Fracasa la política de Gazprom en el ámbito internacional. Kommersant

Gazprom levantó sin condiciones algunas las restricciones impuestas a los suministros de gas a Ucrania, ante la amenaza del incumplimiento de los contratos europeos. En rigor, es el primer revés que sufre la política exterior del consorcio ruso. Hasta la fecha la posición dura del monopolio en las conversaciones con países de la CEI surtía efecto y obligaba a los compradores a hacer concesiones al vendedor.

El consorcio ruso aceptó suministrar gas a Ucrania en 2008 a un precio de 179,5 dólares por mil metros cúbicos. No obstante, Gazprom espera que las autoridades de Kiev le hagan determinadas concesiones. Pero hasta el momento las conversaciones entre las partes no han prosperado y Ucrania se ha comportado con una dureza inusual. Es más: Ucrania no se apresura a reanudar el diálogo negociador con Gazprom. Sus representantes llegarán a Moscú sólo a principios de la semana que viene, según las fuentes del Ministerio ucraniano de Energía.
Las fuentes próximas a las conversaciones de ayer indicaron que el tema del suministro del gas ruso a Ucrania a un precio de 320 dólares en 2008 sigue sobre la mesa y aun será objeto de discusión. No obstante, las negociaciones se centrarán en la creación de dos empresas conjuntas, encargadas de vender gas en el mercado interno ucraniano, afirmaron las fuentes.
El arreglo tan rápido del conflicto no causó sorpresa a los analistas. Rusia y Ucrania no quieren deteriorar las relaciones con Europa, sostiene el experto de la compañía Solid, Denís Borísov. "Gazprom no desea poner en juego su imagen de proveedor de confianza, mientras Yulia Timoshenko siempre se ha desvelado como figura política pro occidental y rehuye perjudicar la relación con la UE", opina Borisov. A su juicio, Ucrania puede contratar para este año los suministros sólo del barato gas centroasiático.
El analista de Troika Dialog, Valeri Nésterov, conviene con Borísov en que la crisis no podría perdurar. Pero no cabe esperar un desenlace pronto de las negociaciones pues Ucrania y Gazprom cuentan con arsenales iguales de instrumentos de presión, considera Nésterov.