martes, 11 de noviembre de 2008

Países ex comunistas de Europa del este, en la mira de la crisis financiera

Viena, 5 nov (EFE).- Los países ex comunistas de Europa del Este, que durante la última década fueron el motor del crecimiento económico de la Unión Europea, están ahora en el punto de mira de la crisis financiera internacional, sobre todo por su elevado endeudamiento en divisas.
El país más expuesto es sin duda Hungría, que a finales de octubre estuvo a punto de declarar el cese de pagos después de una fuerte devaluación de su moneda nacional, el forinto.
Más de la mitad de los préstamos concedidos por los bancos en Hungría están denominados en moneda extranjera, sobre todo en euros pero también en francos suizos.
Tanto el Estado como millones de consumidores y empresas privadas recurrieron a esa forma de financiación, más barata que en moneda nacional pero también más arriesgada.
Para evitar la bancarrota, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE) salvaron a finales de octubre al país centroeuropeo con una inyección de unos 20.000 millones de euros.
Como consecuencia de la crisis financiera, Hungría se prepara para una retracción económica, que se calcula para el año 2009 en un 1,0 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
Asimismo, se calcula que unos 50.000 trabajadores perderán en los próximos meses sus puestos de trabajo.
Similar, aunque menos grave por ahora, es la situación en la vecina Rumanía, donde el Gobierno niega encontrarse a las puertas de una gran crisis, a pesar de que la alta deuda externa privada del país, que al 31 de julio de 2008 alcanzaba los 29.130 millones de euros el 31 de julio de 2008, el 42,4 por ciento del PIB.
Más de la mitad de los créditos fue concedida en euros, con lo que aumenta el riesgo de una ola de morosidad, que afectaría a su vez a los bancos extranjeros que dominan en el sector en Rumanía.
Desde 2004, el volumen de créditos en moneda extranjeras se multiplicó por seis en Rumanía para alcanzar un total de 22.500 millones de euros, que ahora corren peligro no ser devueltos.
El gobierno de Bucarest cree que unos 20.000 trabajadores podrían perder sus puestos de trabajo ante el parón coyuntural que afecta a numerosas multinacionales asentadas en Rumanía.
Según la Comisión Europea, la economía rumana, que este año todavía crecerá a un ritmo del 8,5 por ciento, se enfriará hasta un 4,75 por ciento en 2009.
Y a eso se suma el hecho que los estimados dos millones de trabajadores rumanos en el exterior van a enviar menos dinero a su país de origen ante el frenazo coyuntural en países como España o Italia, los principales destinos de los rumanos expatriados.
En la vecina Bulgaria, el Gobierno niega de momento que esté negociando con el FMI un paquete de rescate, aunque el país balcánico, el más pobre de la UE, tiene un problema particular con su excesivo déficit por cuenta corriente, que llega al 21,4 por ciento del BIP, un valor superado en la región sólo por Letonia, que registra casi un 23 por ciento.
En cuanto al crecimiento económico, Bulgaria espera para este año un fuerte avance del 6,5 por ciento y una ralentización al 4,7 por ciento en el 2009.
En la República Checa, uno de los países más desarrollado de la UE ampliada, los efectos de la crisis han sido moderados hasta ahora, ya que su banca no ha invertido tanto en productos financieros especulativos y "contaminados".
Eso sí, el Gobierno checo teme sentir los efectos del enfriamiento de la coyuntura en la vecina Alemania, su principal socio comercial, lo que se va a sentir sobre todo en el crecimiento económico que se reduce hasta un 3,7 por ciento el año próximo, desde el 4,4 por ciento pronosticado para este año.
Mientras, la potente industria automotor de la República Checa, con Skoda al frente, ha anunciado que deberá despedir a 10.000 de sus 120.000 empleados.

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