no olvida las acciones navales rusas lanzadas desde Sebastopol en la guerra ruso-georgiana del verano de 2008. En la reciente conferencia de seguridad nuclear en Washington, Barack Obama rehusó reunirse con el presidente georgiano Mijail Saakashvili, pero sí lo hizo con Yanukovich.
El mar Negro se convertirá en los próximos años en un lugar de tránsito clave de los recursos energéticos de Asia Central y la región del Caspio hacia los mercados mundiales. La votación que autorizó el acuerdo con Rusia en el Parlamento ucraniano fue tumultuosa, pero Yanukovich consiguió 236 votos de los 450 diputados. Con este nuevo pacto, Moscú sigue avanzando en la neutralización de las “revoluciones de colores” que entre 2004 y 2005 debilitaron su influencia en Ucrania, Georgia y Kirguizistán sucesivamente.

Rafael José R. de Espona, “La crisis ruso-georgiana y su trasfondo energético”. Política Exterior Nº 126 – 2008

Anar Maharramov, “La seguridad ecológica en el mar Caspio”. Política Exterior Nº 126 – 2008

Shamil M. Yenikeyeff, “El futuro de los suministros energéticos del Caspio y Asia Central”.Economía Exterior Nº 46 – 2008

Lukashenko propone a Yanukóvich importar conjuntamente el petróleo venezolano

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, propuso hoy a su colega ucraniano, Víctor Yanukóvich, importar conjuntamente hasta 10 millones de toneladas de petróleo de Venezuela.

"Cuatro millones de toneladas las podemos traer por tren. Pero 10 millones, eso ya es un proyecto muy importante, que estamos dispuestos a realizar conjuntamente con Ucrania", señaló Lukashenko, citado por la agencia oficial Belta.

Lukashenko hizo estas afirmaciones tras más de seis horas de conversaciones con Yanukóvich, que efectúa su primera visita a la vecina Bielorrusia.

"Refinaremos el petróleo y lo venderemos en el mercado bielorruso y ucraniano, y en otros mercados. Nos dedicaremos a esto hasta que se tiendan nuevas tuberías", dijo el líder bielorruso.

Lukashenko, que expresó su confianza en que las relaciones bilaterales mejoren con Yanukóvich en el poder, destacó que "la línea ferroviaria ucraniana supondría un gran apoyo para el transporte del crudo hasta la refinería de Mozirsk".

A su vez, el presidente ucraniano expresó su confianza en que "Bielorrusia sea un socio fiable para el tránsito a través de los países bálticos.".

"Nosotros, por nuestra parte, daremos a Bielorrusia la posibilidad de salir al mar Negro", dijo.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, prometió en marzo pasado a Lukashenko en Caracas que este país comenzaría a venderle 80.000 barriles diarios de crudo a Minsk en mayo.

La compañía mixta Petrolera BeloVenezolana (PBV) recibió en diciembre de 2007, durante la visita a Caracas del líder bielorruso el derecho a explotar durante 25 años el campo petrolero "Guara Este", un área de la Faja del Orinoco con un potencial de extracción de 5.000 millones de barriles.

Además, Chávez cedió en julio de 2008 a Bielorrusia la explotación de otros tres nuevos yacimientos de petróleo en el Orinoco. EFE

Anécdotas que no lo son

Los ucranianos, como otros pueblos vecinos, han vuelto a comprobar que están solos, que su ansia por vivir en democracia y formar parte de nuestras instituciones no despierta ningún interés a este lado del mapa.

Recuerdo aquellos años en que el vespertino Le Mondellevaba a gala no publicar fotografías. El argumento era de peso: eso que ahora llaman periodismo gráfico tiende al subjetivismo y la imprecisión. Una imagen no sólo no vale más que mil palabras, sobre todo es que puede ser mucho más engañosa. Podríamos repasar el número de grandes falsificaciones fotográficas, esas que han sido reproducidas hasta la saciedad y que han consagrado a fotógrafos, pero hoy quisiera centrarme en un caso concreto y reciente.

La fotografía de lo sucedido en el Parlamento ucraniano, en el que unos diputados se pegaban con otros, nos convenció a todos de que el ambiente político en aquel país anda un tanto crispado a costa de olvidarnos del origen de lo sucedido, la trascendencia del acuerdo firmado con Rusia. La razón de aquella bronca era que el nuevo Gobierno ucraniano presidido por Viktor Yanukovich se había plegado a las amenazas de Moscú, con la secesión de Crimea como fondo, y había acordado prorrogar el uso de la base militar rusa en Sebastopol a cambio de la reducción de un 30% en la factura del gas.

Tras la bronca parlamentaria Rusia ha vuelto a mover ficha y ya ha presentado ante la comunidad internacional el siguiente paso en esta jugada de ajedrez: la formación de una sola empresa ruso-ucraniana –aunque más rusa que ucraniana– de generación de energía nuclear, que se convertiría en un referente en el sector dentro de Europa.

Si hemos llegado a esta situación es porque los europeos hemos abandonado a los ucranianos, hasta convencerles de que resulta más sensato entenderse con su enemigo que tratar de encontrar su sitio entre las democracias occidentales. Estamos ante las consecuencias de un conjunto de actos nuestros, que tratamos de justificar como parte de una estrategia sofisticada en el largo plazo, pero que en realidad no son más que otro penoso ejercicio de "apaciguamiento" con Rusia:

  • Gracias a la presión de Estados Unidos la OTAN aceptó la entrada de Ucrania en la Alianza pero los europeos presionaron para situar el acuerdo en un limbo temporal, mientras aseguraban a Rusia que el tema quedaría congelado.

  • Rusia invadió Georgia y forzó la secesión de los territorios de Osetia de Sur y Abjacia, tratando de establecer una nueva doctrina en su relación con los estados limítrofes que fueron parte de la Unión Soviética. Ucrania condenó la acción, mientras los europeos lo hacíamos con la boca chica, responsabilizábamos al presidente georgiano y tratábamos de evitar que lo sucedido dañara nuestras relaciones con Rusia.

  • El Gobierno de Moscú presionó al de Kiev subiendo el precio del gas. Los europeos advertimos que nos parecía mal esa forma de hacer diplomacia, pero mientras tanto negociábamos nuevos gaseoductos que penetraban desde el mar en Europa Central, salvando a los estados más orientales, que quedaban así a expensas del cierre de suministro sin que ello pusiera en peligro la recepción de gas por parte de las grandes potencias europeas.

  • Estados Unidos ha cedido a las presiones rusas y ha abandonado la idea de desplegar su propia Defensa contra Misiles Balísticos, para limitarse a instalar otra de mucha menor dimensión.

Los ucranianos han podido comprobar cómo sus vecinos europeos anteponen sus relaciones con Rusia a su integración en la Unión Europea y en la OTAN; cómo la invasión y división de Georgia no ha tenido coste alguno para Rusia; y cómo nadie les va a ayudar, sino todo lo contrario, si Rusia les cierra la espita del gas. Es verdad que Estados Unidos ha mantenido una posición algo más firme, pero sólo eso. Todo ello les ha llevado a pensar que su pulso con Rusia por el futuro de la Península de Crimea estaba condenado al fracaso, porque llegado el momento Rusia declararía la secesión de Crimea, nosotros condenaríamos el acto pero lo aceptaríamos de hecho, siguiendo el guión de Georgia, y ellos se encontrarían ante un desastre nacional. Los ucranianos, como otros pueblos vecinos, han vuelto a comprobar que están solos, que su ansia por vivir en democracia y formar parte de nuestras instituciones no despierta ningún interés a este lado del mapa, que Rusia sigue siendo el hecho determinante.

La bronca en el Parlamento ucraniano era algo más que una prueba de la crispación reinante. Lo que allí estaba ocurriendo no era un problema nacional o bilateral. Aquella era la expresión de la indignación y la frustración de unas gentes ante un nuevo fracaso de Europa.

Otra realidad

Uno se pregunta a veces qué es más importante, si la realidad o la televisión. Porque la realidad seguramente tiene un montón de recovecos y caminos cruzados, pero la televisión no. La televisión es rotunda como un resultado de fútbol. Esta semana hemos visto varios ejemplos. Nos pusimos todos a hablar de Ucrania y de la historia de Ucrania y de la complicada relación entre Ucrania y Rusia tan sólo porque nos llegaron las imágenes del Parlamento de aquel país convertido en un gallinero brutal. Es una transmisión que nos fascina, la de los parlamentarios insultándose, tirándose de los pelos y lanzándose huevos podridos. Yo creo que nos fascina tanto porque sabemos que los nuestros no lo pueden hacer, aunque quisieran, aunque quisiéramos. El Parlamento de Ucrania ha funcionado como una especie de subconsciente mundial. Pero lo importante es saber que de países así sólo hablamos cuando nos llegan imágenes contundentes, con lo que se demuestra que la realidad siempre se pliega a la televisión.


Si no, que se lo pregunten a los candidatos británicos a primer ministro. Da la sensación de que un país descubre que hay vida fuera del bipartidismo gracias a un debate a tres en televisión. La irrupción de Nick Clegg ha tenido en la televisión su trampolín. Y en cualquier campaña electoral cuentan tanto los detalles televisados, que los candidatos los provocan con visitas a mercados, saludos en la calle, paseos por escuelas y hospitales. Todos en busca de un instante televisivo feliz. Lo malo es cuando la cámara sigue grabando o el micro permanece abierto mientras el político, fuera ya de su personaje, se caga en todos los demonios o piensa en voz alta de un posible votante lo mismo que pensaría de él si no tuviera que someterse a esa cura de humildad llamada sufragio.

La realidad tiene que esforzarse para encontrar imágenes que la cuenten por televisión. El trabajo de los buenos periodistas ha de ser el de encontrar metáforas visuales, pequeños destellos comprensibles universalmente para presentar lo complejo de la vida. Tienen que ponerse a ello, de no hacerlo, serán los accidentes, los desbordes, los puñetazos televisivos los que irán marcando el paso. Urge contar la realidad real y no la realidad televisada.


Rusia y Ucrania acuerdan repartirse la fabricación de aviones Antónov

Rusia y Ucrania han acordado repartirse la fabricación de los aviones de pasajeros Antónov, anunció hoy el presidente de la Corporación Aeronáutica Unida estatal rusa, Alexéi Fiódorov.

La fábrica aeronáutica VASO, con sede en la ciudad rusa de Voronezh, se ocupará de la fabricación de los aviones An-148, según la agencia oficial Itar-Tass.

A su vez, Ucrania se encargará de la fabricación del An-158, una versión más alargada del An-148.

El An-148 tiene capacidad para entre 70 y 90 pasajeros y una autonomía de vuelo de 5.000 kilómetros, y el An-158 fue mostrado recientemente por vez primera al público.

La Antónov es una corporación estatal ucraniana fundada en 1946 que cuenta en su haber con el avión más grande del mundo, el An-225, pero que se encuentra en dificultades por la falta de pedidos.

Según la prensa rusa, Rusia está interesada en adquirir el 50 por ciento de la firma Antónov aprovechando el interés del nuevo presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, en impulsar la cooperación económica con su vecino ruso. EFE

Rusia y Ucrania preparan acuerdo sobre demarcación de fronteras

Rusia y Ucrania preparan los documentos para definir la demarcación de la frontera terrestre común, los cuales serán firmados en breve, informó hoy el vocero oficial de la cancillería rusa, Andrei Nesterenko.

La avenencia rubricada en 2003 sólo se refería a la desmilitarización de la frontera entre los dos países, pero carecía de puntos específicos sobre la delimitación de las localidades, explicó Nesterenko.

Respecto a la definición del diferendo en torno a las aguas territoriales de la zona del Mar de Azov y el estrecho de Kerchensk, el portavoz indicó que las negociaciones continúan para buscar una solución mutuamente ventajosa.

En la época soviética, la zona marítima de Kerchensk era considerada como de aguas internas, lo cual dificulta ahora los principios para su división fronteriza, en cuyas inmediaciones se encuentra una isla motivo de disputas.

Sin embargo, Rusia y Ucrania avanzaron aceleradamente en el tema de la permanencia de la flota rusa del Mar Negro en el puerto de Sevastopol, más allá del 2017, cuando vencía el acuerdo de 1997.

El presidente ruso, Dmitri Medvedev, y el ucraniano, Viktor Yanukovich, firmaron ayer la ratificación por sus respectivos parlamentos del acuerdo rubricado el pasado día 21, en Jarkov, que extiende por otros 25 años la permanencia rusa en Crimea.

La ratificación del documento en la Rada Suprema (parlamento ucraniano) se convirtió en una batalla campal, después que la oposición protagonizó broncas tumultuarias, lanzó posturas de gallinas contra la presidencia de ese órgano y al menos tres bombas de humo.

El primer ministro ucraniano, Nikolai Azarov, demandó juzgar a los responsables y afirmó que para muchos de los promotores de esos hechos será el fin de su carrera política.

Moscú propone a Kiev construir centrales y producir combustible nuclear

Moscú, 30 abr (EFE).- Rusia propuso hoy a Ucrania ambiciosos proyectos de cooperación en el sector nuclear que van desde la construcción de centrales hasta la producción conjunta de combustible atómico.

La reunión de los primeros ministros ruso, Vladímir Putin, y ucraniano, Nikolái Azárov, tiene lugar pocos días después de que ambos países acordaran prolongar por 25 años la estancia de la flota rusa en Ucrania a cambio de descuentos en el suministro de gas ruso.

Serguéi Kirienko, el jefe de la corporación atómica rusa Rosatom, explicó que durante la reunión en el balneario ruso de Sochi Putin propuso a Ucrania estudiar diversas formas de integración de los consorcios atómicos ruso, Atomenergomash, y ucraniano, Turboatom.

Según Kirienko, esta cooperación podría ir desde la creación a medias de una empresa mixta entre esos dos consorcios estatales hasta la participación en la misma de otras grandes compañías, inclusive privadas.

Dentro de ese proyecto, dijo que Moscú podría ceder a Kiev hasta la mitad de acciones de la fábrica de Novosibirsk, una de las más grandes del país, que produce combustible para las plantas atómicas de Ucrania y de otros países, según la agencia Interfax.

Kirienko dijo que de esta forma Kíev podría conseguir importantes descuentos en la compra de combustible para sus centrales atómicas, que en caso de un contrato a largo plazo, de 25 años, le permitiría ahorrar hasta más de 1.000 millones de dólares.

Las propuestas de Moscú incluyen también la cooperación en la construcción de plantas atómicas, pues según Kirienko en los próximos dos o tres lustros Rusia planea erigir hasta 35 bloques nucleares y Ucrania al menos otros doce.

El jefe de Rosatom agregó que Rusia está dispuesta a construir el tercer y cuarto reactores para la central atómica ucraniana Jmelnístkaya, a condición de que el Gobierno de Kiev acepte para ello un crédito ruso de entre 5.000 y 6.000 millones de dólares.

Además, dijo que Moscú está dispuesta a ayudar a Kiev en la prospección del yacimiento ucraniano de uranio Novokonstantinovski, proyecto que requerirá unos 500 millones de dólares de inversiones.

Putin propone a Ucrania fusionar las gasísticas Gazprom y Naftogaz

Moscú. (EFE).- El primer ministro ruso, Vladímir Putin, propuso al Gobierno de Kievemprender la fusión de las compañías gasísticas nacionales, el gigante ruso Gazprom y la ucraniana Naftogaz.

"La integración que estudiamos en el ámbito nuclear la podemos extender al sector del gas. Propongo fusionar Gazprom y Naftogaz", dijo Putin en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro ucraniano, Nikolái Azárov, en el balneario ruso de Sochi.

Azárov precisó por su parte que acababa de conocer esa iniciativa de Putin, que el primer ministro ruso no había expuesto durante las negociaciones, pero aseguró que su Gobierno la estudiará atentamente.

El presidente de Gazprom, Alexei Miller, señaló a su vez que directivos de ambos consorcios estatales se reunirán en las próximas semanas para negociar las posibles formas de integración, según la agencia Interfax. "Estudiaremos un posible intercambio de activos. De hecho, se trata de fusionar las dos compañías", dijo Miller, quien destacó que "Gazprom tiene experiencia de transacciones mediante intercambios de activos con compañías alemanas e italianas".

Agregó que la fusión se llevaría a cabo "en toda la cadena, desde la prospección geológica hasta el consumidor", pues Naftogaz, al igual que Gazprom, "tiene activos en la extracción, transporte, almacenamiento en depósitos subterráneos y la distribución de gas".

Según Miller, Rusia está interesada en invertir en la modernización de la red de gasoductos ucranianos, mientras Ucrania desea acceder a las reservas rusas de carburante. "Tenemos enormes reservas de carburante.

En el siglo XXI habrá suficiente gas para todos, tanto para Rusia como para Ucrania", aseveró el jefe de Gazprom. Ucrania ha pedido créditos a la Unión Europea para modernizar sus gasoductos, por los que pasa el 80 por ciento del gas que Rusia exporta a los países europeos, y Bruselas, según fuentes en Kiev, aceptó concederle un préstamo de 2.500 millones de dólares bajo ciertas condiciones, que incluyen la reforma de Naftogaz.

Gazprom y Naftogaz protagonizaron en los últimos años varias "guerras del gas" por falta de acuerdo sobre precios y tarifas que afectaron los suministros de carburante ruso a Europa por territorio ucraniano.

Sin embargo, la derrota en Ucrania este año del partido "naranja" partidario del acercamiento a Occidente y la llegada al poder del presidente pro ruso, Víctor Yanukóvich, ha acabado con el enfriamiento en las relaciones entre Kiev y Moscú.

Ambos países ya firmaron un acuerdo por el que la Flota del mar Negro rusa podrá permanecer hasta 2042 en la península ucraniana de Crimea a cambio de importantes descuentos en el suministro de gas ruso, un ahorro de 40.000 millones de dólares en diez años.

Hoy mismo, Rusia y Ucrania acordaron repartirse la fabricación de aviones de pasajeros Antónov entre sus sectores aeroespaciales, y Moscú propuso a Kiev estudiar diversas formas de integración de los consorcios atómicos ruso, Atomenergomash, y ucraniano, Turboatom.

Putin hizo esta propuesta al exponer a Azárov ambiciosos proyectos de cooperación en el sector nuclear que van desde la construcción de centrales hasta la producción conjunta de combustible atómico.

Fuentes del Gobierno ruso precisaron que ambos gobiernos estudian diversos proyectos de cooperación en los sectores del petróleo y el gas, atómico, de construcción de maquinaria, de la defensa, aeroespacial, de transporte y otros.