martes, 12 de abril de 2011

En Ucrania se gesta un escándalo en torno al antiguo búnker de Hitler

En Ucrania se va gestando un escándalo en torno al antiguo búnker de Adolf Hitler, escribe hoy Nezavisimaya Gazeta.

Las autoridades de la región de Vinnitsa, donde se encuentra este vestigio secreto de la Segunda Guerra Mundial, planean convertirlo en una atracción turística pero los comunistas ucranianos ya exigieron al Gobierno central abortar esa iniciativa, al calificarla de “ultraje” a veteranos y caídos.

Entre 4.500 y 14.000 trabajadores – vecinos de la región de Vinnitsa, presos de campos de concentración nazis y técnicos traídos de Alemania – participaron en la construcción de un cuartel militar para Hitler en 1941-1942. Se supone que todos ellos fueron fusilados para garantizar el secreto de Wehrwolf, que es como se llama ese búnker subterráneo de siete niveles ubicado en las afueras de Vinnitsa y clasificado hasta la década del 1990.

De los archivos se desprende que Hitler visitó ese cuartel militar dos o tres veces en 1942-1943, para debatir los planes de las futuras batallas de Stalingrado y Kursk. Antes de retroceder de Ucrania, en marzo de 1944, los alemanes volaron todas las entradas al búnker.

Hoy en día, Wehrwolf sigue siendo una aglomeración de hormigón armado en medio de un bosque. Las autoridades de Vinnitsa llevan años barajando la idea de transformar el búnker en un museo pero los lugareños ya se opusieron a la idea a principios de esa década, en parte, bajo la influencia de astrólogos y videntes que auguran toda clase de calamidades tras la reapertura del búnker.

La actual Administración regional hizo este año un intento por reanimar el proyecto y hasta ordenó el traspaso del respectivo terreno al Museo de la Región. Su propuesta, de momento, es crear una exposición conmemorativa cerca del complejo y estrenar una ruta turística para que la gente pueda acercarse al búnker sin entrar.

Piotr Simonenko, líder del Partido Comunista de Ucrania, calificó de “ultraje” la idea de transformar la “madriguera nazi” en una obra turística y exigió al Gobierno central frenarla. Expertos locales señalan que los comunistas, aliados en el Parlamento con el gobernante Partido de las Regiones, procuran de esta manera retener a su electorado que ya empezaba a protestar contra la política social del Gabinete.

Mijaíl Chechetov, un alto funcionario del Partido de las Regiones, dio a entender que el Parlamento no va a debatir el asunto de Wehrwolf, porque incumbe a las autoridades regionales. Algunos expertos consideran, sin embargo, que Kiev va a presionar de forma extraoficial sobre la Administración de Vinnitsa, para que renuncie a su plan.

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