domingo, 11 de enero de 2009

Rusia y Ucrania siguen sin resolver varios detalles técnicos

Rusia y Ucrania no consiguen coordinar varios detalles técnicos en el protocolo sobre le mecanismo de control del tránsito de gas ruso pro territorio ucraniano, dijo hoy el primer ministro checo, Mirek Topolanek.


'Varios detalles siguen sin ser resueltos', indicó Topolanek, que interviene en la crisis del gas entre Rusia y Ucrania en calidad de representante del país que ostenta la presidencia de la Unión Europea.

Por eso, la Unión Europea propuso a ambos países firmar la versión de compromiso.

'No podemos permitir que sea destruido el sistema de toda Europa', dijo Topolanek durante la reunión con la primera ministra ucraniana, Yulia Timoshenko.

La jefa del Gobierno de Ucrania reiteró al disposición de garantizar el tránsito del gas ruso.

'Si el gas se suministra al sistema (de tuberías), nosotros lo transportaremos sin problemas', aseveró.

El pasado 3 de enero Rusia acusó a Ucrania de 'robar' el gas destinado a Europa y cortó el suministro de combustible.

Europa necesita una sola voz

Débil, dividida, incoherente, hipócrita e irritante: así se oye calificar en privado a la UE en Pekín y Washington. Y los hechos de la primera semana de 2009 indican que nuestros críticos tienen toda la razón.

      La noticia en otros webs

      Incoherente, hipócrita e irritante: así se oye calificar en privado a la UE en Pekín y Washington

      Sarkozy tiene la sensación de que ni Europa ni el mundo pueden vivir sin él: 'L'Europe c'est moi'

      Fíjense en qué lío estamos. Europa afronta dos graves crisis que ponen en peligro nuestros intereses y nuestros valores. La guerra de Gaza es una negación de todos los principios que Europa asegura representar. Afecta directamente a nuestros intereses, entre otras cosas porque la última oleada de sufrimiento palestino (a la que contribuye la propia dirección palestina, dividida e irresponsable) exacerbará aún más la ira de los musulmanes que viven en Europa. En cuanto a la disputa entre Rusia y Ucrania por el gas, ya ha hecho que los ancianos de varios Estados miembros de la Unión Europea estén pasando frío en sus viviendas por falta de calefacción. Si evitar que nuestra gente muera de frío no es un interés vital, que me lo expliquen. Además de que esta situación es también una burla de los ideales europeos de resolución de conflictos mediante negociaciones pacíficas y bajo el imperio de la ley.

      ¿Y cómo reacciona Europa? Para nuestro gran ridículo, en Oriente Próximo ha estado representada no por una sino por dos misiones separadas: una oficial de la UE, encabezada por el ministro checo de Exteriores -dado que la República Checa acaba de tomar el relevo de Francia en la presidencia de la UE, todavía bajo el régimen de rotación cada seis meses-, y otra formada por el rey emperador Nicolas Sarkozy, que claramente ha disfrutado tanto siendo presidente europeo durante los seis últimos meses que tiene la impresión de que ni Europa ni el mundo pueden vivir sin él. Para adaptar la frase de Luis XIV, "L'Europe, c'est moi".

      En un momento en el que Estados Unidos está suspendido entre un presidente saliente que no está dispuesto a hacer nada para detener la matanza y un presidente entrante que siente que no puede actuar aún, Europa tiene la oportunidad de demostrar qué puede hacer. Y aquí está: débil, dividida y tan irritante, pomposa y llena de autobombo como a principios de los noventa, cuando el ministro de Exteriores de Luxemburgo llegó a una Yugoslavia en plena desintegración y proclamó: "Ha llegado la hora de Europa". Como los Borbones, la Unión Europea parece no haber olvidado nada y no haber aprendido nada. La exigencia de alto el fuego inmediato de la UE se ha visto acogida con el rechazo. A Sarkozy hay que reconocerle que, por lo menos, ha trabajado urgentemente con el Estado limítrofe con el sur de Gaza, Egipto, para elaborar un plan concreto. No obstante, en el caso de que Israel acepte una versión del plan egipcio, lo hará por sus propios motivos operativos y de política interna y porque Washington ejerza presiones reales.

      ¡Ach Europa!, suspiraba el escritor alemán Hans Magnus Enzensberger hace unos 20 años, con afecto y exasperación. ¡Ach Europa!, grito yo en 2009, con más indignación que tristeza. Aunque el sufrimiento humano causado por la disputa del gas entre Rusia y Ucrania es menos grave que el de Gaza, el fracaso europeo en este caso es todavía más imperdonable. Europa, por más poder económico que tenga, no puede impedir la tragedia de Gaza sin la ayuda de Estados Unidos. En el caso del gas ruso, la situación es distinta. Si hubiéramos hecho lo que llevan pidiendo los expertos desde la última obstrucción del gasoducto ruso y hubiéramos empezado a crear un mercado único europeo de gas natural, si los 27 Estados miembros de la UE tuvieran siempre una misma postura frente a Rusia y Ucrania, nunca habríamos llegado a encontrarnos en esta miserable circunstancia. Ahora, cuando oigo a las autoridades de la Comisión Europea sacando pecho y protestando -esto es "inaceptable", dicen, "Rusia debe..."-, no sólo doy por descontada la reacción de desprecio de Gazprom y Vladimir Putin, sino que, en mi fuero interno, casi la comparto.

      ¿Por qué los europeos no podemos hacer las cosas como es debido en nuestras relaciones con el resto del mundo? En nuestro continente hemos hecho grandes cosas: hemos completado casi del todo la ampliación más ambiciosa en la historia de la Unión y acabamos de celebrar el décimo aniversario del euro. En política exterior hemos avanzado poco desde hace un decenio. Y el tiempo no está de nuestra parte. A medida que ascienden potencias como China e India, el poder relativo de Europa disminuye de forma inevitable, así que unir nuestros recursos no es, en cierto modo, más que la única forma de mantenernos a su altura. El calentamiento global y la proliferación nuclear no van a esperar a que acabemos nuestros interminables debates internos.

      Hay dos elementos clave para que hagamos las cosas bien: el institucional y el político. En los últimos 10 años hemos prestado demasiada atención al institucional y demasiado poca al político. Las instituciones son importantes. Con todos sus defectos, Sarkozy ha demostrado, en el último semestre, el efecto que puede tener un presidente enérgico y seguro de sí mismo en representación de Europa. Sería todavía mejor contar con un presidente y un alto representante nombrados para un periodo más largo, tal como se prevé en el Tratado de Lisboa. Y, aunque sea menos visible, también ayudaría disponer de un solo "servicio de acción exterior" formado por funcionarios y diplomáticos que se encarguen de identificar sistemáticamente los intereses, valores e instrumentos europeos en todas las grandes cuestiones internacionales (Israel-Palestina, gas ruso, lo que sea).

      Por eso, algunos dicen que estos hechos demuestran que verdaderamente necesitamos el Tratado de Lisboa y, por consiguiente, los irlandeses deben celebrar un segundo referéndum que produzca la respuesta adecuada. Me parece una postura antidemocrática en los principios y con pocas posibilidades de triunfar en la práctica. Si fuera irlandés, esa actitud me parecería intimidatoria y paternalista y, por tanto, me sentiría más inclinado a decir "no". Lo que deberíamos hacer es reflexionar sobre qué cambios institucionales son necesarios para contar con una política exterior más eficaz y cómo es posible ponerlos en marcha o añadirlos a los tratados que componen la constitución de la UE.

      Las instituciones, en definitiva, no son más que instrumentos. Cuando existe voluntad política, hay una vía institucional. Cuando no existe voluntad política, los mejores ordenamientos institucionales del mundo no sirven para nada. A estas alturas es habitual que los grandes estadistas retirados -un recurso del que nuestro continente está más que dotado- se dediquen a lamentar la falta de "liderazgo" en la Europa de hoy (se da por sobrentendido que la situación era mucho mejor en sus tiempos). Francamente, no me parece que nuestros dirigentes actuales sean tan malos. Es verdad que todos quieren pavonearse y destacar en el escenario mundial; ¿qué político no quiere? El problema de fondo no está en estas estrellas políticas, sino en nosotros. Es culpa nuestra, porque premiamos su vanidad.

      Mientras nosotros, los ciudadanos de los países de la Unión Europea, no nos despertemos y exijamos a nuestros dirigentes que se aclaren las ideas, en interés de todos y cada uno de nosotros, no tendrán ningún incentivo político para hacerlo. Puede que intelectualmente acepten (o no, en el caso de los conservadores británicos) los argumentos a largo plazo en favor de una Europa con una voz más fuerte y coherente en el mundo, pero, mientras ocupen cargos electos, ese análisis no significará nada frente a las posibles ventajas políticas a corto plazo.

      Somos nosotros, los ciudadanos de Europa, los que debemos alterar ese cálculo de las ventajas. Eso significa abrir también nosotros los ojos al peligroso mundo en el que vivimos: un mundo en el que ahora afrontamos una larga lucha para conservar el modo de vida relativamente próspero, libre y civilizado que hemos construido durante los últimos 50 años. Hasta que los europeos no reunamos esas fuerzas, nuestros "amigos" norteamericanos, chinos y rusos tendrán verdaderos motivos para despreciarnos.

      Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

      Putin sugiere a europeos demandar a Ucrania en conflicto

      Moscú, 10 ene (PL) El primer ministro ruso, Vladimir Putin, sugirió hoy a los países europeos demandar a Ucrania ante un tribunal por las serias afectaciones ocasionadas a la transportación del gas al continente.

      La llamada “guerra del gas” entre Rusia y Ucrania se reeditó el 1 de enero con la suspensión de los suministros a ese país ante la ausencia de un contrato para 2009. Una anterior ocurrió en 2006.

      El conflicto cobró carácter regional unos días después que Kiev bloqueó el paso del carburante hacia Europa central, occidental y los Balcanes a través del Sistema de Transportación de Gas, controlado por ese país, tras la desintegración de la Unión Soviética.

      Putin recomendó a los estados afectados, según dijo, por la actitud de Ucrania, proceder conforme a la Carta Energética europea, la cual incluso suscribió y ratificó la ex república soviética.

      Los países europeos damnificados por la parte ucraniana tienen derecho en virtud del artículo 27 (de la Carta Energética) a exigir la creación de un tribunal especial. “Les recomiendo que utilicen ese derecho”, precisó en rueda de prensa este sábado.

      Tras reunirse con su homólogo checo, Mirek Topolanek, quien preside la Unión Europea este semestre, Putin dijo confiar en que Ucrania cumplirá sus compromisos en cuanto al protocolo para establecer un control internacional sobre la transportación de gas.

      Incluyó, asimismo, las obligaciones contraídas por Kiev en el contrato vigente con el consorcio Gazprom para la circulación del gas ruso hacia Europa, el cual fue firmado en 2006, luego de la primera “guerra gasífera” entre los dos países.

      Entre los estados europeos afectados figuran Austria, Bulgaria, Bosnia, Serbia, Eslovenia, Eslovaquia, Grecia, Croacia, Hungría, Rumania, Macedonia, Polonia, República Checa y Turquía.

      En menor medida dependen de los suministros rusos Alemania, Francia e Italia.

      Tras el desmoronamiento de la Unión Soviética a inicios de la década de los años 90, Rusia continuó el flujo de carburante a repúblicas vecinas y hacia Europa del este, diversificando sus ventas en otras direcciones.

      Con el monopolio de la exportación, el consorcio Gazprom (51 por ciento de las acciones en poder del Estado ruso), garantiza un 25 por ciento de gas a Europa, cuyo bombeo se realiza en un 80 por ciento a través del sistema de tuberías controlado por Ucrania.

      El otro segmento restante del fluido transita por Belarús y por el gasoducto más profundo del mundo en dirección a Turquía, Torrente Azul (Blue Stream).

      Bulgaria y Macedonia son los países más afectados por la interrupción de los suministros debido a que carecen de acceso a gasoductos alternativos.

      Según el primer ministro ruso, nunca la Unión Soviética, y ahora Rusia como heredera del sistema energético, permitieron cortes en la entrega del carburante azul.

      Los conflictos surgieron con la aparición de países de “tránsito”, algunos de los cuales comenzaron a reclamar sus derechos, no siempre de un modo correcto y civilizado, apostilló Putin.

      Fracasan las negociaciones sobre el suministro de gas ruso a Ucrania

      Las negociaciones sobre el suministro de gas ruso a Ucrania, suspendido desde el pasado 1 de enero, fracasaron, informó hoy Oleg Dubina, presidente de la compañía gasística Naftogaz Ucrania.

      EFE "Las negociaciones que durante tres días hemos mantenido con Gazprom (el consorcio gasístico ruso) lamentablemente han terminado sin resultado alguno. A Ucrania le proponen comprar a 450 dólares el metro cúbico de gas, precio que prácticamente no existe en Europa", dijo Dubina a su llegada desde Moscú al aeropuerto de Boríspil, Kiev. 

      El presidente de Naftogaz Ucrania añadió que, a su juicio, "las negociaciones deberán continuar a otro nivel", en alusión a los jefes de Gobierno o Estado. 

      Mientras, a Kiev llegó también de Moscú el primer ministro checo, Mirek Topolanek, quien ejerce la presidencia de turno de la Unión Europea y mantiene las negociaciones para desbloquear el tránsito hacia Europa del gas ruso por territorio de Ucrania. 

      En el aeropuerto fue recibido por su colega ucraniana, Yulia Timoshenko, y la comitiva se dirigió a la sede del Consejo de Ministros. 

      Topolanek se reunió en Moscú con el primer ministro ruso, Vladímir Putin, y como resultado de las negociaciones fue firmado el protocolo que ahora espera ser signado por Ucrania. 

      Se espera que hoy mismo Timoshenko firme el protocolo sobre la Comisión de Control del tránsito de gas ruso por Ucrania, que Moscú exige como condición para reanudar el suministro hacia Europa.

      Petróleo cae por preocupación sobre la demanda

      Nóminas empleo en EEUU bajaron en 524.000 en diciembre

      * Arabia Saudita profundiza recorte suministro en febrero

      (Actualiza precio de cierre y agrega NUEVA YORK a procedencia)

      Por Christopher Johnson

      LONDRES/NUEVA YORK, ene 9 (Reuters) - Los precios del petróleo cayeron un 2 por ciento el viernes, debido a que un gran aumento del desempleo en Estados Unidos intensificó el pesimismo sobre la perspectiva de la economía del mayor consumidor mundial de crudo.

      Los empleadores estadounidenses recortaron las nóminas en 524.000 empleos en diciembre, llevando la tasa nacional de desempleo a su nivel más alto en casi 16 años, mostró un informe del Gobierno el viernes, lo que sugería que la recesión se estaba agudizando.

      La tasa de desempleo en Estados Unidos subió a un 7,2 por ciento en diciembre, su nivel más alto desde enero de 1993. Analistas encuestados por Reuters habían pronosticado una reducción de 550.000 empleos en el último mes del 2008.

      El crudo estadounidense para entrega en febrero bajó 87 centavos de dólar a 40,83 dólares el barril, tras cotizar entre 39,38 dólares y 42,7 dólares.

      El crudo Brent en Londres subía 0,27 por ciento a 44,79 dólares.

      "En el corto plazo, el petróleo se mantendrá dentro de un rango bastante estrecho entre 40 y 45 dólares. No veo 50 dólares en el futuro cercano", dijo Frank Schallenberger, jefe de investigación de materias primas del Landesbank en Stuttgart, Alemania.

      El mercado parecía estar ignorando casi por completo la evidencia de que los productores de crudo están recortando la producción en un intento por brindar soporte a los precios.

      El mayor exportador mundial de crudo, Arabia Saudita, es el último país de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que mostró que está recortando el suministro en línea con lo acordado por el grupo en diciembre.

      Previamente esta semana, Kuwait e Irán también informaron a clientes de mayores recortes en el suministro este mes, luego que el grupo acordó la mayor rebaja en la producción de su historia el mes pasado para intentar frenar la caída de los precios.

      Uno de los motivos que provocaron el reciente avance en los precios del crudo desde comienzos de año parecía estar desapareciendo, luego de que Rusia alcanzó un acuerdo con supervisores de la Unión Europea para asegurar el tranquilo flujo de gas a través de Ucrania.

      La amenaza de mayores interrupciones en el suministro a Europa por la disputa de gas entre Rusia y Ucrania, como también la invasión de Israel a la Franja de Gaza, apuntaló al petróleo a un máximo de un mes de 50,47 dólares el martes.

      El petróleo ha caído más de 100 dólares desde un máximo histórico de más de 147 dólares en julio, ya que la desaceleración económica mundial ha debilitado la demanda por combustibles. El 19 de diciembre cerró a 33,87 dólares, su nivel más bajo desde el 10 de febrero del 2004.

      Rusia y la UE firman un acuerdo para reanudar el suministro, y sólo faltaría la ratificación ucraniana

      El Gobierno ruso y la Unión Europea han firmado hoy el acuerdo en virtud del cual se reanudaría el suministro de gas desde Rusia al este de Europa a través de Ucrania, que será supervisado por observadores internacionales, aunque el texto queda pendiente de ratificación por parte del Gobierno de Kiev.
      El documento ha sido firmado por el viceprimer ministro ruso, Igor Sechin, y oficiales de la Unión Europea, tras el encuentro mantenido esta mañana por el primer ministro ruso, Vladimir Putin, y su homólogo checo y presidente de turno de la UE, Mirek Topolanek.
      Este último viaja a Ucrania para conseguir el apoyo de la primera ministra de ese país, Yulia Timoshenko, aunque no es tan fácil porque el presidente ucraniano Viktor Yuschenko no parece ser tan partidario, y muchos locales ven en la presencia de observadores en el territorio el primer paso para que la gasística rusa Gazprom controle totalmente el gas de Ucrania.
      "Firmemos, vayamos inmediatamente a Kiev, pidamos a Ucrania que haga lo mismo, y terminemos con esta crisis", ha declarado Topolanek durante la ceremonia de la firma, aunque Putin no lo veía tan fácil pese a señalar ayer que en cuanto llegasen los observadoresse reanudaría el suministro gasístico.
      Topolanek confirmó ayer que había alcanzado un acuerdo "verbal" con la parte ucraniana y que obtuvo de Rusia una "concesión similar" para poner fin a una de las interrupciones del suministro de gas más importantes de los últimos años, que ha desembocado en el cierre temporal de muchas fábricas en el este de Europa y una escalada de tensión entre Kiev y Moscú.
      El acuerdo contempla la llegada de supervisores a la ruta de suministro de gas a través de Ucrania para asegurar a Moscú que parte del contenido no se desvía ilegalmente, tal y como han denunciado las autoridades rusas, una acusación que el Gobierno ucraniano ha rechazado tajantemente.
      'Futuros' observadores, pero ya en activo
      La compañía energética rusa Gazprom instaba ayer al presidente de Ucrania, Viktor Yuschenko, a firmar el acuerdo ya que "hasta que el protocolo no esté firmado por ambas partes, los especialistas que lleguen no podrán obtener el estatus de observadores".
      Desde Kiev, donde se reunió ayer con las autoridades ucranianas, Topolanek explicó que "quedan algunos detalles técnicos por limar de forma que se aclaren las últimas dudas y se sustituya una crisis de confianza por una confianza en que el gas que los rusos quieren enviar y para el que Ucrania quiere servir de tránsito llegue a su destino".
      Entretanto, los observadores europeos desplazados a Kiev "ya han comenzado sus trabajo en la estación de entrada de Ukrtransgas en Kiev", según informó la Comisión Europea. "El equipo de observadores de la UE será capaz de verificar, con independencia, los datos sobre el volumen de los suministros de gas a Ucrania" procedentes de Rusia y "compararlos con los datos de volúmenes de gas que alcanzarán a los consumidores de la UE", explicó Bruselas.
      La misión de observadores europeos estará compuesta por 22 efectivos: 18 expertos de Energía, incluidos representantes de la industria europea, y cuatro funcionarios del Ejecutivo comunitario, a los que se prevé se sumen observadores rusos y ucranianos una vez se cierre el acuerdo.

      sábado, 10 de enero de 2009

      Ucrania enviará gas natural de sus propias reservas a Bulgaria y Moldavia

      Bruselas, 10 ene (EFE).- Ucrania ha anunciado que a partir de hoy enviará a Bulgaria y Moldavia dos millones de litros cúbicos de gas natural al día de sus propias reservas, con el fin de paliar "la grave situación que sufren tras el corte de suministro ruso", según un comunicado la misión ucraniana ante la Unión Europea.

      El presidente de Ucrania, Viktor Yuschenko, ha informado por carta a sus homólogos búlgaro y moldavo de dicha decisión, en la que también dice considerar "las amistosas relaciones" entre sus naciones.

      Yushchenko propone liquidar el pago de esta operación una vez que el gas natural ruso vuelva a fluir hacia Europa.

      Bulgaria y Moldavia son dos de los países más afectados por el corte de gas que ha seguido a la nueva disputa comercial entre la gasista rusa Gazprom y las autoridades ucranianas sobre el precio del combustible que transita por ese territorio hacia Europa.

      Hoy el primer ministro checo, Mirek Topolanek, informó del logro de un "acuerdo verbal" con Ucrania para el despliegue de observadores rusos y europeos en territorio de ese país para controlar el tránsito de gas, condición puesta por Moscú para volver al suministro normal.

      La UE busca en Rusia asegurar un acuerdo sobre el gas

      La Unión Europea está desplegando toda su diplomacia en la reunión que mantiene hoy con el primer ministro ruso, Vladímir Putin, para solventar los últimos detalles de un acuerdo que permitirá la reanudación del suministro de gas a una fría Europa a través de Ucrania. El primer ministro checo y representante de la Presidencia de la UE, Mirek Topolanek ha dicho que está dispuesto a quedarse en la región el tiempo que sea necesario para asegurar el restablecimiento del bombeo.

      Topolanek y Putin, que han comenzado el encuentro a las 10.00 horas de la mañana de hoy -hora española- confirmó ayer que había alcanzado un acuerdo con la parte ucraniana y que obtuvo de Rusia una "concesión similar" para poner fin a una de las interrupciones del suministro de gas más importantes de los últimos años, que ha desembocado en el cierre temporal de muchas fábricas en el este de Europa y una escalada de tensión entre Kiev y Moscú.

      El acuerdo contempla la llegada de supervisores a la ruta de suministro de gas a través de Ucrania para asegurar a Moscú que parte del contenido no se desvía ilegalmente, tal y como han denunciado las autoridades rusas, una acusación que el Gobierno ucranio ha rechazado tajantemente.

      Ayer, la compañía rusa Gazprom instaba al presidente de Ucrania, Víctor Yuschenko, a firmar el acuerdo ya que "hasta que el protocolo no esté firmado por ambas partes, los especialistas que lleguen no podrán obtener el estatus de observadores". Desde Kiev, donde se reunió ayer con las autoridades ucranias, Topolanek explicó que "quedan algunos detalles técnicos por limar de forma que se aclaren las últimas dudas y se sustituya una crisis de confianza por una confianza en que el gas que los rusos quieren enviar y para el que Ucrania quiere servir de tránsito llegue a su destino".

      Entretanto, los observadores europeos desplazados a Kiev "ya han comenzado sus trabajo en la estación de entrada de Ukrtransgas en Kiev", según informó la Comisión Europea. "El equipo de observadores de la UE será capaz de verificar, con independencia, los datos sobre el volumen de los suministros de gas a Ucrania" procedentes de Rusia y "compararlos con los datos de volúmenes de gas que alcanzarán a los consumidores de la UE", explicó Bruselas.

      La misión de observadores europeos estará compuesta por 22 efectivos: 18 expertos de Energía, incluidos representantes de la industria europea, y cuatro funcionarios del Ejecutivo comunitario, a los que se prevé se sumen observadores rusos y ucranios una vez se cierre el acuerdo.

      La UE obtiene un cuarto de sus suministros de gas de Rusia, de los que 80% pasa a través de Ucrania. Hasta ahora, la disputa ha interrumpido el suministro hacia 18 países.

      El primer ministro checo informa de un acuerdo verbal con Ucrania para el despliegue de observadores rusos

      oscú. (EFE).- El primer ministro checo, Mirek Topolanek, informó hoy del logro de un "acuerdo verbal" con Ucrania para el despliegue de observadores rusos y europeos en territorio de ese país para controlar el tránsito de gas ruso hacia Europa.

      "Tenemos un acuerdo verbal sobre despliegue de la comisión de seguimiento en las estaciones de entrada y salida del gas, tanto en territorio de Ucrania como de Rusia", dijo Topolanek al inicio de una reunión con su colega ruso, Vladímir Putin. 

      El jefe del Gobierno checo, quien ejerce la presidencia de turno de la Unión Europea y llegó a Moscú tras mantener negociaciones en Ucrania, indicó que también hay acuerdo sobre la presencia de expertos rusos en territorio de Ucrania y ucranianos en territorio de Rusia. 

      Topolanek propuso a Rusia iniciar el despliegue de los grupos de seguimiento e indicó que los expertos "ya están tanto en Moscú como en Kiev". "Tenemos listos cuatro acuerdos y le he traído el quinto", remarcó. 

      Putin, por su parte, expresó la seguridad de que la mediación de la Unión Europea permitirá resolver la crisis del gas con Ucrania. "El hecho de que hayan conseguido reaccionar con tanta rapidez infunde confianza de que lograremos alcanzar los acuerdos necesarios", señaló Putin al recibir al alto representante europeo en su residencia de Novo-Ogariovo, situada en las afueras de Moscú. 

      Para reanudar los suministros a los países europeos a través de Ucrania, suspendidos totalmente desde el pasado miércoles, Moscú exige la firma del protocolo sobre el sistema de control y el despliegue de observadores rusos y europeos en los puntos de entrada y salida, así como en los depósitos del gas en territorio de Ucrania. 

      Las autoridades rusas han denunciado que se vieron obligadas a cortar el bombeo de gas para los consumidores europeos a través de Ucrania debido al creciente robo del carburante en el vecino país. 

      Ucrania promete a Bulgaria suministros de gas de sus reservas 
      Ucrania ha prometido suministrar entre 1,5 y 2,5 millones de metros cúbicos diarios de gas de sus propias reservas a Bulgaria, que sufre el quinto día consecutivo del corte total del flujo de ese combustible desde Rusia. 

      Según informaron a Efe fuentes de la Presidencia en Sofía, la promesa fue expresada por el presidente de Ucrania, Victor Yúschenko, a su homólogo búlgaro, Gueorgui Parvanov, en una conversación telefónica. 

      Durante la misma, Yúschenko informó de que había ordenado a la empresa estatal Naftogas a establecer contacto con la compañía búlgara, Bulgargaz, para aclarar los parámetros técnicos del suministro. 

      Ambos mandatarios acordaron realizar todos los esfuerzos necesarios para asegurar el tránsito de gas entre Ucrania y Bulgaria, señalaron las fuentes, sin revelar en qué momento se iniciarán estas entregas. 

      El país balcánico, que cubre más del 90 por ciento de sus necesidades energéticas con las imortaciones de gas ruso a través de Ucrania, es el país más vulnerable de los más de 16 Estados europeos afectados por la interrupción de los suministros rusos a raíz de la disputa por las tarifas que mantienen Moscú y Kiev. 

      La guerra del gas congela Europa

      Cientos de miles de ciudadanos del este de Europa viven, sin calefacción, una de las peores olas de frío polar que se recuerdan, con temperaturas de 15 grados bajo cero. "La situación es desesperada", explicaba ayer Elena Carnu, portavoz de la central térmica de Bacau, ciudad situada en el noreste de Rumania, uno de los 18 países europeos afectados por la guerra del gas que enfrenta a Rusia y Ucrania, que ha dejado sin este combustible a gran parte de la zona por tercer día consecutivo. La actividad de parte de la industria de la región, como Eslovaquia y Hungría, está paralizada.

      "La situación es desesperada", según la portavoz de una central en Rumania

      "En clase hemos estado a 15 grados bajo cero", afirma una profesora

      Sin agua caliente ni calefacción, miles de búlgaros, bosnios y serbios combaten el frío como pueden. En Sofía, por ejemplo, los ciudadanos quemaban ayer madera en la calle para poder calentar sus hogares. En Rumania, el ministro de Economía, Adriean Videanu, ha decretado la situación de emergencia energética al constatar que Rusia cortaba por completo el grifo de gas: "Se dispone de autonomía de entre unos 60 y 80 días si las temperaturas no siguen en 15 grados bajo cero".

      La escasez afecta de forma importante a una docena de países, especialmente a Bulgaria, Serbia, Bosnia, Macedonia y Eslovaquia, que no reciben gas ruso a través de Ucrania desde hace tres días, pero que tampoco tienen otras vías alternativas para compensar esta escasez. Más recursos tienen los otros seis países afectados, como Alemania o Polonia, que reciben más gas a través de Bielorrusia o tienen un mejor acceso a otras opciones, como el carbón.

      Pero para los países de los Balcanes y algunos del centro de Europa, la guerra del gas está teniendo efectos demoledores. "Los efectos ya se sienten. Hay racionamiento de energía para ahorrar; hace más frío en las escuelas, parvularios y otras instituciones. Se han reducido las horas de clases por el insoportable frío en Deva", explica Cristina Baumana, profesora del instituto Traian de esta localidad de 80.000 habitantes, situada en el oeste de Rumania. "En clase, mis estudiantes aguantaron durante una hora temperaturas de 15 grados bajo cero por la baja presión de gas", cuenta.

      Las gélidas temperaturas están haciendo estragos. En Bucarest, más de 400 bloques estuvieron sin calefacción durante horas por averías de las envejecidas tuberías. "Ya estamos acostumbrados a que se rompan cada cierto tiempo los conductos del gas", se lamentaba Silvia Traistaru, una joven artista que vive en una de esas edificaciones comunistas. En Bacau (180.000 habitantes), unos 100.000 hogares se han quedado sin calefacción ni agua caliente. "No creemos que los problemas se solucionen antes de dos días", declaraba la portavoz de la central térmica de Bacau.

      La crisis salpica desde Alemania, la primera economía de la zona euro, hasta la ex república soviética de Moldavia, donde quedan reservas de gas para menos de un día y combustible para unos diez días.

      En Bulgaria, se inició el pasado jueves el racionamiento del consumo de gas. Se tuvo que cerrar para todos los consumidores, a excepción de las sociedades distribuidoras y los suministradores de energía térmica destinada a hospitales y hogares. Sin embargo, se bombeaba gas también a las empresas que no pueden parar su proceso tecnológico al no tener posibilidades de utilizar combustibles alternativos.

      La situación que se vive es crítica: 64 escuelas permanecían ayer cerradas por la imposibilidad de garantizar la temperatura mínima para los alumnos, y más de 45.000 personas se hallan sin calefacción en sus casas. Los que peor están sufriendo las consecuencias del corte de gas son los jubilados, que soportan en sus viviendas temperaturas de 10 grados bajo cero.

      La industria se está viendo muy afectada, en un momento de crisis económica como el actual. En Eslovaquia, las firmas automovilísticas Peugeot Citroën y Kia Motors han parado su actividad por falta de energía. "No tenemos otra solución que cerrar la producción", explicó Peter Svec, portavoz de Peugeot. El principal fabricante de automóviles del país, Volkswagen, todavía no ha reanudado su actividad debido a las vacaciones.

      En Hungría, que importa de Rusia la totalidad del gas que consume, el productor de automóviles Suzuki, una de las empresas más importantes establecidas en el país, anunció su cierre hasta que se restituya la situación. Viktoria Ruska, representante de la compañía, manifestó su esperanza de que se vuelva a abrir el lunes. Mientras, los centros comerciales del país ordenaban que se redujera de 26 a 20 grados la calefacción.

      También hay fábricas que han cerrado en Bulgaria, como la metalúrgica Promet de Burgas y la de cristal Kitka y se prevé que hagan lo mismo otras empresas del sector químico y farmacéutico. Bulgaria, que depende en un 92% del gas ruso, reinició ayer la actividad de un reactor de la central nuclear de Bobov Dol para hacer frente a la insuficiencia energética. Asimismo, el presidente búlgaro, Georgi Parvanov, manifestó su intención de reactivar el tercer reactor de la central nuclear de Kozloduy, que fue cerrada a petición de la UE, para resistir los efectos de la guerra del gas entre Rusia y Ucrania.

      Los principales afectados están siendo los grandes consumidores industriales, según indicó ayer Francisc Toth, director del principal productor de gas de Rumania, Romgaz. Incluso en este país, que produce un 70% del gas que consume, la guerra entre Moscú y Kiev está teniendo graves consecuencias. Una firma de metalurgia y una empresa química han dejado de funcionar.

      En Bosnia, donde un tercio de la población de Sarajevo se ha quedado sin calefacción, también han decretado restricciones. La empresa siderúrgica Arcelor Mittal ha cerrado su planta por unos días, al igual que el productor de componentes de automóviles Famos en Macedonia, que ha enviado a más de un millar de personas al paro técnico.

      Serbia, por su parte, está orientando la totalidad de su producción local de un millón de metros cúbicos de gas natural hacia los "consumidores prioritarios", según ha explicado Dusan Bajatovic, director de la empresa pública serbia para la distribución de gas natural Srbijagas. Pero, a pesar de este esfuerzo, más de cien mil personas carecen de calefacción y agua caliente.

      Mientras tanto, en Ucrania, la ola de frío se ha cobrado la vida de al menos cinco personas en la región de Herson, en el sur de país. Una de ellas pereció en su casa sin calefacción y los otros cuerpos fueron hallados a la intemperie.

      Guerra fría sin gas

      La crisis del gas, en lo más crudo del invierno, se ha visto agravada por la decisión rusa de cortar todo el suministro hacia Europa vía Ucrania. Una docena de países han dejado de recibir gas y otros cinco, entre los que figuran Francia y Alemania, han sufrido reducciones significativas de su abastecimiento. La situación es especialmente difícil en Bulgaria, Bosnia, Serbia, Eslovaquia y Hungría, donde hay hogares sin calefacción y algunas industrias han tenido que detener su actividad.

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          En las últimas horas, el primer ministro Putin ha alcanzado un acuerdo con el presidente de turno de la UE para reanudar el suministro, condicionado a la llegada a Ucrania de la comisión de expertos encargados de verificar si, como sostiene Moscú, ese país desvía parte del gas destinado a los otros países europeos. Aunque se reanudase el suministro de inmediato, no estaría en pleno rendimiento antes de tres días, por razones técnicas. Las autoridades rusas eran conscientes de ello cuando decidieron cortar el suministro sin previo aviso. No es difícil suponer que hayan pretendido transmitir un recordatorio a la UE sobre la manera en que están dispuestos a gestionar su poder en materia energética.

          El anterior contencioso entre Rusia y Ucrania, en 2006, se desarrolló sobre pautas similares, y ya entonces quedó patente que la UE podía verse atrapada como rehén. Poco o nada se ha hecho desde entonces para prevenir lo que sólo era cuestión de tiempo, sobre todo desde que, con ocasión de la guerra de Georgia, Rusia lanzó una ofensiva en todos los terrenos para redefinir su posición internacional. Moscú ha lanzado la idea de que el contencioso con Ucrania debería estimular la construcción de los gasoductos alternativos, que le permitirían suministrar el gas directamente a los destinatarios europeos.

          No es una idea inocente, puesto que, de aceptarse, conllevaría la aceptación implícita de que Rusia puede intervenir en la determinación de las prioridades europeas en materia de infraestructuras energéticas; además, y aunque es cierto que Ucrania somete a la UE a un chantaje de tipo victimista, ese doble gasoducto dejaría el suministro a Ucrania enteramente a merced de la voluntad de Rusia, que dispondría así de un instrumento reforzado para influir en las pretensiones de Kiev de acercarse a la UE o la ONU.

          La aceleración en la construcción de los gasoductos alternativos puede dividir a los europeos, colocando en un lado a los países que quieren resolver su problema al precio de pactar por separado, y en otro a quienes consideran que esos gasoductos pueden traducirse en una mayor dependencia de Rusia si no se acompañan de una política energética común. Los informes de los expertos de la UE que iniciaron ayer su inspección sobre el terreno ofrecerán datos que tal vez puedan dilucidar las responsabilidades de cada parte; pero el episodio vuelve a poner de manifiesto la necesidad de estrategias a largo plazo que sólo pueden derivar de una política energética común y un mercado único de la energía.


          Próximos puntos calientes de Rusia

          La coacción que ejerce Rusia sobre sus vecinos es un punto caliente que amenaza a Europa, a Estados Unidos, y al presidente electo Barack Obama. La Rusia autocrática se ha dedicado a aprovecharse de sus vecinos más débiles y a devolver las humillaciones recibidas desde la desintegración de la Unión Soviética. La trágica guerra con Georgia del pasado agosto demostró que Rusia está preparada para utilizar su poderío militar. El 24 de diciembre, el presidente Dmitri Medvedev declaró que «los intereses de su nación deben protegerse por todos los medios al alcance». El 31 de diciembre, el primer ministro Vladimir Putin complicó aún más el asunto. La injerencia de Ucrania en las exportaciones rusas de gas a Europa podrían tener «serias consecuencias para el país de tránsito».
          Moscú está dejando claro que está dispuesto a utilizar el poder duro contra sus vecinos más pequeños. ¿Cuáles serán los siguientes? Desde agosto, Rusia ha duplicado su presencia militar en las regiones separatistas georgianas de Abjazia y Osetia del Sur. Las tropas se encuentran a 40 kilómetros escasos de Tbilisi y en los alrededores de los conductos de energía y de las vías férreas. El ejército ruso podría tomarlos en cualquier momento. Si Kiev no contenta a Moscú, el ejército ruso podría intervenir para «proteger» el gasoducto de Ucrania que va a Europa. Además, Rusia está cuestionando la situación legal de Crimea, distribuyendo pasaportes a los ciudadanos de etnia rusa que viven allí y exigiendo que se mantenga su base naval en Sebastopol, cuando su usufructo sobre ella expira en 2017. Moscú parece estar buscando pretextos para intervenir.
          No se pueden pasar por alto otros posibles puntos calientes. Millones de rusos viven en Kazajistán, que posee excepcionales recursos naturales. Los líderes del país intentan por todos los medios no contrariar a Moscú, pero incomodan al Kremlin exportando energía a través del sur del Cáucaso. Azerbaiyán y Turkmenistán también poseen una gran riqueza energética, pero sus regimenes podrían ser ineficaces ante un desafío por parte de Rusia. Resulta inquietante que Rusia haya anunciado recientemente la formación de una nueva fuerza militar «internacional» para Asia Central.
          Bielorrusia, dependiente de los mercados rusos y de la energía subvencionada, busca más ayuda de Moscú aunque para ello podría tener que ceder más autonomía. Moscú intervendría si otra «revolución de colores» derrocara a Aleksandr Lukashenko, el autoritario gobernante del país, y podría anexionarse Bielorrusia, poniendo fin a años de estériles debates sobre la unión.El uso de la fuerza por parte de Rusia podría amenazar importantes intereses estadounidenses y europeos. Las fuerzas estadounidenses y europeas en Afganistán dependerán cada vez más de la logística terrestre de Asia central y del sur del Cáucaso. Occidente necesita una estrategia de dos vertientes para cubrirse: dialogar con Rusia para instarla a encauzar sus ambiciones de forma menos amenazadora, y tomar medidas para aumentar la seguridad de los vecinos de Rusia. Una presencia más habitual de las fuerzas defensivas de Estados Unidos y de la OTAN también sería fundamental. El objetivo es que Moscú llegue a temer los costes y dude del éxito de cualquier tipo de agresión que pueda llegar a plantearse.

          El crudo de Texas cierra a 40,83 dólares y pierde casi 12% en la semana

          Nueva York, 9 ene (EFE).- El precio del crudo de Texas bajó hoy un 2,1 por ciento y finalizó a 40,83 dólares el barril, casi un 12 por ciento más barato que hace una semana, tras conocerse que el mercado laboral se deterioró más en Estados Unidos en diciembre.

          La economía estadounidense perdió más de medio millón de empleos en el último mes de 2008 y la tasa de desempleo se situó en el 7,2 por ciento, lo que alienta expectativas de menor demanda de combustibles en EEUU en próximos meses, según los expertos.

          Al finalizar la sesión en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos de Petróleo Intermedio de Texas (WTI) para entrega en febrero restaron 87 centavos y finalizaron en negativo por cuarta sesión consecutiva.

          Durante este viernes el barril de petróleo WTI llegó a negociarse a 39,38 dólares.

          Los contratos de gasolina para febrero añadieron 3 centavos al precio anterior y finalizaron a 1,1112 dólares el galón (3,78 litros).

          El gasóleo de calefacción por el contrario redujo su precio en una cifra similar y cerró a 1,4877 dólares/galón.

          Los contratos de gas natural para febrero finalizaron a 5,51 dólares por mil pies cúbicos, 7 centavos más baratos que el jueves.

          En EEUU se perdieron 524.000 empleos en diciembre después de desaparecer 584.000 ocupaciones el mes anterior, lo que eleva a 2,6 millones el número de puestos de trabajo que se han destruido en 2008, la cifra anual más alta desde 1945.

          Datos como esos, unidos a otros recientes que reflejaron un mayor descenso de la actividad económica en diversos sectores de la economía, ahondan la perspectiva de que descenderá aún más el uso de crudo y de combustibles en este país, que es el mayor consumidor de productos de energía en el mundo.

          Los desalentadores datos económicos y de empleo coincidieron esta semana con más evidencias de que aumentó el acopio de reservas en EEUU la pasada semana, incluso a mayor ritmo de lo que esperaban los analistas.

          Las reservas de crudo subieron en 6,7 millones de barriles, hasta un total de 325,4 millones y ese volumen es un 13,6 por ciento superior al que había hace un año.

          Las reservas de gasolina subieron esa misma semana en 3,3 millones de barriles y el total, de 211,4 millones es ahora un 3,2 por ciento inferior al que había a comienzos de 2008.

          En el caso de los productos destilados, incluido el gasóleo de calefacción y el de automoción, las existencias aumentaron en 1,8 millones de barriles, hasta 137,8 millones o un 3 por ciento por encima del nivel de hace un año, según cálculos del Departamento de Energía (DOE).

          Esos datos, unidos a otros que reflejaban que la demanda de combustibles en las últimas cuatro semanas era casi un 3 por ciento inferior a la de hace un año, presionaron a la baja de inmediato al valor del crudo, que se depreció un 12,2 por ciento el miércoles.

          La caída no se detuvo en las últimas sesiones incluso después de constatar el mercado que continuaba la ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza, a pesar de los intensos esfuerzos diplomáticos para lograr un alto el fuego en los enconados enfrentamientos con miembros del movimiento Hamas, que gobierna ese territorio palestino.

          Esos enfrentamientos aumentaron en sesiones recientes los temores a una posible interrupción del flujo de suministros de crudo desde Oriente Medio, lo que favoreció que el precio del crudo de Texas se acercase de nuevo a los 50 dólares en el mercado neoyorquino.

          Los operadores también permanecen atentos a la disputa entre Rusia y Ucrania en torno a los precios que se aplican entre ellos por la compra y el flujo de gas ruso por territorio ucraniano con destino a Europa, donde muchos países han visto cortado su abastecimiento en los últimos días a causa del conflicto.

          Expertos europeos supervisarán ahora el tránsito de gas ruso por Ucrania y se espera que eso facilite la reanudación de los envíos.EFE