Las autoridades sanitarias ucranianas cifraron ayer en 86 el número de muertos por gripe A y otras afecciones respiratorias ocurridas en este país desde mediados de octubre.
La subjefe sanitaria ucraniana, Ludmila Mujárskaya, informó también de que el número de enfermos asciende ya a más de 478.000, según las agencias ucranianas.
La funcionaria añadió que el número de enfermos aumenta entre 70.000 y 80.000 diariamente.
Por otra parte, se mantiene el baile de cifras en cuanto al número de muertos a causa de la gripe AH1N1, ya que el jefe sanitario, Alexandr Belovol, confirmó sólo tres muertos, mientras el Ministerio de Sanidad informó sobre cerca de una veintena de fallecidos y unos 20.000 enfermos por ese motivo.
A su vez, la primera ministra ucraniana, Yulia Timoshenko, anunció que en Kiev murió el primer enfermo de gripe A, con lo que se cumplen los peores presagios sobre la propagación de la enfermedad por casi toda la geografía nacional.
La Rada Suprema (Legislativo) aprobó por unanimidad varias enmiendas al presupuesto según las cuales se asignará mil millones de grivnas (unos 170 millones de dólares) para combatir la epidemia de gripe en este país.
"Espero que teniendo en cuenta la urgencia de la situación, el presidente (Víctor Yúschenko) firme este proyecto y el Banco Nacional provea el dinero", señaló Timoshenko.
El dinero se dedicará a comprar otras 200.000 dosis de Tamiflu, el fármaco considerado más eficaz en el tratamiento de la gripe A -el Gobierno ya compró el fin de semana 300.000 dosis- y equipos necesarios para diagnosticarla.
Según el Ministerio de Sanidad, la epidemia de gripe afecta ya a once de las 25 regiones de este país de 47 millones de habitantes y vecino de Rusia, Bielorrusia y Polonia.
Yúschenko apeló en una carta a los líderes de EEUU, la Unión Europea (UE), Rusia y otros países de la región para que asistan a Ucrania, una vez que reconoció que este país no será capaz de frenar el avance de la epidemia por sus propios medios.
Una delegación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a Kiev para estudiar la situación epidémica sobre el terreno y asesorar a las autoridades sanitarias locales sobre las medidas a tomar.
Los expertos de la OMS se desplazarán a la región occidental de Lvov, una de las más afectadas, y permanecerán dos semanas en Ucrania, aunque podrían prolongar su estancia si es necesario.
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