El presidente ruso, Dmitri Medvédev, viaja hoy a Estocolmo para efectuar una visita de trabajo a Suecia y participar el miércoles en la segunda cumbre anual entre la Unión Europea (UE) y Rusia.
El Kremlin admitió que esta segunda visita de un jefe de Estado ruso a Suecia en doce años, desde la realizada en 1997 por el primer presidente Borís Yeltsin, "fue posible gracias a la mejora de las relaciones bilaterales" y las "presiones masivas" de la UE.
"Apreciamos el pragmatismo y la perseverancia de la dirección de Suecia, que, esperamos, permitirán celebrar de forma eficaz y con resultados tanto las negociaciones bilaterales al máximo nivel como la cumbre UE-Rusia", declaró a las agencias rusas el asesor del Kremlin para Asuntos Internacionales, Serguéi Prijodko.
Según el funcionario, a Medvédev no le fue fácil dar el visto bueno a su viaje a Estocolmo "debido a anteriores declaraciones antirrusas de algunos políticos suecos", en alusión a las criticas a la política del Kremlin, según la agencia Interfax.
Agregó que Moscú decidió aprobar el viaje "tras las presiones masivas de algunos países de la UE", bien recibidas por el Kremlin debido a que "apuntaban a mejorar las relaciones".
Agregó que otro factor decisivo fue la decisión de Suecia de autorizar el tendido en sus aguas territoriales en el mar Báltico del gasoducto ruso Nord Stream, que suscita las reticencias de algunos países ribereños por su posible impacto ecológico negativo.
El programa de Medvédev en estocolmo comenzará esta noche con una cena informal con el primer ministro sueco y presidente de turno de la UE, Fredrik Reinfeldt, que también celebrarán otra reunión, ya oficial, el miércoles por la mañana.
Seguidamente, Medvédev tomará parte en la cumbre con la UE junto a Reinfeldt, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el Alto Representante para la Política Exterior y Seguridad Común de la Unión, Javier Solana.
Posteriormente, los participantes en la cumbre se reunirán con una mesa redonda de industriales y empresarios europeos y rusos, y más tarde serán recibidos por el rey Carlos Gustavo de Suecia.
Fuentes diplomáticas suecas informaron de que los asuntos centrales de la cumbre serán la elaboración de un nuevo acuerdo base que sustituya al actual, de 1997, la cooperación energética, la seguridad en el espacio euroatlántico y el cambio climático.
Asimismo se evaluará conjuntamente la realización de una "hoja de ruta" para la formación de cuatro espacios comunes: económico; de libertades, seguridad y justicia; de seguridad exterior; y de investigación científica, educación y cultura.
"Tenemos grandes esperanzas con motivo de esta cumbre, que ofrece una buena oportunidad para repasar asuntos de la cooperación de la UE con Rusia, en particular en relación con el cambio climático", declaró estos días Reinfeldt.
La UE desea además conocer de primer mano los planes de Rusia respecto a su aplazado ingreso en la Organización Mundial del Comercio, y conversar sobre políticas anticrisis, pues Estocolmo acusa a Rusia de recurrir a una serie de medidas proteccionistas.
Los dirigentes comunitarios informarán a Rusia sobre las consecuencias que puede tener para las relaciones entre Bruselas y Moscú el Tratado de Lisboa, que entre en vigor el próximo 1 de diciembre.
La reunión UE-Rusia se celebra en la víspera de una cumbre extraordinaria comunitaria en la que los Veintisiete deberán elegir al presidente estable de la Unión y a su responsable de Exteriores.
En opinión de la actual presidencia sueca, "es crucial que la UE hable con Rusia con una sola voz, en vez de que Rusia establezca relaciones con determinados miembros de la Unión sobre bases bilaterales", dijo un diplomático sueco a Interfax.
Rusia, a su vez, en particular quiere abordar con la UE los nuevos problemas con el suministro de gas a Ucrania, según adelantó el Kremlin.
Moscú "está interesada en una solución común con la UE" que garantice un suministro estable del gas ruso con destino a los clientes europeos a través de territorio ucraniano, señaló Prijodko.
"Plantearemos con seguridad el asunto de la necesidad de garantizar el suministro ininterrumpido de hidrocarburos a Europa. Queremos compartir nuestras inquietudes con los socios europeos", apuntó.
Precisamente, la UE y Rusia firmaron ayer en Moscú un memorando sobre un mecanismo de alerta temprana en la esfera energética con el fin de evitar nuevas crisis de suministro de gas como la ocurrida a principios de año con Ucrania.
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