miércoles, 18 de noviembre de 2009

Gripe Ucrania

Hace exactamente un mes recibí de mi buen amigo Fermín un enlace al famoso vídeo de Teresa Forcades. Si bien en algunos puntos el mencionado documento (grabado el 23 de septiembre) es especulativo, la protagonista no lo niega, y en todo momento deja claro cuándo habla de hechos contrastados y aparecidos en medios de comunicación, y cuándo habla de especulaciones dictadas por su criterio. Personalmente voy a hacer referencia a los hechos. Para aquellos que no hayan visto el vídeo, en él se denuncia el hecho de que en febrero, Baxter envió desde Austria, a 16 laboratorios de la propia Austria, Alemania, República Checa y Eslovaquia 72 kg de material vírico para la fabricación de vacunas contra gripe estacional. En uno de los laboratorios se descubrió que dicho material vírico, teóricamente compuesto por virs H3N2 (gripe estacional), tenía una extraña e improbable contaminación con virus no debilitados de gripe aviar H5N1. Este hecho fue reconocido por Baxter y está aún pendiente de la investigación pertinente.

Lo cierto es que a pesar de la histeria desatada (me pregunto si provocada) sobre la gripe A, esta se reveló mucho menos letal que la gripe estacional que sufrimos cada año y que aceptamos sin mayores complicaciones y menos letal que otras muchas enfermedades. Casualmente, hace cuatro años, entre los años 2004 a 2006 se desató otra epidemia de gripe, esta vez H5N1 y no A/H1N1 como la actual, para la que en aquel entonces la OMS previó 250 millones de muertos, que al final quedaron en pocos cientos. Por otro lado, Baxter es una de las empresas encargadas de fabricar con la mayor celeridad, las vacunas de la llamada gripe A.

Además de lo esto, Forcades da cuenta de la actualización de los criterios de la OMS para la declaración de una pandemia, pasando de la necesidad de que hubiese una gran mortandad, a que hubiese únicamente mucha infectividad, amoldándose perfectamente a las características de la nueva gripe. Uno de los riesgos que hay al declararse la pandemia, es que la vacunación puede hacerse obligatoria.

Las vacunas, que esencialmente son virus debilitados para que nuestro organismo pueda darles pa'l pelo sin mayor esfuerzo, y aprender sus debilidades, pueden incorporar coadyuvantes, que son sustancias que potencian la respuesta del sistema inmunitario. Esto permite introducir menor número de antígenos en una vacuna, obteniendo igual resultado. Son el glutamato monosódico de la medicina. Para la vacuna de la gripe A/H1N1, se están empleando coadyuvantes de nueva generación basados en polisorbitol y escualeno sobre los que parte de la comunidad científica ha expresado sus recelos. Estos coadyuvantes son sospechosos de provocar en algunos casos, síndrome o parálisis ascendente de Guillain-Barré. Esta es una grave enfermedad, cuya posibilidad no debería ser obviada.

A todo esto hay que añadir que las farmacéuticas están buscando acuerdos de exención de responsabilidad legal sobre las vacunas, a cambio del esfuerzo que están realizando para crear la enorme cantidad de dosis requerida (que por otro lado no es gratis).

A la vista de estos datos, de la posibilidad de obligatoriedad de una vacunación que puede provocar una gravísima enfermedad, y tras la cual, de producirse podrían no exigirse responsabilidades al fabricante, Teresa Forcades recomienda que el ciudadano exija en todo caso que la vacunación sea voluntaria, y siempre exigiendo responsabilidad al fabricante del producto. Casualmente no es el único médico que opina igual y algunos me lo han comunicado directamente. ¿Tan descabellado es?

Pues parece que para algunos, sí. El día 1 de noviembre leí un mordaz artículo en El País, de título Desmontanto a la monja bulo, en el que parece que se busca más el aplauso fácil del monologuista que el rigor científico, del que casualmente acusan de carecer a Forcades. Sin ir más lejos, mienten cuando dicen:

La verdad es que, efectivamente, hubo un error, pero éste nunca supuso un peligro para nadie, porque la posible vacuna contra la gripe aviar está sólo en fase de experimentación (por eso se inyectó a hurones). Por si acaso, tanto el Gobierno austriaco como la OMS investigaron el caso. Ni siquiera el personal que manejó aquel material ha tenido secuelas.
¿La posible vacuna contra la gripe aviar? El material vírico citado era para la fabricación de vacunas contra la gripe estacional formada teóricamente por varios grupos de gripe estacional H3N2, como puede leerse aquí, aquí, y aquí, que no deberían causar la muerte a los hurones de laboratorio, y fue precisamente la extraña muerte de estos la que provocó el descubrimiento de la contaminación con H5N1 no atenuados. Si el personal no tuvo secuelas fue precisamente porque se cumplieron (como casi siempre se hace) los protocolos de bioseguridad, que son extremos (y yo lo sé de primera mano). Estos estrictos protocolos son los que hacen extremadamente improbable una contaminación accidental como la sucedida. En el artículo, en general parecer hacerse más eco de la paja que del grano. Se ceban criticando los gestos de Forcades más que sus contenidos o argumentos. Parece apoyarse en la claramente definida y remarcada especulación para echar por tierra incluso aquellos datos que se citan como ciertos y contrastados, y todas sus consecuencias.


Desde ese momento, parece abrirse la veda, y aparecen por todas partes montones de opiniones y ataques contra el vídeo de Forcades. El anuncio de la participación de Forcades en un risible congreso de paraciencia, junto a negacionistas del VIH o exopolíticos hace que automáticamente parezca lícito tacharla de zumbada. En un país como este, tan aficionado a clasificar a la gente, y tratarla en función de ello, si un loco dice que el cielo es azul se reirán de él sin levantar la cabeza para comprobar que, al menos eso, tiene lógica. Pero es más fácil sumarse a la tropa de monos lanzando piedras que pensar por uno mismo. Teresa Forcades dice cosas que rayan la conspiranoia (yo mismo lo he admitido al comienzo de este artículo), pero también dice otras que son ciertas y que invitan a la reflexión. Una de las cosas que dice Forcades (insisto, en septiembre) es que si en algún momento empieza a haber muertes masivamente, no será por la gripe A, ya que esta se ha manifestado benigna, y por tanto no tendría sentido vacunarse ya que sería como ponerse la vacuna de la polio para combatir una epidemia de juanetes. O eso, o ha habido algún problema con las vacunas, lo cual, como dijimos al principio, no sería la primera vez que ocurre. Recuerdo que las circunstancias de la irregularidad de febrero aún no han sido esclarecidas. Por otro lado, la posible mutación del virus H1N1 tampoco tendría mucho sentido ya que en los últimos 80 años (desde que se hacen estudios virales) este virus se ha mostrado tremendamente estable y nunca ha mutado. La probabilidad de una mutación tan oportuna del H1N1 debe de ser similar a la probabilidad de una contaminación en una farmacéutica importante como Baxter.

A finales de octubre comienzan a darse en Ucrania casos de muertes por gripe A, como en el resto de países. El 9 de noviembre se inicia la vacunación masiva de la población contra la gripe A, y la epidemia se recrudece. La vacuna que se está empleando en Ucrania es de Baxter (la que se distribuirá en España no será de esta farmacéutica sino de GSK). Sea como fuere las cifras son alarmantes: 315 fallecidos en sólo 3 semanas (datos a 16 de noviembre). Pues bien: ¿Usted ha visto algo en los medios "oficiales"? Yo no. Nadie habla de esto. De modo que tenemos que en abril se contagia una docena de escolares en México, al otro lado del Atlántico, y los informativos se tiran una semana creando una psicosis sobre la gripe A. Y ahora tenemos una extraña epidemia con una tasa de mortalidad altísima, en el patio trasero, y nadie dice ni pío. El mutismo mediático es tal que cuesta encontrar información si no es en medios propiamente ucranianos o rusos (cuando tienen traducción al inglés). O eso o leer la información que aparece (eso sí) en decenas de blogs de los que a priori se desconoce su rigor, entresacando el grano de la paja, y teniendo cuidado de qué se da por cierto. Una labor de locos. De lo que he podido leer he llegado a la conclusión de que es una enfermedad con una capacidad de infectividad realmente alta y una tasa de mortalidad igualmente elevada. Se sabe que algunos de los fallecidos desarrollaban (también) gripe A, pero algunos de los síntomas presentados, como shocks hipovolémicos no son propias de ninguna variedad de gripe.

Y sigo preguntándome: ¿Dónde está la información sobre este tema en los canales ordinarios? ¿Qué está pasando exactamente en Ucrania?

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