lunes, 8 de septiembre de 2008

Europa no quiere volver a Yalta

Mientras leen estas líneas, otro remoto rincón de Europa ha sufrido una limpieza étnica. Eso quiere decir jóvenes asesinados, ancianas arrojadas de los hogares en los que habían pasado toda su vida, sus pueblos saqueados e incendiados. Como ocurrió en Bosnia, hoy, en Osetia del Sur, las carnicerías las han llevado a cabo sobre todo milicias irregulares. "Hemos llevado a cabo unas operaciones de limpieza, sí", declaró el jefe miliciano capitán Elrus a Luke Harding, de The Guardian. Estos crímenes violentos se han cometido ante los ojos de soldados rusos, ahora recalificados de forma unilateral como fuerzas de paz mediante el sencillo método de ponerles unos cascos azules. La limpieza étnica se ha extendido a la zona de seguridad que ha establecido unilateralmente Rusia alrededor de Osetia del Sur, aprovechando una supuesta laguna en el acuerdo de alto el fuego logrado con la mediación del presidente Nicolas Sarkozy en nombre de la Unión Europea.

Hace falta una doble vía estratégica que permita combinar elementos de disuasión por la fuerza y habilidad diplomática
Europa debe hacer todo lo posible por Georgia, pero es más importante estratégicamente lo que pueda hacer por Ucrania
Estos hechos, presenciados sobre el terreno por valientes y minuciosos periodistas, dan la verdadera medida humana de la incapacidad de Europa para cumplir su promesa fundamental de mantener la paz, ni siquiera en su patio trasero. Dan también la medida del deliberado desafío estratégico de Rusia a la manera de hacer política y manejar las relaciones internacionales nacida a finales del siglo XX y representada por la UE. No debemos restar importancia a lo que significa este momento.
Hay que decir de inmediato dos cosas que complican la cuestión, pero que no le quitan validez. La primera, que, por muy grandes que fueran las provocaciones sobre el terreno, las autoridades de Georgia se comportaron de forma insensata y censurable al intensificar el conflicto en Osetia del Sur el 7 de agosto, al permitir que sus fuerzas matasen e hiriesen a civiles inocentes y al no prever la aplastante reacción militar de Rusia, a pesar de los indicios de que ya la habían ensayado. "No nos preparamos para una posibilidad de este tipo", confesó el viceministro georgiano de Defensa, Batu Kutelia. Qué idiotas y qué irresponsables.
La segunda, que la moribunda Administración de Bush se comportó con su incompetencia característica al permitir que el Gobierno de Georgia albergara incluso una sombra de esperanza de que la caballería estadounidense iba a acudir en ayuda de este aspirante a Israel en el Cáucaso. Parece ser que el Departamento de Estado transmitió varias advertencias en sentido contrario, pero otros sectores de este Gobierno disfuncional no actuaron con la misma claridad. El ridículo que despertó en todo el mundo la reacción indignada de Washington muestra, además, cuánta credibilidad ha perdido Estados Unidos debido a la invasión de Irak (no invadáis un país soberano; eso es lo que hacemos nosotros).
Es decir, tanto Tbilisi como Washington tienen algo de culpa. Ahora bien, atribuir responsabilidades a Estados Unidos (un deporte que se le da muy bien a los europeos) y a Georgia (un país lejano del que la mayoría de los europeos no sabe nada) no implica pasar por alto el desplante de Rusia a la manera de abordar los asuntos humanos que Europa occidental trata de emplear desde 1945 y el credo por el que la mayor parte de Europa se rige desde 1989.
Lo fundamental en este caso no es la "integridad territorial". La esencia de nuestra nueva forma europea de hacer las cosas es más bien una especie de integridad de procedimiento. Hay que respetar las fronteras de los Estados existentes, pero, en casos excepcionales, algunos territorios dentro de los Estados pueden negociar autonomías especiales o incluso votar para obtener la independencia, como Eslovaquia, Kosovo o tal vez Escocia algún día. Ahora bien, siempre con la condición de que se haga por medios pacíficos, mediante la negociación y el consenso, con la aprobación de las leyes nacionales e internacionales. El cómo importa más que el qué.
Ése es nuestro requisito fundamental, y la Rusia de Putin acaba de desafiarlo. Su mensaje es que el uso unilateral de la fuerza para propugnar los intereses nacionales es parte de lo que hacen las grandes potencias; que el orden posmoderno, multilateral y legal de la UE es un anacronismo pasajero del siglo XX; y que, en las antiguas palabras del diálogo de los melios de Tucídides, "los fuertes hacen lo que pueden y los débiles se someten".
¿Y cuál es la respuesta de Europa? El resultado de la cumbre de urgencia celebrada el lunes por la UE fue menos malo de lo que podía haber sido. A diferencia de la última cumbre de urgencia, celebrada hace cinco años a propósito de Irak, esta vez se mantuvo cierta unidad. Pero las medidas aprobadas son débiles. "Gracias a Dios que ha triunfado el sentido común", comentó un aparentemente satisfecho Vladímir Putin. Y la unidad en sí es débil. Sigue habiendo profundas diferencias de método que reflejan distintos grados de dependencia energética y distintas experiencias históricas de relación con Rusia. Moscú hará todo lo posible para explotar esas diferencias. El Izvestia del lunes tenía un fascinante mapa de colores de los Estados miembros de la UE divididos en cuatro categorías: Gran Bretaña y Polonia eran "críticos violentos", mientras que Alemania, Francia, Bélgica e Italia recibían la halagüeña etiqueta de "lobbistas de Moscú".
El tono de leve satisfacción en la rueda de prensa posterior a la cumbre, con Sarkozy y José Manuel Barroso, me pareció inapropiado. No se puede utilizar un tono así cuando, mientras tanto, hay mujeres y niños que están quedándose en la miseria, o en peor situación aún, en parte como consecuencia del fracaso de Europa. Una derrota no es una victoria. Y esta cumbre sólo podrá considerarse un triunfo si pone en marcha una revisión fundamental de la política de Europa respecto a Rusia.
Lo que nos hace falta es una estrategia de dos vías, que combine elementos de disuasión por la fuerza y habilidad diplomática, de guerra fría y de distensión. La opinión de Putin no es la única en Rusia. La esperanza de que se oyera pronto la del presidente Medvédev se ha desvanecido, pero hay otras, incluidas las que expresan en privado algunos capitalistas rusos preocupados. Debe quedar claro que sigue abierta la puerta a una relación estratégica como la que deseaba Occidente en los años noventa, con Rusia como nuevo pilar del orden internacional liberal.
Sin embargo, nuestra nueva hipótesis de trabajo debe ser que, en un futuro previsible, Rusia va a seguir siendo la Rusia de Putin: una potencia fuerte e implacable, decidida a reducir la influencia de Occidente y establecer su propia esfera de influencia de estilo decimonónico en el espacio pos-soviético. Y un país dispuesto a usar la violencia, la intimidación y la extorsión para hacer triunfar sus intereses nacionales, que, según su definición, incluyen la "protección" de millones de rusos en otros Estados soberanos situados alrededor de sus fronteras. Como en Crimea, por ejemplo, una parte del Estado soberano de Ucrania en la que algo más de la mitad de la población se define como rusa y el Kremlin tiene su flota del mar Negro anclada en Sebastopol.
"Yalta, c'est fini", declaró Sarkozy en la rueda de prensa de Bruselas, en referencia a la supuesta división de Europa en dos esferas de influencia durante la conferencia de Yalta en 1945. Pero quizá está surgiendo otro tipo de Yalta en la ciudad del mismo nombre, situada en Crimea, y otras muchas como ella, en las que la Madre Rusia sueña con cuidar de los suyos. Europa debe hacer todo lo posible por Georgia, incluida una presencia visible sobre el terreno. Pero es mucho más importante, desde el punto de vista estratégico, lo que pueda hacer por Ucrania, un Estado grande y esencial que (a diferencia de Georgia) todavía controla, más o menos, todo el territorio dentro de sus fronteras.
El ministro británico de Exteriores, David Miliband, tuvo toda la razón al ir allí como respuesta a la crisis de Georgia. Ahora, la UE debería ofrecer a Ucrania un futuro claro de integración. Debería enviar a observadores, funcionarios, abogados, asesores policiales, especialistas en desarrollo que hablen ucranio y ruso, a que trabajen sobre el terreno, sobre todo en regiones como Crimea. Nuestra respuesta debe ser realista, no sólo en nuestra forma de juzgar a Rusia, sino también a la hora de valorar nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles. Rusia recurre a los carros de combate. A Europa no se le dan bien los carros de combate. Pero se nos dan bien otras mil cosas, cada una de ellas, por su cuenta, más pequeña, blanda y lenta que un carro de combate, pero que, todas juntas, con tiempo y la perspectiva de la integración, pueden acabar siendo una fuerza más poderosa. Este modelo europeo es el que está hoy a prueba.
www.timothygartonash.com. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

Diálogo o guerra fría con Rusia

Para mitigar el trauma de la desintegración de la URSS, el presidente de Rusia Boris Yeltsin ideó en diciembre de 1991 la Comunidad de Estados Independientes (CEI), a la que se incorporaron las repúblicas exsoviéticas, excepto las tres bálticas, para formar un espacio confederal de interés estratégico, de cooperación económica, un remedo de la Unión Europea (UE), cuyas instituciones quedaron bloqueadas por conflictos abiertos o latentes, hasta desembocar en una organización virtual desgarrada entre aliados del Kremlin y aspirantes a integrarse en la OTAN.Georgia no se unió a la CEI hasta diciembre de 1993, en circunstancias harto controvertidas, tras una guerra civil en la que Moscú intervino a favor del presidente Eduard Shevardnadze, que había sido ministro de Exteriores con Gorbachov. Los estrategas rusos codificaron entonces la expresión extranjero próximo para aludir a la CEI, espacio de interés vital para Rusia. Lema y pretexto de Yeltsin para enviar tropas a Georgia, forma parte del dogma de restauración y desagravio imperante desde que Putin se instaló en el Kremlin, en el año 2000.EN LOS ÚLTIMOS 20 años, Rusia se sintió acosada en su frontera occidental con el ingreso de los países bálticos en la OTAN, el escudo antimisiles del Pentágono en Polonia y la República Checa y las revoluciones de colores en Georgia, Ucrania y Kirguizistán (2003-2005), para instalar gobiernos orientados hacia Washington, una cadena de actuaciones que los rusos consideran inamistosas y que violan de manera flagrante, a su juicio, las garantías que Alemania y EEUU dieron a Gorbachov y Yeltsin sobre la seguridad y las fronteras inamovibles de la Alianza Atlántica.La independencia de Kosovo, patrocinada por Estados Unidos y la UE, fue otra humillación de los eslavó- filos que predican la cruzada desde Moscú como tercera Roma, antaño meca de las legiones proletarias, ahora centro de un imperio que no osa decir su nombre. La guerra re- lámpago de Georgia simboliza el fin de la retirada general rusa de los últimos 20 años y constituye una advertencia dirigida a Occidente y a los países que integran el extranjero próximo, especialmente Georgia, Ucrania y Moldavia, donde hay realidades heredadas de la época soviética que desafían la lógica e irritan a los rusos.Moscú no solo rechaza la pretensión de Washington de un papel hegemónico en los asuntos mundiales, sino que reclama una zona de influencia, dictada por la geografía y la historia, según el presidente Medvédev, mientras Putin, al inspeccionar las obras del oleoducto transiberiano hacia China y el Pacífico, advertía a los europeos de que no será difícil encontrar mercados alternativos para sus hidrocarburos.La situación alimenta los designios imperiales. Casi el 40% de los ucranianos son rusos o rusohablantes. Crimea, histórica y demográficamente rusa, fue regalada por Jruschov a Ucrania en 1956, y Transniéster, la región separada de facto de Moldavia, tiene una situación similar a las de Abjasia y Osetia del Sur. Los rusos son casi el 40% en Estonia y Letonia, donde se consideran discriminados, y el 28% en Kazajstán. Rusia cuenta con Armenia como cliente, ya que los armenios de Nagorno-Karabaj, con permiso del Kremlin, imponen la secesión de esa región de Azerbaiyán, el eslabón petrolero de la zona, supuestamente neutral.Aunque Putin ha sabido frenar su pavorosa decadencia, asociada a una catástrofe demográfica, Rusia está convaleciente y presenta innumerables debilidades, zonas de fractura o retraso. El mito del Ejército Rojo, que empezó a desmoronarse en Afganistán, no pudo resistir el ocaso del comunismo, pero su potencia militar y nuclear es impresionante, la única que puede destruir EEUU. Primer productor mundial de gas natural y segundo de petróleo, gran exportador de armas, dispone de unas reservas en dólares que superan los 300.000 millones.CUANDO EL ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, exige a EEUU que abandone su proyecto de acorralar a Rusia, en realidad piensa en Ucrania, cuya adhesión a la OTAN liquidaría los sueños de una Unión Eslava (Rusia, Ucrania y Bielorrusia) y afectaría tanto a la industria de defensa como al poder naval en el mar Negro y la sacrosanta profundidad estratégica.Hay que negociar un nuevo orden para afrontar el desafío del "mundo posamericano", según la realidad estratégica que se abre paso en Washington. Frente a una espiral de acción-reacción (despliegue de la OTAN en el Báltico y en el mar Negro), acompañada por la escalada retórica, como en Georgia, hay que preservar un diálogo que tenga en cuenta todos los intereses, única manera de evitar la evolución inexorable hacia un nuevo reparto en el estilo de Yalta, corolario de la nueva guerra fría, o el repliegue azaroso de Moscú hacia el rencor por Occidente y las ansias de desquite.Si el futuro de Europa se juega en el Cáucaso, según la hipérbole utilizada en Estocolmo o Londres, quizá la Unión Europea debería olvidar los recuerdos belicosos de los suecos y los turbios problemas del espionaje inglés con la mafia rusa exiliada. Para el empeño de convocar a todos los actores, como propician Alemania y Francia, parece una señal equivocada la visita del vicepresidente de Estados Unidos, Richard Cheney, a Georgia, Azerbaiyán y Ucrania, como si fueran las nuevas marcas del imperio, lo que solo servirá para inflamar las tensiones con Moscú.

Bajo la Lupa

Cayó la primera víctima petrolera del conflicto en el Cáucaso: la trasnacional británica British Petroleum (BP), obligada a una retirada nada graciosa en su alianza mercantil con la rusa TNK (John Helmer, Asia Times, 6-09-08), como corolario del nuevo paradigma geoenergético de la desprivatización, renacionalización y restatización que cunden en los principales países productores de hidrocarburos del planeta.
La retirada de BP de Rusia, cuyo oleoducto BTC fue puesto en jaque con el exquisito movimiento de ajedrez ruso en Osetia del Sur, coincidió con la presencia en Georgia del superhalcón Dick Cheney, vicepresidente terminal de Estados Unidos (EU).
Pendenciero como siempre, (“Dick Cheney juega con fuego nuclear”; ver Bajo la Lupa, 27-08-08), Cheney “lanzó una amenaza belicosa a Rusia”, según James Hider (The Times, 5-09-08), “al prometer que el aliado pequeño (sic) de EU algún día (sic) se unirá a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)”. Falta ver qué dicen Alemania, Francia e Italia (De Defensa, 5-09-08), quienes se portaron en forma sensata y negociadora con Rusia en la reciente cumbre de “emergencia”de la Unión Europea (UE), tres semanas después del ataque de Georgia a Osetia del Sur que llevó a la respuesta rusa.
Existe embotellamiento de navíos de EU y Rusia en el mar Negro (ver Bajo la Lupa, 10,13,17 y 20-08-08), así como de visitas simultáneas de adversarios: Cheney en el Cáucaso, y el primer ministro Vladimir Putin en Uzbekistán para incorporar los hidrocarburos centroasiáticos al sistema de gasoductos rusos (Debka, 3-09-08).
Como previmos, las reverberaciones del posicionamiento ruso en el Cáucaso sacudieron en su “periferia inmediata” al frágil gobierno proestadunidense en Ucrania del presidente Viktor Yushchenko, quien padece una severa crisis de gobernabilidad.
Ucrania, que Cheney desea adherir a la OTAN en forma desafiante para torturar más a Rusia, puede sucumbir a la balcanización entre sus poblaciones rusófilas y rusófobas.
Stratfor (3-09-08), centro de pensamiento texano-israelí, abunda sobre la “fractura de la coalición proccidental” que gobernaba a Ucrania, lo cual puede desembocar en la disolución del parlamento y la convocatoria a elecciones en diciembre, que sería un acto suicida del presidente Yushchenko, peleado a muerte con su ex aliada primera ministra Julia Timoshenko, quien no desea confrontar demasiado a Rusia con el fin de alcanzar la presidencia el año entrante, mediante su asombrosa alianza táctica con los rusófilos encabezados por Victor Yanukovich y Rinat Akhmentov.
La política interna en Ucrania suele ser caótica pero no se puede soslayar su relevancia singular como “el más importante país amortiguador entre Rusia y un Occidente siempre (sic) irredentista”, a juicio de Stratfor.
En espera de la desviación del gas ruso por el mar Báltico para nutrir directamente a Alemania, convertida en la nueva encrucijada gasera del norte europeo en unos cinco años, en la actualidad, la mitad de las redes de transporte que Rusia utiliza para enviar hidrocarburos a Europa atraviesa Ucrania, que depende, a su vez, en tres cuartas partes de su importación energética de Moscú. La jugada petrolera la tiene perdida Ucrania.
Zbigniew Brzezinski, anterior asesor de seguridad nacional de Carter y hoy principal consejero de Obama en política exterior, en su libro El gran tablero de ajedrez mundial: la primacía de EU y sus imperativos geoestratégicos, escrito hace 11 años y en el que se equivocó en su premisa fundamental sobre la eternidad imperial de EU, colocó correctamente a Ucrania como uno de los principales estados “pivote” del planeta y la parte más vulnerable de Rusia.
Stratfor considera que Rusia posee “varias palancas” para poner en orden a Ucrania; desde el corte del abastecimiento de los hidrocarburos hasta su desestabilización mediante la movilización de la mitad de la población que es rusófila (20 por ciento es de origen ruso), lo cual podría “separar en dos al país”, escenario “temido por Occidente”.
Nos encontramos ante la redefinición de Ucrania, lo cual ha dividido a la coalición gobernante “proccidental” entre el presidente Yushchenko, quien denunció la “agresión rusa” a Georgia, y el primer ministro Timoshenko, quien se inclinó en favor de Moscú: aquel “desea precipitarse a los brazos de Occidente” y ésta “desea evitar movimientos que agiten más a Rusia”, precisa Stratfor.
Amén de la bajísima popularidad del presidente cuando su partido “Nuestra (sic) Ucrania” a duras penas controla 14 por ciento de los escaños parlamentarios, la mayoría de la población repudia su incorporación a la OTAN, por considerarla una afrenta innecesaria a Moscú.
El bushiano Yushchenko degeneró en un maniqueismo simplista entre Rusia y “Occidente” (este tan fracturado, como la misma Kiev, entre EU y la UE) y no se cansó en provocar al Kremlin durante la crisis del Cáucaso: muy bien podría sufrir la misma humillación que su amigo y aliado el presidente georgiano, Misha Saakashvili, un verdadero cadáver viviente.
Yushchenko y Saakashvili, productos respectivos de las revoluciones “naranja” y “rosada”(financiadas ambas por el megaespeculador George Soros y la CIA), no han entendido que son dos piezas desechables y que, por lo menos, la UE no arriesgará su seguridad y su comodidad en una confrontación que perdería en teoría con Rusia.
Les haya dicho lo que sea a ambos, el superbélico Cheney ha prometido una “ayuda” demagógica a Georgia por mil millones de dólares que no posee EU (debido a su insolvencia financiera y su grave crisis económica). Tampoco EU ostenta una creíble capacidad militar, empantanado en otros frentes, para arriesgarse a una confrontación con Rusia –en términos racionales y no bajo la óptica del manicomio de la Casa Blanca que despedazó su política exterior en los pasados siete años y medio.
A juicio de Stratfor, Rusia se ha beneficiado del caos en Ucrania, pero ahora que el presidente Medvedev en su nueva doctrina geoestratégica ha delimitado sus “zonas de interés” en su “periferia inmediata” y más allá, Ucrania no gozará con las mismas veleidades de aventurerismo militar para servir de caballo de Troya a EU y a la OTAN y doblegar a Rusia en la vital frontera común de mil 576 kilómetros.
En forma sarcástica, De Defensa (3-09-08), centro de pensamiento militar europeo, se burla de la identidad desconocida de “quien va a liberar a Ucrania”.
A sabiendas de sus limitaciones geoestratégicas, ¿no es, acaso, más sensato, preventivo y redentor para su propia seguridad, que Ucrania cese de hostilizar a Rusia y, al contrario, restablezca sus lazos históricos amigables con su potente vecino resucitado, antes de ser balcanizada o deglutida por las redefiniciones del Cáucaso?

Francia, Ucrania, Israel y Lituania estarán en el Europeo

Grupo A. Ucrania parece estar desinflándose, y permitió que Alemania sumara su primer triunfo de esta fase, lo cual permite a las germanas luchar por evitar la última plaza. En dicha contienda su rival será Gran Bretaña, que cayó ante una Lituania que se hace con la primera plaza del grupo, aunque con un partido más que Israel, con quien marcha empatada. En este último partido Ciudariene no pudo jugar, mientras que la "leonesa” Kim Butler acabó con 18 puntos y 10 rebotes, insuficientes para que su equipo ganara. Lituania, Israel y Ucrania ya están clasificadas para Letonia de manera directa.
Grupo B. Turquía no tuvo demasiados problemas para superar a Finlandia, tras los 9 puntos de Sten y 6 de Piipari, dejando el partido sentenciado al descanso, y colocando al equipo escandinavo al borde del precipicio, sin asegurar su permanencia en esta División A. Las turcas empatan a Polonia en la primera plaza, aunque tienen a un solo partido a Italia, que quiere cuestionarles el pase directo, tras imponerse a Bosnia con facilidad.
Grupo C. Le costó más que lo que parecía hace unas jornadas la clasificación a Francia, pero se impuso a uno de sus rivales directos, Hungría (con una Ujhely desaparecida que únicamente anotó dos puntos), y certificó que como poco será segunda, lo que le asegura su plaza en Letonia. El equipo magiar tendrá que intentar ser segundo ante Eslovaquia, tras vencer con facilidad estas últimas a Rumanía.
Grupo D. Grecia ya sabe lo que es perder, aunque aún así guarda la primera posición del grupo. Su verdugo fue Serbia, en un partido igualado, que se decidio por únicamente tres puntos de diferencia. Maltsi siguió a un gran nivel, con 21 puntos, mientras que en su rival, las conocidas de nuestra liga no brillaron nada, con Miljkovic y Knecevic quedándose en dos puntos, y Musovic en tres. En el otro partido, Bélgica no tuvo problemas en deshacerse de Bulgaria, gracias en parte a los 9 puntos y 10 rebotes de Anke de Mondt.
Divisón B
Grupo A. Montenegro sigue siendo la selección que más credenciales da para estar el próximo año en la División A, tras su reciente creación, y lo demostró superando a Eslovenia. Dubljevic realizó un partidazo, con 20 puntos y 14 rebotes, mientras que Bjelica acabó con 17, formando una dupla espectacular, mientras que por Eslovenia, Maja Erkic acabó con 9 puntos y 10 rebotes. Holanda e Irlanda, tras imponerse respectivamente a Suiza e Islandia, se mantienen en la persecución sobre el cuadro montenegrino.
Grupo B. Portugal consiguió un importante triunfo ante Macedonia que le aúpa a la primera plaza, con un sensacional trabajo de sus dos “españolas”, Muxiri con 23 puntos y Freitas con 20. Suecia, con 6 puntos de Liljestrand, se impuso a Luxemburgo para mantenerse invicta.

Buscará UE aproximación con Ucrania ante crisis en el Cáucaso

Bruselas, 7 Sep (Notimex).- Ante la crítica situación que se vive en el Cáucaso, la Unión Europea (UE) buscará, el próximo martes, una aproximación a Ucrania, país visto por muchos especialistas como el próximo blanco de Moscú.Pero en los últimos días la situación en Ucrania se tornó imprevisible por una nueva crisis que puso en jaque a la coalición entre el presidente ucranio, Viktor Yushchenko, y la primer ministra, Yulia Tymoshenko.La coalición gobernante de Ucrania se encuentra en franca crisis después de la salida de la misma del partido pro-presidencial Nuestra Ucrania-Autodefensa Popular, enfrentado con el bloque de Yulia Timoshenko, su aliada política.El presidente Yushchenko amenazó con disolver el parlamento y convocar elecciones anticipadas si no logra crear una nueva coalición gubernamental a tiempo.Según analistas la lucha por el poder entre Yushchenko y la primera ministra Tymoshenko es la causa fundamental de esta crisis.En las elecciones parlamentarias de septiembre del año pasado, el bloque de Yushchenko y el partido Nuestra Ucrania-Autodefensa Nacional consiguieron 227 de los 450 escaños parlamentarios y formaron una coalición gubernamental encabezada por Tymoshenko.Los observadores consideran que desde entonces Yushchenko y Tymoshenko han luchado por el poder.Hasta ahora los europeos carecen de certeza respecto a con quiénes tratarán en la cumbre UE-Ucrania prevista para el martes 9 en la localidad francesa de Evian.Ambas partes tenían previsto firmar una declaración conjunta dando cuenta de su intención común de intensificar sus relaciones e impulsar las negociaciones del nuevo acuerdo reforzado, iniciadas en 2007.La presidencia francesa de turno de la UE afirma que su principal objetivo es definir el marco político de esa nueva asociación y señalar la importancia estratégica de Ucrania para la prosperidad y la estabilidad del continente europeo.Sin embargo, analistas consideran que el bloque juega con un discurso antagónico dado que, según el borrador de la declaración de esa cumbre bilateral, la UE no considera admitir una "perspectiva europea" para Ucrania, sino apenas sus "aspiraciones europeas", un detalle sintáctico que esconde las sutilezas de la geopolítica.Ucrania, por su parte, no se olvida que en la cumbre extraordinaria para la crisis del Cáucaso los líderes europeos prometieron "poner énfasis" en sus relaciones con el país a modo de prevención ante las posibles ambiciones rusas.Para los analistas ahora va a depender del desenvolvimiento de la crisis del gobierno de Yushchenko que Kiev acepte o no firmar la parte política del nuevo acuerdo con la UE sin un cambio en esa parte del texto.Ucrania tiene grandes expectativas en la intensificación de sus relaciones con Europa, que recibe un 31 por ciento de todas sus exportaciones y suministra al país un 45.6 por ciento de sus importaciones.Con ello, el intercambio comercial entre Ucrania y el bloque europeo sumó en 2007 34.8 mil millones de euros (unos 50.6 mil millones de dólares), según datos del Ejecutivo europeo.De modo que esta es una relación comercial más valiosa que la que tiene Ucrania con Rusia, evaluada en 21 mil millones de dólares el año pasado.Para la UE, Ucrania no pasa de ser su socio comercial número 16 en importancia, con intercambios unas siete veces inferiores a los que mantiene con Rusia.Sin embargo, el 80 por ciento de las importaciones de gas ruso a Europa circula por Ucrania, lo que le da un valor añadido ante su mayor socio comercial.Asimismo, la real dimensión de esa cumbre bilateral dependerá de los resultados de la reunión que el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, mantendrán un día antes, el lunes, en Moscú con su homólogo ruso, Vladimir Medvedev.Los líderes europeos tratarán del cumplimiento del acuerdo de paz de seis puntos firmado entre Rusia y Georgia y ya afirmaron que el futuro de las relaciones del bloque con el gobierno de Medvedev dependerá de lo que constaten en esa visita.También dependerá de eso el futuro de sus relaciones con los demás países del Cáucaso.

MUNDIAL SUDÁFRICA 2010: Shevchenko, que fue suplente, rescata a Ucrania

Andriy Shevchenko salió desde el banquillo para convertir un penalti en el tiempo de descuento y conseguir los tres puntos para Ucrania ante sus vecinos.Mano de ChukhleiBielorrusia parecía a punto de asegurar un valioso empate cuando a los tres minutos del tiempo añadido de la segunda mitad, Andrei Chukhlei tocó el balón con la mano en el área y el árbitro pitó penalti. Shevchenko, que había salido desde el banquillo, no falló y desató la euforia en Lvov.Opciones visitantesBielorrusia sorprendió a los locales al acaparar la posesión en la primera parte. Oleg Strakhanovich y Vitali Bulyga probaron a Andriy Pyatov en los primeros minutos, y aunque el portero ucraniano paró ambas ocasiones, Aleksandr Kulchiy estuvo muy cerca de marcar con disparos a corta distancia. Los de Olexiy Mikhailichenko subieron un poco el nivel antes del descanso y Maxym Kalynychenko falló una buena ocasión delante de Yuri Zhevnov.La influencia de AliyevMikhailichenko introdujo en el campo al organizador del FC Dinamo Kyiv Olexandr Aliyev tras el descanso, y tras su gran debut añadió algo de creatividad al equipo. Pero Bielorrusia siguió defendiendo bien gracias a los defensores Dmitry Verkhovtsov y Yegor Filipenko. Mediada la segunda parte, Aliyev se quedó sólo ante el portero tras un pase de Serhiy Nazarenko, pero Zhevnov ganó el duelo ante el joven centrocampista. Ya en los últimos segundos, Shevchenko sentenció desde el punto de penalti.

Aznar defiende que Kosovo sentó un "precedente" que ha servido para lo ocurrido en Georgia

El ex presidente del Gobierno y presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), José María Aznar, se entrevistó hoy con el vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, con quien repasó entre otras cuestiones el reciente conflicto en Georgia y ante quien defendió que Kosovo sirvió de "precedente" para lo que ha ocurrido.
Según informó FAES en un comunicado, el encuentro se produjo en un hotel en el Lago de Como, en la localidad de Cernobbio, donde se celebra el Foro Ambrosetti, al que ambos asisten y en el que está previsto que el ex presidente del Gobierno intervenga esta tarde.
Durante su encuentro, ambos aprovecharon para "analizar las relaciones entre Estados Unidos y Europa, y la actualidad internacional, con especial atención a la crisis entre Rusia y Georgia", según FAES. Además, abordaron el posible ingreso de Ucrania y Georgia en la OTAN, y la situación política en Irán.
Aznar transmitió a Cheney "su total apoyo y respaldo al ingreso de Ucrania y Georgia en la Alianza Atlántica" y también le expresó su opinión de que "la independencia de Kosovo ha servido de precedente para futuros problemas como el que actualmente atraviesan Rusia y Georgia", de acuerdo con el comunicado de FAES. Asimismo, consideró "débil" la respuesta que ha dado la comunidad internacional a esta crisis.
El ex presidente del Gobierno participará esta tarde en una mesa redonda del Foro Ambrosetti sobre liderazgo en el mundo, en la que también estarán presentes el ex mediador de paz estadounidense Richard Holbrooke, el ex responsable de seguridad nacional norteamericano Tom Ridge y el secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa.
Por su parte, la teniente alcalde y concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, participará este mediodía en el mismo foro, en el que presidirá una mesa redonda sobre desarrollo y crecimiento en las grandes ciudades en el que estarán, entre otros, el teniente alcalde de París, Jean-Louise Missika, el alcalde de Boston, Thomas Menino, y la alcaldesa de Milán, Letizia Moratti.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Analizan cancilleres la adhesión de Ucrania y Georgia a la OTAN

A invitación del gobierno de Francia, los cancilleres de los 27 países que forman la Unión Europea viajaron en un moderno tren de alta velocidad desde Paris a la ciudad de Avignon para analizar, entre otros temas, la adhesión de Ucrania y Georgia a la OTAN. Javier Solana, comisario europeo de Política Exterior, dijo: “no es una reunión para tomar decisiones, es para reflexionar, para analizar la situación actual”. Pero no todos pensaron lo mismo. “Creo que todos buscamos compromisos serios en asuntos como Georgia, de Medio Oriente, las relaciones transatlánticas”, expresó David Miliband, canciller de Gran Bretaña. Al terminar este encuentro durante el sábado, el canciller francés viajará a Rusia y a Georgia para plantear a sus gobiernos las conclusiones de la reunión. “Tenemos una cita en Moscú y en Tibilisi el lunes después de los dos días de trabajo”, indicó Bernard Kouchner, canciller de Francia. A la cita en Moscú también irán el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy y el Comisario Europeo José Manuel Durao Barroso, quienes negociarán con el presidente Dimitri Medvedev ajustes al Plan de Paz de 6 puntos para Georgia. Al mismo tiempo que se realizaba la reunión de Avignon, un tercer barco de la Armada de Estados Unidos llegó al Puerto de Poti en Georgia con ayuda humanitaria. John J. Millar, almirante de la Armada de Estados Unidos, declaró: “esto simboliza la amistad entre dos democracias, el pueblo de Georgia y su liderazgo y el pueblo de Estados Unidos y sus líderes”. El gobierno ruso denunció que los tres barcos portan armas además de la ayuda destinada a los miles de desplazados por la guerra en el Cáucaso.

UE.- Los 27 piden reforzar las relaciones transatlánticas y analizar los nuevos retos para la seguridad europea

Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea mantuvieron hoy un debate "franco y abierto", en palabras del jefe de la diplomacia gala, Bernard Kouchner, sobre la necesidad de reforzar las relaciones trasatlánticas con el nuevo inquilino que llegue a la Casa Blanca en enero de 2009.
Además de las relaciones transatlánticas, el otro gran asunto que ocupó a los jefes de la diplomacia europea en su primera jornada de trabajo en Aviñón fue la revisión de la estrategia de seguridad europea, impulsada en 2003, para atajar desafíos como la dependencia energética y la seguridad de abastecimiento energético en la Unión Europea, así como, por ejemplo, los efectos del cambio climático en la seguridad, la inmigración o la pobreza.
Al término de la primera sesión del Consejo informal de ministros de Exteriores de la UE, reunido hoy y mañana en la localidad francesa de la que es originaria Kouchner, el presidente de turno del Consejo aludió a varios desafíos a los que se enfrenta la comunidad internacional tales como las aspiraciones nucleares de Irán, la situación en Afganistán, Pakistán y en Oriente Próximo, además de otros desafíos como la lucha contra el cambio climático, la seguridad energética o la consolidación de los Estados de Derecho.
Kouchner, quien citó como ejemplo de cooperación clara entre Bruselas y Washington la respuesta a la crisis en Georgia, lamentó que aunque Estados Unidos y la Unión Europea compartan "valores comunes" ello no se traduzca siempre en actitudes similares. Sin embargo, reclamó no valorar la cooperación bilateral por "análisis pasados". "Hablamos de futuro (...) La vuelta de los micronacionalismos nos impone una vía común", agregó.
"Entre nosotros hay un verdadero acuerdo para trabajar con nuestros amigos americanos" para abordar problemas como la proliferación nuclear o el cambio climático. El jefe de la diplomacia gala explicó que la presidencia francesa de la Unión Europea ha preparado "un documento base" para impulsar la agenda trasatlántica.
No obstante, Kouchner añadió que ultimará este documento antes de remitírselo a Washington y a los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos --el senador demócrata por Illinois Barak Obama y el senador republicano por Arizona John McCain-- en el próximo Consejo informal de ministros de Exteriores de la UE que tendrá lugar en París, si bien no adelantó la fecha de la cita.
Hasta ahora, los jefes de la diplomacia europea venían celebrando dos reuniones informales al año, la tradicional 'Gymnich', nombre con el que se conocen estas reuniones informales en honor al castillo alemán que acogió la primera de estas citas en 1974. Sin embargo, Kouchner anunció hoy que los jefes de la diplomacia europea comenzarán a reunirse de manera informal dos veces por presidencia de turno de la Unión Europea, es decir, cuatro veces al año. La próxima cita tendrá lugar en París aunque no adelantó fechas.
LA UE NO REVELA SUS PREFERENCIAS POR UN CANDIDATO U OTRO
El jefe de la diplomacia gala no quiso responder a la pregunta de qué candidato estadounidense conviene más a la acción exterior europea. Kouchner se acaloró ante la evidente pregunta incómoda y, tras recapacitar, explicó que responderla sería "inmiscuirse de forma grosera en los asuntos de otros". Los ministros de Asuntos Exteriores sueco y británico, Carl Bildt y David Miliband, respectivamente, tampoco quisieron responder a la misma pregunta a su llegada al Consejo de ministros por la mañana.
Por su parte, el Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana, subrayó que a pesar de que la estrategia de seguridad europea que aprobaron los Veintisiete en 2003 ha resultado ser "muy útil" hasta ahora, desafíos como la seguridad energética hacen necesario revisarla.
El jefe de la diplomacia europea explicó que presentará a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea en el Consejo Europeo de diciembre "un documento corto y útil para implementar la acción exterior" europea, recogiendo los nuevos desafíos.
Por otra parte, Kouchner subrayó que el impulso a la Europa de la defensa debe ser "complementaria" a la acción de la OTAN y recordó que entre las prioridades de la Unión Europea está "intervenir para proteger". "La defensa de Europa y la OTAN son un complemento necesario", reconoció.
Preguntado cómo puede ayudar la Unión Europea para proteger a países como Ucrania frente a agresiones como la que experimentó Georgia, después de que las tropas rusas invadieran parte de su territorio, Kouchner reconoció que "hace falta hablar no sólo de Georgia, sino también de Ucrania, de Crimea", si bien no explicó los pasos que podría dar la UE en este sentido.
CUMBRE UE Y UCRANIA
Por su parte, la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, reconoció que los Veintisiete y el Ejecutivo comunitario ofrecerán a Ucrania, país con el que la Unión Europea celebrará una cumbre bilateral el próximo martes en Evián, reforzar sus relaciones con "un nuevo partenariado" aunque todavía están trabajando en cómo denominar esa relación de cooperación reforzada. "Hay que intentar acercar a Ucrania a la Unión Europea", subrayó.
Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn, dejó claro esta mañana, a su llegada al Consejo informal de ministros, que la crisis en Georgia no va a acelerar las discusiones sobre el ingreso de Georgia y Ucrania ni en la OTAN ni en la UE. "No podemos ni frenar ni acelerar" su ingreso en la Alianza Atlántica por la crisis en Georgia, admitió.
"La UE no va a hacer ni durante la presidencia francesa ni durante las siguientes presidencias una declaración concreta sobre la adhesión de Ucrania a la UE. Incluso los polacos dicen que, hablando de forma realista, antes de 2020 no podemos considerar que Ucrania pueda convertirse en miembro de la UE. No estamos ahí todavía", subrayó.

Rusia obtiene el apoyo de seis países de la ex URSS y critica a EEUU

Rusia obtuvo el apoyo de seis ex repúblicas soviéticas para su intervención militar en Georgia y denunció la llegada de un buque de guerra estadounidense a un puerto georgiano mientras, por su parte, el vicepresidente norteamericano Dick Cheney criticó a Moscú en Ucrania.
"Los socios de la Organización (del Tratado de Seguridad Colectiva, CSTO: Armenia, Belarus, Kirguistán, Kazajistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán) juzgaron negativamente la actuación de Georgia, la agresión de Georgia a Osetia del Sur" y expresaron su "solidaridad" con Rusia, informó el presidente ruso, Dimitri Medvedev, tras una cumbre de la CSTO en Moscú.
Este apoyo renovado que los países del ex bloque soviético dan a Rusia llegó mientras Cheney finalizaba una gira por los países de la región aliados a Washington en los que reiteró el respaldo de Estados Unidos.
En Kiev, el número dos norteamericano estimó que Ucrania tiene que vivir sin miedo a "una invasión o una intimidación militar", en alusión a la operación militar rusa en Georgia.


"Creemos en el derecho de los hombres y las mujeres a vivir sin la amenaza de la tiranía, del chantaje económico, de la invasión o de la intimidación militar", declaró Cheney tras la reunión con el presidente pro occidental ucraniano, Viktor Yushenko.
El número dos estadounidense también mostró el apoyo de su país a las ambiciones de Ucrania de entrar en la OTAN. "Ningún país externo tiene derecho de veto", dijo en alusión a la oposición de Rusia a que Kiev y Tiflis formen parte de la Alianza Atlántica.
La previa llegada de un buque de guerra norteamericano al puerto georgiano de Poti provocó una nueva oleada de críticas de Rusia contra Estados Unidos.
El "USS Mount Whitney" llegó para entregar ayuda humanitaria a las víctimas del conflicto ruso-georgiano, afirmó un responsable de la marina norteamericana, mientras que el portavoz del ministerio ruso de Relaciones Exteriores estimó que este tipo de embarcación podría ser utilizado con fines militares.
El "USS Mount Whitney" es el último de los tres navíos desplegados por Washington para entregar principalmente mantas, productos de higiene y comida para los niños de Georgia, según el ejército estadounidense.
Rusia ha criticado en repetidas ocasiones el envío de navíos estadounidenses a Georgia, en particular desde el inicio del conflicto con Tiflis, el 7 de agosto, y ha acusado a Washington de utilizar la entrega de ayuda humanitaria para rearmar de forma encubierta al ejército georgiano.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, incluso amenazó con una reacción.
Washington por su parte siempre ha negado esas acusaciones.
El viernes, por primera vez los diplomáticos europeos recibieron la autorización para entrar en una zona de Georgia controlada por las tropas rusas, mientras que su acceso siempre se había limitado a un solo pueblo, constató una periodista de la AFP.
Numerosos países occidentales han pedido a Rusia que retire sus tropas a las posiciones que ocupaban antes del 7 de agosto y han condenado a Moscú por su decisión de reconocer la independencia de los territorios separatistas georgianos de Osetia del Sur y Abjasia.
Los seis socios de Rusia en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva no se pronunciaron el viernes sobre el reconocimiento de la independencia de los dos territorios.
De visita en Lisboa, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, se declaró el viernes "muy satisfecha por los resultados obtenidos" por la Unión Europea (UE) en la cumbre extraordinaria sobre el conflicto ruso-georgiano celebrada el 1 de septiembre.
Los dirigentes de los 27 países de la UE decidieron paralizar las negociaciones para reforzar lazos con Moscú mientras las tropas rusas desplegadas en Georgia no vuelvan a las posiciones en las que se encontraban antes del conflicto.

Cheney proclama el derecho de Ucrania a entrar en la OTAN

Occidente quiere a Ucrania en su órbita y ayer lo dejó claro por partida doble. El vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, proclamó en Kiev el derecho de este país a incorporarse a la OTAN, lo quiera o no Moscú.
Cárcel de la CIA en Polonia

Y el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, consciente de que no todos los frenos proceden de Moscú, exhortó a los ucranios a acercarse a la UE como la mejor forma de garantizar su seguridad.
Tras llevar su apoyo político y económico a Georgia, Cheney viajó a Ucrania, país clave en el pulso entre Occidente y Moscú. El Kremlin ve su acercamiento a Occidente como un desafío que no puede quedar sin respuesta. Y el movimiento genera fisuras en Ucrania, donde la opinión pública es contraria a la OTAN. La coalición gubernamental está fracturada y la situación es tan inestable que nada puede descartarse: ni siquiera la formación de un Gobierno prorruso a corto plazo.
Cheney retó a Moscú desde Kiev: "Creemos en el derecho de hombres y mujeres a vivir sin la amenaza de la tiranía, del chantaje económico, la invasión o la intimidación", declaró, en referencia a las acciones de las tropas del Kremlin en Georgia. Y repitió que Rusia había "invadido" ese país en un "intento ilegítimo y unilateral de desmembrar su territorio".
El vicepresidente de EE UU reafirmó su apoyo al ingreso de Ucrania en la OTAN y advirtió a Moscú que "ningún país" fuera de la Alianza puede vetar la membresía de Kiev. Cheney se reunió con la primera ministra, Yulia Timoshenko, y después con el presidente, Víctor Yúshenko. Ambos dirigentes ucranios están enfrentados en estos momentos y el partido de Yúshenko ha abandonado la coalición que sostiene al Gobierno de la dama de la revolución naranja.
Los ministros de Exteriores de la UE debatirán hoy con detalle el conflicto del Cáucaso en la reunión informal que mantienen en Aviñón (Francia). Pero ayer el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, ya exhortó a Ucrania a que comprenda que, por su propia seguridad, debe estar más cerca de la UE, y añadió que Bruselas está dispuesta a contribuir a ello. Sin embargo, la Unión va despacio en su estrategia de acercamiento y no ha ofrecido ni a Ucrania ni a Georgia lo que en la jerga comunitaria se llama "una perspectiva europea", la promesa de una futura integración. No hay consenso sobre el grado de relación con ambos países.
Los europeos están muy satisfechos de su intervención mediadora en la guerra de agosto entre Rusia y Georgia, que presentan como un ejemplo de cómo la UE va convirtiéndose en actor decisivo en la escena internacional. Al menos en su vecindad. Prefieren pasar por encima de las ambigüedades que permitieron el alto el fuego, que esperan clarificar el próximo lunes con la visita de Nicolas Sarkozy, José Manuel Durão Barroso y Javier Solana a Moscú y Tbilisi.
Mientras tanto, en Georgia, el Mount Whitney, buque insignia de la Sexta Flota de EE UU, echó anclas en el puerto de Poti, lo que aumentó el malestar de Rusia por la presencia de naves de guerra norteamericanas en el mar Negro. Oficialmente, el Mount Whitney llevó ayuda humanitaria para los georgianos, pero el Kremlin sospecha que los buques están suministrando armas a Tbilisi.
En Moscú, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, integrada por siete repúblicas ex soviéticas, aprobó una declaración en la que expresa "su profunda preocupación por el intento de Georgia de solucionar por la fuerza el conflicto en Osetia del Sur". Sin embargo, Rusia no logró que ninguno de sus aliados reconociera la independencia de surosetios y abjazos.

La UE asume que debe hablar con Moscú del futuro de Ucrania

Europa hablará con Rusia del futuro de Ucrania, según reconoció ayer el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kuchner, durante una reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores que se celebra en el Palacio de los Papas de Avignon. La UE afronta una semana crucial que empieza el lunes con el viaje de la «troika» (el presidente en ejercicio Nicolás Sarkozy, el de la Comisión, José Manuel Barroso y el Alto Representante Javier Solana) a Moscú y a Tiflis y que continúa el martes con la cumbre UE-Ucrania que tendrá lugar en el balneario francés de Evian.
Las cosas serían más simples si la UE tuviese más claro qué quiere ofrecerle a Ucrania como símbolo de garantía de seguridad y si en Ucrania hubiera un Gobierno con un respaldo unitario para tomar una dirección en su política exterior. Para hacerse una idea de la situación interna en el país, baste decir que mientras que Bruselas había invitado al presidente Víctor Yúshenko y a la jefa del Gobierno Yulia Timoshenko, el primero se ha opuesto y ha invocado sus prerrogativas para viajar solo. Según fuentes diplomáticas europeas, este gesto ha sido recibido con «cierta decepción».
En todo caso, como dijo Kuchner, invocando el principio de «prevención, no sólo protección» en la UE «somos conscientes de que debemos hablar con Moscú no sólo de Georgia, sino de Ucrania y Crimea».
Una parte de lo que la «trioka» hablará con Moscú es el despliegue de una misión de observación. Puesto que se da por hecho que se cuenta con la autorización de Georgia, los Veintisiete se preparan para enviar unos doscientos funcionarios civiles, entre los que habrá españoles, según confirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Pero Rusia prefiere que este papel siga encomendado a la OSCE, organización de la que forma parte. En cuanto a Ucrania, todavía no se sabe ni el nombre que tendrá el acuerdo que se le ofrecerá, para que no prejuzgue sus futuras relaciones con la UE.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Cheney elogia la postura "valerosa" de Ucrania de apoyo a Georgia

El vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, elogió hoy la postura "valerosa" de Ucrania de apoyo a Georgia en la crisis del Cáucaso y aseguró que ha sido un ejemplo para otros países.Cheney hizo estas declaraciones en una comparecencia ante la prensa al término de sus conversaciones a puerta cerrada con el presidente ucraniano, Víctor Yúschenko."Estados Unidos está profundamente interesado en vuestro bienestar y seguridad", dijo el vicepresidente norteamericano. quien recalcó que Washington y Kiev, durante los dos últimos decenios, han trabajado juntos para garantizar "la independencia, soberanía e integración (de Ucrania) en la comunidad internacional".Añadió que hoy Estados Unidos declara su "firme decisión" de fortalecer los vínculos entre ambos países con miras a largo plazo.Cheney, al igual que hizo ayer durante su visita a Tiflis, dijo que "las acciones de Rusia en el conflicto con Georgia ponen en duda su estatus de socio internacional fiable".Por su parte, el jefe del Estado ucraniano recalcó que el conflicto ruso-georgiano nuevamente ha demostrado que el único modelo alternativo que puede garantizar la seguridad en el país es el sistema de seguridad colectiva de la OTAN."Los aliados en la cumbre de Bucarest declararon que Ucrania será miembro de la OTAN. Esa declaración mantiene su vigor", dijo Cheney, quien añadió que el propio pueblo ucraniano es el que tiene que hacer la opción, y que "ningún Estado ajeno tiene derecho a vetar esa decisión".Destacó que Ucrania es el único país que sin ser miembro de la OTAN participa en todas las misiones de la Alianza, "de Afganistán a Kosovo".Rusia ha manifestado su rechazo al ingreso de Ucrania, como de otras antiguas repúblicas soviéticas, en la Alianza Atlántica, por considerar que el acercamiento de las estructuras militares de la OTAN a sus fronteras supone una amenaza para su seguridad nacional.A diferencia de Georgia, en Ucrania los partidarios de la entrada del país en la OTAN se encuentran en minoría, según todas las encuestas.Yúschenko expresó su preocupación por la presencia de la base naval de la Flota rusa del mar Negro en territorio ucraniano, instalaciones que Kiev alquila a Moscú y cuyo contrato vence en 2017."Desde luego, nos preocupa el empleo de la fuerza militar de la Flota del mar Negro por la Federación Rusa, porque este tipo de mecanismos arrastra a Ucrania a situaciones bélicas", dijo Yúschenko en alusión a la participación de buques rusos en el conflicto de Georgia.Para Kiev, enfatizó el presidente ucraniano, el reconocimiento de Rusia de la independencia de Osetia del Sur y Abjasia es inaceptable y añadió: "Esto no responde a nuestros intereses nacionales".En la reunión, Yúschenko y Cheney hablaron también de la situación política interna de Ucrania, conversación que, según el presidente ucraniano, se mantuvo a iniciativa de su huésped.Con anterioridad, Cheney se entrevistó con la primera ministra, Yulia Timoshenko, con quien Yúschenko prácticamente ha roto, después de que la formación de la jefa de Gobierno apoyara esta semana unas enmiendas legales que recortan las facultades del jefe del Estado.Las diferencias entre el presidente y la primera ministra condujeron a la ruptura de la coalición parlamentaria de mayoría, por lo que no se descarta la disolución de la Rada Suprema o Parlamento unicameral y la consiguiente convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.Cheney arribó la víspera a Ucrania procedente de Tiflis, donde destacó el compromiso de su país y el "mundo libre" con la reconstrucción económica y la integridad territorial de Georgia.En la capital georgiana, el vicepresidente tachó la actuación de Moscú en el conflicto de "intento ilegítimo y unilateral de modificar por la fuerza" las fronteras de Georgia, lo que, enfatizó, "ha sido universalmente condenado por el mundo libre"