(Kiev, 16 de diciembre de 2010)-Migrantes y solicitantes de asilo, niños incluidos, se arriesgan a sufrir tratos abusivos y detenciones arbitrarias a manos de policías y guardias en la frontera de Ucrania, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Algunos inmigrantes contaron cómo los agentes los torturaron, incluso con descargas eléctricas, después de haber sido detenidos mientras trataban de cruzar a la Unión Europea o después de ser deportados de Eslovaquia y Hungría.
El informe de 124 páginas, "Buffeted in the Borderland: The Treatment of Asylum Seekers and Migrants in Ukraine" ("Maltratados en tierras fronterizas: El trato a los solicitantes de asilo y migrantes en Ucrania"), está basado en 161 entrevistas con refugiados, migrantes y solicitantes de asilo en Ucrania, Eslovaquia y Hungría. El informe documenta cómo a pesar de que algunas condiciones han mejorado en los centros de detención de migrantes, Ucrania sigue sometiendo a muchos migrantes a tratos inhumanos y degradantes y no ha logrado proporcionar protección efectiva para refugiados y solicitantes de asilo, o no ha mostrado disposición al respecto.
"Los países de la Unión Europea están devolviendo personas a Ucrania, donde son objeto de abusos", dijo Bill Frelick, director del Programa de Refugiados de Human Rights Watch y coautor del informe. "Pese a un acuerdo de readmisión y el dinero invertido por la UE, Ucrania no parece dispuesta a respetar los derechos de los migrantes ni a proteger a los refugiados".
El acuerdo de readmisión entre la UE y Ucrania que entró en vigor el 1 de enero de 2010 establece que los ciudadanos de terceros países en la UE que hayan entrado por Ucrania pueden ser devueltos . En los últimos años, la UE ha gastado millones de euros en la mejora de los sistemas de asilo y migración de Ucrania.
Sin embargo, Human Rights Watch señaló que ni el acuerdo ni la concesión de fondos eximen a los países miembros de la UE de sus obligaciones bajo los estatutos de la Carta de derechos fundamentales de la Unión Europea de proveer acceso al asilo y de no forzar los retornos de personas a lugares donde enfrentarían torturas y malos tratos. Tampoco eximen a los países miembros de la UE de sus responsabilidades hacia los menores extranjeros no acompañados.
Más de la mitad de los migrantes entrevistados que habían sido deportados de Eslovaquia y Hungría afirmó recibir palizas y malos tratos en Ucrania. La mayoría había tratado de solicitar asilo en Hungría o Eslovaquia, pero sus peticiones fueron ignoradas y fueron expulsados rápidamente. Ambos países también deportaron a menores no acompañados.
Los acuerdos de readmisión constituyen un pilar de la denominada estrategia de externalización de la Unión Europea para el asilo y la migración. El objetivo de esta estrategia es contener el flujo de migrantes y solicitantes de asilo a la UE, trasladando la carga y responsabilidad de los migrantes y refugiados a los países vecinos por los que pasan.
"La UE debería suspender su acuerdo de readmisión hasta que Ucrania demuestre su capacidad de proveer una vista justa para los solicitantes de asilo y un trato humano hacia los migrantes, y de garantizar la protección efectiva de refugiados y personas vulnerables", dijo Frelick.
Pese a que Human Rights Watch no documentó pruebas que pudieran sugerir que las torturas a los migrantes son sistemáticas en Ucrania, los entrevistados aseguraron que siguen ocurriendo. Un hombre de nacionalidad iraquí relató cómo fue interrogado después de que una patrulla fronteriza lo detuviera en Ucrania a fines de abril:
El trato fue brutal. Nos golpearon salvajemente, nos dieron patadas y nos hostigaron verbalmente. También me sometieron a descargas eléctricas. Me aplicaron descargas en las orejas. Admití que quería cruzar la frontera y que habíamos pasado contrabandeados... Sentí que se me iba a parar el corazón. Estaba sentado en una silla. Acepté todo, pero no dejaron de torturarme.
Aún así, muchos inmigrantes que no sufrieron torturas contaron que fueron sometidos a palizas, privación de alimentos y otros tratos inhumanos o degradantes. Todos estos abusos fueron cometidos en un contexto de impunidad, concluyó Human Rights Watch, donde los culpables no tuvieron que rendir cuentas y las víctimas estaban demasiado atemorizadas como para presentar una denuncia.
Pese a que los problemas en los centros de detención de migrantes en Ucrania, como un severo hacinamiento y pésimas condiciones sanitarias, parecen haber mejorado desde la publicación en 2005 de un informe de Human Rights Watch sobre Ucrania, "On the Margins: Rights Violations against Migrants and Asylum Seekers at the New Eastern Border of the European Union" ("En los márgenes: Violaciones contra los derechos de los migrantes y de los que buscan asilo en la nueva frontera del este de la UE"), el sistema de detención migratoria sigue presentando problemas serios. Entre ellos se destacan los malos tratos, la falta de acceso al sistema de asilo, la detención de niños, la mezcla indiscriminada de hombres y mujeres sin relación alguna y de niños con adultos, corrupción y el uso arbitrario y desproporcionado de la detención migratoria en general.
Entre agosto de 2009 y agosto de 2010, Ucrania fue incapaz de reconocer o proveer protección a refugiados debido a que el sistema de asilo se vio paralizado por cuestiones políticas. Pese a que el sistema de asilo está nuevamente en marcha, sigue siendo disfuncional, señaló Human Rights Watch. Dado que muchos solicitantes de asilo dijeron que tuvieron que sobornar a los agentes de migración para que les procesaran las solicitudes de asilo, conseguir un intérprete para la entrevista de asilo u obtener la documentación requerida, Human Rights Watch instó a las autoridades a investigar las acusaciones de corrupción y a asegurar la imposición de sanciones penales o disciplinarias apropiadas.
Human Rights Watch descubrió que los agentes del Servicio Estatal de Guardia
Fronteriza frecuentemente no presentan las solicitudes de los refugiados detenidos al Servicio Regional de Migración, encargado de llevar a cabo las entrevistas de asilo. La cantidad de personas liberadas de los centros fronterizos de detención temporal debido a que sus solicitudes de asilo fueron aceptadas por el Servicio Regional de Migración cayó drásticamente de 1,114 en 2008 a 202 en 2009.
Los solicitantes de asilo entrevistados por Human Rights Watch se quejaron de que las entrevistas del Servicio Regional de Migración eran superficiales, que los intérpretes a menudo no estaban calificados y que los entrevistadores se mostraron, en algunas ocasiones, severos y sentenciosos. Un afgano que tenía una solicitud aparentemente convincente contó que su entrevistador le dijo lo siguiente durante la entrevista: "Usted será cien por ciento rechazado".
El sistema de asilo también está aquejado de numerosos vacíos legales. La ley ucraniana no provee protección a aquellos que huyen de brotes generalizados de violencia, guerras o del tráfico de víctimas. Existe conocimiento de que sólo dos somalíes y un menor no acompañado han sido reconocidos como refugiados, y en algunas regiones del país se les niega a los niños la posibilidad del asilo.
Los menores no acompañados enfrentan obstáculos aún mayores para conseguir la documentación necesaria y acceso al sistema de asilo porque sólo pueden presentar la solicitud con un representante legal, y las autoridades en algunas regiones se niegan a designarles uno. El proceso de toma de decisiones es lento y muchos niños llegan a la mayoría de edad antes de que se haya emitido una decisión sobre sus solicitudes, lo que los perjudica.
Lo que es aún peor es que los guardias fronterizos pueden detener a niños durante semanas en instalaciones similares a prisiones pero que eufemísticamente son denominadas "dormitorios". Los guardias fronterizos ponen en riesgo la seguridad de los niños al detenerlos en estos lugares junto a adultos con los que no guardan relación alguna, mezclando a niños y niñas con hombres, descubrió Human Rights Watch.
"Pese al pésimo trato que reciben estos niños en Ucrania, tanto Eslovaquia como Hungría han forzado sumariamente el retorno de menores no acompañados", dijo Simone Troller, investigadora del departamento de Derechos del Niño de Human Rights Watch y coautora del informe. "En la práctica, son devueltos en las mismas condiciones de los adultos, sin tomar en cuenta su vulnerabilidad ni la falta de protección en Ucrania".
Un joven afgano de 17 años no acompañado describió su experiencia en Ucrania tras ser deportado de Eslovaquia:
Cruzamos la frontera de Eslovaquia, pero fuimos detenidos. Le pedimos a la policía que nos ayudara. Un día y una noche después fuimos deportados... No podía entender el papel que tuve que firmar... Tengo miedo de hablar sobre los soldados ucranianos en la frontera. Nos pegaron mucho. Nos golpearon para que habláramos ruso. Tan pronto como nos detuvieron, empezaron a golpearnos... Era de noche... Caminamos a otro cuarto. Un señor en ropa civil me estuvo pegando brutalmente. "¿Cómo cruzaste la frontera?" Nos dio uno por uno. Me dio patadas y también me golpeó con una bastón de policía y me dio puñetazos durante una hora, sin parar de pegarme. Al principio era sólo él, pero luego otros tres o cuatro, vestidos de uniforme, también me pegaron.
Pese a que el límite para la detención migratoria es de seis meses, las cortes ucranianas, gravemente sobrepasadas de trabajo, suelen ser incapaces de evaluar los casos en ese margen de tiempo. En muchas ocasiones, los migrantes cuentan que recibieron una orden de detención de seis meses pero que nunca comparecieron ante un juez ni tuvieron la oportunidad de defender sus casos y cuestionar la detención. Muchos, incluyendo niños, reportaron que los guardias fronterizos los amenazaron con no dejarlos en libertad durante la totalidad de los seis meses si no les pagaban un soborno.
No hay nada en la ley ucraniana que prohíba a las autoridades volver a arrestar a los migrantes poco después de haberlos liberado y detenerlos durante otros seis meses. Human Rights Watch se reunió con algunos migrantes que habían sido detenidos múltiples veces. Un detenido paquistaní de 23 años en el Centro de Acomodamiento Migratorio de Zhuravychi dijo:
Abren las puertas y te dicen que te vayas. Estamos a 40 kilómetros de Luts'k. Cuando nosotros los paquistaníes salimos de la cárcel, hay gente de la mafia (esperando fuera) con una lista. Te piden US$1,500 y si les pagamos nos ayudan, y si no, rompen nuestra documentación y pasamos otros seis meses detenidos.