jueves, 28 de agosto de 2008

Crece la tensión militar en el mar Negro

Mientras se multiplicaban las críticas occidentales a Rusia por haber reconocido la independencia de las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, el mar Negro se convirtió ayer en el centro de las tensiones, luego de que Moscú ordenó vigilar la creciente actividad de los 18 barcos de la OTAN que navegan en esa estratégica región.
En una muestra de fuerza en su pulseada con Occidente por la guerra en Georgia, Rusia envió ayer un crucero portamisiles y dos buques pequeños a Sujumi, la capital de Abjasia, luego de que un barco militar norteamericano con ayuda humanitaria atracó a menos de 300 kilómetros de allí, en el puerto georgiano de Batumi.
La embarcación Dallas, de la guardia costera norteamericana, atracó ayer en Batumi, en el sur de Georgia, con un cargamento de 34 toneladas de ayuda humanitaria. El buque evitó el puerto de Poti, que aún está bajo control de soldados rusos. El domingo había atracado en Batumi un primer buque de guerra enviado por la Casa Blanca, el destructor USS McFaul.
Moscú acusa a la OTAN de concentrar fuerzas navales en la zona con la excusa de asistir a Georgia, que a comienzos de mes fue invadida por Rusia en respuesta a una ofensiva de Tiflis contra Osetia del Sur.
"Con el pretexto de la ayuda humanitaria, la OTAN refuerza su presencia militar en el mar Negro", denunció ayer el vicejefe del estado mayor ruso, Anatoli Nogovitsin.
La OTAN insiste en que el aumento de la presencia de sus buques en la zona se inscribe en el marco de unas maniobras bélicas planificadas desde hace tiempo en la costa occidental del mar Negro, y que no guarda relación con el conflicto en el Cáucaso. No obstante, Nogovitsin advirtió ayer que la OTAN ya ha rebasado el número de fuerzas que puede tener en ese mar, de acuerdo con los tratados internacionales, y advirtió a las naciones occidentales que no envíen más buques.
El militar ruso también anunció que la flota rusa había recibido órdenes de "vigilar" los movimientos de los navíos de la OTAN, pero aclaró que Rusia "no tiene intenciones de aumentar su propia presencia" militar en la región.
En ese contexto, el crucero portamisiles ruso Moskva y otros dos buques militares menores anclaron en el puerto de Sujumi, la capital de Abjasia, unos 290 kilómetros al norte de Batumi, donde atracó el Dallas. La armada rusa dijo que los barcos participarán en operaciones de paz.
A la inquietud que genera en el Kremlin la presencia de naves de la OTAN en su zona de influencia se sumó ayer también el malestar que despertaron las declaraciones del presidente ucraniano, Viktor Yuschenko, que planteó la posibilidad de incrementar a Moscú el arrendamiento de la base de Sebastopol, en la península ucraniana de Crimea, donde se encuentra el cuartel central de la flota rusa en el mar Negro. "Veremos cómo evoluciona esto. Nos atenemos estrictamente a las condiciones del cronograma para la presencia de la flota rusa allí", dijo Nogovitsin.
Los dichos de Yuschenko llegaron después de que el canciller francés, Bernard Kouchner, dijo que, tras Osetia del Sur y Abjasia, Rusia podría tener "otros objetivos", entre los que citó a "Crimea, Ucrania y Moldavia".Críticas
En tanto, ayer se volvieron a multiplicar las manifestaciones de rechazo de los países occidentales tras el reconocimiento por parte de Rusia de Osetia del Sur y Abjasia, dos regiones separatistas georgianas que a comienzos de los 90 declararon su independencia de facto y que desde entonces estrecharon sus lazos con Moscú.
Las tensiones en el Cáucaso se elevaron al máximo anteayer luego de que, tras más de 20 días de conflicto con Georgia, el presidente ruso, Dimitri Medvedev, reconociera la independencia de las regiones separatistas, lo que le valió un unánime coro de críticas encabezado por el presidente norteamericano, George W. Bush.
Ayer se sumaron a las críticas el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que denunció que Rusia "apunta a un cambio unilateral de las fronteras", y el canciller británico, David Miliband, que advirtió sobre los riesgos de una "nueva Guerra Fría".
En tanto, un aislado pero confiado Medvedev viajó ayer a China, en busca del apoyo de Pekín. El mandatario ruso dialogó ayer con el presidente chino, Hu Jintao, antes de la cumbre que hoy mantendrá un grupo de seguridad regional dominado por Rusia y China, y que también

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