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La Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe ha excomulgado a cuatro clérigos que se proclamaron asi mismos obispos y crearon la denominada "Iglesia Ortodoxa Greco-Católica Ucraniana" y llamó a los feligreses a no adherirse tal agrupación. La Santa Sede hizo pública una declaración de la Declaración de la Congregación sobre el estatus canónico de los "sedicentes obispos grecocatólicos de Pidhirci", reverendos Eliáš A. Dohnal OSBM, Markian V. Hitiuk OSBM, Metodej R. Špiřik OSBM, y Robert Oberhauser. El documento vaticano fue firmado el 22 de febrero por el cardenal William Levada y el arzobispo español Luis Ladaria, prefecto y secretario de dicha Congregación, respectivamente. Aquí el texto completo de la declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe: 1) La Santa Sede ha seguido con viva aprensión la actividad puesta en marcha por los reverendos EliášA. Dohnal OSBM, Markian V. Hitiuk OSBM, Metodej R. Špiřik OSBM, y Robert Oberhauser, los cuales, expulsados de la Orden Basiliana de San Josafat, se han sucesivamente autoproclamado obispos de la Iglesia grecocatólica ucrania. Dichos clérigos con su comportamiento contumaz siguen desafiando a la autoridad eclesiástica, dañando moralmente y espiritualmente no sólo a la Orden Basiliana de San Josafat y la Iglesia grecocatólica ucrania, sino también a esta Sede Apostólica y la entera Iglesia católica. Todo esto provoca división y desconcierto entre los fieles. Los citados clérigos, tras dar vida a un grupo de "obispos" de Pidhirci, recientemente han tratado de obtener el reconocimiento y el sucesivo registro, por parte de las competentes autoridades civiles, como "Iglesia Ortodoxa Grecocatólica Ucrania". 2) Exponentes a varios niveles de la Iglesia desde el principio de este sufrido asunto hantratado en vano de disudirles de proseguir en comportamientos que pueden entre otro llevar a engaño a los fieles, cosa que ha sucedido en un número de ellos. 3) La Santa Sede, solícita en proteger la unidad y la paz del rebaño de Cristo, había esperado un arrepentimiento y un sucesivo consecuente retorno de los susodichos clérigos a la plena comunión con la Iglesia católica. Lamentablemente los últimos acontecimientos --como el intento no logrado de registro estatal del grupo de "Pidhirci" con el nombre de "Iglesia Ortodoxa Grecocatólica Ucrania"- han demostrado en cambio su contumacia. 4) Para salvaguardar, por tanto, el bien común de la Iglesia y la "salus animarum", dado que los sedicentes "obispos" de Pidhirci no han dado signo alguno de reconsideración, sino que siguen creando confusión y desorden en la comunidad de los fieles, en particularcalumniando a los exponentes de la Santa Sede y de la Iglesia local y afirmando que la Suprema Autoridad de la Iglesia está en posesión de una documentación que comprobaría la plena validez de su ordenación episcopal, la Congregación para la Doctrina de la Fe acogiendo la petición presentada por parte de la Autoridad eclesiástica de la Iglesia Grecocatólica ucrania, así como otros dicasterios de la Santa Sede, ha decidido con la presente declaración informar a los fieles, especialmente en los países de proveniencia de los clérigos sedicentes "obispos" sobre su actual condición canónica. 5) Esta Congregación, disociándose totalmente de la actuación de los mencionados sedicentes "obispos" y de sus arriba citadas falsas declaraciones, formalmente declara no reconocer la validez de sus ordenaciones episcopales y de todas las ordenaciones que de ellas se han derivado o derivarán. Se hace saber, además, que el estado canónico de los cuatro mencionados sedicentes "obispos" es el de excomulgados según el cánon 1459 § 1 Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium (CCEO), dado que, con la sentencia de segunda instancia del Tribunal Ordinario de la Iglesia Arzobispal Mayor Ucrania de 10 de septiembre de 2008, los mismos han sido reconocidos culpables de los delitos de los cánones 1462, 1447 y 1452 CCEO, es decir de los delitos de usurpación ilegítima del cargo; de fomentada sedición y de odio respecto de algunos jerarcas y de provocación de los susodichos a desobedecer; además del delito de lesión de la buena fama en otras partes mediante declaraciones calumniosas. 6) Se notifica además que la denominación "católica" usada por grupos no reconocidos por la competente autoridad eclesiástica se debe considerar ilegítima y abusiva según el cánon 19 CCEO. 7) Los fieles están, por tanto, obligados a no adherirse al susodicho grupo en cuanto este está, a todo efecto canónico, fuera de la comunión eclesiástica y son invitados a orar por los miembros del mismo grupo para que puedan arrepentirse y volver a la plena comunión con la Iglesia Católica. Desde el Palacio del Santo Oficio, 22 de febrero de 2012 William cardenal Levada, prefecto. + Luis F. Ladaria SJ, arzobispo titular de Thibica, secretario. |
EN IMÁGENES
Una de las recientes acciones reivindicativas de las militantes del grupo feminista ucraniano «Femen» tuvo lugar el pasado 4 de marzo en Moscú, día de las elecciones presidenciales en Rusia. Oksana Shachkó, Anna Deda e Irina Fominá se presentaron en el colegio electoral en donde unos minutos antes había depositado su voto el primer ministro ruso y se desnudaron de cintura para arriba.
A continuación se pusieron a gritar ¡Putin fuera, Putin ladrón! y trataron de arrojar al suelo la urna. Sobre la piel llevaban pintada en negro la inscripción «yo robo para Putin». Las tres fueron sacadas a rastras de allí y conducidas a las dependencias policiales. Shachkó fue condenada a doce días de arresto, Deda a diez y Fominá a cinco. A medida que cumplieron la pena fueron deportadas a Ucrania en el primer vuelo con destino a Kiev. Además no podrán volver a poner el pie en Rusia porque han sido declaradas «persona non grata».
Otras cuatro activistas de «Femen» fueron también expulsadas de Turquía después de que el 8 de marzo, día internacional de la mujer, organizasen una protesta en Estambul, en la catedral de Santa Sofía, contra la violencia de género. Aparecieron con el cuerpo pintado simulando hematomas y quemaduras de ácido.
«Femen» surgió en Ucrania en noviembre de 2009 a raíz de un escándalo sexual que salpicó al rector de la Academia de Transporte Fluvial de Kiev, Vasili Mijáilov. Fue acusado de filmar películas porno con niñas de entre 12 y 16 años. Desde entonces, el número de afiliadas a la organización ha ido creciendo y han organizado piquetes en diversos países del mundo.
Feminismo y derechos fundamentales
El ámbito de sus denuncias no se limita exclusivamente al mal trato y discriminación que sufre la mujer sino a cualquier tipo de violación de derechos fundamentales sin distinción de sexos y a las políticas que puedan poner en peligro el ecosistema.
Alexandra Shevchenko, la líder de «Femen», advierte enseguida que se diferencian de las feministas europeas. «Ellas consideran que en la lucha en contra de la discriminación no es apropiado provocar sexualmente como hacemos nosotras, ya que están en contra del estereotipo de fémina como objeto de placer».
Sin embargo, prosigue Shevchenko, «nosotras creemos que la mujer tiene derecho a emplear todas las armas a su alcance, incluida la fuerza de su atractivo y, por ello, en nuestras acciones tratamos conscientemente de desencadenar erecciones». «Pero nos desnudamos cuando queremos y nos acostamos con quien queremos. Deseamos que así sea para el conjunto de las mujeres y que ninguna sea vea obligada a hacerlo por dinero o coaccionada», concluye.
«Femen» deplora que los prostíbulos de medio mundo estén repletos de chicas ucranianas, que se ven abocadas a ese destino por necesidad económica y por la falta de escrúpulos de una élite política que lo fomenta. Consideran que la Eurocopa 2012 de fútbol, que se celebrará en Polonia y Ucrania este verano, «hará que aumente aún más la prostitución como un acicate turístico más».
Las jóvenes de «Femen» han participado en topless en las recientes movilizaciones de la oposición rusa en contra de Putin. En Italia se manifestaron contra Silvio Berlusconi y en su propio país han protagonizado sentadas también en contra de la energía nuclear, en recuerdo de Chernóbil y Fukushima, y en apoyo de la ex primera ministra, Julia Timoshenko, condenada a siete años de cárcel.