El presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, acudió a la cumbre de la Comunidad Económica Euroasiática, celebrada en Moscú los días 19 y 20 de marzo.
Los expertos aseguran que su visita difícilmente ayudará a solucionar el principal problema que viene obstaculizando las relaciones bilaterales a lo largo de los últimos años. Ucrania no puede ofrecer a Rusia argumentos convincentes para que el consorcio gasístico ruso Gazprom baje los precios del gas para Kiev.
El pasado 16 de marzo el Gobierno de Ucrania sometió a consideración del Parlamento nacional un proyecto de Ley que introduce prohibición directa de la privatización y el alquiler del Sistema de Transporte de Gas (STG) del país, en cuyo control está muy interesado Gazprom.
El problema más delicado de las relaciones ruso-ucranianas
En vísperas de su visita a Moscú el presidente Yanukóvich volvió a formular el principal problema al que se enfrentan las relaciones bilaterales: los actuales precios del gas ruso para Ucrania. Manifestó que Ucrania se ve incapaz de seguir pagando los precios existentes, regulados por el acuerdo de largo plazo firmado en 2009 por Naftogaz, la empresa más importante del país encargada de la extracción, el procesamiento y el transporte del petróleo y gas, y el consorcio ruso Gazprom.
En opinión de las autoridades ucranianas, el precio del gas que equivaldrá en 2012 a 416 dólares por 1.000 metros cúbicos es exageradamente alto. Según señaló Víctor Yanukóvich, el precio justo para Ucrania tendría que ser de 250 dólares por 1.000 metros cúbicos como máximo. Anualmente el país paga por el gas ruso un exceso de 3.800 millones de dólares, añadió.
Rusia se muestra capaz a reconsiderar el precio de gas para Ucrania, pero solo a cambio de que se le conceda el control del Sistema de Transporte de Gas de Ucrania, factor que permitiría a Gazprom eliminar riesgos de tránsito a los consumidores europeos. No obstante, la legislación vigente de Ucrania prohíbe la venta y el alquiler del STG.
Ni vender ni alquilar está permitido
A la consideración del parlamento ucraniano también se sometieron dos proyectos de ley relativos a la reforma del Sistema de Transporte de Gas. El primero, presentado por el Gobierno, además de una reorganización de Naftogaz consistente en la diversificación de las funciones extractiva y de transporte, autorizaba el alquiler del STG.
Esta opción era condición obligatoria para la creación de un consorcio de trasporte de gas entre Rusia y Ucrania.
La idea de la creación de un consorcio de tres miembros (Ucrania, Rusia y la UE) o de dos miembros (Ucrania y Rusia) es promovida por Kiev. Se¬ría necesario para realizar una modernización conjunta del STG, evaluada aproximadamente en entre 5.000 y 7.000 millones de euros. Kiev y Moscú no descartan que el consorcio pueda dedicarse a la administración del Sistema de Transporte de Gas de Ucrania.
El segundo proyecto de ley sometido a la consideración del Parlamento ucraniano fue redactado por el diputado Yuri Karamzín. El documento prohíbe “la enajenación de los principales activos y acciones de las empresas estatales que estén relacionadas con el transporte de gas por vía de gasoductos de transporte o de distribución, con su almacenamiento en depósitos subterráneos”.
“Queda prohibida su cesión, alquiler, arrendamiento con opción a compra, hipoteca, administración, su aporte al capital estatutario de otras personas jurídicas (…) que pudiera acarrear la enajenación de los principales activos y acciones de la empresa nacional Naftogaz, de sus filiales y de las empresas por ella fundadas”.
La implacable oposición
El proyecto de ley presentado por el Gobierno finalmente no fue considerado por el Parlamento, dado que la oposición bloqueó en dos ocasiones su toma en consideración. Como resultado, el 16 de marzo el Gobierno aceptó considerar el proyecto de Ley sobre la reforma del Sistema de Transporte de Gas redactado por la oposición.
El Gobierno esperaba que la valoración de este segundo proyecto de Ley no encontrara impedimentos por parte de la oposición, explicó a RIA Novosti el director del Instituto de Estudios Estratégicos (Kiev), Dimitri Marúnich. No obstante, los representantes de la oposición volvieron a negarse a considerarlo.
La oposición teme enmiendas que permitan ceder los gasoductos en arrendamiento sin plazo fijo, opción prevista por el proyecto de ley formulado por el Gobierno. En opinión de los diputados, indica Marúnich, este tipo de arrendamiento equivale a la venta, y la oposición insiste en que la venta del STG es una amenaza directa a la seguridad nacional.
De modo que el 16 de marzo, los diputados por la oposición volvieron a impedir la consideración del proyecto de Ley sobre la reforma del STG, esta vez en la versión de Yuri Karamzín. Después de la reglamentaria pausa las labores del Parlamento no volvieron a reanudarse.
“Se impidió por tercera vez la consideración del proyecto de ley y no cabe duda de que habrá también una cuarta vez, dado que el Gobierno no renunciará a promover este documento”, emite su pronóstico Dmitri Marúnich.
Ceder a la oposición equivaldrá a condenar el STG
Si se llega a aprobar el proyecto de ley redactado por la oposición, Ucrania de hecho renunciará a la modernización de su Sistema de Transporte de Gas: ni Rusia ni la Unión Europea querrán invertir fondos si no participan en su administración.
En este caso las autoridades ucranianas tampoco podrán contar con la revisión de los precios del gas ruso y se verán obligadas a seguir comprándolo al precio establecido por el Acuerdo de 2009.
Además, con el paso del tiempo Ucrania perderá su estatus del principal país de tránsito del gas ruso a Europa: en noviembre del año pasado se puso en funcionamiento el primer tramo del gasoducto Nord Stream de importancia estratégica para Rusia, por poder suministrar gas ruso a Alemania. En octubre de 2012 está prevista la puesta de marcha del segundo tramo.
En 2012, Gazprom tiene planeado tomar la decisión definitiva sobre las inversiones en la construcción del gasoducto South Stream que permitirá realizar suministros directos de petróleo a Europa del Sur.
Si la realización del proyecto South Stream llega a iniciarse, Ucrania perderá toda su importancia para las exportaciones del gas ruso, manifestó en pasado febrero el portavoz de Gazprom, Serguei Kupriyánov.
Callejón sin salida
La situación con el Sistema de Transporte de Gas de Ucrania no parece tener salida, opina el experto del Fondo de Inversiones Kapital Vitali Kriúkov. Si no se puede vender ni alquilar el STG, Ucrania no tendrá qué ofrecer a Rusia en las negociaciones del precio del gas, precisó.
“En un momento determinado Ucrania podría perder una parte considerable de los beneficios por el tránsito del gas ruso, y sin concesiones por parte de Kíev difícilmente las habrá por parte de Moscú”, concluye.
Dmitri Marúnich, por su parte asegura que a pesar de todos los contratiempos la reforma del Sistema de Transporte de Gas de Ucrania llegará a producirse. “Recientemente el presidente Yanukóvich volvió a decretar que la reorganización de Naftogaz se lleve a cabo hasta mayo”, apuntó.
Las autoridades ucranianas no tienen otra opción ni disponen de recursos para poder mantener el STG, explicó el experto ucraniano, de modo que habrán de llegar a una fórmula de compromiso con Gazprom y venderle parte del Sistema de Transporte de Gas o buscar otro comprador.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI