lunes, 8 de marzo de 2010

Encuesta: Opinión de los rusos sobre Ucrania y de los ucranianos sobre Rusia


Entre el 29 de enero y el 1 de febrero de 2010, el centro analítico de Yuri Levada (Levada Center) junto con elInstituto Internacional de Sociología de Kiev (KMIS) en el marco de un proyecto conjunto de investigación de las relaciones ruso-ucranianas realizó una encuesta mediante elección representativa entre 1600 rusos en 127 poblaciones de 46 regiones del país. La misma encuesta fue realizada entre el 4 y el 13 de enero por el KMIS mediante elección representativa entre 2040 habitantes de Ucrania. Las respuestas a estas preguntas se dan en porcentajes junto con datos de otras encuestas similares realizadas anteriormente. El margen de error para este tipo de encuestas es de menos del 3,4%.

En los últimos tiempos se da en la opinión pública rusa un progresivo restablecimiento de la opinión positiva sobre Ucrania, que empeoró sensiblemente tras el apoyo del presidente de Ucrania durante el conflicto de Osetia del Sur de agosto de 2008 a la parte georgiana y tras el conflicto del gas entre Rusia y Ucrania en enero de 2008. En la dinámica de este indicador también han influido negativamente los múltiples actos para cambiar la valoración de la historia de las relaciones ruso-ucranianas y de los hechos de la historia del siglo XX (Holodomor, actividad de la OUN-UPA), llevados a cabo por Victor Yuschenko durante el periodo de su presidencia en Ucrania.

La vistoria de Victor Yanukovich en las elecciones de Ucrania puede mejorar la imagen de Ucrania a los ojos de los rusos. Un 41% de los rusos espera una dinámica positiva en el desarrollo de las relaciones entre ambos países tras la victoria de Yanikovich. El 7% tiene una opinión negativa. Para comparar: el balance se las esperanzas positivas y negativas en el desarrollo de las relaciones ruso-ucranianas en caso de victoria de Yulia Timoshenko era de 11/27%.

A mediados de la década del 2000, la relación de partidarios de las diferentes doctrinas en relación a Ucrania ("que Ucrania sea un país independiente, con buenas relaciones con Rusia, positivas para ambas partes" y "que Ucrania se encuentre bajo el control político y económico de Rusia"), han cambiado paulatinamente a favor de la última (De 48/38 en 2004 a 41/36 en 2007). En los últimos años ha aumentado significativamente el número de los rusos dispuestos a aceptar a Ucrania como un estado soberano independiente. Y ahora su número supera sensiblemente al de los que ven a Ucrania en el papel de satélite de Rusia.

Sin embargo se puede suponer que el reconocimiento de la independencia de Ucrania está unido en parte de los rusos con sanciones en relación a ella (por ejemplo, el rechazo a precios subvencionados para la energía). Por tanto no es casual que, cuando se opone "existencia independiente con fronteras cerradas, visados, aduanas" a "relaciones entre estados independientes pero amigos, con fronteras abiertas, sin visados ni aduanas" y "Unión en un único estado", el número de partidarios de la primera de estas tres variantes entre aquellos que tienen mala opinión sobre Ucrania es mayor que entre los que la tienen buena (31 y 22% respectivamente).

La relación de partidarios de las opiniones descritas anteriormente en relación a Ucrania ("que Ucrania sea un país independiente, con buenas relaciones con Rusia, positivas para ambas partes" y "que Ucrania se encuentre bajo el control político y económico de Rusia"), son para aquellos que tienen buena y mala opinión sobre Ucrania de 60/30% y 54/37% respectivamente. La menor cantidad de rusos dispuestos a reconocer Ucrania el derecho a una existencia independiente se encuentra entre aquellos que no pueden definirse en su opinión sobre Ucrania (36/37%)

Tras las respuestas de los ciudadanos rusos a la pregunta sobre su opinión sobre Ucrania se esconde la opinión sobre la política del gobierno ucraniano, que se traslada a la opinión sobre el estado ucraniano y la población de Ucrania. Así, en mayo de 2009, cuando el balance de valoraciones positivas y negativas sobre Ucrania era de 34/56%, el balance de las valoraciones positivas y negativas sobre los ucranianos como pueblo era 75/18% (en 2006 era 81/14%, y en 1997 88/7%).

Los habitantes de Ucrania tienen una opinión sobre Rusia bastante mejor que la de los habitantes de Rusia sobre Ucrania. Su opinión sobre Rusia práctivamente no ha sufrido oscilaciones con la coyuntura política y en los últimos dos años ha sido totalmente positiva.

Sobre el fondo de los sucesos del conflicto de Osetia del sur en agosto de 2008 disminuyó ligeramente el deseo de integrarse con Rusia, pero unos pocos meses después se restableció, y en el último medio año ha crecido mucho más que el deseo de la población de Rusia de integrarse con Ucrania.

¿CÓMO ES AHORA SU OPINIÓN SOBRE UCRANIA? Rusia

Ene.

08

Mar.

08

Jul.

08

Sep.

08

Nov.

08

Ene.

09

Mar.

09

May.

09

Jul.

09

Sep.

09

Nov.

09

Ene.

10

muy buena/bastante buena

59

55

52

38

34

29

24

33

44

46

52

52

bastante mala/muy mala

30

33

37

53

53

62

49

56

47

44

36

36

No sabe, no contesta

10

12

11

10

13

10

9

11

10

10

12

11

¿CÓMO ES AHORA SU OPINIÓN SOBRE RUSIA? (Ucrania)

Abr.

08

Sep.

08

Feb.

09

Mar.

09

May.

09

Oct.

09

Ene.

10

muy buena/

en general buena

88

88

91

90

93

91

93

en general mala/
muy mala

7

9

5

6

4

6

4

No sabe, no contesta

5

3

4

4

3

3

3

¿CON CUÁL DE ESTAS OPINIONES SOBRE LAS RELACIONES DE RUSIA CON UCRANIA ESTÁ USTED MÁS DE ACUERDO?
RUSIA

posibles respuestas

mar.08

sep.08

ene. 09

jun. 09

sep.09

ene.10

las relaciones de Rusia con Ucrania deberían ser iguales a las que hay con otros países, con fronteras cerradas, visados, aduanas

19

24

29

25

25

25

Rusia y Ucrania deberían ser países independientes pero amigos, con fronteras abiertas, sin visados ni aduanas

56

52

51

55

55

55

Rusia y Ucrania deberían unirse en un solo estado.

19

13

12

14

13

14

No contesta

6

11

8

6

7

6

Ucrania

posibles respuestas

Feb. 08

abr. 08

sep. 08

ene. 09

feb. 09

mar. 09

may. 09

oct. 09

ene. 10

las relaciones de Rusia con Ucrania deberían ser iguales a las que hay con otros países, con fronteras cerradas, visados, aduanas

10

10

17

8

8

8

10

11

8

Rusia y Ucrania deberían ser países independientes pero amigos, con fronteras abiertas, sin visados ni aduanas

73

67

66

68

67

63

65

67

66

Rusia y Ucrania deberían unirse en un solo estado.

16

20

16

23

23

26

23

19

22

No contesta

2

3

2

1

2

4

2

3

4

¿QUÉ PAÍS CREE QUE ES MÁS DEMOCRÁTICO: RUSIA O UCRANIA? Rusia

dic.04

ene.10

Rusia

45

57

Ucrania

12

8

ambos son democráticos en la misma medida

25

19

No sabe, no contesta

18

16

¿QUÉ CREE QUE SERÍA MEJOR PARA RUSIA? Rusia

dic.04

ago.06

oct.07

ene.10

que Ucrania fuese un país independiente
con unas relaciones buenas y provechosas con Rusia

48

44

41

55

que Ucrania se encontrase bajo control
económico y político de Rusia

38

41

36

33

No sabe, no contesta

14

15

23

12


Silvia Guerra ▬ Denigrando al clima ▬ La2N{04feb10

Julio Rodríguez / Eva de Vicente -Identidad ucraniana- L2N{09feb10

ODESA, la perla del Mar Negro.

Es una ciudad y puerto del mar Negro con más de un millón de habitantes. Por su situación y población constituye la quinta ciudad de Ucrania, la ciudad comercial más importante del país y la mayor ciudad de las costas del mar Negro.

El estilo arquitectónico de Odesa, influido por el francés y el italiano, da un aire mediterráneo a la ciudad que a menudo es denominada como la Perla del Mar Negro.

La ciudad y el puerto de Odesa se fundaron oficialmente en 1794, por un decreto de Catalina la Grande como la principal puerta marítima del sur del Imperio Ruso.

En 1905 Odesa vivió una revolución de trabajadores. El famoso largometraje El acorazado Potiomkin del director S. Eisenstein hace referencia a este evento, e incluye una de las escenas más famosas de la historia del cine, donde cientos de civiles rusos son asesinados en una escalera de piedra. La masacre nunca ocurrió en la realidad, pero la película terminó convenciendo a muchas personas de que había sido real y durante muchos años los escalones de Odesa han sido una atracción turística.

La economía de Odesa se basa principalmente en el comercio, el transporte de mercancías y la producción industrial; el sector turístico está poco desarrollado. En la época comunista, era lugar de descanso y veraneo para los miembros del Partido.

El idioma oficial del estado es ucraniano, entendido mayoritariamente, pero de uso mucho menor, puesto que el idioma más hablado en la ciudad, es el ruso.

A visitar:

Las famosas escaleras Potemkin. Estos 192 escalones se han convertido en el símbolo de la ciudad. Por cierto, desde arriba no se ven los escalones, sino tan sólo los descansillos.
Teatro de la Ópera, es el orgullo de los ciudadanos de Odessa. Es un edificio suntuoso que destaca con luz propia. Muy cerca, el Pasaje, una especie de galerías comerciales con una plaza central cubierta, extremadamente ornamentada.
Calle Primorsky, la más bonita de la ciudad en la que se agolpan multitud de mansiones de los antiguos comerciantes y nobles, todas ellas muy bien conservadas.
+ INFO: http://www.ciao.es/Odessa__Opinion_1085777

Sauer macht lustig

Sauer macht lustig


by Duke of Yarza and Breadshire
March 8th, 2010
ue quiere decir algo así como “lo ácido alegra” o “lo agrio mola”, un dicho alemán que hace referencia a la capacidad de lo ácido de excitar el apetito (y el ánimo), e indirectamente a la abundancia de los sabores agrios en Centroeuropa y lo hondo que está arraigada la cultura del fermentado láctico. Pero el chucrut o Sauerkraut (literalmente “col agria”) no es patrimonio de los alemanes, prácticamente desde Alsacia hasta Alaska es difícil encontrar una cultura que no utilice en mayor o menor medida el fermentado láctico de verduras; Polonia, Rusia o Ucrania, con sus contundentes estofados y sopas; Corea, donde el kimchi es casi como el pan cotidiano sin el que mucha gente se negaría a comer; o China y Japón, que tienen tradiciones milenarias al respecto.

Más cerca, a mi abuela, como a la mayoría de las abuelas, le gustaban las verduras muy cocidas, en ese punto de cocción en que han cedido gran parte de su textura y sabor tras luchar durante mucho tiempo con el agua a borbotones. De igual manera, parece que sintamos veneración por las carnes jóvenes y tiernas (David De Jorge comentaba acertadamente como somos de los pocos sitios donde se come cordero lechal); tanto es así que se podría hablar de un paladar con un gusto particular por lo limpio, lo sencillo, incluso lo blando, poco amigo de los agrios.

Es curioso ver como en otras culturas y lenguas lo agrio es cotidiano; pan con masa madre natural se dice “masa agria” en inglés o alemán (sourdough, Sauerteig); y una delicadeza culinaria como la crema agria, sour cream, suena un poco repulsivo en nuestra lengua, al fin y al cabo, ¿quien querría comer algo agrio? El chucrut, como el buen pan o el vino, tiene la capacidad (además de sus numerosas virtudes nutricionales) de devolvernos sabores ancestrales, casi perdidos en nuestro entorno. No obstante, muchas veces el chucrut comprado no es más que una verdura avinagrada sin matices ni interés; al haber sido pasteurizado ha perdido la vitamina C y otros nutrientes que lo caracterizan. ¿Qué mejor excusa para hacerlo en casa? Es facilísimo, barato y fascinante.



El chucrut no tiene receta, es una tecnología atávica, algo tan básico que parece de chiste. Resulta sorprendente comprobar cómo se puede conseguir un sabor antológico en casa sin más ingredientes que col y sal, y sin más equipamiento que un viejo bote o tarro de cristal. Al contrario que con otros fermentos milenarios, como el kéfir o el yogur, para hacer chucrut no hace falta un fermento previo, nadie te tiene que pasar una “madre”, en casa lo elaboras partiendo de cero (esto lo emparienta con el pan, alimento totémico por excelencia).

Para hacer un chucrut sencillo, cortamos en fina juliana la col y la vamos colocando en el bote por capas, presionando fuertemente, apachurrándola para no dejar aire dentro y así sacar su jugo. Cada vez que echemos un puñado de col al bote, añadimos un poco de sal, capa tras capa (se pueden usar unos 20-25 gramos de sal por kilo de col). Presionado con las manos o con una herramienta más sofisticada, como una maza de mortero o similar, en seguida conseguimos que el maravilloso y vital jugo de col cubra el conjunto. Por último, tapamos todo con unas hojas de col y ponemos algún peso sobre ellas, puede ser una piedra limpia, o un bote lleno (agua, tornillos, etc.) que quepa por la boca del tarro, por eso es interesante usar un tarro de boca ancha. El peso hará que la col siempre esté sumergida; el jugo salino que hemos hecho al apretar la col protegerá la verdura durante la fermentación (es un proceso anaeróbico) e impedirá que se pudra. En unos pocos días saldrá un poco de espuma (síntoma de que la fermentación va por buen camino); no hay más que quitarla y vigilar que el líquido siempre cubra la verdura; si se evapora mucho, se puede rellenar con un poco de agua con sal.



Durante las próximas semanas una serie de microorganismos contribuirá a la mágica metamorfosis del chucrut. Los primeros 4 ó 5 días el chucrut tiene que fermentar a una temperatura templada, por ejemplo en el ambiente de la cocina. Después, durante 3 ó 4 semanas, el chucrut irá madurando al fresco, ya sea en el sótano, en el ático, en el patio o en la fresquera; se puede disfrutar a partir de las 2 semanas para apreciar cómo va cambiando su sabor, pero el chucrut no llegará a su punto de madurez hasta pasadas 4 ó 5 semanas. Una vez listo, se puede guardar en el frigorífico y disfrutar de las variaciones y matices en el gusto durante los siguientes meses.

El chucrut nos enseña un determinado y bellísimo sentido del proceso, de la lentitud, de lo natural; la idea del ciclo y la metamorfosis; nos devuelve la alegría de ver retornar a los vencejos en primavera y la tristeza de verlos marchar cuando acaba el verano. Pero además, en la mera faceta hedonista y gluttoniana, el chucrut nos premia con unos sabores que asombran a cualquier paladar y una versatilidad que abre nuevos caminos en nuestra cocina. Con un buen chucrut casero se pueden hacer unas sopas y guisos de quitarse la boina; se pueden rellenar saquitos de pasta cocida, como hacen en Polonia o Rusia, y servirlos con crema agria; se pueden hacer suculentas ensaladas (incluso preparar un aperitivo asiático con el aderezo adecuado); y además, como premio especial, el chucrut nos regala su zumo, un tónico digestivo tan delicioso como saludable.

Una vez entendido el concepto, las posibilidades son infinitas, se pueden añadir zanahoria, manzana, semillas de enebro, alcaravea, eneldo; se pueden fermentar pepinillos, remolachas, tomates: una tradición milenaria se abre ante nuestros ojos.