miércoles, 27 de agosto de 2008

Londres insta a la UE a "revisar el grado de sus relaciones" con Rusia

El ministro de Exteriores británico, David Miliband, de visita en Kiev para apoyar al Gobierno pro occidental de Ucrania, declaró hoy que el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, tiene la responsabilidad de no desatar una nueva Guerra Fría con Occidente.
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"Nosotros no queremos otra Guerra Fría y el presidente de Rusia tiene la responsabilidad de no desatarla, aunque diga que no la teme", dijo Miliband en Ucrania, primer país que visita para formar "la mayor coalición posible contra la agresión rusa en Georgia". Miliband reiteró que considera "inaceptable e injustificable" la decisión de Rusia de reconocer la independencia de las separatistas regiones georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, en un claro desafío a Occidente, y confirmó su apoyo a la integridad de Georgia. El jefe de la diplomacia británica señaló que en esta nueva situación el Grupo de los Siete países más industrializados (G7, integrado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Canadá e Italia) ha de revisar el grado de sus relaciones con Rusia. "Debemos revisar la naturaleza, profundidad y amplitud de nuestras relaciones con Rusia", aunque sin procurar su "aislamiento internacional", que sería "contraproducente", afirmó Miliband. Añadió que los ministros de Exteriores del G7 celebrarán en los próximos días una videoconferencia para trazar una política común hacia Rusia, invitada al grupo en 1997 como octavo miembro en un espaldarazo a las reformas de su primer presidente, Borís Yeltsin. También advirtió de que el mercado de valores ruso y el comercio de Rusia con Europa serán las primeras víctimas de una nueva confrontación, si Moscú continúa "desafiando a la comunidad mundial y amenazando a sus países vecinos". "Europa necesita el gas ruso, pero en igual medida Rusia y su compañía Gazprom necesitan a los consumidores y las inversiones europeas", manifestó. Miliband reafirmó el apoyo del Reino Unido a la política de Ucrania y Georgia para la integración en la OTAN y la Unión Europea e instó a Kiev a revisar sus vínculos con Moscú, para mantener "una cooperación entre iguales y no unas relaciones de amo y criado". "Las puertas de la OTAN y la Unión Europea deben estar abiertas para Ucrania", subrayó, según la agencia Unian. El presidente ucraniano, Víctor Yúschenko, es el único líder de la comunidad postsoviética que condenó tanto la entrada del Ejército ruso en Georgia como el reconocimiento por Moscú de la independencia de las regiones separatistas del vecino país caucásico. Yúschenko dijo que ese paso de Rusia "amenaza la seguridad en todo el espacio de la antigua URSS" y que Ucrania -a la que fuerzas nacionalistas rusas reclaman la península de Crimea con el puerto de Sebastópol y las regiones rusohablantes del este del país- es rehén de la política cada vez más agresiva de Moscú. Según el presidente ucraniano, la principal lección del conflicto en Georgia es que "ningún país es capaz de garantizar a solas su seguridad", tarea que Ucrania sólo podrá resolver mediante su ingreso en la OTAN y la Unión Europea. Yúschenko declaró que la decisión del Kremlin "amenaza la paz y la estabilidad en la región y en el espacio europeo, mina el orden internacional existente, viola los principios de la Carta de la ONU y supone un cambio ilegítimo de las fronteras y una manifestación de presiones y de intervención con empleo de la fuerza". Tras conocerse la decisión del Kremlin sobre Georgia, la Cancillería ucraniana canceló la víspera una visita a Rusia de su viceministro primero, Yuri Kostenko, al considerar "inoportuno celebrar consultas" en esta situación. Al tiempo, Miliband advirtió de que Ucrania debe evitar "dar pretextos" para posibles acciones hostiles de Rusia, a fin de no ser el próximo blanco de su nueva política exterior, que el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, tachó de "neoimperialismo ruso". El comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn, declaró hoy mismo que "Ucrania puede convertirse en el próximo blanco de las presiones políticas de Rusia" y opinó que Bruselas debe respaldar con claridad sus ansias de integración. "Desde el punto de vista de la estabilidad, es importante que la Unión Europea dé una clara señal política de que la integración de Ucrania será posible siempre que el país continúe las reformas que responden a los valores europeos", señaló Rehn.

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