- Medvedev, a Yanukovich: 'Rusia echaba de menos a su vecina'
Rusia y Ucrania escenificaron este miércoles en Jarkov (Ucrania Oriental) su particular deshielo después de cinco años distanciados por el giro europeísta que imprimió a Ucrania la 'revolución naranja' y las dos 'guerras del gas' que estallaron en 2007 y 2009 tras las subidas unilaterales del precio del combustible ruso.
En su primera visita a Ucrania como jefe de Estado, el presidente ruso, Dimitri Medvedev, reconoció ante su homólogo ucraniano, el prorruso Viktor Yanukovich, que Rusia "echaba de menos" a su vecina, con quien se dispone a construir unas "relaciones estratégicas" y a estrechar la colaboración en materia económica.
En este capítulo se confirmó el gesto 'paternal' que Kiev esperaba como agua de mayo por parte de Moscú, que se comprometió a abaratar en cerca de un 30% el precio del gas a Ucrania (que en 2009 pagó 5.600 millones de dólares por 26.800 millones de metros cúbicos). Yanukovich dijo que los acuerdos alcanzados en materia gasista "no tienen precedentes".
Esta rebaja permitirá a Ucrania sanear sus cuentas y aliviar los efectos de la crisis, agudizados después de que el Fondo Monetario Internacional congelara un importante paquete de ayudas.
Como contraprestación Ucrania podría permitir a Gazprom, el monopolio gasista ruso, incrementar su presencia en el mercado ucraniano del gas. Su sistema de gasoductos (por el que circula el 80% del gas ruso destinado a Europa) podría ser parcialmente gestionado y modernizado por Moscú y Bruselas, estiman los expertos.
En enero de 2007 y 2009 Moscú y Kiev protagonizaron dos 'guerras del gas' que derivaron en cortes de suministro que afectaron a Europadespués de que Moscú encareciera la factura del gas a Ucrania, que acusó a los rusos de usar el gas como arma de presión.
Para demostrar que la renovada amistad entre Rusia y Ucrania está anclada y bien anclada, los presidentes de ambos países acordaron prorrogar en 25 años la presencia de la Flota rusa del mar negro. El anterior presidente, el europeísta y nacionalista Viktor Yushchenko, se había comprometido a despachar a la flota rusa en 2017, cuando expiraba el anterior convenio bilateral firmado en 1997.
La victoria del prorruso Yanukovich en las elecciones del pasado 7 de febrero frente a Yulia Timoshenko, ha precipitado reencuentro de Rusia y Ucrania, enemistadas tras la 'revolución naranja', la masiva contestación en las calles de Kiev del fraude electoral de finales de 2004.
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