jueves, 17 de febrero de 2011

«Exigimos saber qué paso»

Familiares y amigos de Kurutkin Eugen, el joven ucranio que falleció presuntamente de un infarto el pasado viernes en la puerta de la Fundación Hospital de Calahorra después de ser dado de alta, no dan crédito a lo sucedido. Ayer se encontraban desolados pero con ganas de luchar por que se depuren responsabilidades. Durante la mañana se desplazaron al Juzgado de Calahorra para informarse de cómo llevar a cabo todo el procedimiento judicial.
«Mi madre y mi padre no logran entender qué ha podido pasar», lamentaba a la puertas de las dependencias judiciales el hermano del fallecido, visiblemente afectado por lo ocurrido, quien, aunque reside en Pamplona, en el momento de la muerte de Kurutkin se encontraba en Ucrania, adonde había viajado por motivos familiares. El martes pudo regresar de nuevo a España y ayer ya estaba en Calahorra para comenzar con la tramitación.
«¿Cómo puede fallecer una persona estando en un hospital?», cuestiona Maryna Kondratenko, amiga del fallecido, que en los últimos días se ha convertido en la portavoz de la familia. Ella, como el resto de compatriotas de Kurutkin, se resisten a creer que la mala suerte y no una negligencia médica entró en las circunstancias de su muerte. «Tenían que haberle dejado por lo menos una noche en el hospital porque en el informe médico ya ponía que había sufrido una parada cardiaca», considera Maryna. «Creemos que el hospital no actuó bien y exigimos que se investigue y saber qué ha podido pasar», explica la amiga del joven.
Según su versión, el fallecido sufrió un primer infarto en el domicilio en el que residía en Arnedo, por el que fue auxiliado en un primer momento por un compañero de piso. «Mientras les estaba atendiendo, llamaron al 112 pero les dijeron que no podían ir porque no tenían vehículo para acudir y que lo llevaran en coche a urgencias del centro de médico», relata. De allí «se lo llevaron en ambulancia al hospital», donde murió en la calle después de ser dado de alta. «En ese momento estaba hablando por teléfono con su novia, que de repente vio cómo se le cortaba la conversación y sólo oía ruidos y pasos», dice Maryna.
Ayer los familiares todavía no habían visto el cadáver de Kurutkin, que esperan poder repatriar a Ucrania una vez les den los resultados de la autopsia. «De momento no sabemos nada», dice Maryna, quien, por otra parte, lamentaba que «no nos hayan llamado» ni del hospital ni de la Consejería de Salud.
Por su parte, la Consejería sigue insistiendo en que la actuación de los profesionales de la Fundación Hospital de Calahorra fue la adecuada para estos casos. De hecho, el consejero de Salud, José Ignacio Nieto, afirmó ayer que «los datos iniciales indican que el tratamiento y las pruebas eran correctas a la situación en que se encontraba».
Nieto, que trasmitió durante una rueda de prensa las «condolencias» de la Consejería de Salud y del Gobierno de La Rioja a la familia del fallecido, aclaró también que «una vez que las pruebas habían sido realizadas y el diagnóstico se había hecho, se le mandó a su casa», si bien posteriormente «se desmayó, volvió a ingresar en urgencias, y después falleció». No obstante, Nieto recordó que «se le ha practicado la autopsia, por orden del Juzgado, y estamos a la espera del resultado». «Lógicamente también he pedido que se abra un expediente informativo para ver los detalles del caso», precisó.

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