domingo, 10 de agosto de 2008

Juegos de guerra

No es casualidad que el ataque lanzado por el presidente georgiano, Mijail Saakashvili, contra los independentistas prorusos de Osetia del Sur coincidiera con la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín. La atención mundial estaba totalmente dedicada a una celebración grandiosa y espectacular mientras en el Cáucaso, soldados georgianos luchaban contra los rusos y sus carros de combate enviados inmediatamente por Moscú. La comunidad internacional, que reacciona según los intereses de cada país, pide un alto el fuego y calma, pero los combates continúan. Hay consideraciones importantes a tener en cuenta porque la estabilidad de Europa y del resto del mundo puede estar en juego. Los ciudadanos escuchan que una apresurada y ventajista desintegración de la Unión Soviética provoca ahora unos enfrentamientos que se han ido fraguando a lo largo de estos años. Osetia del Norte, Osetia del Sur, Abjasia, Nagorno-Karabaj (Azerbaiyán) o Transdniester (Moldavia) son lugares con conflictos abiertos, con nombres extraños e intereses históricos y territoriales contrarios al dominio impuesto por Moscú durante la dictadura comunista. Cuidado con pensar que esos conflictos, donde las mafias sacan tajada, son lejanos y no nos afectan para nada porque algún ignorante consideró lo mismo con los Balcanes y las graves heridas de la guerra todavía están por cicatrizar. Los principales líderes mundiales tuvieron ocasión en Pekín de comentar lo que sucedía en Osetia del Sur. La conversación entre el presidente norteamericano, George W. Bush, y el todopoderoso primer ministro ruso, Vladimir Putin, puede resultar crucial para la evolución de los acontecimientos. ¿O es que se ha vuelto loco el presidente de Georgia y se ha lanzado sólo a una guerra segura contra Rusia? Putin ha advertido que los coqueteos de Georgia y de Ucrania con la OTAN amenazaba la seguridad de una Rusia que ya no depende financieramente de Occidente, que obtiene grandes beneficios con el petróleo, que ha modernizado sus sistemas de armas, que ha recuperado el orgullo de gran potencia y exige jugar un papel estelar en la escena internacional. ¿Tiene interés Washington en poner a prueba a Moscú? Todos hemos visto a Putin vibrar y saltar con los brazos en alto, alborozado y emocionado, al paso de sus deportistas en el estadio de Pekín. No dudó en enviar tropas a defender a los osetios del sur, aunque cruzaban impunemente fronteras internacionales. Estos Juegos de Guerra no tienen buena pinta para nadie y quien puede debe pitar el final cuanto antes.

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