sábado, 30 de agosto de 2008

Londres impulsa una amplia coalición para frenar a Moscú

Los países de Occidente redoblan su presión sobre Rusia, que el martes reconoció la independencia de los enclaves separatistas georgianos de Osetia del Sur y Abjazia y desató la condena unánime de Estados Unidos y Europa. El jefe de la diplomacia británica, David Miliband, afirmó ayer que es responsabilidad del gobierno de Moscú evitar una nueva guerra fría. Y llamó a formar "la mayor coalición posible contra la agresión rusa en Georgia"."Nosotros no queremos otra guerra fría", y el presidente de Rusia, Dimitri Medvedev "tiene la responsabilidad de no desatarla", declaró Miliband a la prensa en Kiev, la capital de Ucrania.Reiteró que es "inaceptable e injustificable" la decisión de Rusia de reconocer la independencia de Abjazia y Osetia del Sur, en abierto desafío a Occidente, y confirmó su apoyo a la integridad de Georgia, una ex república soviética ahora aliada de EE.UU. y que busca entrar a la OTAN.En este marco, Miliband señaló que el Grupo de los Siete países más industrializados (G7, integrado por EE.UU., Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) debe "revisar la naturaleza, profundidad y amplitud de las relaciones con Rusia". Aunque, aclaró, sin procurar su "aislamiento internacional", que sería "contraproducente".El ministro agregó que los cancilleres del G7 celebrarán en los próximos días una videoconferencia para trazar una política común hacia Rusia, invitada al grupo en 1997 como octavo miembro en un espaldarazo a las reformas de su primer presidente Boris Yeltsin. Pero ayer el grupo condenó el reconocimiento por parte de Rusia de la regiones separatistas.Miliband reafirmó el apoyo de Londres a la política de Ucrania y Georgia de integración en la OTAN y la Unión Europea (UE) e instó a Kiev a revisar sus relaciones con Rusia para mantener con ella "una cooperación entre iguales y no relaciones de amo y criado".El presidente ucraniano, Víctor Yuschenko, es el único líder de la comunidad de la ex URSS que condenó tanto la entrada del ejército ruso en Georgia como el reconocimiento ruso de la independencia de Osetia del Sur y Abjazia.El repudio que desató el martes la decisión de Rusia siguió creciendo ayer. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuyo país está a cargo de la presidencia semestral de la UE, consideró "inaceptable" la pretensión de Moscú de imponer un "cambio unilateral de las fronteras" de Georgia.Sarkozy insistió en que deben retirarse "sin demora" las tropas rusas que permanecen en Georgia tras el conflicto que estalló el 8 de agosto. Ese día el ejército georgiano quiso tomar el control de Osetia del Sur, un enclave de unos 70.000 habitantes, en su mayoría de origen ruso. Moscú respondió con su potente fuerza militar y estalló una guerra que en una semana dejó cientos de muertos. El conflicto terminó con un acuerdo de paz negociado con Francia."Lo que está en juego en este conflicto es absolutamente esencial" y su desenlace "determinará por mucho tiempo" las relaciones de la UE con Rusia, advirtió Sarkozy. Agregó que "nadie quiere" volver al tiempo de la guerra fría.La canciller alemana Angela Merkel, por su parte, dijo al presidente ruso en una conversación telefónica que su decisión de reconocer la independencia de Abjazia y Osetia del Sur "no se ajusta al derecho internacional".Georgia también tomó medidas. "Hemos rebajado el nivel de nuestras relaciones diplomáticas con Rusia. Ya no tendremos embajador en Moscú, y sólo un diplomático de alto rango y uno de segundo rango seguirán trabajando en nuestra embajada ante la Federación Rusa", declaró la canciller georgiana Eka Tkeshelashvili.

El Barça pinta en la UEFA

Después del sorteo de ayer es evidente que el FC Barcelona pinta en la UEFA. En esta primera fase no hay obstáculos con el Sporting de Lisboa, goleado el miércoles por el Madrid; el Basilea, un club que debe haber salido en homenaje a la exposición que se realiza sobre Joan Gamper, y el Shakhtar Donetsk, el ucraniano rival del equipo amigo, el Metalurg, en el que jugaron Jordi Cruyff, Touré Yaya y entrenó Pichi Alonso. La Liga de Ucrania, sin embargo, la gana habitualmente el otro, un Shakhtar que este año no ha empezado bien. A pesar de las exportaciones parece que no se ha dejado huella de campeón.
Otra cuestión es el Madrid, al que le ha tocado el grupo de la muerte con la Juve y el Zenit y en otro grupo un apasionante duelo entre Fernando Torres y el 'Kun' en un mágico y apasionante Liverpool-Atlético.
Sin épica
El grupo del Barça es "fácil, fácil, fácil", como dice el apreciado Carlos Pérez de Rozas. La verdad, en cualquier fase de la Champions es mejor caer en un grupo más competitivo. La Copa de Europa, en cualquier etapa, debe tener un tono de épica, de música que pone la piel de gallina y olor a gran enfrentamiento. El Barça, eso, deberá vivirlo a partir de octavos.
Tiene su gracia ver a Rochemback otra vez en el Camp Nou vestido con la camiseta que ya se puso Figo en su día. Pero las ligas de Portugal, Ucrania y Suiza no son precisamente las potentes de Europa. Los ingleses no podían tocar al ser cabezas de serie, pero una previa sin jugar ante italianos o alemanes tiene menos gancho.
Los lobos, al final
La Champions, sin embargo, siempre es la Champions, aunque el grupo que le ha tocado al nuevo equipo de Pep no sea especialmente mediático. Lo importante es no fiarse demasiado al ver el nombre de los rivales, pero se agradece que en el inicio de un proyecto los lobos queden para el final y los corderos pasen al principio.
La clave del Barça nunca ha sido el adversario, sino el propio Barça. Y estos inicios, de Liga y de Champions, son suaves para el remodelado conjunto que ahora dirige con entusiasmo Pep Guardiola. Los tres primeros rivales de la Liga son el Numancia, en Los Pajaritos, el Racing en el Camp Nou y el Sporting en El Molinón. Y en Champions, Sporting de Lisboa, Shakhtar y Basilea. Si se hubiera pedido no hubiera salido.

El conflicto reaviva el debate sobre la extensión de la UE al Este

El conflicto entre Rusia y Georgia ha devuelto a la actualidad el debate sobre la eventual ampliación de la Unión Europea hacia el Este, sobre la que hay puntos de vista enfrentados dentro de los Veintisiete.La discusión ha sido reavivada en los últimos días por el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, que ha pedido un rápido ingreso de su país en la OTAN y en la UE, después de que Rusia reconociese la independencia de las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia.El apoyo a Tiflis llega desde Polonia, Lituania y Letonia -los principales aliados de Georgia en la Unión- y defensores de una UE amplia que sirva de paraguas frente a Rusia para las repúblicas ex soviéticas que han decidido mirar hacia Occidente.El debate, por el momento, no gira en torno a una posible adhesión de Georgia, sino en decidir hasta dónde deben extenderse los límites de la Unión y hasta dónde se pueden tensar las relaciones con Moscú, que -como acreditan la mayoría de analistas-confía en mantener a estos Estados bajo su influencia.De momento, la UE tiene claro que ha llegado el momento de un acercamiento más claro hacia Ucrania, lo que se hará en la cumbre bilateral que se celebrará en solo unos días, el próximo 9 de septiembre en Evian (Francia).'El nuevo contexto hace aún más necesario este enfoque', según afirmó hoy una fuente diplomática, que recordó que algunos países de la UE eran reticentes hasta hace poco a la idea de negociar un acuerdo de asociación con Ucrania.El objetivo de la presidencia francesa es ahora que la cumbre marque 'una etapa importante en la aproximación de Ucrania a la UE', añadió el diplomático.Para algunos expertos, como los del European Foreign Policy Council (ECFR), la UE debería reaccionar ya tras el conflicto de Osetia del Sur, comenzando con reconocer formalmente el derecho de Ucrania -el primer país del Este en la lista de espera, muy por delante de Georgia- a formar parte de la Unión.Para este centro de estudios, los Veintisiete deberían ofrecer a Kiev una cláusula de solidaridad para evitar que Rusia actúe contra el gobierno pro-occidental del presidente Víctor Yúschenko.El objetivo, asegura un informe urgente del ECFR con motivo del conflicto en Georgia, sería contrarrestar el supuesto intento de Moscú de reconstruir la esfera de influencia soviética con vistas a una hipotética 'Unión Europea del Este'.La perspectiva europea de Ucrania -que podría ser un primer paso para las ambiciones de otros países como Georgia o Armenia- es defendida por varios miembros como Suecia, Reino Unido y Polonia, pero sigue pareciendo lejana.En especial, después de que Francia, Alemania y España frenasen el pasado mes de abril el proceso de entrada de Ucrania y de Georgia en la OTAN, impulsado principalmente por Estados Unidos.París y Berlín, junto a otras capitales, apuestan por ser cautos frente a Rusia, de la que depende una gran parte del suministro energético de la UE.Si todo sigue su curso, tanto Ucrania como Georgia formarán parte en el futuro de la Alianza Atlántica, donde el respaldo de Washington y otros socios da más fuerza a su candidatura que a una posible entrada en la UE, que parece muy lejana.En este sentido, los problemas para ratificar el Tratado de Lisboa han ralentizado aún más todo el proceso de ampliación de la UE, que varios gobiernos consideran paralizado hasta que no se apruebe una reforma institucional.Actualmente, los países candidatos al ingreso son Croacia, Turquía y Macedonia, mientras que los países de los Balcanes occidentales -Serbia, Albania, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Kosovo- se consideran candidatos en potencia y cuentan con la posibilidad de acceder a la Unión cuando cumplan con todos los requisitos.Por su parte, las repúblicas del Cáucaso forman parte de los 16 países del Este de Europa y del Mediterráneo que constituyen la Política de Vecindad de la UE, diseñada para estrechar la cooperación con los países vecinos sin perspectivas de pertenecer al club comunitario.
Terra Actualidad - EFE

Casi 400 niños de Chernóbil vuelven a Ucrania tras veranear dos meses en el País Vasco

Un total de 398 niños afectados por las radiaciones del accidente nuclear de Chernóbil vuelven hoy a Ucrania tras pasar el verano de acogida en familias del País Vasco, invitados por la Asociación 'Chernobil elkartea'. Esta entidad sin ánimo de lucro nació en 1996 para proporcionar ayuda humanitaria a menores de ambos sexos, víctimas del desastre nuclear de la central de Chernóbil ocurrido 10 años antes, en 1986. El primer objetivo de la asociación es "dar descanso a los niños que viven en la zona afectada y mejorar su salud".
Los niños ucranianos que viajan al País Vasco, de edades comprendidas entre los 6 y 17 años, pasan "los dos meses de verano en familias de acogida", ha explicado uno de los voluntarios de 'Chernóbil elkartea'. Esta asociación trabaja junto con otras dos entidades ucranianas "que son las encargadas de inscribir a los menores para viajar al País Vasco", ha añadido.
Voluntarios vascos viajan anualmente a Chernóbil para visitar "casa por casa" a los niños y comprobar la situación económica de sus familias. También verifican que los menores poseen el carné de Chernóbil que acredita su residencia en la zona afectada, la cual "quieren abandonar".
Este año, además, se ha tenido en cuenta la "perspectiva de género" y han tenido prioridad de acogida los niños y niñas "hijos de madre soltera, viuda o separada", ha argumentado el voluntario de esta asociación. Las familias de acogida pueden ser "de cualquier tipo". Para 'Chernóbil elkartea', uno de los requisitos más importantes al que se tienen que comprometer es "a tratar al menor como a uno más de la familia". También tienen que aceptar otras directrices que marca la asociación, como acudir a reuniones o asumir parte del billete del menor, que este año ha sido de 550 euros. Del resto se hace cargo la entidad humanitaria.

CUMBRE EXTRAORDINARIA DE LA UE SOBRE RUSIA Ejercicio de equilibrio para Europa

“Le ha llegado el turno a los europeos. Ahora tendrán que poner en práctica su mente fría como gestores de crisis en un conflicto que desde la caída del muro resultaba inimaginable. Está claro que Europa no deberá someterse al Kremlin. Tiene que responder con un claro ‘no’ a la acción unilateral de Moscú. Pero unas ‘sanciones’ al modo en que por lo general suele hacerse entrar en razón a dictadores del Tercer Mundo, tal y como las desean Polonia y los países bálticos, ya resultan absurdas por el mero hecho de que únicamente despertarían en Moscú una vaga sonrisa. A la UE no le servirá de nada una tormenta teatral, sino únicamente un gélido ‘no’. Éste deberá ir ligado a un ‘pero’ que no dé un portazo al diálogo.”
“Dominio sobre una crisis”:
Frankfurter Allgemeine Zeitung (Alemania)
Artículo de Günther Nonnenmacher
“Inaceptable. Éste parece ser el concepto que podrá desempeñar el papel de denominador común para los países miembros de la UE frente a la actuación de Rusia cuando se reúnan el lunes para celebrar una cumbre extraordinaria sobre la crisis en Georgia. Llama la atención que, por el momento, las reacciones verbales demuestren una comprensible gradación: la indignación ante la entrada de tropas rusas en Georgia tiene mayor fuerza entre los países del este de Europa. Francia, que como presidencia desempeña una función destacada y rápidamente adoptó el papel de gestor de crisis, tendrá que cumplir la tarea de conducir a la UE hacia una línea común. En nombre de Alemania, con sus relaciones real, o supuestamente especiales con Rusia, la señora Merkel se ha encargado ya de tomar una posición clara en el Báltico. Los británicos se han apresurado en respaldar a los europeos del este, pero ahora aparentemente se encuentran a la espera de ver cómo va a proceder Washington.”
“En los grandes países europeos del sur, Italia y España, se percibe una desaprobación mascullada no vinculante – o nada en absoluto. La pregunta es si la Unión Europea quiere y es capaz de llevar a cabo algo más que una declaración conjunta de rechazo. En efecto, probablemente aún sea demasiado pronto como para pronunciar la palabra ‘sanciones’. Una posible medida que se quedaría por debajo de este listón sería degradar las negociaciones protocolariamente o congelarlas durante un tiempo, como por ejemplo en lo referente al acuerdo entre la UE y Rusia. En todo caso, los despachos occidentales no desean romper el hilo de diálogo con Moscú. Por meros motivos de dominio sobre una crisis, esto resultaría poco inteligente.”
“Kouchner evoca sanciones contra Rusia”
Le Figaro (Francia)
Artículo de Alain Barluet
“Ayer Bernard Kouchner señaló, por primera vez que ‘se examinan sanciones’ por parte de la Unión Europea contra Rusia si ésta no se conforma al acuerdo en seis puntos del 13 de agosto, redactado para acabar con la crisis de Georgia. La eventualidad de sanciones contra Moscú ya ha sido evocada por los europeos partidarios del lenguaje más firme respecto de Rusia: Países Bálticos, Polonia, Gran Bretaña. En el fondo, la eventualidad de las sanciones no aparece como la más probable, de lo divididos que aparecen los Veintisiete sobre el tema. Conciente de estar frente a una crisis que se jugará a largo plazo, se nota preocupación, en París sobre todo, por no aumentar las crispaciones. Parece ser sin embargo que las relaciones UE-Rusia no evitarán una especie de revisión. La próxima ronda de negociaciones sobre un nuevo acuerdo de asociación estratégica entre los Veintisiete y Rusia podría ser suspendida. Se está también examinando una congelación de las discusiones iniciadas con Moscú sobre la supresión de los visados para los rusos que viajan en la UE. Pero muchos europeos apuestan por los efectos del apoyo que podrían manifestar a los países de la ex URSS, sobre los cuales Moscú podría querer acentuar la presión. Como Ucrania.”

La ucraniana Luydmila Blonska, sancionada de por vida por su positivo en los Juegos

La atleta ucraniana Lyudmila Blonska fue sancionada hoy de por vida por su caso positivo durante los pasados Juegos Olímpicos de Pekín 2008, anunció su Federación de Atletismo.
Blonska, de 30 años, dio positivo por methyltestosterona el pasado 17 de agosto, e inmediatamente perdió la medalla de plata que había ganado en la prueba del heptatlón.
La Federación de Atletismo de Ucrania indicó en su página web (www.flau.org.ua) que el castigo recibido por Blonska era el más duro debido a que era la segunda vez que quebrantaba el código antidopaje. Además, el marido y entrenador de la atleta, Serhiy Blonsky, también fue sancionado con idéntica suspensión.

El nuevo embajador de Ucrania en la Argentina estará en la Fiesta del Inmigrante

El flamante embajador ante el Gobierno Argentino, también concurrente ante los estados de Chile y Paraguay, ocupó idéntico cargo en Cuba, España, y México. Taranenko tiene 61 años, es casado y tiene dos hijos, es egresado de la Universidad Nacional Taras Shevchenko de Kiev y de la Escuela diplomática del Ministerio de Relaciones exteriores.Tambièn ocupó una Secretaría de la ONU, nivel P-5, Oficina del Secretario General de la ON Director del Protocolo del MRREE de Ucrania U, Nueva York, Subdirector Primero del Protocolo de la ONU. Fue embajador en misión especial del MRREE de Ucrania y recientemente, Director del Departamento de la Unión Europea del MRREE de Ucrania.Su rango diplomático es Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Ucrania, habla fluidamente, además del Ucraniano, el inglés y el español. Vista a Misiones El cónsul de Ucrania en Misiones, Diego Muruniak, confirmó que el flamante embajador, respondiendo a la invitación cursada, participará del acto central que por el día del Inmigrante se efectuará en la ciudad de Oberà el venidero 4 de Septiembre.Muruniak afirmó que el diplomático se mostró muy interesado en conocer Misiones atento a la comunidad radicada aquí y que había recibido muchos comentarios acerca de las bellezas naturales de esta provincia y de los lazos afectivos que la une con Ucrania.El embajador Taranenko tiene previsto permanecer hasta el día sábado cumpliendo una serie de encuentros tanto con autoridades del estado provincial, empresarios y dirigentes de la comunidad Ucrania en Misiones.

Castigar o apaciguar al Kremlin, ese es el dilema

La invasión rusa a Georgia, luego que Georgia entró en su provincia separatista de Osetia del Sur, presenta a Occidente una difícil opción: castigar a Moscú echándola de clubes como el G8 o buscar una estrategia de apaciguamiento, que podría invitar a ulteriores incursiones en Ucrania, los estados bálticos o Moldavia.
Hasta ahora, las acciones de Occidente no han sido congruentes con sus duras palabras. Más allá de cancelar ejercicios militares conjuntos y criticar las acciones de Moscú, las democracias europeas y Estados Unidos (EU) alcanzaron escaso consenso, y Moscú aprovechó la oportunidad: el martes, reconoció la independencia de Osetia del Sur y Abjasia.
EU y Gran Bretaña hablaron con dureza. La secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice advirtió a Moscú que Occidente no se quedará cruzado de brazos como durante la guerra fría, cuando la Unión Soviética invadió Hungría y Checoslovaquia.
El miércoles, su homólogo británico, David Miliband, reaccionó ante las palabras del presidente ruso Dmitry Medvedev de que su país “no tiene miedo de nada, incluida la perspectiva de una guerra fría”. Miliband dijo: “Nosotros no queremos una (guerra fría). Él tiene la gran responsabilidad de no iniciarla”.
Miliband sugirió el jueves que un capítulo desagradable ha comenzado en la historia de Europa: “Estamos en una situación que marca un claro final a la relativa y creciente calma en y alrededor de Europa desde el colapso de la Unión Soviética” en 1991, dijo en una entrevista con la BBC.
Pese a la retórica, los analistas consideran improbable un regreso a la guerra fría. “La actual crisis en el Cáucaso no señala el retorno de la guerra fría ni tampoco es factible que señale el comienzo de una guerra abierta entre Rusia y Occidente”, escribió en un reciente artículo Dominique Moisi, analista político del Instituto Francés de Relaciones Internacionales en París.
“Es, de manera más sencilla, el regreso del tradicional imperialismo practicado por los rusos hace más de un siglo”.
Pero, se trate de guerra fría, o no, existe un temor real, especialmente en Europa Oriental, de que las ambiciones de Rusia vayan más allá de Georgia.
Varios países de Europa Oriental se han unido a Washington y a Londres en el pedido de acciones más enérgicas, como suspender las negociaciones para un acuerdo de cooperación entre Rusia y la Unión Europea, bloquear el ingreso de Rusia a la Organización Mundial de Comercio, o echarla del Grupo de los Ocho. Pero Alemania, Italia y otros han señalado la necesidad de actuar con cautela.
La primera posibilidad de Occidente de ofrecer una respuesta unificada a Moscú vendrá el lunes, cuando líderes de 27 países de la UE se congreguen en Bruselas para una reunión de emergencia de tres horas.
Los observadores dijeron que no esperan mucho de esa reunión.

Ucrania, dividida en pro occidentales y pro rusos

El conflicto armado entre Rusia y Georgia exacerba la división en Ucrania entre los pro occidentales, ubicados, sobre todo, en el centro y el oeste, y los pro rusos, concentrados en el sur y el este del país.Mientras en la capital Kiev la gente enarbola banderas georgianas, la población de la localidad oriental de Donetsk apuesta mayoritariamente por Rusia.“La división tradicional sobre la actitud frente a Rusia se agravó a propósito del conflicto con Georgia”, estimó el analista Volodymyr Fessenko, del Centro de Investigaciones Políticas Penta, en Kiev. “Temo que se profundice más”.Las cifras hablan por sí solas: el 41% de los ucranianos considera que la operación militar de Rusia en Georgia fue para “el mantenimiento de la paz”. El 44% estima que se trata de una “agresión contra un Estado independiente”, según un sondeo de TNS-Ucrania.En el este y el sur, la tesis del mantenimiento de la paz cuenta con el respaldo de entre el 52 y el 67% de las personas interrogadas. El centro y el oeste apenas entre 15 y 29% opinan lo mismo.La tesis de la agresión recaba la aprobación del 20 al 32% de los habitantes de las zonas con simpatía a los rusos, ante un 59-73% en los territorios occidentales.En la capital ucraniana, un partido de fútbol entre los clubes Dínamo de Kiev y Spartak Moscú se convirtió en una batalla geopolítica. Los hinchas ucranianos agitaron banderas georgianas y cantaron en coro el himno nacional.Los rusos gritaban “¡Sebastopol es ciudad rusa!” en referencia a un puerto ucraniano en Crimea (sur) que sirve de base a la flota rusa en el mar Negro. Otro de los lemas era: “Nuestros tanques en Kreshtshatik”, la principal vía de Kiev.En Lviv, bastión nacionalista en el oeste del país, se palpa la misma efervescencia, con banderas georgianas en numerosas fachadas. “Si el mundo se traga la agresión en Georgia, Crimea será el próximo blanco”, dijo por su parte Yuri Andrusiak, un profesor local.Este panorama es inimaginable en Donetsk, feudo pro ruso. Ahí el centro está decorado con lemas como “Ucrania no ayuda a Georgia” o “Asesino (Mijail) Saakashvili ( presidente de Georgia) a los tribunales”. Esta situación es sumamente similar en Crimea.

jueves, 28 de agosto de 2008

Crece la tensión militar en el mar Negro

Mientras se multiplicaban las críticas occidentales a Rusia por haber reconocido la independencia de las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, el mar Negro se convirtió ayer en el centro de las tensiones, luego de que Moscú ordenó vigilar la creciente actividad de los 18 barcos de la OTAN que navegan en esa estratégica región.
En una muestra de fuerza en su pulseada con Occidente por la guerra en Georgia, Rusia envió ayer un crucero portamisiles y dos buques pequeños a Sujumi, la capital de Abjasia, luego de que un barco militar norteamericano con ayuda humanitaria atracó a menos de 300 kilómetros de allí, en el puerto georgiano de Batumi.
La embarcación Dallas, de la guardia costera norteamericana, atracó ayer en Batumi, en el sur de Georgia, con un cargamento de 34 toneladas de ayuda humanitaria. El buque evitó el puerto de Poti, que aún está bajo control de soldados rusos. El domingo había atracado en Batumi un primer buque de guerra enviado por la Casa Blanca, el destructor USS McFaul.
Moscú acusa a la OTAN de concentrar fuerzas navales en la zona con la excusa de asistir a Georgia, que a comienzos de mes fue invadida por Rusia en respuesta a una ofensiva de Tiflis contra Osetia del Sur.
"Con el pretexto de la ayuda humanitaria, la OTAN refuerza su presencia militar en el mar Negro", denunció ayer el vicejefe del estado mayor ruso, Anatoli Nogovitsin.
La OTAN insiste en que el aumento de la presencia de sus buques en la zona se inscribe en el marco de unas maniobras bélicas planificadas desde hace tiempo en la costa occidental del mar Negro, y que no guarda relación con el conflicto en el Cáucaso. No obstante, Nogovitsin advirtió ayer que la OTAN ya ha rebasado el número de fuerzas que puede tener en ese mar, de acuerdo con los tratados internacionales, y advirtió a las naciones occidentales que no envíen más buques.
El militar ruso también anunció que la flota rusa había recibido órdenes de "vigilar" los movimientos de los navíos de la OTAN, pero aclaró que Rusia "no tiene intenciones de aumentar su propia presencia" militar en la región.
En ese contexto, el crucero portamisiles ruso Moskva y otros dos buques militares menores anclaron en el puerto de Sujumi, la capital de Abjasia, unos 290 kilómetros al norte de Batumi, donde atracó el Dallas. La armada rusa dijo que los barcos participarán en operaciones de paz.
A la inquietud que genera en el Kremlin la presencia de naves de la OTAN en su zona de influencia se sumó ayer también el malestar que despertaron las declaraciones del presidente ucraniano, Viktor Yuschenko, que planteó la posibilidad de incrementar a Moscú el arrendamiento de la base de Sebastopol, en la península ucraniana de Crimea, donde se encuentra el cuartel central de la flota rusa en el mar Negro. "Veremos cómo evoluciona esto. Nos atenemos estrictamente a las condiciones del cronograma para la presencia de la flota rusa allí", dijo Nogovitsin.
Los dichos de Yuschenko llegaron después de que el canciller francés, Bernard Kouchner, dijo que, tras Osetia del Sur y Abjasia, Rusia podría tener "otros objetivos", entre los que citó a "Crimea, Ucrania y Moldavia".Críticas
En tanto, ayer se volvieron a multiplicar las manifestaciones de rechazo de los países occidentales tras el reconocimiento por parte de Rusia de Osetia del Sur y Abjasia, dos regiones separatistas georgianas que a comienzos de los 90 declararon su independencia de facto y que desde entonces estrecharon sus lazos con Moscú.
Las tensiones en el Cáucaso se elevaron al máximo anteayer luego de que, tras más de 20 días de conflicto con Georgia, el presidente ruso, Dimitri Medvedev, reconociera la independencia de las regiones separatistas, lo que le valió un unánime coro de críticas encabezado por el presidente norteamericano, George W. Bush.
Ayer se sumaron a las críticas el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que denunció que Rusia "apunta a un cambio unilateral de las fronteras", y el canciller británico, David Miliband, que advirtió sobre los riesgos de una "nueva Guerra Fría".
En tanto, un aislado pero confiado Medvedev viajó ayer a China, en busca del apoyo de Pekín. El mandatario ruso dialogó ayer con el presidente chino, Hu Jintao, antes de la cumbre que hoy mantendrá un grupo de seguridad regional dominado por Rusia y China, y que también

Ya no quedan georgianos en Osetia del Sur

Tras el avance del Ejército ruso, la provincia separatista de Osetia del Sur fue "limpiada" de georgianos, aseguró hoy la ministra de Relaciones Exteriores georgiana, Eka Tkeshelashvili. La diplomática denunció que el proceso de expulsión de georgianos continúa en la zona tapón instituida por Rusia ante la provincia y advirtió contra un "efecto dominó" en toda la región: Ucrania podría ser el próximo objetivo de Moscú. Tkeshelashvili pidió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que actúe en el conflicto. La postura de Rusia representa "no sólo una amenaza a la seguridad internacional, sino también su violación". La ministra también consideró "inaceptable" la restricción en el número de observadores de la OSCE desplegados en Georgia.
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El Consejo Permanente de la OSCE, gremio ejecutivo superior de ese órgano, se reunió hoy para deliberar sobre un incremento de enviados a la zona de conflicto. La semana pasada, el grupo sólo pudo acordar el despliegue de 20 expertos adicionales. Cadena

Ningunear a Rusia puede ser suicida porque conserva el potencial de la extinta URSS"

El ex jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra español general de Ejército Luis Alejandre Sintes ha advertido este jueves que "ningunear a Rusia puede ser suicida" porque conserva el "histórico y orgulloso potencial de la extinta URSS".
En un artículo publicado por el Periódico de Catalunya, el general que estuvo al mando del Ejército desde enero de 2003 hasta mayo de 2004 afirmó que Rusia quiere ahora "recuperar su peso específico en la política internacional", tras haberse visto favorecida por el alza de los precios del crudo y del gas y a pesar de los "graves" problemas de redistribución de la riqueza que sufre.
Alude a un largo camino
El general Alejandre aseguró que el "conflicto" de Rusia con Georgia "no ha terminado" y que el reconocimiento de la independencia de las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia "crea un conflicto diplomático y es dudoso que contribuya a favorecer la paz en la región".
Tras exponer su visión sobre la historia reciente de Georgia, el ex jefe del Ejército de Tierra afirmó que la respuesta de "los generales de Putin" al ataque contra Osetia del Sur vino motivada "en cierto sentido" porque "querían proteger a sus minorías", al amparo de los acuerdos de 1992, y porque "no olvidan la ascendencia georgiana de Stalin ni los ochos años de presidencia de quien fuera su ministro de Exteriores en la URSS, Eduard Shevardnadze". "Demasiados antecedentes históricos para mantenerse impasibles", apostilló.
"Grandes negocios aprovechándo el río revuelto"
El general auguró que, después del conflicto bélico, llegará el momento de "los grandes negocios aprovechando el río revuelto", en referencia a las infraestructuras, las inversiones, "la misma ayuda humanitaria" y quizá el envío de "un centenar de buenos soldados en misión de paz", y lamentó que nunca se encuentren políticos que, en lugar de solucionar los problemas, "eviten que se produzcan".
Respecto a Ucrania
El alto mando hizo especial hincapié en la situación de Ucrania con respecto a Rusia, a la que "mira de reojo" porque todavía conserva dentro de su territorio, en Sebastopol, "una potente escuadra rusa del Mar Negro". "Los países bálticos y Polonia se han decantado claramente por la política de la república hermana de Ucrania. "¡Cuidado!", advirtió.
Subrayó además que no hay que olvidar la vecindad de Chechenia con Osetia del Norte y recalcó que ahora "parece que Moscú ha aprendido la lección y no permitirá nuevas aventuras". A su juicio, la "osada" e "insensata" guerra de Georgia ha desembocado en el reconocimiento ruso de las dos regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur y ha implicado que nada volverá a ser igual en la zona.
"Nada será igual en el sur del Cáucaso. Nada será igual en el Mar Negro. Nada será igual en la próxima cumbre de la OTAN, cuando se celebren los 60 años de su creación", subrayó el general antes de manifestar su deseo de que no se repitan "las monstruosidades" de este "agosto olímpico".

La UE planea aprobar sanciones contra Rusia por la crisis de Georgia

La UE contempla sancionar de algún modo a Rusia por su comportamiento en la crisis del Cáucaso. Así lo ha anunciado el ministro francés de Exteriores de Francia, Bernard Kouchner, a cuyo país corresponde este semestre la presidencia de la Unión. Esas sanciones serán propuestas en la cumbre extraordinaria que el lunes los Veintisiete celebran en Bruselas sobre la crisis del Cáucaso. Mientras, Moscú, que cree que las sanciones son fruto de la "confusión" de Occidente, ha recabado el apoyo de sus aliados de la Organización de Cooperación de Shanghai, entre los que se encuentra China.
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Guerra relámpago en Georgia
Rusia prueba un misil de largo alcance en plena crisis


"Se prevén sanciones y otras medidas", ha dicho Kouchner en una conferencia de prensa en París para informar sobre la cumbre extraordinaria del lunes, sin querer especificar en qué tipo de sanciones piensa la UE. Se trata de la primera vez que Francia, presidenta de turno de la UE, habla de la posibilidad de sancionar a Rusia por su actitud en la crisis del Cáucaso, que tuvo el lunes su culminación con el reconocimiento, por parte del Gobierno ruso, de la independencia de las regiones separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjazia. "Intentamos elaborar un texto fuerte, que exprese nuestra voluntad de no aceptar" la situación en Georgia, en especial el reconocimiento de Osetia y Abjazia.
La amenaza de sanciones no ha alterado el pulso a Rusia, a tenor de la ironía con la que ha comentado el asunto el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov. Para el jefe de la diplomacia rusa, la UE está "sencillamente irritada porque el ojito derecho de ciertas capitales occidentales [Georgia] no ha estado a la altura de sus expectativas". Cree que la idea de las sanciones es producto de la "confusión" en que está sumida la UE. "Aparte de lo que ya dijo mi amigo Kouchner de que pronto atacaremos Moldavia y Ucrania y Crimea... eso es producto de una imaginación enferma y probablemente podría decirse lo mismo de las sanciones". "Creo que es demostración de confusión total", ha dicho Lavrov.
Preocupación
El ministro ruso ha hecho sus declaraciones al término de una reunión de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO), que reúne a Rusia, China y las repúblicas ex soviéticas de Tayikistán, Kazajistán, Uzbekistán y Kirgizistán. En ella, estos aliados de Rusia han expresado su preocupación por la situación en la zona. Moscú esperaba que la organización diera un respaldo más explícito a sus decisiones.
En particular, Pekín, que casi siempre va de la mano de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, en vez de apoyar el reconocimiento de Osetia del Sur y Abjazia, ha mostrado su "preocupación por los últimos acontecimientos de la situación en Osetia del Sur y Abjazia", según ha declarado el portavoz del Ministerio chino de Exteriores. Pekín se limita a "esperar" que "las partes puedan resolver la cuestión a través del diálogo". Es prácticamente letra por letra lo que dice el texto final de la reunión