sábado, 26 de abril de 2008

Hambre y riesgo de guerras

Washington. Es por lo menos significativo que tanto el director gerente del FMI, como el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, prefirieran dramatizar la cuestión del alimento en el marco de una reunión de ministros de finanzas de cada rincón del planeta. Zoellick avanzó aun más en la veta agorera. La paz interna de muchos países en vías de desarrollo, aseguró, está hoy amenazada por esa escasez alimentaria. Los expertos del Banco Mundial estiman que por lo menos 33 países están hoy amenazados por ese fenómeno de inquietud. Hace unas semanas en Haití el descontento llegó a la vía de los hechos. Una serie de movimientos adicionales en la producción de commodities alimentarios: los mayores precios internacionales han obligado a varias naciones productoras a limitar, y hasta prohibir, las exportaciones o a elevar los impuestos para evitar el desabastecimiento interno y, en alguna medida, que los precios globales altos se instalen en sus mercados domésticos. Ese camino fue seguido por Kazakstan, Rusia, Ucrania y, notoriamente, la Argentina. Un último sesgo alarmante es que los expertos dicen que esta crisis es diferente de otras, que se caracterizaban por tener duraciones relativamente breves; la actual promete ser más persistente.

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