En un reservado de un hotel de cinco estrellas de Madrid, a las siete de la tarde de ayer, los coordinadores de las campañas del PSOE y del PP, José Blanco y Pío García Escudero, respectivamente, acordaron que José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy celebren dos cara a cara en televisión antes de las elecciones. El primero se celebraría durante la última semana de precampaña o la primera de campaña. El segundo debate llegaría en la última semana, es decir, a comienzos de marzo. Las elecciones se celebrarán el día 9.
La próxima semana, en una nueva reunión, se hablará de los contenidos sobre los que girarán los debates y el lugar o lugares donde se celebrarán. No se entró ayer en la mención de ninguna cadena de televisión, si bien quedó claro que no habrá exclusiones de partida. Es casi seguro que en las conversaciones surja la posibilidad de celebrarlos en un lugar público, al que tengan acceso todas las cadenas, pero nadie se atreve a aventurar cuál sera el resultado final.
"Yo voy a las públicas, a las privadas, a las dependientes y a las independientes", había respondido horas antes de este pacto el presidente del Gobierno en los pasillos del Congreso. Zapatero aludía así a la reacción que Rajoy tuvo el martes. El líder de la oposición condicionó el cara a cara a que se celebrase en algún canal privado, pero no en una "televisión gubernamental".
Así, en menos de 24 horas quedaba resuelta la crisis de confianza que embargó al PSOE respecto a qué actitud iba a adoptar el primer partido de la oposición. Blanco preguntó a García Escudero, nada más empezar la reunión, si estaba dispuesto a que la negociación que ahora empieza fuera abierta y sin exclusiones. García Escudero asintió. Así, sin mencionarlo, quedaba sepultada la amenaza de Rajoy de no acudir a TVE por "su falta de pluralidad".
Antes de celebrarse esta reunión, Blanco pasó a la ofensiva y emplazó al PP a no volver a las andadas. En las elecciones de 1996, 2000 y 2004 tanto José María Aznar como Rajoy se negaron a debatir con el del PSOE.
A primeras horas de la tarde se apreció una reconsideración en el PP y fuentes oficiales anunciaban que "todo era revisable". Ya lo había anticipado en Los Desayunos de TVE el líder del PP de Andalucía, Javier Arenas, no sin antes mostrar su respeto hacia "la posición del partido", expresada por Mariano Rajoy. En el PSOE se considera injusta la acusación de parcialidad de los populares hacia la televisión pública.
La próxima semana, en una nueva reunión, se hablará de los contenidos sobre los que girarán los debates y el lugar o lugares donde se celebrarán. No se entró ayer en la mención de ninguna cadena de televisión, si bien quedó claro que no habrá exclusiones de partida. Es casi seguro que en las conversaciones surja la posibilidad de celebrarlos en un lugar público, al que tengan acceso todas las cadenas, pero nadie se atreve a aventurar cuál sera el resultado final.
"Yo voy a las públicas, a las privadas, a las dependientes y a las independientes", había respondido horas antes de este pacto el presidente del Gobierno en los pasillos del Congreso. Zapatero aludía así a la reacción que Rajoy tuvo el martes. El líder de la oposición condicionó el cara a cara a que se celebrase en algún canal privado, pero no en una "televisión gubernamental".
Así, en menos de 24 horas quedaba resuelta la crisis de confianza que embargó al PSOE respecto a qué actitud iba a adoptar el primer partido de la oposición. Blanco preguntó a García Escudero, nada más empezar la reunión, si estaba dispuesto a que la negociación que ahora empieza fuera abierta y sin exclusiones. García Escudero asintió. Así, sin mencionarlo, quedaba sepultada la amenaza de Rajoy de no acudir a TVE por "su falta de pluralidad".
Antes de celebrarse esta reunión, Blanco pasó a la ofensiva y emplazó al PP a no volver a las andadas. En las elecciones de 1996, 2000 y 2004 tanto José María Aznar como Rajoy se negaron a debatir con el del PSOE.
A primeras horas de la tarde se apreció una reconsideración en el PP y fuentes oficiales anunciaban que "todo era revisable". Ya lo había anticipado en Los Desayunos de TVE el líder del PP de Andalucía, Javier Arenas, no sin antes mostrar su respeto hacia "la posición del partido", expresada por Mariano Rajoy. En el PSOE se considera injusta la acusación de parcialidad de los populares hacia la televisión pública.
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