¿Cómo cambiaron las preferencias de los electores ucranianos tras la primera ronda de los comicios presidenciales del pasado 17 de enero?
La primera ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko, no participó en las presidenciales de 2004, por prestar apoyo a Víctor Yúschenko. Consiguientemente, los resultados obtenidos por Timoshenko en estos comicios son comparables con lo logró su alianza política, el Bloque de Yulia Timoshenko (BYT) en las elecciones parlamentarias celebradas en 2007.
En 2007, el BYT reunió el 30,71% de votos frente al 25,05% que, según los datos de la CEC (Comisión Electoral Central) ucraniana, Timoshenko obtuvo en la primara ronda, es decir, una bajada de más de un 5%.
Aunque los coordinadores de su campaña electoral vaticinaban la victoria a Timoshenko, este pronóstico no se hizo realidad. Incluso Kiev, la capital, dominada por los partidarios de la jefa del Ejecutivo, supuso el fiasco más grave sufrido por la candidata a la presidencia.
En 2007, el BYT en la capital ucraniana obtuvo el 46,18% de votos y ahora tan sólo un 36% de kievitas votaron por Timoshenko.
Los resultados que obtuvo la primera ministra en las regiones del sur y oriente de Ucrania también fueron peores que en 2007.
El equipo electoral de Timoshenko confía en que durante la segunda ronda la candidata obtendrá el apoyo de los que votaron a favor de otros candidatos, como Arseni Yatseniuk, Serguéi Tiguipko, Vladímir Litvín y Anatoli Gritsenko, en la primera vuelta.
Sin embargo, para asegurarse el apoyo de los partidarios del banquero Serguéi Tiguipko (que reunió el 13% de votos en la primera ronda y se situó en la tercera posición) Timoshenko deberá utilizar más la retórica prorrusa.
Y si lo hace, en este caso, perdería el electorado nacionalista que apoya la política de Víctor Yúschenko y Arseni Yatseniuk que en el primara ronda obtuvieron el 5,48% y 6,96% de los votos, respectivamente.
Asimismo, es poco probable que Timoshenko obtenga los votos de los partidarios del actual presidente del Parlamento ucraniano y líder del Partido Popular, Vladímir Litvín, que en su mayoría, pertenecen a la población rural y se pronuncian por estrechar las relaciones con Rusia.
En cierta medida, Timoshenko podría contar con el apoyo de uno de sus principales partidarios, Yuri Lutsenko, titular del Ministerio del Interior, y de todo el numeroso personal de esa cartera.
Víctor Yanukóvich, líder del opositor Partido de las Regiones y rival número uno de Timoshenko, quien reunió más del 35% de votos, también tuvo peores resultados en comparación con los comicios presidenciales de 2004 (39.26% en la primera ronda).
No obstante, Yanukóvich logró conservar su liderazgo en ocho regiones del sur y oriente de Ucrania, la república autónoma ucraniana de Crimea y la ciudad de Sebastopol (península de Crimea) y también obtuvo la mayoría de votos en las provincias occidentales de Ucrania próximas a los Cárpatos.
En la región central de Ucrania, Yanukóvich ocupó el segundo lugar con los resultados casi iguales a los que consiguió su partido en las elecciones parlamentarias de 2007.
La postura del actual presidente ucraniano, Yúschenko, puede contribuir a la victoria de Yanukóvich en la segunda ronda. Yúschenko propuso retirar el apoyo a ambos candidatos que pasaron a la segunda ronda, lo que puede privar a Yulia Timoshenko de votos del así llamado "electorado democrático", sumamente importantes para ella.
En la segunda ronda, Yanukóvich con toda seguridad contará con el apoyo del electorado del líder del Partido Comunista ucraniano, Piotr Simonenko, quién reunió el 3,54% de votos el pasado 17 de enero.
Según muchos analistas, el banquero Serguéi Tiguipko, con el 13% de votos en la primera ronda, posee la verdadera "acción de oro", porque el nombre del 4º presidente ucraniano depende en gran medida del apoyo que preste a una u otra candidatura.
Aunque al equipo electoral de Timoshenko no escatimó esfuerzos por presentar a Tiguipko como a un candidato de poca monta, el banquero dio una sorpresa desagradable a la primera ministra al atraer a su lado los votos de algunos de sus partidarios.
Además, influyeron los conflictos de intereses comerciales entre Timoshenko y Tiguipko.
Tiguipko, uno de los propietarios del mayor grupo financiero TAS, con sede en Kiev, tiene buenas relaciones con el magnate Ígor Kolomoiski, que controla el grupo Privatque controla el sector metalúrgico y financiero.
Las relaciones entre Timoshenko y Kolomoiski han sufrido un drástico deterioro hace poco, probablemente porque el magnate rehusó financiar la campaña electoral de la jefa del gobierno ucraniano.
En vísperas de los comicios, Timoshenko autorizó a su portavoz manifestar que los activos del grupo Privat en el sector petrolero de Ucrania serían nacionalizados. Esto afecta directamente los intereses de Tiguipko, por eso es poco probable que apoye a Timoshenko.
Yanukóvich y Timoshenko, que pasaron a la segunda ronda de las presidenciales, tienen que hacer todo lo posible para ganar el apoyo de los votantes indecisos, que, según estimaciones sociológicas, constituyen un 10% del electorado.
Es difícil prever las tecnologías emplearían los equipos de campaña de Yanukóvich y Timoshenko en lo que resta de la segunda ronda a celebrarse el próximo 7 de febrero. Pero seguramente centrarán sus esfuerzos en ganar los votos del electorado vacilante.
* Innokenti Adiasov es miembro del Comité del parlamento de Rusia para asuntos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI)
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI