martes, 3 de abril de 2012

ENTREVISTA | Yuri Andrujovich El antiveneciano

  • Tanto canal, ¿no da ganas de turbiedad? Interesados, busquen en 'Perverzión'
Fotografía: Efe

Fotografía: Efe

Stanislav Perfetsky trata a su dictáfono como a su mejor amigo. Se lo cuenta todo. Desde los coches abandonados que ve desde la ventana del Porsche o lo que demonios sea en lo que está subido hasta su malestar ante el inevitable cielo azul, pasando por sus muchos y delirantes instantes líricos. Poeta, provocador profesional y héroe de la resistencia ucraniana, Perfetsky se cuenta en pasado porque, en el momento en que arranca 'Perverzión' (Acantilado), la última novela artefacto de Yuri Andrujovich, uno de los más destacados autores de la narrativa posmoderna ucraniana (aunque lo de 'posmoderno' no le siente nada bien, "en Ucrania es casi un insulto", asegura el autor en cuestión), Perfetsky ha desaparecido. En realidad, se ha suicidado. O ha sido coaccionado al suicidio. O, más fácil, simplemente se ha volatilizado. Viajó de Alemania a Venecia en coche para asistir a un congreso indudablemente absurdo, titulado 'El absurdo postcarnavalesco del mundo: ¿Qué hay en el horizonte?', que cuenta con Jodie Foster, Kobo Abe, Michael Schumacher, Sophia Loren e ilustres muertos como Frank Sinatra entre sus invitados.

Pero, ¿existió realmente tan delirante personaje? "No", confiesa el escritor, que ha elaborado un más que convincente prólogo para probar la existencia del mismo, al estilo de Max Aub y su "vanguardista intuitivo" Josep Torres Campalans. "La novela es pura ficción", añade. Lo que pasó fue que estuvo en Venecia y que luego, cuando dejó Venecia, sintió que tenía que escribir algo sobre aquella ciudad que tanto le había decepcionado. "Estuve apenas 16 horas allí. De eso hace 20 años. Me pareció una ciudad caótica y terrible. A la vuelta quise escribir sobre ella, pero estaba en mitad de otra novela y pasé un buen tiempo dándole vueltas. Se ha escrito tanto sobre Venecia que no era capaz de dar con algo que encajase con mi voz narrativa", cuenta. Hasta que lo encontró. Retrataría el poscomunismo a través de un collage de entrevistas con conocidos del protagonista, pedazos de su diario dictado y documentos oficiales (como el hilarante programa del congreso sobre el mundo después del Carnaval). La novela está plagada de referencias. A Thomas Mann y a su 'Muerte en Venecia', a los relatos fantásticos de E.T.A. Hoffman ambientados en la ciudad de las góndolas y a los que escribióEdgar Allan Poe sobre ella sin haberla pisado jamás. También a Hemingway y su 'Al otro lado del río y entre los árboles'.

"Me di tres meses para acabarla. Quería que mi regalo de cumpleaños fuese escribir la última frase. La empecé un 13 de diciembre de 1994 y la acabé el 13 de marzo de 1995", recuerda. No está muy cómodo con la etiqueta de posmoderno. "En Ucrania a un autor posmoderno se le considera frío y cínico. Se dice que no tiene nada que aportar a su pueblo, que no se plantea grandes cuestiones. Por eso niego que mi literatura sea posmoderna", asegura.

¿Y Venecia? Andrujovich volvió al Véneto una segunda vez y le decepcionó aún más. "Me pareció un escenario barato para una película de Hollywood. Y no me gusta nada eso de tener que pagar por todo", dice. La tercera vez ya fue un poco mejor. "Asumí que es una cudad para turistas y me comporté como un turista más. No estuvo tan mal. Pero aún me pregunto cómo puede ser que alguien viva allí", añade. De Stanislav Perfetsky asegura que es un antihéroe poco clásico en la literatura ucraniana. "Durante la época del realismo soviético, los protagonistas de las novelas eran trabajadores ejemplares o héroes de guerra. Luego, tras las caída del comunismo, los jóvenes autores se inventaron una alternativa que en muchos casos era todo lo contrario. Perfetsky no es ni una cosa ni la otra", sentencia el autor, que tuvo que leer a Kafka en polaco porque nunca llegó a traducirse al ucraniano.

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