Ucrania se halla hoy día en una carrera contra el tiempo. La Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA, son sus siglas en inglés) le ha dado plazo hasta el 30 de noviembre para que la joven nación demuestre que cumple con los requisitos para ser uno de los dos países anfitriones del Campeonato Europeo de Fútbol 2012. El evento tendrá lugar simultáneamente en Polonia.
En las ciudades polacas de Varsovia, Poznan, Breslau y Gdansk todo marcha de acuerdo al cronograma preestablecido. Mientras tanto, en Ucrania, la organización de la Eurocopa 2012 ha demostrado ser un serio reto político, económico y social. El Gobierno de Kiev todavía tiene que desmontar su ineficiente estructura burocrática para facilitar la colaboración entre las instancias estatales y los empresarios privados.
Carrera contra reloj
El estadio Donbass Arena, en Donetsk, Ucrania.El comité ejecutivo de la UEFA decidirá a principios de diciembre si la infraestructura de las ciudades ucranianas de Kiev, Donetsk, Lviv y Járkov está en condiciones de recibir al millón y medio de espectadores que, según los cálculos más recientes, asistirán a los distintos juegos. Y es que entre los preparativos pendientes –que ya en una ocasión estuvieron a punto de suspenderse del todo– siguen figurando la construcción o modernización de instalaciones deportivas, hoteles, aeropuertos y otras vías de comunicación y transporte.
La UEFA confirmó que Kiev puede ser sede de algunos de los juegos a celebrarse, pero puso en duda que el cierre del campeonato pudiera tener lugar en la capital ucraniana debido a su limitada oferta de alojamiento. El partido final de la Eurocopa podría jugarse en Varsovia, si Kiev no supera su déficit de infraestructura; otras opciones han sido previstas también en caso de que las otras localidades ucranianas no cumplan con las exigencias de un evento de esta naturaleza.
Un reto para Ucrania
A pesar de sus limitaciones, Kiev y Donetsk están mejor equipadas que Lviv y Járkov, y en sus estadios se pueden jugar los partidos que se suspendan en las otras dos ciudades. Además, Polonia puede poner otras dos localidades a disposición de la UEFA; Cracovia y Chorzów cuentan oficialmente como sedes auxiliares. Sin embargo, la posibilidad de que los juegos se trasladen a estadios en Hungría y Alemania debido a las precarias condiciones infraestructurales en Ucrania ha sido descartada por el propio presidente de la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol, Michel Platini.
El alcalde suplente de Kiev, Anatolij Holubtschennko, admite que los requerimientos para la celebración del campeonato de balompié en suelo ucraniano suponen un desafío para los líderes de esta ex república soviética. Después de todo, es la primera vez que la planificación de un evento deportivo de esta magnitud cae en sus manos; el último espectáculo de esta índole en el que participó el país fueron los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, organizados por los comités centrales del partido comunista de la Unión Soviética y Ucrania.
¿Política, pan y circo?
En estos tiempos, marcados por una crisis financiera de grandes proporciones, la escasez de recursos económicos no es un problema trivial. De hecho, las propuestas hechas por el Gobierno de Yulia Timoshenko, primera ministra de Ucrania, para financiar los preparativos de la Eurocopa 2012 desataron un escándalo político: su gabinete de ministros consiguió decretar una ley que obliga al Banco Nacional –un órgano estatal independiente– a aportar 800 millones de euros con ese fin.
El presidente ucraniano, Víktor Yúshchenko, vetó la ley, pero ésta fue aprobada por el Parlamento. Luego, Yúshchenko volvió a vetar la ley y apeló a la Corte Constitucional después de que el presidente del Parlamento firmara la polémica ley. Los conocedores de la escena política ucraniana sostienen que estos forcejeos deben ser analizados en el contexto de las venideras elecciones presidenciales. Además, el crédito estatal constituye solamente una de las fuentes de financiamiento.
Inversión rentable
En todo caso, el ministro de Deporte, Jurij Pawlenko, afirma convencido que, aún en tiempos difíciles como éstos, vale la pena invertir en espectáculos deportivos como el Campeonato Europeo de Fútbol. “No hay una sola Eurocopa que no haya sido rentable. Por eso estoy seguro de que, sin importar cuánto dinero invirtamos en infraestructura, al final obtendremos ganancias. Además, vamos a ganar aún más con el hecho de que conservaremos la infraestructura: calles, estadios, instalaciones deportivas, ciudades restauradas… y creo que hasta cultura a un nuevo nivel”, asegura Pawlenko.
Autor: Alexander Sawizkij / Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas
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