Fischer Boel negó así ante la comisión de Agricultura del Parlamento Europeo los rumores que apuntan a un borrador sobre los próximos presupuestos de la UE en el que se contempla reducir la partida para agricultura.
"No existe ese documento (...). Ese documento está ya en la basura", aseguró ante las dudas de los eurodiputados. Sin embargo, esa contradicción le hizo aclarar que el informe fue realizado por unos funcionarios por propia iniciativa, pero que "no se hizo en el departamento de Agricultura, ni circuló por la Comisión".
Fischer Boel, que ha decidido no formar parte del nuevo Ejecutivo comunitario, recalcó que la nueva Comisión "tendrá que presentar su propia propuesta sobre la repartición del presupuesto, y no estoy en condiciones de decir cómo será". El documento del que se ha informado en los medios "está en la basura (...), pero eso no significa que el presupuesto agrícola permanezca intacto", insistió.
Al despedirse de la comisión parlamentaria, dijo ser una liberal "orgullosa" de serlo, pero dejó claro a quienes la califican de "ultraconservadora" que "se equivocan si piensan que lo dejaría todo en manos del mercado" y que es necesario mostrar "valor político" para en ocasiones tomar medidas impopulares.
Poco antes señaló que el mantener el apoyo económico a la política agraria común (PAC) dependerá de "definir objetivos claros" para esta política, pero pidió también a los eurodiputados que fueran "políticamente realistas".
Durante el debate sobre el futuro de la PAC más allá de 2013, Fischer Boel destacó que la Unión Europea debe preocuparse principalmente por la "seguridad alimenticia" y "potenciar la producción agrícola" comunitaria en los próximos años. En 2050 habrá una población mundial de 9.000 millones de personas que necesitarán alimentos, apuntó.
Según las estimaciones a las que hizo referencia, para 2050 la Unión Europea debería incrementar entre un 70 y un 100% su producción agrícola.
Aunque se mostró favorable de los acuerdos comerciales con países terceros, la comisaria pidió "no descuidar la producción doméstica" para evitar en el plano alimentario situaciones como la de la crisis del gas del pasado año, cuando varios países europeos se quedaron sin suministro por una disputa entre Rusia y Ucrania. "Sería dramático que sucediera lo mismo en el suministro agroalimentario", reiteró.
En opinión de Fischer Boel, la protección de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático son otros dos factores clave para justificar una política europea "fuerte" en materia de agricultura. En este sentido se refirió especialmente a medidas que favorezcan el desarrollo rural para que éste se convierta en la "zanahoria" que "despierte el interés" de los agricultores europeos.
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