martes, 1 de abril de 2008

Bush presiona para que Ucrania entre a OTAN


El mandatario confía en que ese plan impulse la democracia local Macarena Vidal

EFE

KIEV, Ucrania.— El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, partió ayer de Washington rumbo a Ucrania, primera etapa de su gira por Europa del Este y donde prevé presionar a los aliados para que den acogida a Kiev en la órbita de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Bush partió ayer a las 7:15 de la mañana de Washington y tenía prevista su llegada a las 11:00 p.m. de Kiev.
Antes de emprender su viaje, lanzó un llamamiento al Congreso estadounidense para que apruebe leyes que tiene pendientes —"prioridades vitales", según afirmó—, entre ellas el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Colombia.
Durante su breve estancia en Ucrania, de menos de 24 horas, el presidente Bush tiene previsto reunirse hoy con su colega ucraniano, Victor Yuschenko, y la primera ministra, Yulia Timoshenko, a quienes expresará su satisfacción por el impulso a las reformas democráticas.
"Es importante que el Presidente vaya a Ucrania a mostrar nuestro apoyo a la actual transición democrática y las reformas que tienen lugar allí", afirmó el consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, a bordo del Air Force One que traslada a Bush a Kiev.
Bush, que hoy mismo viajará a Bucarest para participar en la cumbre de la OTAN, también aprovechará su visita como presión a los países miembros para que ofrezcan a Ucrania y a Georgia un "plan de acción" que abra el camino para un futuro ingreso pleno en la Alianza.
El presidente estadounidense cree que ese "plan de acción" alentará las reformas democráticas en Ucrania, un país que ya quiso visitar en 2006, pero las disensiones en el seno del gobierno le hicieron cambiar de planes.
"Creemos que es muy, muy importante que demos la bienvenida a las aspiraciones de Georgia y Ucrania a formar parte de la OTAN" afirmó Hadley.
Sin embargo, si Bush quiere llevarse de la reunión de Bucarest el "sí" de los aliados para Kiev y Tiflis tiene por delante un camino muy escarpado.
Países como Alemania se han mostrado muy reacios a hacer señales a Ucrania y Georgia, antiguas repúblicas soviéticas, después de que Moscú haya dejado muy clara su oposición a cualquier medida en ese sentido.
Y Bush, muy impopular en su país y en el extranjero, y a sólo nueve meses de abandonar su puesto, tiene cada vez menos capacidad de persuasión ante los aliados, que comienzan ya a plantearse un futuro con los demócratas Hillary Clinton, Barack Obama o con el republicano John McCain en la Casa Blanca.
Incluso, dentro de la propia Ucrania, las encuestas apuntan a que su ingreso en la OTAN es un asunto muy impopular.
Centenares de opositores ucranianos de izquierda instalaron ayer tiendas de campaña en la céntrica plaza de la Independencia, en protesta por la visita de Bush y contra la integración del país en la OTAN.
Durante la cumbre, los aliados también abordarán, entre otros asuntos, el envío de más tropas a Afganistán, uno de los asuntos en los que Bush hará más hincapié.
La Casa Blanca no ha querido avanzar una cifra, aunque los analistas calculan que el incremento oscilará entre cinco mil y 10 mil soldados.
"Llevamos diciendo que todos tenemos que hacer más, y también que éste va a ser un esfuerzo a largo plazo", recordó el consejero de Seguridad Nacional.
La gira de Bush quedará completada con sendas etapas en Croacia, donde almorzará con los representantes de los países a los que se ofrecerá el ingreso en la Alianza, y Sochi (Rusia).
En Sochi, Bush tiene previsto reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, con quien ha mantenido una relación gradualmente borrascosa.
La Casa Blanca ha apuntado que en esa cumbre podrían llegar a un entendimiento, finalmente, sobre uno de los asuntos que más ha ensombrecido la relación bilateral en los últimos meses, el escudo antimísiles que Washington quiere desplegar en el este de Europa y que Moscú considera una amenaza.
Hadley insistió ayer que Sochi representa una oportunidad para conversar, pero no existe un plazo para llegar a un acuerdo sobre el escudo. "Si no se logra en Sochi, seguiremos negociando", sostuvo.

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