Todo es largo en Dmitro Chigrinski (Iziaslav, Ucrania, 1986), de cuyos enormes pies asoman unas uñas ennegrecidas por los pisotones de los adversarios. Deambula en chanclas y en un chándal gris por un hotel de lujo asiático de Benidorm, donde su equipo, el Shakhtar, prepara los octavos de final de la Champions ante el Roma. Aunque transmite paz, no le gusta que le apoden Jesucristo.
"En el Barça debí haberme sentido más libre y menos presionado; no pude"
"El juego azulgrana no es improvisación; todo está entrenado y explicado por Pep"
Pregunta. ¿Ha podido olvidarse del Barça?
Respuesta. No puedo olvidarme del Barça. Fue una gran experiencia. Quería quedarme, pero no tenía ninguna posibilidad. Es la vida y es el fútbol. La culpa fue mía: cometí muchos errores. En un equipo como este tienes que estar a un altísimo nivel desde el principio; nadie va a esperar dos, tres o cinco partidos. Y, además, el club pagó mucho por mí
[25 millones].
P. ¿Sufrió mucho los silbidos del Camp Nou?
R. Xavi me explicó que la afición del Barça es muy exigente y que empieza pronto a silbar. A él también le silbaron hace años. Llegué sin pretemporada, sin saber el idioma, y de un campeonato como el ucranio, que no es tan fuerte como el español.
P. ¿Qué errores cometió?
R. Yo, en el Shakhtar, cuando recibo la pelota, me siento el rey; en el Barça, cuando recibía la pelota, tenía que buscar enseguida a Xavi o a Iniesta; aquí busco el pase largo en profundidad; allí no. Fue mi culpa, porque debí haberme sentido más libre, menos presionado, pero no pude. Además, si vienes de otra Liga, como Mascherano, Abidal o Ibrahimovic, es todavía más difícil entrar en ese equipo.
P. ¿Qué dificultades tácticas encontró?
R. Piqué y Puyi [Puyol] entienden todos los principios tácticos y saben jugar mucho mejor que yo; se encuentran mejor juntos y los compañeros también.
P. ¿Guardiola fue paciente con usted?
R. Sí, tuvo bastante paciencia conmigo, me enseñó muchas cosas de ataque y de defensa, pero el Barça no podía esperar.
P. ¿Qué es lo más importante de lo que aprendió?
R. Que el Barça es un equipo que siempre mira hacia delante, no se para a ver lo que pasó hace dos días, sino que mira al próximo partido para mejorar su nivel. Después de esta presión que traía del Barça, estoy preparado para todo. Cuando te silba el Camp Nou, lo demás no es nada.
P. ¿Cómo fue el regreso al Shakhtar [por 15 millones]?
R. Mentalmente no estaba preparado para volver. En un año en España aprendí el idioma, conocí a los compañeros, a los rivales y sabía cómo iba todo. Cuando estaba preparado me tuve que ir.
P. ¿Disfruta viendo ahora al Barça o le duele?
R. Sí, disfruto, y hablo de vez en cuando con Maxwell, que fue mi mejor amigo. Me duele, pero no culpo a Pep ni a Rosell [Sandro, presidente azulgrana]. Si reconozco mis errores, nadie puede ayudarme si no soy yo.
P. ¿Qué jugador le impresionó más en los entrenamientos?
R. Iniesta. Xavi hace todo lo que se escribe en la pizarra; Iniesta inventa. En el Mundial estuvo iluminado después de un año con muchas lesiones. Alemania también me gustó mucho. Messi es de otro planeta e Ibrahimovic no puede perder ni en los entrenamientos. Es su carácter.
P. Ibrahimovic dijo que Guardiola se creía un filósofo.
R. [Risas] Al míster le gusta explicar las cosas de manera muy seria, pero muy clara. Si yo lo podía entender, lo entendían todos.
P. ¿En qué se diferencia Pep de su actual entrenador, el rumano Lucescu?
R. Lucescu es de la vieja escuela, tiene mucha experiencia, es menos cercano. Guardiola trabaja mucho lo táctico; el juego del Barça no es improvisación, todo está entrenado y explicado por Pep y Tito Vilanova. Guardiola no está nunca preocupado por las lesiones porque confía mucho en el jugador. Y es muy cercano.
P. ¿Qué defensas admira?
R. De los ya retirados, Laurent Blanc y Fernando Hierro, por su tranquilidad, por cómo leían el juego y empezaban las jugadas. De los actuales, Javier Zanetti.
P. ¿Su apellido es común en Ucrania?, ¿le molestaron las bromas sobre él?
R. No, es más bien polaco. Al principio no me enteraba de las bromas, y, después, solo me importa lo que piense la gente cercana a mí.
P. ¿Cómo está el Shakhtar?
R. Ha crecido mentalmente, pero, en esta pretemporada, estamos pensando demasiado en el partido frente al Roma. En Ucrania, no tenemos presión de los periodistas, pero sí de la historia [es la primera vez que el Shakhtar alcanza los octavos de final de laChampions].
P. ¿Sigue sin tener carné de conducir?
R. No tengo carné porque tengo un chófer en Ucrania y gano tiempo.
P. ¿Qué le interesa fuera del fútbol?
R. Toco un poco la guitarra, tengo una eléctrica, una acústica y otra española. Y me encantan Don Quijote de la Mancha y Cien años de soledad. Las he leído en ruso, aunque un chico de la editorial Planeta me regaló el Quijote en castellano.
P. ¿Es bueno en matemáticas?
R. No especialmente. Acabé la carrera de Económicas compaginándola con el fútbol, sin poder ir a la universidad. Mi padre fue deportista aficionado y mi madre economista. Después escribí un trabajo sobre la estructura del Shakhtar. Ahora, todo es nuevo en el club: la ciudad deportiva, el estadio y el presidente, que tiene mucho dinero, bancos, fábricas...
P. ¿Qué es lo que más le disgustó de su estancia en España?
R. No me gustaba que la gente me acosara por la calle; ni tampoco el jamón. Me encantó la ciudad de Barcelona.