martes, 6 de mayo de 2008

Un retorno de las fronteras al primer plano

Los límites entre los Estados no han perdido vigencia, al contrario de lo que se pensaba en el pasado reciente. Advertirlo es importante para disminuir la amenaza de conflictos.
Por: Rosendo Fraga Fuente: DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS PARA LA NUEVA MAYORIA
La combinación generada por la globalización, la caída del muro de Berlín y la unificación europea, crearon a fines del siglo XX, la idea de que las fronteras dejaban de existir o que por lo menos perdían la relevancia que históricamente habían tenido en los siglos precedentes. Pero en la primera década del siglo XXI ello está cambiando. La reciente Cumbre de la OTAN realizada en Bucarest mostró que el conflicto entre Rusia y occidente, tiene como punto relevante la decisión de Moscú de impedir que dicha organización llegue hasta sus fronteras, incorporando a Ucrania y Georgia. En los EE.UU., la relación con México, tiene a la frontera como un conflicto central, como lo demuestra el muro que se está construyendo para impedir la entrada de inmigrantes ilegales.Es cierto que la UE de los 27 países ha dado recientemente un paso importante en la eliminación de las fronteras internas, pero también lo es que la inmigración proveniente del Africa está llevando a aumentar los controles policiales en la frontera externa, como lo muestran incluso las recientes medidas de un jefe de gobierno progresista como lo es Rodríguez Zapatero. Los conflictos de fronteras se multiplican en Asia y Africa. Hay una cierta correlación entre el incremento de los conflictos de fronteras, con dos fenómenos de estos tiempos: la creciente inmigración ilegal y la escalada del precio de las materias primas, que ha vuelto a dar valor al territorio, pese al auge de la sociedad del conocimiento. Latinoamérica no es una excepción, y en la región se da cierta reactivación de los conflictos de frontera. El reciente choque entre Venezuela y Ecuador por un lado y Colombia por el otro, es un típico conflicto de frontera, tanto geográfica como políticamente. Los 2200 kilómetros de la frontera colombiano-venezolana tiene a las FARC, los paramilitares y los narcotraficantes, como actores no estatales que generan fuertes tensiones bilaterales más allá de su utilización política. La incursión colombiana en Ecuador ha sido un clásico conflicto de frontera. A su vez, Venezuela ha reactivado su reclamo territorial sobre la ex Guyana británica, mientras que Nicaragua plantea ante la Corte de la Haya el conflicto con Colombia por dos islas del Caribe que tienen en disputa. También ha aumentado la tensión entre Perú y Chile por el conflicto del límite marítimo. El primero formalizó su presentación ante la Corte Internacional de La Haya, desconociendo un tratado sobre el límite marítimo, que es sostenido por Chile. Este conflicto genera interés en Bolivia, por el histórico reclamo de salida al mar a través de los territorios perdidos en la guerra del Pacífico. Esto genera un interés común peruano-boliviano frente a Chile, que en esta guerra tomó territorios de los dos países derrotados en ella. Por esta razón, Bolivia va apoya el reclamo peruano. El conflicto entre Argentina y Uruguay por las papeleras —que se prolonga ante la Corte Internacional de La Haya—, es también un sorpresivo conflicto de fronteras, que incorpora como caso el hecho que un país pueda proyectar daños ecológicos y ambientales sobre el territorio del otro. Es así como la frontera como concepto físico, geográfico y político, no ha perdido la vigencia que en general se pensaba en el pasado reciente. Advertir este fenómeno puede resultar importante para disminuir los riesgos de conflictos entre los países del continente

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