martes, 6 de mayo de 2008

El último día de Vladimir Putin en el cargo de presidente de la Federación Rusa no conduce a la jubilación política

es que Putin asumirá el cargo de primer ministro en el gobierno de su delfín Dmitry Medvedev (quien asume este miércoles) lo que hace innecesario ocupar ese puesto informal y poco prestigioso de poder tras el trono.
La continuidad de Vladimir Putin en el gobierno muestra una vez más, la influencia que este ex-agente de la KGB soviética ha tenido en la Rusia de los últimos 8 años, desde que fue elegido presidente por primera vez en 2000.
El gobierno de Vladimir Putin ha estado marcado por el surgimiento de un país fuerte, gracias a su riqueza en hidrocarburos.
Rusia es el segundo productor de petróleo en el mundo, después de Arabia Saudita, y dispone de las mayores reservas conocidas de gas en el planeta.
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Hidrocarburos y política
El 60% de las exportaciones rusas lo constituyen estas dos riquezas naturales, las mismas que no solo han fortalecido el poderío económico ruso, sino que también se han constituido en un arma política eficiente.

Rusia ha usado sus inmensas reservas de gas natural como un arma política.La mayor parte del gas que alimenta las turbinas y los radiadores europeos proviene de Rusia.
Eso le da una gran ventaja, cuando se trata de dirimir discrepancias con sus vecinos continentales.
Las críticas a la política de derechos humanos del Kremlin, por ejemplo, percibida como autoritaria, supresora de la libertad de expresión y de la disidencia política, se han visto atemperadas por la espada de Damocles del desabastecimiento.
Al mismo tiempo, Rusia provee de gas a la mayor parte de estados del Báltico.
Ucrania es el principal receptor, con un 58% de sus importaciones de este combustible en la región, y por los gasoductos de ese país pasa gran parte del gas que va a Europa.
En 2006, cuando Rusia suspendió sus ventas de gas a Ucrania, porque este se negó a aceptar un aumento considerable de precios, Europa sufrió un desabastecimiento del 30% de gas.
Se trató de una medida que hizo pensar a la Unión Europea en formas de disminuir su dependencia del gas ruso.
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¿Guerra Fría?
Las relaciones con Occidente durante la gestión del Vladimir Putin han sufrido un retroceso, si tomamos en cuenta la casi permanente luna de miel de la era de Boris Yeltsin con los antiguos enemigos ideológicos.

Durante su última cumbre, Putin reiteró sus críticas al sistema de misiles.Más sobrio y nacionalista que su predecesor, Putin ha tratado de revitalizar el papel de Rusia en la arena internacional.
Una de las consecuencias inevitables de este proyecto ha sido la resurrección de algunos fantasmas de la guerra fría. Y Estados Unidos ha puesto su grano de arena en esta situación.
Moscú se ha opuesto a la propuesta de Washington de construir un sistema de defensa de misiles en Polonia y la República Checa, que el presidente George Bush dice que no apunta a Rusia.
La respuesta del Kremlin ha sido una mezcla de simbolismo, con la revitalización nostálgica de los desfiles militares al estilo soviético, y un discurso agresivo.
Influencia
Simplemente Rusia no permitirá que se instalen misiles en lo que aún considera es su patio trasero, aunque el Pacto de Varsovia nos sea más que un recuerdo.
Putin dijo en su última cumbre con Bush, el sábado 4 de mayo en Rusia, que sus discrepancias sobre el sistema de defensa estadounidense son de fondo.
"Esto no es sobre retórica, sobre fraseología diplomática sino sobre sustancia. Quiero ser muy claro en esto, nuestra posición con respecto a los planes de Estados Unidos no ha cambiado" sostuvo el mandatario ruso saliente.
Putin tampoco quiere que las ex-repúblicas soviéticas se unan en masa a la OTAN o a la Unión Europea.

Los desfiles militares con motivos soviéticos han sido restaurados durante los últimos años.La oposición de Vladimir Putin a lo que considera el expansionismo occidental en su antigua área de influencia, es vista con satisfacción por los rusos, que lo habrían reelegido por tercera vez consecutiva si la constitución le hubiera permitido presentarse como candidato.
Para muchos rusos, Vladimir Putin ha devuelto a Rusia un papel que había perdido cuando al colapso de la Unión Soviética lo siguió un período de declive económico.
Pero ahora, muchos de los países que antes pertenecieron a la órbita soviética quieren acercarse a Occidente.
Al mismo tiempo, Rusia depende demasiado de sus exportaciones de petróleo y gas, por lo que muchos se preguntan cuál es el verdadero estado de una economía cuyo antiguo vigor industrial ya no existe.
Al mismo tiempo, Rusia ya no cuenta con el poderío militar de la era soviética.
Pero George Bush se va y Vladimir Putin se queda. Y eso para muchos rusos es una buena señal

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